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LEONOR GIL IBARGÜEN -COLOMBIA-
SUEÑOS
Insistente tú en mil formas invadiendo mis almohadas.
Tú con diversas caras en una sola filosofía.
caminas como un fantasma sin paz en cada sueño mío.
No se tu nombre ni tu albedrío,
Insistes en tus formas, tus risas e insinuaciones.
Confundo casi demente las alegorías penitentes.
Hasta cuando tú tropezando en mi otro yo,
provocando.
¿Dime, cuándo y qué pretendes con mi vida?
Al menos vístete para aliviar mis expectativas.
Devuelve mi calma antes que llegue el día.
Déjame en tus brazos sin despertar el verano.
Culmina lo que empiezas, no más besos a medias.
Date entero, date vida, date invierno, tormenta mía.
Insistente tu entre la realidad y la fantasía.
* * *
SIN USTED
Amor que éramos,
Cuando el beso interpretaba nuestros cuerpos.
El tiempo vino a cobrar cuentas,
Llevándose todo sin dar vueltas.
Un sombrío fantasma sujeta la añoranza,
No hubo aparente razón a la tristeza.
La soledad bailoteaba con las sabanas,
Un extraño perfume no dio tregua a las cuentas.
Se fue el amor del que fuimos esclavos,
Ya no hay huellas todo es claro.
Se marchó, nada dejamos,
Ni siquiera la tinta en el papel.
Se fue como las golondrinas a otros nidos
Dejando el vació al atardecer.
Si se fue lo que no cuidamos,
como cínicos lloramos un día después.
Se fue lo sé, para qué musitarlo?.
* * *
EL PERFUME
tancia con el paso fino de la distancia,
igual vi alejar con disimulo tu figura desnuda ante mis ojos,
deje que el tiempo avistara cada sepulcro con un leve gemido,
enterré involuntariamente tus besos en los míos.
fui tu testigo de mi propia desolación,
copartícipe de mi destrucción por tu silencio,
y hoy cuando yacías en mi incertidumbre,
una ráfaga de tu perfume envuelve mi nariz,
la firma de imposible olvido te trajo en mí.
si en ausencia respire tu presencia,
infame fantasma de cualquier parte.
tu mensaje se hizo claro en un extraño.
enajenada estaba la herida que dejaste un día.
La tragedia vivida,
sentí en tus carcajadas un golpe en mi cara.
eras un fantasma del ayer cuyo perfume anduvo en cualquiera,
eras lo que una mujer abandonada espera, ¡nada!
* * *
ROTUNDO
El escape de mis manos en las tuyas,
Una vacilante sonrisa atrapada en mis dientes
El pecho descubierto dando la bienvenida,
La esencia misma de un sueño materializado.
Tú cubierto todo sin preámbulos
Ese yo aventurero y arriesgado en tu vida.
Rotundo lo necesario sin fronteras,
Los polos cayendo a pedazos
Fuego de infierno escondido en cada fibra,
un minuto secuestrado entre segundos...
Tú en mí sin interrupciones.
* * *
AURORA MÍA
celoso empaña mis ojos,
Su furia ardiente ensordece mis oídos
El cielo perturbado guarda silencio.
Aurora mía le llamo a cada ápice de de luz.
Cómo pretender quedarme naufraga en el vacío?
Que importa el blasfemante mundo,
Igual la soledad escupe cada cuadra a mi paso.
Aurora mía te llamo desde el suelo que toco,
dame un poco de tu cielo rojo
Y cuando la oscuridad pretenda quemar mi medida
rompe con el poder que te sobre pasa su atrevimiento.
No permitas el silbido irónico de las bestias en mi frente
Dame tu sin penitencia la libertad para ser feliz.
Aurora mía, mi cabeza retando sin importar al tiempo.
Soy una lluvia de abril cuando la luna se oculta en su íntimo devaneo con el sol. Exploradora de lo imposible, el alma, artífice de mi supervivencia, amante rotunda de aquello que me hace humana, enemiga de lo ostentoso y banal, una loca en su propio silencio, esa es mi esencia así es mi filosofía de la letra.
Un bailoteo constante de mariposas y a veces cuando el viento sopla en contra se desvanece, luego revivo por efecto de un verso que me regala la luna o alguna bonita persona sin importar que a veces me hagan llorar.
El arte lo heredé de mi madre cuando la veía perderse en montañas de ropa sucia como caperuza con su lobo hambriento; mi madre se sentada en una vieja banqueta inclinando el dorso mientras azotaba nuestras prendas enmugrecidas contra un rayo de madera y su batea, esculpiendo de este modo una nueva aventura entre el agua, la espuma y los tarareos de la muerte de Abel Antonio, era la canción que más le escuchaba, con la timidez de quien huye a la mofa, ella idealizaba el arte, soñaba a cuba me decía e interrumpía en momentos su rutina domestica para ponerse de pie y mover cadenciosa sus caderas a ritmo de una imaginaria tambora cuyo sonido era despacioso, allí me quede atrapada en esa danza ancestral milenaria, copie a mi manera lo que hoy llamo vulgarmente poesía.
