MELISA MONTSERRAT  FAJARDO PÉREZ -MÉXICO-

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PÁGINA 37

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Nacida en 1998 en el Estado de México, es estudiante de Creación Literaria en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
Tiene muchos pasatiempos pero lo que más le gusta hacer en su tiempo libre es escribir, escuchar música, le encanta ver películas y series sobre todo de ciencia ficción y romance. Ama pasar tiempo con su familia.
Una de sus trilogías favoritas es La Selección por Kiera Cass.
Algunos de sus autores favoritos son Jane Austen, Charlotte Bronte, Kiera Cass, Suzanne Collins. Entre muchos más. Le apasionan los libros de romance y las novelas distópicas. Aunque le gusta leer un poco de todo.
La música que le acompaña siempre que escribe pertenece a  Taylor Swift, Lindsey Stirling, Harry Styles, BTS y Scorpions. Aunque otras fuentes de inspiración son Green Day, Weezer, Coldplay, The Doors.
Es creadora de contenido en Instagram, cuenta con diversas reseñas y colaboraciones con diferentes autores en su cuenta de instagram @melyfajardoo, también hace grupos de lectura y le encanta compartir sus lecturas o su vida diaria en sus redes sociales.
 

 

UNA AVENTURA MISTERIOSA.

 

 

 

Dicen que nacemos con un propósito y con base a eso nos asignan un don.

 

 

I


El día de hoy te contaré una historia sobre una pequeña hada que había nacido con un don fantástico, el problema era que no sabía su propósito en la vida ni mucho menos su don. 
Nuestra historia comienza en un día lluvioso en lo más profundo del bosque una familia de hadas dio la bienvenida a Edrielle un hada delicada de tez blanca como porcelana, mejillas rosadas y unas alas un tanto extrañas, eran casi trasparentes solo con unos pequeños destellos dorados que apenas se percibían. 
El tiempo pasaba y Edrielle era muy feliz, mientras crecía desarrolló muchos talentos y aficiones entre ellos estaba el ser muy creativa, innovadora, era un hada inteligente pero sobre todo soñadora. Le gustaba inventar historias, construir o reparar cosas, podía solucionar cualquier problema que se le presentara muy fácilmente. Sin embargo veía que sus amigos estaban encontrando sus propósitos y descubriendo sus dones. 
A pesar de ser alguien multifacética se sentía frustrada, se acercaba su cumpleaños 17 y para entonces debía encontrar su don. Y así empezó su búsqueda.         
—Edrielle son las 4 de la mañana ¿Por qué querías verme tan temprano?
—Necesito tu ayuda Alania, así que deja de bostezar y vamos.
Y así en medio de la madrugada las dos amigas emprendieron el camino.
— ¿A dónde? Te recuerdo que tengo que estar en casa antes de las 8. Mi padre quiere mostrarme lo que hace en el consultorio. Y realmente estoy emocionada, siempre he querido ser doctora de alas.
—Lo sé, siempre dices que te gusta ayudar a la comunidad y eres buena, cuando me lastimé curaste mi ala.
—Sí, estoy feliz. Pero bueno y tú ¿Qué vas a hacer?
—Es lo que vamos a averiguar.
— ¿De qué...? ¡Oh por dios! ¿Hiciste esto tú sola?
Mientras todos dormían en un lugar apartado Edrielle había construido un pequeño campo para probar habilidades y definir por fin su don.
—Necesito encontrar mi don Alania, se me acaba el tiempo.
—Pues comencemos. 
Estuvieron probando diferentes cosas durante horas, había intentado con casi todas las pruebas y a pesar de ser buena en casi todo lo que hacía nada le provocaba un sentimiento especial.

—¿Y si no logro encontrar para que soy buena? ¿Qué  haré?—Aún nos quedan opciones, de hecho no hemos intentado con el don de tu padre y de tu madre. Posiblemente sea igual a alguno de ellos. Mañana probaremos otras cosas, tengo que irme.
—Gracias por la ayuda.
—Nos vemos aquí mañana temprano. Tranquila Edrielle, encontraremos tu don.
Alania se fue y Edrielle se acostó en el fresco pasto intentando despejar sus ideas sobre todo lo ocurrido esa mañana. 
Todo era paz y tranquilidad en ese lado del bosque, estaba a punto de quedarse dormida pero viento se sintió. Era tan fuerte que tiró demasiadas hojas de los árboles cayendo una de estas sobre Edrielle dejándola inconsciente.
— ¿Qué pasó?  
Intentó levantarse pero no lo logró, le dolía la cabeza.
—Rápido floja debes levantarte, te buscamos por todos lados. Tenemos que apresurarnos o nos castigarán.
—Espera... ¿Quién?... ¿Cómo?... ¿Dónde?
—Solo levántate, vamos tienes que apresurarte, él quiere verte.
 — ¡Eres un gnomo!, nunca había visto uno de cerca.
Era un gnomo no mucho más alto que ella eso sí era tan feo que cualquiera se espantaría. Tenía una nariz grande y ojos saltones con ropa vieja. 
Edrielle jamás había estado tan confundida como ahora, sin embargo decidió seguirle.
—Claro que soy un gnomo hada torpe, ahora vamos que él te espera.
— ¿Quién me espera?           
—Minatur.
— ¿Puedes decirme quién es él?, realmente estoy muy confundida.
—De verdad te afectó ese golpe. Minatur es el gnomo supremo, es despiadado, si no haces lo que quiere puede matarte.
—Pero tú dijiste que quiere verme ¿Por qué?
—Eres la única hada en tu clase, te encontró. Si yo fuera tú no agitaría esas alas.
Ambos se dirigieron a su destino, pero ella necesitaba comprender lo que le esperaba así que siguió haciendo preguntas.
—Puedo preguntar tu nombre.
—Soy Kelser, ¿Ya no lo recuerdas?...No importa, apresurémonos tienes trabajo por hacer.
— ¿Qué es exactamente lo que Minatur quiere que haga?
—Lo que siempre haces…Contarle historias a su conveniencia y agitar tus alas.
—Pero no tengo un libro. ¿Cómo se supone que voy a leer? Y a que te refieres con agitar mis alas.
— ¿Leer? Nadie dijo nada de leer. Tú inventas historias para él a su conveniencia claro y agitas tus alas para hacer realidad algo de la historia. ¿Por qué crees que tienes esos raros garabatos en tus alas?
Edrielle no podía creer todo lo que Kelser decía. Pero escuchaba con atención.
—Cada vez que empiezas a contar una historia y aleteas los destellos dorados que tienes en las alas se convierten en letras que van cayendo por cada aleteo, haciendo realidad algo específico de la historia.
—Espera cuando dijiste que soy la única en mi especie de verdad te refieres a que soy la última.
—Sí, tu abuela fue la única en muchos siglos, hasta que llegaste tú.
Llegaron a una parte lúgubre del bosque. Había una aldea, todo lucia triste, frío, sin ningún color. En definitiva era muy diferente a su hogar. Kelser guío a Edrielle a un puente subterráneo el cual daba entrada a la guarida de Minatur el despiadado, todo ese lugar estaba custodiado por gnomos con caras nada amistosas y lanzas de madera.
—Recuerda hacer una reverencia, no lo mires directamente a los ojos. Y por favor ten cuidado con lo que dices.
Frente a de ellos yacía un gnomo mucho más alto que los demás. Tenía una mirada fría, desolada y despiadada.  Ojos saltones, nariz grande y vestía una túnica negra junto con una capa vieja.
—Gnomo inútil, te he esperado durante una hora.
—Lo siento mi señor, no volverá a ocurrir.
—Claro que no volverá a ocurrir porque te cortaré la cabeza. Tú y Kelser compartirán la celda el día de hoy y así aprenderán a ser más eficientes…Ahora, cuéntame una historia y céntrate en  una guillotina. Más te vale que sea una buena o puedo probar esa guillotina contigo.
Edrielle empezó a crear la historia con facilidad, conforme la historia avanzaba ella agitaba sus alas más y más rápido haciendo que de estas brotara destellos dorados en forma de letras apareciendo así la guillotina.
—Bien hecho. ¡Ahora enciérrenla con Kelser en la celda!
Dos gnomos con lanzas puntiagudas los escoltaron a su celda.
—Bien hecho hada torpe, gracias a ti Minatur va a matar a todos los seres mágicos de la tierra.
— ¿A qué te refieres?
—Ese es su plan, le estas dando armas peligrosas, lo último que te pedirá es ser invencible. Está formando su ejército y artillería. No debes darle lo que pida.
—Se aceptan sugerencias, aunque no sé qué podemos hacer aquí encerrados. Si uso mi magia nos descubrirá y nos matará. Pero tenemos que encontrar la manera de acabar con Minatur.
—Existe una manera de hacerlo. Tú puedes liberar a todos los que tiene atrapados aquí y tengo una idea. ¿Conoces la antigua leyenda sobre los gnomos?
Kelser y Edrielle estuvieron planeando como destruir a Minatur. Ella se preguntaba. ¿Por qué Minatur tenía tanto odio en su corazón?
—Kelser… ¿Por qué Minatur es tan despiadado?
—El amor que puedes llegar a sentir por una persona muchas veces es tan grande que en lugar de hacerte bien termina destruyéndote.
Edrielle intentaba entender esa frase, pero Kelser parecía entenderla mejor de lo que decía. Ella dejó que siguiera hablando.
—Hubo una era en la que todas las criaturas mágicas estaban en paz y no había caos. Él se había enamorado. Eran muy felices, ayudaban a todos los que se cruzaban en su camino, Minatur era piadoso y su aspecto no era tan horrible. Una noche el caos se desató, una extraña criatura del norte llegó acabando con gran parte de las aldeas mágicas. Vivíamos con miedo, matándonos unos a otros, ya que la criatura pedía sacrificar a alguien para prevalecer la poca paz que teníamos. Nadie quería sacrificarse o sacrificar a los suyos, así que lo sometieron a votación. Y se decidió que era turno de los gnomos, todas las demás aldeas dijeron que tenía que ser ella.  Adeena. El gran amor de Minatur.
 Él se opuso, peleó con todos, mató incluso a algunos de nosotros. Ella sabía que su destino estaba sellado e hizo un trato con la criatura. Le dio su alma a cambio de la paz.
 Se sacrificó por todos. Creíamos reponernos de lo ocurrido pensando que con el alma de Adeena bastaría sin embargo otra alma fue corrompida por la oscuridad.
El alma de Minatur estaba sumida en la tristeza, el enojo y la perdida. La aldea hizo un santuario en honor a Adeena. Ella nunca nos abandonó. Intentamos ayudar a Minatur pero fue imposible. Con el paso del tiempo se fue apoderando de todos aquí e infundiendo miedo, los que le temen se alejan o se unen a sus tropas para evitar que los maten. Lo que quiere es venganza.
Muchas veces el amor y el dolor suenan bien separados, pero juntos pueden destruir lo que sea.
—Adeena sigue con toda la aldea. Debemos hacerle entender eso a Minatur. Si la leyenda es verdad ella está aquí. Tenemos que hacer que se perdone… Kelser modificaremos un poco el plan. Confía en mí, prometo que todos tendrán paz. Ahora vamos a dormir mañana será un nuevo día.
Edrielle tenía que ser más valiente de lo que nunca había sido. Toda una aldea dependía del plan que ejecutarían. Su cabeza daba vueltas a todo lo ocurrido, desde despertar sin un objetivo a ser prisionera y saber de lo que era capaz.
Todas las aldeas ahora estaban en manos de Kelser y de ella. No se percató cuándo amaneció hasta que llegó un gnomo a despertarlos dándoles un plato de comida.
—Vamos apresúrense a comer. Minatur quiere que estés fuerte. Hoy es el día.
Kelser temblaba y ella tenía fe.
—Kelser tranquilo, confía en mí. Todo estará bien.
—Edrielle no creo que podamos hacerlo.
—Lo haremos.
Un guardia llegó a sacarlos de la celda y los dirigió donde se encontraba Minatur.
—El día ha llegado, así que ven acá Edrielle y cuéntanos una historia sobre el gran gnomo Minatur y sus poderes que van más allá que cualquier criatura.
Edrielle preparaba sus palabras cuidadosamente, Kelser rogaba para que todo saliera bien.
—En una época no muy lejana existían muchas criaturas mágicas que vivían en paz, todos eran muy generosos. Entre ellos había un gnomo muy enamorado y sobre todo feliz. Todos los que lo conocían decían que era una criatura excepcional. Se llamaba Minatur.
— ¿Qué rayos haces?
Minatur se levantó de su trono con la intención de callar a Edrielle. Pero Kelser lo impidió formando alrededor de ellos un campo protector que nadie podía romper, ya que era magia antigua y muy pocos podían romper un hechizo así.
—Apresúrate el campo no aguantará mucho.
—Minatur ayudaba a todo ser mágico que se lo pedía, se sentía bien consigo mismo pero no se sentía completo hasta que conoció a Adeena.
— ¡Cállate!
Minatur y sus secuaces intentaban romper el campo con sus lanzas y con piedras, el campo prevalecía pero tendrían que apresurarse.
—Adeena era todo para Minatur, eran muy felices. Adeena era hermosa, amable, hacía de la aldea un lugar mejor pero sobre todo hacía de la vida de Minatur una aventura. Sin embargo una noche todo cambio.
— ¡Cállate, morirán se los juro!
—¡Apresúrate no creo que pueda aguantar mucho!
Minatur estaba eufórico, no había escuchado en voz alta el nombre de Adeena en años y lo que es peor no podía demostrar debilidad. Todos pagarían por lo que le habían hecho.
—Para salvar a todas las criaturas mágicas Adeena tuvo que sacrificarse, dejando a Minatur lleno de rencor, odio y culpa.
—Edrielle ve al final el campo se está rompiendo.
—A pesar de que el sacrificio de Adeena fue por amor Minatur no lo acepto y cargaba con una culpa que no le correspondía, el espíritu de Adeena seguía con todos en el bello árbol situado en medio de la aldea. Todos sentían el amor y la esperanza del espíritu de Adeena sin embargo Minatur no podía sentirlo. Había pasado tanto tiempo que se había olvidado de lo que era el perdón y sobre todo el amor.
El campo se rompió, Minatur dejo de golpear y escucho con atención las últimas palabras de Edrielle.
—Una vez que Minatur recordó todo el amor que sentía hacia Adeena y a su aldea pidió perdón a todos los que daño pero lo que es más importante se perdonó, liberó a las criaturas mágicas que eran prisioneras, y devolvió a los gnomos su aldea y la felicidad reino de nuevo.
El corazón de Minatur logró sentir amor, perdón y fe de nuevo, después de tanto tiempo por fin entendió que Adeena jamás lo abandonó, y era su turno de acompañarla.
Así fue como otro maravilloso árbol fuerte y grande se situó al lado del árbol de Adeena. Y esa fue la historia de la aldea de los gnomos, la aldea que se hizo más fuerte cada día a pesar de todo lo que pasaron.
Conforme terminaba su relato Edrielle agitaba sus alas alrededor de Minatur convirtiéndolo en un árbol hermoso.
 Cada que un gnomo muere, un fuerte y hermoso árbol surge dejando así la esencia de la magia.
Cuando la transformación ocurrió se sintió una paz enorme en la aldea, todos habían sido liberados y Kelser se acercó a Edrielle.
—Todo ha terminado, y solo me queda decir gracias de mi parte y de  toda la aldea.
—Pero no solo fui yo Kelser, tú también ayudaste….Solo un poquito.
—Muy graciosa, mejor agradéceme ya que te salvé de una muerte inminente.
—Mejor regresemos a la parte en la que me agradeces por salvar a la aldea.
Kelser y Edrielle se habían vuelto grandes amigos en tan poco tiempo Edrielle sentía que conocía a Kelser hace años.
—Kelser…. ¿Esto es real?
— ¿Qué crees tú?
—Puedo tocarte, puedo sentir la brisa, tengo mis 5 sentidos y a simple vista todo parece real pero…Nada de lo que pasó parece real.
— ¿Por qué no sería real? Porque todo parece fantástico o porque no puedes creer de lo que eres capaz.
—Llegue aquí no sabiendo lo que se supone que haría el resto de mi vida y ahora lo sé.
—Muy dentro de ti siempre supiste lo que querías hacer.
—Pero tengo miedo de lo que pueda pasar Kelser y si no soy suficientemente buena.
—Escucha Edrielle eres lo suficientemente buena en todo lo que haces de lo contrario no tendrías un don tan único.
—Gracias Kelser. Creo que es hora de ir a casa.
—Es el momento. Muchas gracias por todo lo que hiciste Edrielle, la aldea te estará agradecida eternamente y en especial yo.
—Eres un gran amigo Kelser. ¿Los volveré a ver?, a ti y a los demás.
—Siempre estamos contigo y claro que nos volverás a ver, cada que observes un árbol ahí estaremos.
Kelser llevó a Edrielle al campo de habilidades donde la había encontrado.
—Así que creo que este es el final.
—No Edrielle. Es el comienzo.
Kelser y Edrielle se dieron un abrazo, una parte de ella sabía que probablemente nunca lo volvería a ver pero él nunca la iba a abandonar.
Un viento muy extraño y muy feroz se sintió, los árboles se movían tanto que parecía que las ramas se iban a caer, hojas cayeron sobre Kelser y sobre Edrielle.
—Mi cabeza, me revienta.
— ¡Oh por Dios!, Edrielle… ¡La encontré!
—Mamá…Pero…Kelser ¿Dónde está?
— ¿Quién? Bueno no importa. Te buscamos todo el día.
—Pero Alania sabía que estaba aquí, ella y yo estábamos aquí.
—Hija,  Alania vino a buscarte y no estabas aquí. Nos preocupaste mucho. Vamos a casa.
—Tenemos que hablar, por fin he encontrado mi camino.
—Estamos seguros que así es cariño pero ¿qué le paso a tu vestido? Parece que estuviste en el lodo.
—Tengo mucho que contarles.
Después de esa misteriosa aventura Edrielle se convirtió en una escritora y cuenta cuento muy famosa entre las criaturas mágicas, todos se reunían a escuchar sus historias. Utilizó su don para el bien. Algunas veces se dirige hacia la parte del bosque donde se encontraba la antigua aldea de los gnomos y charla con los árboles, con la esperanza de que Kelser y los demás puedan escucharla.
Hasta la fecha no sabe si lo que vivió fue solo un sueño o fue real, sin embargo eso no la detuvo para seguir su corazón, y aunque no viera a Kelser ella sabía que él y toda la aldea vivirían para siempre en su corazón.