JACKELINE ROJAS A. -CUBA-

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Jackeline Rojas A. (Cuba, 1973). Soy una autora cubana, nacida en la capital de mi país, la bella Habana. Desde la adolescencia me sentí atraída por la literatura en todas sus formas y manifestaciones. Empecé a escribir mis primeras historias y poemas desde entonces. He sido siempre una lectora que admira los clásicos y contemporáneos. En mi búsqueda por el aprendizaje, me gradué de diferentes lenguas: inglés, francés, italiano y portugués. He tomado cursos de fotografía y soy Licenciada de Psicología en la Universidad de La Habana. Madre y esposa. Mi literatura transita por diversos géneros y los temas que más me interesan están vinculados con el estudio de la racialidad, la igualdad de oportunidades, los entornos considerados marginales por tradición. He participado en diversos cursos de técnicas narrativas y poéticas, entre los que destacan los impartidos por el Centro de Creación Literaria “Onelio Jorge Cardoso” y el Centro Hispanoamericano de Cultura. Fui miembro del Curso-Taller para la formación de escritores dictado por el Grupo Literario Letra D’Kambio, en la Casa de Cultura Mirta Aguirre. En la actualidad, soy miembro del Laboratorio de Escrituras “Encrucijada”, que dirige la escritora Elaine Vilar Madruga.
 
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La consagración
 
Transición
No entendió los senos hinchados y el asco a aromas culinarios. Olvidó. Y la mano de Phillis W. la llenó de poesía. El miedo y la emoción compiten como hermanas salvajes. Acelerados latidos retumban en las manos, en los pies, en el vientre, en la sangre. No espera, atesora varias ramas para el nido. Aprende a tejer con carretes de ilusión y ternura en solo doscientos setenta y tres días.

 

 

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Expulsión
Construcciones anónimas palparon mi vientre. La jerarquía de los teóricos y practicantes provoca una bofetada en las diminutas pulsaciones. El fantasma de una partera me empuja y no la escucho. El miedo otra vez se apodera del cuerpo que se entrega desinformado, adolorido.

 

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Coronación
El cérvix no tiene prisa, sabe que es el gran día. No conoce de relojes ni amenazas. Deviene sorda a gritos. Le ordenan que coopere, pero ella es libre. Se despoja de la culpa. Rompe aguas, y viaja la lumbre. Desgarra las entrañas de quien aguarda mientras el ovillo asoma con pétalos de lana. Remembranza de una pintura barroca donde el pintor extravió los colores fríos.
 
 

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El viaje
 
La melancolía de tus ojos inspira un juego infinito.
No valen aciertos ni cantos de cigarra.
Caigo, mariposa monarca en pleno vuelo.
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Átomos en diatriba rasgan el cráter.
Cenizas sepultan mis dedos.
El magma dejó sus huellas en el cáliz.
 
 

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Confabulaciones
 
Fantasmas me acosan sin piedad.
Imposible descifrar signos de una era llamada moderna.
Marionetas insisten en presentar la función
y una ola subterránea fabricada más allá del arrecife, gira.
Me extravié en túneles transparentes inundados de tabúes y oropel.
Suplanté (por minutos) la vida de un simple mortal.
Despierta, trabaja, bebe, come, duerme.
Despierta, estudia, bebe, come, muere
Renuncio.
Decido invertir una pirámide colosal y fraguar caminos sin salidas.
Las arqueólogas africanas no lograron encontrar vestigios del espécimen.
Único en su género.
El Caribe muestra sus mejores ofrendas, entre risas y soles está la verdad.
¿Qué verdad? Mas allá del ser. Mas allá de estar. Mas allá….
Los fantasmas me acosan.
Intento dormir entre trinos y espinas.
Mientras, el sonido de tres girasoles desarmoniza
el quinto movimiento de una sinfonía jamás escuchada.
 

 

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El entierro de los pastores  
 
No espera el dictamen, el verdugo enloquece y libera al rebaño.
Rehúsan dar un paso fuera del redil, no saben caminar sin boyero.
Los gruñidos del líder dividen la multitud
y los gladiadores se lanzan a la arena.
La jerarquía tiembla y las ovejas expectantes aguardan.
Continúan pastando, sin levantar la cabeza.
 
Las miradas de la ignorancia atraviesan el pasto, fallecen.
Nadie recuerda la travesía en las montañas, ni el Concejo de la Mesta.
Doce muflones sagrados instituyeron leyes
con el permiso de cientos de ovejas.
La tropa sigue su paso, se desangra sin escapatoria.
No necesitan crear, basta con pacer mientras algunos conspiran.
 
La nébula deja escurrir sus gotas inversas, abajo nadie se moja.
Surgen ovejas negras exhaustas de consumir pasto.
Reclaman carne sangrienta
que les atraviese la panza y estalle.
Los matones ladran, intentan controlar la multitud enloquecida.
¿Quién podía imaginar que era el día crucial?: la ceremonia del corte. 
 
Humilladas, perdieron su lana en la ausencia de derechos.
Allí en el Valle de la Mansitud afloraron opiniones contrapuestas. 
Las pezuñas revientan las cuerdas de un violín ajado
y la celda se hace pequeña
mientras la arquitectura del terror realiza malabares.
Las torres quedan sin vigías, ya los pastores no soportan el balido.

 

 

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Sputnik
 
Amanezco iletrada en un mundo 
donde los códigos y fonemas
embotan los sentidos.
 
Des-amanezco:
Irreverente encapsulo imágenes.
Partículas cósmicas revolotean.
 
Incoherente salpico mi cuerpo de batallas etéreas.
En un segundo me desintegro.
 
Demando que en el corazón del roble
estalle el último latido.