JORGE TARDUCCI -ARGENTINA/ITALIA-
PÁGINA 29
Jorge Tarducci. Nacido en Argentina. Posee su blog personal: http://www.jorgetarducci.com . Revistas digitales de Chile, España, Argentina, e Italia publican regularmente sus creaciones. Participa habitualmente en lecturas poéticas. Realizó viajes por cuatro continentes. Ejerció la docencia en cuatro provincias argentinas. Miembro por invitación de seis grupos de poesía en la red WhatsApp. Reside en Italia.
LA CUEVA DE LAS MANOS
Deseaba ver en su color
el sentir milenario de esos humanos,
que perpetuaron en dedos estampados
su savia... sabiamente pictórica,
pues lo hicieron en un acto de legar
su vocación por bellezas subterráneas,
y me encontré en un instante
frente a un muro de piedra e imagen
con el arte auténtico del nativo,
donde aún en esas manos abiertas
está la calidez de aquellos tiempos
y el mensaje mudo de una raza,
que en América del sur... se enorgullece
de una prueba cabal de su grandeza.
* * *
MEMORIA DEL AIRE
Éste mismo suelo
de eucaliptos y trigales,
fue pisado por siglos
por indios trashumantes,
los que ahora no están,
quizás... si, en la memoria del aire
en el recuerdo del viento,
que eran sus parientes directos
sus espejos totales.
* * *
MONTES Y MANTAS
En ese día lejano
cada estrella mostraba la luz fuerte y
sinuosa, del rayo más tenebroso.
En ese día lejano
montes y mantas
hablaban la lengua,
confusa y hostil,
de la soberbia odiosa.
En ese día lejano
cultos y analfabetos
abrazaban la misma causa,
la loca y ardiente causa, del
querer siempre más.
* * *
FEBO INTEGRAL
Cada rayo de luz,
es una invitación
a cabalgarlo,
con intensidad,
porque su levedad
y su fuerza,
resumen
el mensaje cenital,
del febo integral.
* * *
DESHABITADA SOLEDAD
Seré un tenue recuerdo
envuelto en algún verso...
quizá algo mas
de un hazmerreir
y menos...
de una ambición alocada,
pues mi cansado reloj
señala puntualmente
tal deshabitada soledad.
* * *
SOY LLANURA
Yo llanura
sentí los pasos esporádicos
de Ranqueles y Pampas,
la cuadrupedia del guanaco
y la gracia del venado.
Me transitó
laguna a laguna
el ñandú flecha veloz,
y a mi cielo ancho
los biguás lo cruzaron.
Con mi aplanada soledad
me reunía en cada alborada,
a renovar la creencia
en la infinitud de mis límites
y en la eternidad del silencio.
