NÚMERO 15 SEPTIEMBRE 2017

EN ESTE NÚMERO:

AÑO III - NÚMERO 15 - SEPTIEMBRE DE 2017 - DIRECTOR FUNDADOR: MARIO BERMÚDEZ (COLOMBIA) -  EDITORES MÉXICO: ABRAHAM MÉNDEZ - CARLOS AYALA

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OBSEQUIO ESPECIAL: LA SEPARATA DE TRINANDO>>    Literatura pura

PÁGINA 16

MATTÍAS SANTIAGO MORENO PALACIO  -COLOMBIA-

JOSÉ ALFREDO CISNEROS DE JESÚS -MÉXICO-

 

BICHO RARO

por pisar unas hojas de árbol caídas en el valle, hojas secas y amarillas del árbol central, el más grande y viejo, por pisar esas hojas y por andar distraído caí en un agujero que se encontraba escondido a mi vista.

la profundidad de dicho agujero me imagino que es abismal, y digo que me imagino porque para llegar a una ciudad dominada por conejos azules, dicha profundidad debe ser terriblemente abismal; el hecho es que nada más al ponerme en pie, me vi rodeado por una cantidad considerable de éstos animales, los cuales se me quedaban viendo como si yo fuera un bicho raro, qué se están creyendo, yo, el señor de los canguros un bicho raro?

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BOTELLA DE MAR (CARTA ECHADA AL MAR)

Querido Calejo, con el deseo de que ésta misiva llegue a tus manos, me dispongo a escribir, quizá mi despedida; hace ya tres meses que te extraviaste en el mar, las brigadas de rescate no dieron con algún señal que indique que estés vivo, así que no me queda más que dejarte ir y comenzar a vivir mi vida sin ti… … al lado de Doleto (tu primo), él me ha reconfortado (y muy bien) todo éste tiempo… bueno, también algunas veces antes de tu infortunio.

El tiempo que te quise, te quise bien, hasta que apareció Doleto y entonces fui dejando de quererte, sin embargo espero que estés con vida… y que allá donde te encuentres, sonrías al recordarme aunque estés solo, y guardes con cariño ésta carta y la botella de vino tinto que sirvió como sobre de correo… por cierto, el vino tinto lo cargue a la tarjeta que me dejaste, estaba delicioso, con él celebramos nuestro amor Doleto y yo.

Bueno, yo creo que has de tener muchas cosas por hacer, así que, me despido.

Lecinia.

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LA LLAMADA MISTERIOSA E INOPORTUNA.

El teléfono comenzó a sonar de madrugada, eran cerca de las tres de la mañana, yo desperté como un náufrago desesperado aferrándose a sobrevivir, para qué, no sé… el caso es que sonó, me quedé un largo rato mirándolo, esperando a ver a qué putas horas dejaría de sonar esa fastidiosa melodía, pero no, pasaron tres minutos… … bueno creo que fueron como tres minutos, y no, no dejaba de sonar, transcurrieron un par de minutos más y entonces mi teléfono celular dejó de sonar, dejé escapar un gran suspiro de alivio, y es que la verdad tenía un terrible sueño… me acomodé en mi cama y en mi almohada y de pronto sonó en mi celular la entrada de un mensaje, lo cual me hizo expresar un “aaahhhhh que la chingada“... … tomé mi celular -balbuceando un par de groserías que no tiene el caso volver a repetir- para saber a quién carajos se le había ocurrido lanzarme un mensaje a tan despiadada hora, abrí el mensaje de un número desconocido, el cual me dejó aturdido… … el mensaje decía “si no depositas el billete de lotería que compraste el día de hoy, en el buzón 34 de la calle Albarje, antes de las cuatro treinta y  cinco de la tarde… … el barrio entero conocerá tu más terrible y oscuro secreto… …

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EL BAILE DE LOS CLAVIJEROS

miró a través del ojo de la cerradura, aunque los latidos de su corazón le indicaban lo contrario o quizá no era una indicación, sino simplemente una sugerencia. Isly tomó el cofre aquel, del cual se alcanzaba a ver una pequeña luz que salía a través de su cerradura, acompañada de unos soniditos que claramente sonaban en su interior… la curiosidad pudo más que el miedo que pudiera haber sentido, así fue que lo tomó entre sus manos y lo acercó a su ojo izquierdo al mismo tiempo que cerraba su ojo derecho, acto reflejo en cualquier ser humano quizá para agudizar más la vista, al principio la pequeña luz que salía por esa diminuta cerradura, no le permitía ver más allá, transcurrido algunos segundos, su ojo se acostumbró a la luz y por fin pudo ver a través de ese destello, que ya no le molestaba, en el momento en que pudo distinguir qué era lo que ocurría dentro de ese cofre Isly abrió su boca poco a poco, en una clara señal de asombro, en su mente sus pensamientos corrieron a una velocidad vertiginosa, no daban con las palabras que pudieran explicar lo que ella estaba viendo en ese momento… … y es que si tan sólo ella supiera de los clavijeros, sabría que eso que veía, no era más que el baile de los clavijeros… ..

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ZAPATOS ROJOS

Kanni abrió sus ojos lentamente, boca abajo en su cama, mientras sentía que en su interior la sangre le hervía y que el recorrido que hacía por sus vasos sanguíneos era a una velocidad que se intensificaba cada vez más. Aunque en su cabeza nada le daba vueltas, mil pensamientos iban y venían, no lograba concentrarse en uno sólo, por momentos le parecía que estaba en un cuerpo extraño y que esos pensamientos o lo que fueran, no erán de él, sino de alguién más, mientras intentaba incorporarse, recorrió con la vista el lugar donde se encontraba… el cuarto era amplio y olía a limpio… de pronto se dió cuenta que había otros olores que percibía, algunos entraban por el gran ventanal que ese cuarto tenía, le llegaba el olor del viento de una tarde que estaba por extinguirse y con él llegaban el olor a bugambilias y cerezos que se encontraban a unos metros de dicho ventanal. También los sonidos se fueron intensificando, o así lo sentía él, y así escuchaba el correr del arroyo… los pasos de un hombre que cruzaba el puente, estaba desconcertado tantos detalles que olía, que le llegaban, una vez más trató de concentrarse en ese cuarto en el que se encontraba, y en la limpieza que le rodeaba se dió cuenta de la ropa que yacía en el suelo… y supo que parte de esa ropa era femenina, viró su mirada hacia la cama, pero no, ella no estaba ahí… olió las prendas femeninas, aspiro onda y profundamente, los olores que le llegaron (una mezcla exquisita de fragancia de violetas y rosas frescas) le indicaron que se trataba de una mujer joven, 20-25 años quizá, de pronto sus ojos se fijaron en un par de zapatos rojos que se encontraban sobre un pequeño baúl y a un lado delicadamente acomodada una capa del mismo color… sus sentidos se aceleraron, imágenes de ella y él se arremolinaban en su mente… algo le estaba ocurriendo, lo sabía… lo sentía en todo su cuerpo, dió unos pasos hacia atrás, tambaleándose, al sentir que se aproximaba al ventanal, se dió vuelta para quedar de frente y al notar que la luna llena se asomaba en el cielo, no hizo más que lanzar, algo que naturalmente sentía, un aullido (auuuuuuuuuuuuuu)... … … en la regadera a Walkyria se le dibujó en el rostro una sonrisa, que rayaba entre traviesa y perversa, y dijo… ya despertó mi lobo… ...

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EL HOMBRE DE LA GABARDINA METIÓ EL SOBRE EN EL BUZÓN.

Yanlu llevaba días meditando a cerca de la acción que recién había realizado, incluso pasó algunas noches en vela ponderando los pros y los contras de enviar el sobre que acababa de meter en el buzón.

Finalmente se decidió por enviarlo, consideró que ya había pasado el tiempo necesario para llevar a cabo dicha acción, se dijo con voz firme y segura -o al menos en su cabeza así se escuchó a sí mismo-, que un hombre como él no debería de estar pasando las penalidades por las que estaba atravesando desde hace unos meses.

Llegó incluso a considerar que la vida estaba siendo cruelmente injusta con él, tan bien portado que resulta ser él… cumple cabalmente con sus obligaciones como ciudadano, en su trabajo es ferozmente puntual a la hora de la entrada y con regular frecuencia marca su salida algunas horas después de la que contractualmente es la señalada, va a misa los domingos, visita a su abuelo en el asilo, no es grosero ni mal educado con extraños, menos aún con conocidos, no discute… bueno, en el terreno de las discusiones habrá que comentar que sí ha discutido… con su señora madre… doña Fana, hace aproximadamente tres meses y una semana doña Fana y nuestro amigo Yanlu discutieron… ella le preguntó por Manli, novia de él, que hacía tiempo que no la veía… Yanlu tuvo el peor lapsus de su vida, si queremos nombrar así a ese episodio, ya que sin ningún reparo le  contestó a su señora madre, con voz seria y distraída, “ese no es asunto tuyo madre”, para cuando nuestro amigo reparó en lo que acaba de decir, doña Fana, especialista en dramas familiares, ya estaba envuelta en un mar de lágrimas, pidiéndole al Santísimo que le dijera  el mal que había hecho para que su hijo la tratara de esa manera, Yanlu ya no pudo hacer nada, se le hacía tarde para su trabajo, así que salió de su casa… a su regreso y creyendo que ya todo estaba olvidado, entró a su casa y lanzó un grito moderado a su madre, indicándole que había regresado del trabajo… … un sombrío silencio le contestó, y creo que hasta frío porque en ese momento Yanlu se estremeció.

Recorrió la casa de arriba a abajo y no había signos de doña Fana, sobre la mesita que se encuentra a un lado de la puerta principal, encontró una nota, escrita a mano por su señora madre, la cual decía “Me Voy”... solamente dos palabras… Yanlu pensó que de ahí provenía el frío que sentía, era eso o que doña Fana no había apagado el clima cuando decidió marcharse.

Transcurrido esos tres meses y una semana, a Yanlu le pareció que ya era tiempo suficiente… que su madre ya debería considerar su regreso, pero como no se atrevía a ir en persona hasta el sitio donde muy probablemente se encontraba ella, optó por mandarle el sobre del que ya hicimos referencia desde el principio… qué contenía el sobre?... quieren saber?... bueno, el sobre contenía facturas de pago de servicios de la casa, algunas ya vencidas como la de la luz, el gas y el teléfono, otras que aún no lo estaban, fotos que nuestro amigo Yanlu tomó de su refrigerador vacío de alimentos, del montón de ropa sucia, una carta de despido de su trabajo… … y una pequeña nota escrita a mano por él, que dice… … “Ya Ven Ma”

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ATAQUE DE NERVIOS.

Gertrud estaba a punto de salir al escenario, y aunque no era la primera vez que bailaba ante un público numeroso, sí era su primera vez como solista, ésta noche ella cerraría el espectáculo de primavera que había organizado la Grand Academia D’ance, se había corrido el rumor que entre los asistentes había gente del Primer Ballet de la ciudad para observar a los bailarines y determinar si alguno era viable para ofrecerle un puesto en la compañía, ese era el sueño de los integrantes de la academia, pertenecer al primer ballet… y ahí estaba Gertrud a un instante de salir a escena y en su pensamiento apareció uno con una sonoridad de un viento a 1000 kilómetros por hora y de una potencia de 20000 bombas atómicas… … (primera llamada) y si no puedo… si no soy lo suficientemente buena.

Transcurrieron un par de segundos, que a ella le parecieron algo más que dos eternidades, su corazón corría a la velocidad de 700 caballos de fuerza, su temperatura descendió a 300 grados bajo cero… (segunda llamada) al menos así lo creyó ella y el silencio que había sido la sala, se convirtió primero en un murmullo y a poco en zumbido, como de 3000 enjambres de abejas (tercera llamada… tercera llamada).

Gertrud permanecía inmóvil, aunque su deseo era saltar y correr rumbo al escenario, sus pies no le respondían, sentía cómo sus demás compañeros y sus maestros se le quedaban viendo, con una cara de no dar crédito a lo que estaban viendo, en el sonido se volvía a escuchar tercera llamada… tercera llamada. La gran oportunidad de Gertrud y se quedaba paralizada, tantas horas de práctica, de ensayo, estaban a punto de irse a la basura… tercera llamada… tercera llam… … …

Gertrud despertó bañada en sudor, a sus ochenta y cinco años y en su casa de reposo, aún seguía teniendo esa pesadilla de no saltar al escenario y dar el espectáculo de su vida, afortunadamente para ella, solamente era eso, un mal sueño, aquel día ofreció  una de sus mejores actuaciones y le valió ser llamada al Primer Ballet de la ciudad, tuvo una exitosa carrera como primera ballerina y posteriormente como directora del ballet… … sin embargo, aquel pensamiento de “y si no puedo” seguía orbitando en su mente, después de tanto… tanto tiempo.

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PRIMER DÍA

Verá usted señorita, yo estaba ahí, justo detrás de la señora esa de lentes graciosos, bueno, a mi me lo parecen, ella estaba hablando por teléfono, cosa que de acuerdo a los avisos está prohibido, pero ella aún así estaba hablando, el joven que estaba atendiendo, ya tenía rato con el señor del traje, no sé muy bien, pero al parecer unos números estaban mal, por eso no terminaba de atenderlo.

 

Los otros empleados, platicaban entre sí, sobre qué, no sé, no alcanzaba a oír hasta allá, pero estaban muy a gusto, riendo bastante, quizá era su hora de comida, porque no estaban atendiendo a nadie.

 

La verdad yo estaba un poco desesperado, y es que sabe, ya traía mucha hambre… bueno, aún tengo hambre, es que hoy me levanté tardísimo para un pendiente que tenía y me salí de casa sin almorzar, terminé de hacer mi pendiente y me vine de volada al banco… de haber sabido lo que iba a pasar mejor me hubiera detenido a comer… ya ve, ni pude hacer lo que venía a hacer al banco, ni he probado alimentos… al paso que vamos, almorzaré, comeré y cenaré al mismo tiempo.

 

Bien, bien, para allá voy, mire, el joven estaba ocupado con aquel señor de traje. La señora de los lentes graciosos hablaba por teléfono, creo que con su hija, la regañaba porque no había aseado su cuarto… y yo… pues yo estaba detrás de ella, viéndole los lentes (risa)… luego llego aquel muchacho de lentes oscuros y de audífonos, y se colocó atrás de mi.

 

De pronto entró el sujeto, nomás lo vi y dije “ya valió…”, y es que, que un sujeto llegue con un pañuelo tapándole gran parte de su cara, lentes oscuros… así como los del joven aquel, y con cachucha… no es buena señal… y para pronto que saca una pistola, ahí terminé de asustarme, eso nada más lo había visto en las películas… esas de los almada…, y gritó “esto es un asalto”… la señora dejó caer su teléfono del puro susto… el joven de los audífonos estaba en su música y ni se enteró… el señor del traje, yo creo que entendió mal y se tiró al piso… la pareja de empleados se abrazaron… a mi en ese momento se me fue el hambre o me olvide de ella… el asaltante se acercó a la ventanilla del joven que estaba atendiendo y le pidió todo el dinero… … el joven se le quedó viendo sin decir nada, por un buen rato, el señor asaltante se desesperó y le gritó “qué esperas pen…”, y el joven con una calma de aquellas pocas veces vista… le contestó “ a que el cobarde me muestre la cara”, y “pum”, el asaltante le dejo ir un tiro entre ceja y ceja, el joven cayó fulminado de muerte, el asaltante salió echo la mocha del banco.

 

La señora de los lentes graciosos lanzó un grito, que digo grito, un alarido que me erizó la piel, el señor del traje siguió tirado en el piso y comenzó a llorar, la pareja de empleados se acuclillaron abrazados, ella lloraba fuerte, y él también lloraba… el joven de los audífonos seguía con su música… yo creo que escuchaba rock, porque movía su cabeza de atrás para adelante y sus manos las tenía como sosteniendo una guitarra… y yo?, bueno, pues que iba a hacer yo, nada, baje las manos, toque en el hombro al joven de los audífonos para que me viera… le hice una seña para que dejará de oír su música y le dije, mira… él se destapó los oídos, vió hacia donde le señalaba y dijo… “ay cabrón”.

 

Oiga señorita, ya puedo irme?, ya me regresaron las ganas de comer, ya es bastante tarde y la verdad ni debí haber venido a éste banco… mire mi cheque, aquí dice “Banco Interamericano” y éste es el “Banco Americano”… pobre joven, al parecer era su primer día, eso escuché de sus compañeros… también fue la primera vez que se enfrentaba a un cobarde armado… pobre joven, tan bien puestos que los tenía…

 

Comencé escribiendo tan para mí y sobre todo para ver si las palabras, las frases que se me iban ocurriendo al pasarlas a papel, ya dejarían de llegar, y resulta que no, siguieron llegando… siguen llegando, ahora además de escribir para mi y desde el momento en que decidí compartir mis poemas, mis relatos, he adquirido la responsabilidad de cuidar lo que escribo, dejé de escribir solamente para mi, y ahora escribo pensando en que habrá un poema o un relato que será del agrado de alguien… … es por eso que estoy aquí, escribiendo éstas líneas pensando en que alguien en alguna parte de éste maravilloso planeta me va a leer… y quizá… solamente quizá le gustará alguna de las frases contenidas en mis poemas, en mis relatos.

 

Originario de Monterrey, N.L., egresado del ITNL de la carrera de Licenciatura en administración de empresas.

Integrante del Colectivo De Carne y Verso, desde sus inicios (Mayo de 2008), actualmente anfitrión junto con el colectivo del Viernes Poético (Micrófono Abierto) que se lleva a cabo el primer viernes de cada mes en la Unidad Cultural Arquitectura (UCA).

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