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ALBA LUZ CANO ZAPATA -Colombia-

NO PUDO SER

 

Él, tan soñador, se enamoró de ella;
ella si lo amó, lo amó como a su gran amigo;
según le dijeron, él solía cerrar sus ojos para en ella pensar.
Cuando él le desveló su sentimiento,
lo miró cómo quien mira a un fantasma,
su amigo lo supo entonces, se atragantó de desilusión,
de nuevo el dolor atacaba.
Ella nunca amaría al hombre,
cómo él amaba intensamente a la mujer.
Ensombreció, apretó los puños,
tensó los músculos de su rostro maduro
aun no surcado por arrugas.
Sonrío sin ganas, guardó un silencio algo sepulcral,
sintió un enojo doloroso, feo,
tanteó , husmeó alguna posibilidad humana
– una salida, sus ojos se nublaron;
aun sin marchar extrañó su rostro,
su voz tan aguda, su locura,
su charla tan despistada,
sus crispimos ojos negros, su boca.
Creyó escuchar sus risas espontáneas reales, sonoras,
Desolado, fuerte, gritó para sí mismo, desesperado:
“¿Dónde está mi musa, por qué no me eligió?”
La buscó, versos a diario le escribía,
le ofrecía un brindis en copas de cristal roto,
quiso beberse su amargura, lo intentó;
entre laureles, vinos, tonadas, libros, relatos,
música, llanuras, ríos caudalosos/bravíos,
horizontes infinitos, exóticas aves,
la humedad de su tierra, los colores del cielo, sus poemas.
En medio de una tumultuosa soledad,
bebió del cáliz oscuro y amargo de la vida,
bajo un ronroneo desganado, melancólico,
con palabras de acero, la nombró,
jugó con su cordura y sus sueños,
se sintió un inefable ser sin tiempo,
por último se embriagó junto a la sombra de la mujer querida,
en medio del sombrío augurio elevó sus besos hacia ella,
y a pesar de la ausencia de nuevo gritó su amor.

 

*   *   *

 
REGRESO DE UN VIAJE SIN FINAL
(Episodio real)

Un viaje por caminos oscuros, tenebrosos senderos sin vida sin color sin olor, suelo en rocas filosas y  grietas, aire viciado con olor a descomposición humana.
Ángeles negros  rondando sañosos por el lecho. Ángeles blancos en busca de purificar el alma,
todos a la caza de un cuerpo… de un espíritu: Urakabarameel,  Akibeel,  Tamiel,  Ramuel, Danel.
Ángeles caídos exponiendo sus garras frente al cuerpo desvalido igual danzan frenéticos al costado de la enferma: Damabiah, Manakel, Ayel, Habuhiah, Rochel, Yabamiah, Haiaiel, Mumiah, Azazyel o Azazel los ángeles blancos o de Dios.
La mujer siente desprenderse de la vida - flota en medio de luces viscosas. Algo se aleja de ella… algo la abandona. Lucha por combatir dolor, fatiga, miedo. Percibe lo insondable como a su paraíso posible. Quiere morir al declinar el día, a campo abierto y con su cara al viento para hacer un recuerdo de su agonía y libre remontar su vuelo. En su silencio abismal grita “ya no más” a las voces con sus plegarias a los sollozos angustiantes. En su mente adentrada en  recovecos inciertos ella piensa que al morir de su áurea la triste y fatídica luz desaparecerá sin llegar a tocar con sus redes a alguno de sus grandes amores. En su lucha interior dibuja un lento sol que expira en tamaño y luminosidad. Ella busca morir antes de llegar a destruir aquello que creyó suyo, solamente suyo. La ironía del tiempo se impone sobre ella: le grita “eres mía… aunque sé traiciono tu pedidos, no te irás… eres mía…” Deberá entonces débil y cansada permitir que el dolor la destruya en vida. Da paso al regreso a su perenne dolor.

 

*   *   *

 
 
SECUESTRARON A MARTÍN
 

(Fragmento tomado de un relato basado en un hecho real)

 

Fue en junio del año 1982, rodeaban a su  madre pues se cumplía el primer aniversario de fallecido el papá; ella,  doña Marta, tres días antes sufrió un infarto, por lo que el cuidado se unía al dolor aun experimentado. La habitación principal de la casa  cobijaba a todo el clan familiar,  exceptuando a uno de los hijos varones. De repente el repique  del teléfono rompe los sonidos naturales en el hogar materno, una…varias veces repica… corro a atender y una voz muy grave saludó, luego se identificó, era don Mario Uribe, un socio de su hermano era quien se encontraba al hilo telefónico; entre palabras apresuradas y confusas  dice:  llamo para informar sobre un grave suceso, a Martín  lo secuestraron en horas de la mañana, en la hacienda LA MANUELA, aun se desconoce su paradero o quién lo raptó, no se han presentado exigencias financieras por su rescate. Atónita no conseguía modular palabra, sus manos, su cuerpo todo temblaba, incrédula y sin embargo angustiada, sentía cual ráfagas de arrecio viento  la descarga del infortunio. Sin mediar palabra alguna colgó la bocina; para dejarse caer de bruces sobre un sofá. Confundida como estaba no sabía cómo actuar, ni menos cómo contárselo a la familia. En medio de aquel caos, recordó lo delicada de la salud de su madre, una voz interior le exigió callar ante ella. Cuando se recuperó algo del  gran susto caminó una, dos, tres, veintenas de veces por aquella inmensa casona. La mente en blanco, los puños apretados, las lágrimas negándose a brotar, las sienes latían a punto de estallar;  no reaccionaba ni tomaba decisión alguna.
Del ensimismamiento le sacó alguno de los hermanos para invitarla a ir con ellos al servicio religioso en homenaje a su padre. Autómata siguió sus pasos, al llegar al templo  quedó en la última banca sin conseguir reaccionar. El hermano mayor se percató de esa extraña actitud, razón por la que fue a sentarse a su lado; en voz baja  inquirió: ¿qué pasa hermana?, con voz entrecortada, a pesar del temblor que le entró desde que supo lo acontecido, le refirió la noticia. La reacción del hermano  fue más fuerte que la de ella, las lágrimas surcaron su bello rostro… madreo… maldijo… se estremeció. Sin más se puso en pie y se retiró de la iglesia, al término de la homilía se plantó ante la entrada principal. La familia los rodeo  a los dos; entonces fue cuando con grave tono los pusieron al tanto.
Sus captores del hermano, fueron  labriegos de la hacienda y en sus linderos lo mantuvieron escondido. De pie, atado con alambre de púas a un árbol milenario, bolsas de polietileno en sus partes íntimas dispuestas a recibir su orina, sus excrementos.
Como  mecanismo para realizar las extorsivas llamadas exigiendo  una gruesa suma de dinero por la liberación de Martín dieron uso a los radio teléfonos de la hacienda LA MANUELA, medio directo para que la unidad antisecuestro GAULA durante la  investigación pasados dos o tres meses mapeara el lugar de retención. Planificado el plan policivo de liberación  se dieron a la tarea de tomarse la hacienda en procura de llevar a cabo el posterior rescate. Estando en  el lugar indicado avistaron a los cinco  secuestradores;  procedieron a efectuar el protocolo respectivo de acuerdo a la norma establecida; sigilosos se acercaron lo suficiente, ya en el perímetro por medio del altavoz anunciaron su presencia pidiendo de paso a los plagiarios rendirse. Como  respuesta inmediata los delincuentes abrieron fuego en contra de la fuerza policial. En medio del cruento tiroteo se halló Martín atado al árbol en que estuvo apostado durante largo tiempo. Poco a poco los plagiarios cayeron uno a uno abatidos por las balas contrarias. Cesó el tiroteo, los miembros de la unidad de antisecuestro GAULA se acercaron a Martín quien conmocionado lloraba y reía al tiempo. Por ventura ningún disparo durante el cruzado fuego lo impactó. Fue desatado, sus muñecas y el tronco los tenía lacerados por las puntas del alambre de púa con que lo sostenían a su árbol refugio. Entre abrazos, alegría, jolgorio fue llevado a un centro de atención médica e hicieron la llamada tan ansiada por la familia: “le habla el teniente Urrea miembro de la unidad antisecuestro GAULA,  tengo el placer de informales que hemos liberado hace unos minutos a Martín”. Con el anuncio retornó a la familia la alegría, la paz. Pasados unos días él regresó al hogar bastante afectado física y psicológicamente para junto a su familia retomar su vida. A partir de entonces todo cambió en la vida de él y en la nuestra. Se hizo notoria la fuerza del amor.
VIVIR DE PRISA
(Pensando en mí misma)
 
Era ella apenas una adolescente algo lejana a la juventud, mas, para ese entonces ya se había convertido en esposa. En sus nuevas entrañas una vida se gesta; ilusiones van y vienen en su mente juvenil; aun juega con muñecas, cuenta estrellas en las noches, salta a la cuerda, viste calcetas de color y usa coletas en su cabellera, asiste al cole, capa clases; mira a su esposo como a un amigo “grande”.
Su linda pancita llega a parecer una ilusión óptica, así a ella le fatigue, le duela su cabeza, le ardan las entrañas, le pese la vida. Es niña, en consecuencia actúa como tal. Su espera sólo inspira miedos; hasta que su cuerpo experimenta la primera patadita del bebé; como por arte de magia su ternura de madre aflora. Se siente única, irrepetible, inmensa, milagrosa.
A partir del momento se descubre a sí misma como una incipiente mujer, sus muñecas no fueron más objeto de entretenimiento, pasaron a ser material para aprendizaje. Arrobada veía como se inflaba con el paso de los días su barriguita. Corría el mes de junio, la levedad juvenil de sus pies se esfuma: la hinchazón se apodera de ellos, su rutina cambia indefectiblemente – ahora decora una habitación infantil, arruma su niñez en el baúl de los recuerdos, empieza lento a despedirse de la que ha sido para recibir a la madre que llegará. El día señalado llega, su delicado cuerpo sufre los desgarradores dolores del parto, el temor ante lo desconocido hacen de la chica una ser aparentemente endeble, una guerrera definida.
A las 12 del día de un lunes 14 de junio nace su bebé. Ahora es una niña hermosa jugando a ser mamá. Con sus fantasías trucadas pues de pronto sueña en lo que junto a su niño hará mientras ambos crecen.
Ella hoy, es una madre orgullosa de aquel retoño florecido en su adolescencia. Pudo ser junto a su hijo (sus tres hijos), cuanto fantaseo de niña. Da gracias diario a su Ser Supremo por haber contado con la felicidad de ser madre.
Ya empieza a acercarse a la vejez. Pese a ello las ilusiones todavía van y vienen. Ya no juega a las muñecas ni lleva coleta y calcetines, más sigue soñando con los ojos abiertos, no fantasea pues sabe cómo alcanzar sus metas. Ella se siente doblemente madre pues es abuela de un joven de 20 años, hijo de su hijo mayor, por lo mismo su hijo dos veces.

 

DEDICADO A MIS CUATRO HOMBRES DEL ALMA

 

 

*   *    *


WALT WITHMAN
 

Porque dio el corazón
abriendo su alma
en cada verso con pasión.
En la pluma guardaba el amor,
y pintó versos con flores.
Con sus letras consumadas
hizo grande su labor
de escribir bello y pausado.
Fue poeta en esencia,
él tiene puntual vigencia:
es la palabra que emociona,
es el canto que se entona
en el ventanal de la vida,
y su verso cuando vibra
ama, lucha, y perdona.
Walt Withman poeta eterno...
es por eso que siempre vive
en mis sueños y desvelos.
Porque escribió lo que sentía,
lo que encontró bello y dulce,
porque supo con certeza 
que nunca enriquecería
a pesar de eso escribió
dando con su pluma vida.
No negará el tiempo de sus dedos
la extensa caricia escrita, 
Que hizo de su rima viva
el telar de todo sueño
repasó en su mente, 
lo que el corazón sentía, 
vivió el poeta, inspirado,
escribiendo versos,
que culminaron 
cubiertos con el 
manto de la noche.

 

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ZOZOBRA
 

Sobre una nube se posa la faz del amor
tiene boca grande como su alma.
mirada sin brillo cargada de amor,
flotando el espacio vigila por ella
la musa adorada sin mente ni alma
pues ya se marchó al horizonte infinito
para no volver.
En la nube rosa sus lágrimas posa
por esa que tanto el siempre adoró,
ya nada lo calma no borra el dolor,
allí en soledad grita a su dios
lo lleve con ella sin tanta demora
porque ya en su pecho vacío se siente el corazón,
al mundo le llega en forma de lluvia
el agua salobre que vierten sus ojos
donde ahora vive la desolación.
El dios se conduele, lo toma de hombros,
lo besa en la frente y así le permite ir ya junto a ella
su amada morena que un día murió.
El hombre es viejito
viajando al encuentro de ése destino que él se forjó,
ir a su negrita por fin tan tranquila
sin esos dolores y sin su presión,
cuando a ella llega la abraza dichoso y
ellas sonríe lágrimas felices
lo mira, lo besa y mira las manos amadas
que un día él le dio.
 

 

Alba Luz Cano Zapata. Comunicadora Social y Periodista, Especializada en Periodismo de Investigación, Magíster en Cultura. Gestora Cultural. Escritora y poeta. Capacitadora universitaria en lectoescritura. Estudiante de Escritura Creativa y Comunicativa PROMETEO en la universidad de Antioquia, estudiante de Oralidad en la Universidad de Medellín. Participe cursante del Taller de Expresión Oral, Casa del Egresado Universidad de Medellín. Profesor Mario Wilson Bustamante. Participe cursante del taller de Escritura y edición de textos, profesor Andrés Hoyos, revista El Malpensante, Medellín. Géneros: Poesía libre, relatos y prosa poética, narrativa e incursiona en el cuento.
Miembro Fundadora del Colectivo Literario  UNI-VERSO Tinaja de palabras en Medellín.
EMBAJADORA CULTURAL ARTEPAX ESPAÑA 2018
Representante por Colombia e invitada por la República de Argentina y la comisión de Cultura del MERCOSUR como ponente   al CONGRESO INTERNACIONAL DE EDUCACIÓN Y CULTURA  ARGENTINA 2017. (Rosario, Ancoyá  y Buenos Aires)
Premio a la Excelencia Mundial Literaria UHE (Unión Hispano mundial de Escritores) en ORLANDO 2016
 
Escritora Sembradora de Paz para el Mundo, encargo dispuesto desde la UHE Unión Hispano mundial de Escritores, Estados Unidos 2016.  
Elegida por la AIPEH Asociación Internacional de poetas y escritores hispanos con sede en Orlando Florida como Embajadora por Colombia ante el mundo.
 
Medalla al mérito  femenino ANA GUERRERO DE HOYOS 2017 en la modalidad CULTURA.
 
Premio SEMBRADORA DE PAZ otorgado por la Junta Directiva de la Red  Asociación Internacional de Poetas y Escritores AIPEH, Orlando FL, 19 de marzo de  2017.
 
Jurado Internacional del Concurso  de escritores juvenil e infantil Leganés en Leganés España organizado por AZORBEAX.
 
Jurado del Concurso Internacional de poesía Ciro Mendía, Casa de la Cultura de Caldas Antioquia.