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PÁGINA 18

RAÚL OSCAR TABORDA -ARGENTINA-

Poeta Narrativo.
Poeta Costumbrista.
Músico y Compositor.
Nacido en Nogoyá. Entre Ríos. Argentina.
Edad: 46 años.
Comenzó a escribir en 1.996, haciéndolo intensamente en 2.012.
Ganó premios en Festivales de: Recitadores, Declamadores y Decidores.
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Aspira a publicar sus libros.
 
 

SUSPIROS DE AMOR
 
La lluvia fresca que cae despacio
moja pétalos de flores blancas
que son como mimos, cual caricias,
como mis besos en tu cara franca.
 
De pronto llega como por magia
en vuelo brillante aquel picaflor
que hasta dibuja por un instante
tu encuentro y el mío en el dulce amor.
 
Me quedo tildado con cara sonriente
metido en mi mente con eso que miro,
¡si es un poema esta bella imagen!
que hace que escriba al compás de un suspiro.
 
Cesa la lluvia, se va el picaflor;
y cuando iba le digo sincero:
'Si vas de visita a la flor de ella,
llévale el poema y dile que la quiero'

 

 

*    *     *

 
LECCIÓN
 
En el medio del jardín
con gran placer la admiraba
elevarse bella y pura,
aún más si me acercaba.
 
Me conquistó su belleza
y me atrajo su fragancia,
lo que hizo, que mi brazo,
se moviera con más ansias.
 
La quise traer conmigo
usando mi dulce voz;
pero ella, cual rechazo,
al acercarme, me hirió.
 
Al sentir aquel dolor
y ver el sangrado lerdo,
me llevó, como con magia,
hacia un lejano recuerdo.
 
Ahora siento en carne propia
lo que se sufre un dolor;
y me llevó la conciencia
a aquella traición de amor.
 
La rosa tomó en venganza
lo que un día hice a ella:
la herí cuando me amaba
y en su alma, le hice mella.
 
Aprendida la lección,
de la rosa, yo me alejo;
al igual como hace ella
que me mira desde lejos.
 
ME ENAMORÉ DE TI
 
¡No sé por qué veo la luna
si antes nunca la miraba!
¿Por qué miro el horizonte
recibiendo a las bandadas?
 
¿Por qué me veo al espejo
interesado en mi facha,
peinándome cada rato
si antes nunca importaba?
 
¿Y por qué miro la rosa
con su rojo que me encanta,
sí hasta la quiero cortar
si antes jamás la tocaba?
 
¿Por qué suspiro? ¿En qué pienso?
¿Por qué sudo en las mañanas
y mis manos se me mojan
si antes no transpiraban?
 
Ahora está la respuesta
al ver tu foto, mi amada:
creo me enamoré de ti,
y yo no sabía nada.

 

 

*    *     *

 
 
¡¡OH, MI SOL!!
 
¡Miren cómo ya anochece
¡Y mi corazón desangra!
Está tan roja la tarde
Que de mis penas se encharca.
 
Quédate un ratito más
Oh mi sol, aún no te vayas.
Pues cuando llega la noche
La melancolía ataca
 
¡Oh mi sol!, ¡Luz de mi vida!
Una sombra me la empaña
A ella, que era mi lumbre
Y se fue a tanta distancia.
 
¡La extraño tanto a mi sol!
Mi mujer, que es tan amada.
Que cuando cae la tarde
Me recuerda que se marcha.
 
¡Oh mi sol!, ¡rey fulgurante!
Te tengo enfrente y te callas.
No se te ocurra el entrarte.
No me lastimes el alma.
 
Y si me encuentra la noche
Que llegue prontito el alba;
¡¡Mi sol, volvé a ser mi luz!!
¡¡Amor mío, volvé a casa!!

 

 

*    *     *

 
 
OTRA VEZ, TAL VEZ, SERÁ
 
Elegante, llamativa,
se paseaba en el andén
nerviosa, pero con ganas
de que ya llegara el tren.
 
Las vías limpias, brillantes,
al horizonte llegaban
y ella al no poder sentarse
hasta allá su vista alzaba.
 
De pronto sintió el sonido
típico de esa corneta
que llenaba ese paraje
del tren llegando a su meta.
 
Entre tantos que bajaban
ella esperaba ansiosa
que bajara aquel varón
que la haría tan dichosa.
 
El tren que ya se movía
y el último que bajaba
aún lo esperó con fe
que era ese el que esperaba.
 
Pero solo era aquel guarda
que anunciaba la partida;
y el tren se iba otra vez
dejando su alma dolida.
 
Una lágrima bonita
no quiso cargarle al tren
por no cerrarle la puerta
por si otra ocasión le den.
 
Porque entiende que el amor
por esquivo, dolerá,
sí es bueno, se hará rogar
y otra vez, tal vez, será.

 

 

*    *     *

 
 
SÉ QUE VOLVERÁS
 
Vuela mariposa herida,
anímate ya ha volar;
sé cuánto extrañas tu cielo
y a quién te verá pasar.
 
Vuela, aunque quede triste
por el hecho que te irás.
Me acostumbré a tu estadía.
Tu presencia es especial.
 
Vuela. Yo curé tus alas.
Tu autoestima, logré alzar
con lo dulce de la hombría
de quién la sabe aplicar.
 
Vuela. Suelta de mis manos.
Deseo tu felicidad,
ahora que te ves curada
y ya puedes continuar.
 
Vuela. Sácate el deseo
y del que te va a mirar...
tal vez te tenga en sus manos,
pero sé que volverás.
 
Sabrás dónde está la flor,
y el néctar que gusta más;
quién tiene las mejores manos
y corazón para amar.

 

 

*    *    *

 
 
CUANDO NO ESTÁS
 
Me cuesta cuando no estás,
tanto, que hasta reniego
de pasos sin dirección,
hijos del desasosiego.
 
Mi cuerpo se hace pesado
como introducido en pausa,
pues mis motivos y obrares
son por ti, que eres la causa.
 
Pierdo tanto que hasta siento
sin importancia mi vida;
las cosas no dan color,
mi vista queda perdida.
 
Me importa poco quién veo,
me escondo como un huraño.
Ya sabes cómo me pongo
mi vida, cuando te extraño.
 
Vuelve prontito mi amor,
mi corazón no da más.
Ven y cura mi existencia
que sufre cuando no estás.

 

 

*    *     *

 
 
ME QUEDÉ MIRANDO
 
Quedé mirando en aquella tarde
en que mi mano te despidió
y mis dos ojos se humedecieron
cuando te ibas camino al sol.
 
El carro lento se iba alejando
por el trayecto que te llevó
y tu mirada junto a la mía
la lejanía, las apartó.
 
¡Qué cosas bellas que tiene a veces
cuando el amor está entre los dos!
¡Qué cosas tristes que tiene a veces
cuando hay distancia, deja dolor!
 
Pero la distancia es solo espacio
que solo en carne da división
pero no puede en los sentimientos
porque en espíritu hay unión.
 
Por eso, aunque en aquella tarde
triste mirando me quedé yo
te despedí, solo hasta pronto,
porque volverás, mi bello amor.
 
 

Letra de: Raúl Oscar Taborda
       (Lindor del Monte)
Argentina
Derechos reservados de autor.
Letra de: Raúl Oscar Taborda
       (Lindor del Monte)
Argentina
Derechos reservados de autor.