ROCÍO PRIETO VALDIVIA -MÉXICO-
PÁGINA 47
Amar a un imposible
Me enamoré de ti; de tu forma de ver la vida.
De tus arranques de niño malcriado.
De tus manos y las lúnulas que nacen pulcras.
¿Me enamoré?
O solo fue un abismo en el cual los dos caíamos.
Y la madrugada con su gélida bocanada se apresta a traerte junto a mí.
La fogata en la llanura se extiende y tú no estás para hacerme entender la vida.
En el café ya no me espera nadie.
Ni he de correr por toda la ciudad en busca de los camels azules.
Bajo la mesa el refresco no hace explosión.
Ni yo finjo no estar ahí, ni estos ojos necios se desvían para no verte sonreír
y caer en ese par de hoyuelos.
Es cierto de nuevo me enamoré de un imposible.
De un recuerdo que salto tan alto y me dejado un dulce momento.
¡Mi jaguar dormido!
Mi pensamiento a media luz
Mi hombre pájaro
* * *
Mírame
Recuerdo tu sonrisa, siempre tu sonrisa.
Eran tus lunas nacientes de tus uñas un paraíso para intentar huir del mundo.
Tus manos un eje que movía el mío, sin tocarme, ni hacerme tuya ya lo era esa hora a tu lado.
Las páginas se tuvieron que cerrar sin una despedida.
Las mañanas de los martes duelen, y no logro sostener el peso de la vida.
Tengo que sonreír para que nadie note tu ausencia.
Teclear un par de frases que no tengan nada que ver de amor.
Pero mírame de nuevo agitando las manos, para que las palomas de la desolación no me alcancen.
En esta ciudad que cae a pedazos, que se convulsiona, se contrae.
La ciudad es una herida abierta para la niña que reclama tu ausencia.
* * *
LAS ARENAS DEL TIEMPO
Tú yo no perdimos el equilibrio
recuerdo tus palabras; si no fueras mujer
serias mi mejor amigo
y en las esquinas del tiempo
mil veces morimos.
y a pesar de la distancia
nos queda el verdor del deseo
que se funde el ocaso de los días
que fenecen cada tarde.
mientras las arenas del tiempo
se nos meten por los ojos.
* * *
Ladran los perros
Las horas avanzan, tú te alejas cada vez más.
Mi alma desconsolada no tiene reposo.
Los gritos cercenan mi garganta, el mar se vuelca contra mí.
¿Y qué te he hacer para no traerte a mis recuerdos?
Si apenas ayer fuimos uno con el mar desbordante.
Tus cabellos crespos enredados entre mis dedos.
Siento que estoy al borde de un precipicio sin retorno.
Y soy cómo una brújula que no sirve o una gaviota herida.
¿Dime que he de hacer para sentirte
junto a mí?
Es de madrugada, los perros emiten sus lamentos.
¡Y yo intentó no morir sin ti!
* * *
“Las voces de un pasado glorioso no se extinguen si los poetas cantan con alegría a una sola voz “
[“En el cielo he visto
Pasar este siglo”
Margarite Yourcenar]
* * *
Voces Sagradas.
Somos el lenguaje indivisible: el eco no calla.
Y cae, por el laberinto del olvido.
Somos un puñado en la vasta tierra,
nuestros pasos hicieron garabatos en las rocas.
Somos un ritual primitivo que no se olvida.
Fuimos fieras contra los conquistadores,
y la noche triste se ha diluido en el recuerdo extinto
del sonar de las caracolas.
Somos aquella
la catarsis de un pasado que fluyen en ríos etéreos.
En voces sagradas; y resurge en la lengua nativa mazahua.
* * *
Raíces
“Hay momentos en los cuales las palabras no alcanzan”
Para señalar con alegría los colores de las faldas de las tehuanas.
La piel canela de las mujeres mayas.
Las mariposas monarcas alzan vuelo y se instalan en mis recuerdos.
Las trenzas de las muñecas de trapo: ahora están de moda.
Los alebrijes me sonríen al voltear la hoja en blanco.
Las flores bordadas resaltan en mi vestido color azul celeste.
¡Aquel ignorante me ha llamado India!
Le sonrió que sabe él de los misterios de una lengua extinta,
del silencio que horada los días
De las alas cortadas, de los colores de la cochinilla.
De lo bello de las pinturas rupestres, del brillo de los ojos bonitos.
De amar tus orígenes.
De ser criada entre niños, de correr descalza
Y gritar de alegría al ser mexicana.
Hay momentos que las palabras no alcanzan.
Para señalar con alegría el vuelo una mariposa monarca.
* * *
Lejanía
Ver una pareja y querer
ser recuerdo para siempre.
Amaneceres en dorado fueron los días;
en los cuales los dos estuvimos uno a uno perdidos en la selva.
Las fauces de los reptiles no herían la piel.
Y mírame ahora ahogando mi llanto en penumbras.
Y tú en la lejanía perdido, sin mí...
* * *
Palabras rotas
Se conduele mi alma; y con ello, la tarde declina en el horizonte.
Se ha henchido mi pecho, de fatales cifras.
Acá, acá, acá hemos encontrado otro cuerpo.
¿Por allá más miseria?
Y mis ojos cegados ya no soportan otra función, los payasos portan macabras sonrisas.
Es tan breve la vida, que escribo palabras rotas.
Y la injusticia se abre paso, los que estén por morir; den un paso al frente.
¿Tantas veces me he preguntado si Jamás se ha de saciar?
¡la sed de la muerte!
* * *
Una nueva patria.
Intentó reconciliar mis sueños,
mientras la mañana avanza
y la cítrica fragancia del limonero
se va colando hasta los pulmones.
El ruido de la calle me ausenta de ti
¿Dime a quién he de mirar sonreír los lunes?
¿En qué hoyuelos he de navegar y caer hasta perderme?
¿En cuáles manos en de fijar mi vista?
¿A quién he de mirar de lejos tecleando algunas frases?
¿A quién he de atisbar un par de páginas?
"Un hasta luego" "un para siempre "
no bastaron, no bastan estás estúpidas palabras escritas
y los miles de lecturas.
Las balsas imaginarias y las fogatas en verano.
Ni el aroma de la hoja de vainilla desprendiendo sus aromas.
¡Ahora mírame inventándome una nueva patria!
* * *
Indagación
Dime pequeñito si a veces no rompes
en la oscuridad en lúgubre lamentó.
Si las sombras voraces de la noche
no muerden tus recuerdos.
Si mi cuerpo no era un huerto cerrado al tiempo.
Si aún al probar la vainilla la diáfana caricia
rompe las murallas que habías construido
para que lo nuestro no te hiciera costras nuevas.
La danza de la muerte lanza su gélida bocanada.
Y hasta aquí hemos roto a puñetazos
Esta mudez que nos ahoga nos aniquila.
Las moscas de la desolación pudren las heridas.
¿Para qué, dime para qué?