AÑO III - NÚMERO 11  - ENERO DE 2017  - DIRECTOR: MARIO BERMÚDEZ - EDITORA COLOMBIA: PATRICIA LARA - EDITOR MÉXICO: ABRAHAM MÉNDEZ

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Adriana Giraldo G.

LA LISTA DE LAS ALMAS PERDIDAS

SOMBRILLAS AL VUELO

Portada de Sebastián Romero Cuevas

ANA LAURA VÉLEZ OCHOA - México

PÁGINA 2

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Mi nombre es Ana Laura Vélez Ochoa.

Nací en la ciudad de Puebla, Puebla

México un 14 de septiembre de 1988.

Comencé a escribir a la edad de 12 años como parte de la materia de español en secundaría, fue una manera de desahogar los miedos y sentimientos que en ese momento me agobiaban, los libros siempre fueron mis mejores amigos. Posteriormente al pasar a preparatoria, lo tomé como un proyecto para la materia de psicología. Deje de escribir a consecuencia de una mala experiencia, pero con el paso del tiempo lo retome por que más que un vicio es mi mayor placer. Dentro de las letras he podido encontrar esperanza; salir de algunos problemas, he amado dentro de ellas. Es la forma más bella en que vivo la vida.

En ellas plasmo la voz de mi alma. Expreso mis sentimientos; mis puntos de vista, mis anhelos e ilusiones. Es la forma más hermosa de viajar hasta donde uno lo decida. Vivo las letras que escribo, porque de otra manera no podría conseguirlo. Lloro y sufro cada letra triste que comparto, pero también disfruto y amo cada escrito que con ilusión plasmo ya que es la esencia que me motiva a no dejarlo.

Agradezco la oportunidad que me dan de poder participar para que mis letras por el mundo puedan viajar y llegar hasta aquél lugar donde las puedan necesitar.

Escribir es mi mayor pasión porque lo hago con alma y corazón…

 

La soledad huele a ti…

 

Huela a flores marchitas,

a pétalos que como mis ilusiones

al piso fueron cayendo.

Huele a sábanas recién lavadas

donde el amor se ha desgastado

entre burbujas de rutina

y espuma de intrigas.

Huele a vehemente ausencia

porque se olvidó la complicidad

así como nuestra amistad.

Huele a tristeza y melancolía,

de recuerdos que invaden mis días.

Huele a ropa vieja infestada de humedad

como la que invade mis mejillas…

Tiene un hedor

de idolatría que cegó mis sentidos

mientras tu ego crecía…

Como el abismo que invadió

nuestra habitación aun durmiendo juntos

en el mismo colchón.

 

La soledad huele a ti…

Al amor que ambos dejamos partir.

Huele a infelicidad

donde se apagaron las sonrisas

quedándonos en la triste oscuridad.

Huele a desesperanza…

¡Huele a mí!..¡Solo a mí!

Porque de tu corazón

me dejaste partir…

 

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¡Qué más da!

 

Cuando han quebrado tu corazón,

no hay resignación para el amor.

Más bien es un frío desconsuelo

que cubre de nieve cada arteria,

que hiela las manos

mientras cada sonrisa

se convierte en brisa

que de a poco resbala por nuestras mejillas.

 

Pero como las flores

al llegar la primavera

renacen nuevos botones

que se abren al calor de una nueva ilusión...

Sin tan siquiera pensar

que con esa flecha…

Te pueden volver a lastimar…

¿Y qué más da… Volverse a equivocar?

 

¿Qué más da otros labios besar?

Mientras estos no sean solo para borrar

la huella que dejo el sabor

de aquél amargo adiós…

¿Qué más da volver a soñar en otros brazos?

Mientras no se encuentre en ellos

la sombra del amor perdido.

¡Qué más da no ser nuevamente correspondido!

 

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Ese Mar...

 

El mar entre sus olas me abrazo

me olvide del salado sabor

que llevaba impregnada en la boca.

Él llego con la fuerza de un huracán

arrebatándome los miedos; complejos,

y todos mis tormentos.

Las tristezas con su agua enjuago

y de dulces besos mis labios colmo.

Ese mar con sabor a río,

que trajo la calma

a mi corazón que se encontraba herido.

Ese mar que encendió la Luna

para alumbrar mi alma

que en tinieblas se encontraba.

Ese mar en el que las olas

se acercan bravías pero tersas

al ritmo de mis latidos.

Ese mar que solamente

entre tus brazos puedo sentirlo…

 

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Miedo

 

Si, solo es miedo.

Que me cobija las heridas

pues es mi escudo ante tanta cobardía.

Miedo a besos vacíos;

pánico ante abrazos fugaces,

terror al olvido...

Desasosiego al pensar

que tus labios pueden ser compartidos.

Que tu amor no me pertenecerá,

que únicamente en una ilusión pasajera quedará

donde mi corazón marchito

y lleno de espinas dolerá

y se perderá en la inmensa soledad.

Cobardía que me apresa el alma,

que me detiene a confesarte

todo el amor que por ti lleva guardada.

¿Cómo sabré qué es lo correcto, si no me arriesgo?

¿Cómo decirte todo lo que por ti siento?

¿Cómo me quito tanto miedo?

¿Cómo puedo perderme en tu mirada,

si no me atrevo ni siquiera a cruzar media palabra?

¿Cómo me acerco si la voz se me quiebra,

cuando estás cerca mientras el viento trae tu risa

y siento como si fuesen mariposas que me acarician?

Miedo... Miedo a no ser correspondida...

Miedo que como velo cubre mi llanto en agonía

Miedo al que con una bofetada de adrenalina

tendré que apartar para hacer realidad

todas mis fantasías...

 

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Hacer el amor

 

Quiero ser esa copa de vino

que saboreas cada vez que la besas.

Deseo sentir tu aliento

y empañar con el mi cuerpo.

Verte saborear mi aroma

mientras de la ropa

con la imaginación me despojas.

¡Ven!

Te aseguro que beberemos esta noche

a palabras; caricias y besos, un amor inmenso,

que nada tiene que ver con simple sexo.

Será una entrega total

donde las sábanas serán la dulzura

que alberga tu mirada

mientras la música de nuestros corazones

acelera sin frenesí el alma.

No habrá luz de Luna

filtrándose por las ventanas,

ni siquiera pétalos de rosa

adornando la cama.

Simplemente estaremos los dos

despojándonos de la pijama del pudor.

Exclusivamente hoy haremos el amor

entre risas y llanto;

entre el presente y el pasado,

sobre el colchón de la confianza

pero con el ímpetu de venganza.

¡Haremos el amor!

Me recostaré en tu pecho después de la charla

mientras escucho el latir de tu corazón

que me embelesa en la calma de mi alma.

///////////////////////////////////

¡Vamos!

Te llevo a conocer el infierno

no con caricias ni con besos,

solamente de mi mano.

Sujétate de mí locura

pero si te da miedo

perder la cordura…

¡No te arriesgues!

¡No lo hagas!

Quédate en la Tierra

y no permitas que un demonio

como yo te aparte.

No permitas que tu moral

corrompa de vicios

que para ti son lacerantes.

¡Aléjate!

Vuelca tu vista en otra parte,

si el miedo es más fuerte

que la intriga por lo interesante.

¡Vete! ¡No regreses!

Aún estas a tiempo

de no conocer el pecado.

De no saciar con lujuria tus labios,

de no sentir acariciar tu alma con gestos y palabras.

¡Huye!

Encuentra una salida,

ocúltate en la oscura melancolía,

¡Muere en vida!

¡No te atrevas a desear recorrerme!

¡No desees que el tiempo transcurra,

si anhelas solo cuatro paredes!

¡Soy yo! ¡La vida!

¡Soy yo!

Quien te invita

a probar, a sentir, a escuchar

a pensar, a descubrir....

Todo lo que en este mundo hay para ti...

 

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¡No lo hagas!

No te acomodes

en el colchón de la ternura,

si tanta dulzura

al final terminara siendo amargura.

No tomes asiento en e sofá del destino

si únicamente vienes a pasar un buen rato conmigo.

Si la emoción que ahora provocas en mi corazón

la harás pedazos con un simple adiós.

No escribas poesía de amor

en un capítulo de mi vida...

Si al final la remataras

con dolor y melancolía.

No te acomodes en la almohada

de la felicidad si en tus planes

no esta ver más allá...

Y lo único seguro será un "no queda más que olvidar".

No traspases la línea de la amistad

si yace en tus manos

el corazón de alguien más...

No sangres el mío con crueldad.

Te suplico tengas piedad

de mi corazón que no ha terminado de sanar.

¡Márchate!

Y sepúltame en la tumba del olvido por la eternidad.

 

Ana Laura Mex Pueb