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AGUSTÍN ÁVILA RODRÍGUEZ -CUBA-

Agustín Ávila Rodríguez, la Habana Cuba. Escribe desde su adolescencia; Literatura en general, pero ha publicado sólo el género poesía. No se desempeña profesionalmente como escritor, pues es graduado de ciencias técnicas, y ha dedicado toda su vida a su carrera en el área de la emergía en su país. Posee una vasta obra inédita, tanto en literatura como también en letras musicales. Ha participado en diferentes eventos del género, bien en su municipalidad, como en otros de nivel nacional. Posee registros en el Centro Nacional de derecho de autor de su país y en el extranjero. Atesora distinciones acreditando de su trabajo en los géneros mencionados por participar con sus obras, entre los más importantes de su país, el Concurso "Adolfo Guzmán de música cubana. Ostenta la condecoración de Vanguardia Nacional del trabajo de la república de Cuba. Además es miembro activo de la Asociación de Innovadores y racionalizadores de Cuba. Con una hoja de servicio de mas de 40 años como 
 

1

Tener poesía.
 
Tener la poesía entre tus manos,
Te hará viajar hacia el misterio de la vida,
Descubrirás la esencia de lo humano,
De su poder maravilloso, como Biblia.
Transportará tu corazón al infinito,
Y sentirás poder entre tus manos,
Aquel que llega transmuta su pasado,
Serena el presente y su futuro es granado.
Porque es alimento de dioses,
Erario del alma que abraza a los seres.
Tener unos versos debajo, en tu almohada,
No dejará que estés desarmado,
Su poder y su fuerza te hará libre,
Y vivirás como sumido en el nirvana.
Ella es nervio ennobleciendo muchedumbres;
Tener la poesía entre tus manos,
Te alejará de los menesterosos,
Serás luz y cirineo, para ellos y los otros,
Que volverás al designio tu certeza.
Tenerla nos convierte en su discípulo, y nos adiestra para ser mejores.

 

*     *     *

 

Abortar las tristezas.
 
Todos vestimos tristezas,
cómo expresión genuina en nuestro mundo espiritual.
Si es que el cielo entristece,
viste de niebla para sollozar.
Si están los pájaros tristes, enmudecen su trinar.
Si vas pisando a las hojas,
y los pétalos de flores en tu diario caminar,
No son más que lágrimas secas, llanto y sentir de tristezas entre el mundo vegetal.
Si un animal se arrincona,
no te viene a saludar,
es la expresión de tristeza
que te quiere demostrar.
Entonces,
Si la tristeza en lágrimas de dolor, traduce a los sufrimientos sin importar la razón;
Vistamosla de otras formas,
ofreciendo el corazón.
Amando en los días más grises,
Sembrando campos y flores.
Acompañando animales a desterrar sus temores;
Y nosotros, los humanos, hacedores de tristezas,
Mirar al mundo distinto, engendrar felicidad;
Derrotando a la cruel angustia,
desterrando la tristeza en su esencia natural.
 
3
DIFERENTE.

 
He sido feliz a mi antojo,
Y he vivido el amor tan tremendo.
Ese lleno de paz y remanso,
que te cala los huesos
limpiandote el alma.
Recorrí otro camino
diferente a los otros,
sin dejar de crecer
con un noble destino.
Sin perder la nobleza
de sufrir por el otro,
de hasta aquellos que nunca
ofrecieron su mano.
Congelé hasta la lágrima
más cruel del pasado,
Y toqué con mis manos
la puerta de esa aurora.
De otro mundo con luces,
de colores renovado.
Envuelto de silencios
tan crueles y encantados.

 

 

*    *     *

 
4
Quijote de Habana Colonial.

 

          A la memoria de  
          Eusebio Leal Spengler.

 
Hombre vertical y visionista,
Claro fue mi historiador.
Profundo cómo azul de mar;
Ese que empina el Morro en la bahía,
Y tantas veces que le hizo suspirar.
Alma que supo colocar a la veleta,
Justo donde el diestro no desmaya.
Ínclito de incesante galopar,
Cuando el designio reveló su meta.
Letrado liberal, eterno historia; Honda tu lengua de pausada y pedestal;
Cual poeta policromo que pinta su lenguaje,
Cómo encajes de tocado en fino lino, y un pincel de tulipán entre las manos invitando a suspirar.
Que sin Plaqué, hizo brillar a su ciudad;
Errante alucinado de la Villa
en la hermosa Isla que te guarda.
Hidalgo y tuitivo Don Quijote moderno, en tu ir y venir de galopante pasacalle.
Empapaste tu camisa como ofrenda, entre viejos muros, adoquines y murallas;
De vitrales, fortalezas, capiteles, y de hierros de ventanas.
Sin olvidar tus ermitas, las de la  Fe,
Caridad diste en tu pueblo. Esperanza de creer para crecer, ilusión de nuevos sueños.
Hombre aptitud y de modestia; Pasear la Habana será siempre festín de gratitud aún sin verte. Porque tu efigie en espíritu está en las cosas que apreciaste,
Las que tocaste de buena voluntad, y a conservar enseñaste.
Que devolvisteis luz propia, en arrullos de palomas a tu hermosa Catedral.
Que al sol no dejaste de mirar con la pasión martiana en la cara;
Esforzado maestro de pueblo al que estreché su mano.
De entre polvo y tu tierra en ceiba volverás,
Y abrazándola en ofrenda que aun muerto das con justeza a la Colonia, tu vieja Habana de fineza antigua, es a ti a quien abrazará.
Develada de encantos, sin callar de historias y verdades;
Hombre orador y vital.
Dejas nutrida a la patria convertida en maravilla colosal.
Y creo feliz te has ido
cuando te escuché aclamar,
Con tu pecho lleno, henchido.
Un !Que bella es mi ciudad!

 

 

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Chartapacium.

 
Debo seguir escribiendo en mi cuaderno de apuntes,
Sin borrón y cuenta nueva.
Es preciso dejarlo todo escrito;
La tierra está mojada y no es que llueva...
...Llover se llora sudando a mares, un mar de lágrimas
pro tempore, un mar de gente.
Y todo se ha vuelto equinoccio en sólo un día;
Pareciera poluto que en dardo humilla.
Papa mio, que traes al sínodo anclar al hombre mal herido, levantando al arrastrado de sus túneles al cielo,
Componiendo su calavera.
También se vuelve así de obispa mi escritura.
Cracia Cíclope sin ambages;
Sustento de mi amar sin anagrama.
Mientras que nada pasa
junto las letras,
en mis notas parecidas de poeta: lapsus cálami.
Vuelo noticiario haciendo no más que lo que debo,
Hacerla apóstrofe.
©