ISABEL MADURO -VENEZUELA-

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PÁGINA 27

 

 

Isabel Maduro es mi nombre, nací en el año 1980 en la ciudad de Churuguara estado Falcón, en Venezuela. Desde siempre me han gustado las letras y la literatura, aunque también me apasiona el arte, razón por la cual estudié Licenciatura en Artes Plásticas, graduándome en el año 2012, específicamente en la Universidad Centrooccidental Lisandro Alvarado.
 
Escribo desde hace 10 años por gusto y placer, teniendo preferencia por la narrativa y la poesía. En el 2012 publiqué un libro acerca de la estética femenina, en el cual exploro categorías estéticas diferentes a lo bello. Este se encuentra actualmente disponible en la plataforma Amazon.
 
También, estudié investigación en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador en el año 2016, ya que me apasiona. He trabajado como asesora y tutora para trabajos de grado en mi especialidad. Así mismo, laboré como redactora y copywriting para diferentes páginas web. En este momento me encuentro escribiendo una novela en el género de fantasía.
 

Ruido Violeta
 
Delirio,
Ingente cantidad de croma,
Devoro mi corazón
Como carne cruda sangrante,
Ansioso
Pecado flagrante,
Veo el ave mundana,
Y viene hacia mí
Mientras el ruido violeta me agobia.
En el doble encierro de mi ser
Se burla y aletea,
Pájaro de mal agüero,
Se ha truncado el juego.
 
Delirio,
En fantasías de la Fèe Verte.
El destino se ha burlado,
Ansioso,
En mi prisión quedé encerrado
Mientras el ruido violeta es,
Y me va devorando
Mientras veo el ave mundana
Rasgando mi ser.
 
Delirio,
Ahora ella libre es,
Y yo un esclavo
En la jaula de mi corazón
Me ha encontrado.
Ansioso,
Como carde cruda sangrante.
Mundo agreste que se consume
En la amenaza silente,
En lo invisible que mata
Sin nombres, ni palabras.
 
Delirio,
Ingente cantidad de croma
Ese ruido violeta es.
No veo manos alzadas,
Sino rostros crispados.
Ansioso,
En fantasías de la Fèe Verte
Lo intangible me ha encontrado.
En el rayo de luz
Que sutilmente se va filtrando,
Entre el ruido violeta,
La jaula que encierra,
El monstruo invisible,
Y el pájaro mundano
Delirio.

 
Poesía IN_FINITA
 
A veces creo que aparecerás en este espacio luminoso que es tu ausencia entre aire. La potencialidad de esa presencia me enamora; mientras tanto, vivo en este presente donde sigo oliendo a pasado. Pero, me salva tu voz, que es canción en el abismo, donde ama el viento a la esperanza.
Quiero ser como tú, pensar en el vuelo que derrota al vacío, porque tus ojos se han posado más allá de mis sueños. Allí pertenezco, un espacio que no conozco, pero tengo el alma y un latido que anuncian el aroma a jazmín.
Mientras esperas, al igual que yo, amas lo imposible, lo dices, haces y creas. ¿Quién soy entre la bruma para conjurar tus cantares? Solo otra voz que clama entre el desierto. Eres el verso entre versos, palabra que jamás muere, porque nace de la vida y vuelve a ella. Tu sonrisa ilumina el mundo, el mío, el nuestro.
Por ahora, sigo esperando el espacio que te espera. En la reflexión de los espejos tus promesas son fractales, el caos en la belleza, la belleza en el caos que produce armonía. Lo sabe y anhela la Omega, eres eso, eso y más, mi poesía IN-FINITA.

 
Al borde del mar
 
Más allá del mar utopía, aire en aire, aire en palabras. Si por respirar es que siento el aroma de su salitre, la portentosa fuerza que crea la causalidad, ingobernable, da a luz lo sublime. No vuelas solo por volar, sino que, en tramas de dibujos hechos con éter, las huellas crean paisajes de fantasía.
Pintas con letras color alma, el universo en infinito habla, ¡he ahí la poesía! Y yo, que nunca supe de lluvia, jugué con las nubes en invierno, dancé con el sol hasta volverme helio, escribí entre líneas de luz con fuego, y vino el tiempo a contarme entre versos. Susurrante el viento, a todas olas y luego, y luego, y, luego y, luego…tan solo al borde del mar.

 
Entre las charcas
 
Tal vez sea necesario conjurar la tormenta, la de mi alma, contar 1 y llevar 3. Los nubarrones se apoderaron de este cielo desatando el invierno. Aquí voy, sin abrigo y paraguas, entre los dibujos acuosos que son ritmo, gotas, formas, ondas entre las charcas, y puede que mis mejores amigos.
Camino mirando el cielo agrisado, llevo como perfume el petricor, y el mundo se va alejando entre los nubarrones que simulan mi alma. Se han vuelto salobres al combinarse con mis lágrimas. Allí habita su esencia, en esta confusión.
Grandes gotas han impactado en el suelo, creando dibujos acuosos entre las charcas. ¡A dónde voy! Pregunto. La llovizna no cesa, con sus pinceles siguen dibujando las formas acuosas, curvas concéntricas que expresan las penas.
Voy, camino sobre mis propias ondas que se van expandiendo en el ruego. Sus figuras se confunden en mi ser, ¡estoy a punto de transformarme en agua! Ya soy en la lluvia y canción, soy la bruma entre las charcas, mientras cuento uno y llevo tres.