JOSÉ LUIS GARCÍA -ESPAÑA-

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PÁGINA 8

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Nací en Lugo (España) En 1982 en el seno de una familia acomodada.
Finalice mis estudios de Ciencias Económicas y empresariales.
Actualmente trabajo de Economista, que ocupa todo mi tiempo.
Me encanta la poesía. Todos los poetas me encantan porque todos
aportan cosas importantes. Escribo desde hace años es mi manera de
expresar lo que siento, a través de la reflexión y de trabajos poéticos.
Actualmente, tengo una página con mi nombre, escribo en un par de
grupos y presento un programa en una Emisora de Radio Biografías
de Poetas Contemporáneos, y actuales, así como sus poesías.

 

Al cumplir mis cuarenta.


Tu amor; me recuerda al bosque, donde el silencio es poesía, donde serena tu corazón y te ayuda a encontrarte contigo mismo, donde el suave viento te trae esperanzas y regocija tu dolorida alma.
Donde las hojas marchitas al caer te recuerdan que todo renace y te cambia la tristeza por belleza, los suspiros son como el viento te trae esperanzas, nos marea como el vino, otra nos trae el olor del fuego viejo,
de una pasión alimentada. Sin prisa ni ruidos; pero sus mil voces calladas te acompañan y te recuerda que es hermoso lo que sientes, un amor
impetuoso, tierno y ardiente. Que los besos son una flor de felicidad, que desojamos dos, y al cumplir mis cuarenta años, solo le pido calma a mi alma y al Señor siga

 

 

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Deseo Gritar.

¡Mi amor es una llama que abrasa mi alma por ti!  Ojalá fueses lluvia de primavera y te compadecieras de mi secura y regaras mis entrañas; con las caricias de tus labios.
Que despejaras la bruma de mi vida; ésa que oscurece el horizonte de mis suspiros y hace que mire al horizonte y le pregunte al arco iris ¡Dime! Tú que tienes el color de todos los amores, cuando me devolverás el color a pasión de sus labios, el brillo de sus ojos oscuros
que acariciare con los míos mientras descansa su rubia cabellera en mi pecho. Deseo gritar a los cielos; a los dioses, a la tormenta para que ilumine mi alma desgarrada ¡La amo! Era la sangre de mis venas, era todo lo que tenía, todo lo que quise,
todo lo que amo, es mi poema, mi musa. Ella no sabía, que en sus brazos morir quería.


 

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Dime


¡Dime bella mujer! Qué bello secreto guardas en tus ojos; que cada vez que los miro de mi alma se escapa un, te amo. En qué sueño te hiciste pasión de mi vida y desnudaste mi alma siendo la poesía de todos mis sentimientos.
No; no mueres, con la llegada de la noche, renaces en mis sueños como las margaritas en cada primavera y ésa mirada que me trastorna está sembrada de bellas promesas, es amor. ¡No me mires! Cuando con mis ojos te cruces o no podre hablarte de mis sueños. Esa locura de amor; que despertaste en mí, que me abrasa en las llamas que encendiste, pero por Dios; no las apagues abrázame, déjame en el calor de su ternura. Déjame compartir tu lecho; escuchar en tu
desnudo pecho antes de dormirme, que trajiste a mí, el secreto de la felicidad.
 

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Duerme amor.

No deseo estar alejado de ti; ni en mis sueños, necesito la mirada de tus ojos, no se puede sentir el amor si no te acarician los ojos del alma.
Deseo ser beso y poesía en tu alma; ése beso tuyo, ese instante en que me dices que siempre estarás a mi lado, es la magia de ser humano es ese momento de gozo que hace del amor una bella poesía.
No deseo alejarme de los poemas que deje en tus labios; son la caricia de una noche que la luna iluminaba la belleza de tu sonrisa, labios dulces como la miel.
Esos suspiros tuyos que como claveles rojos se adhieren a mis labios y que se vuelven estrellas en tus ojos para darle vida a este amor.
Duerme amor mío; en el sueño de la felicidad porque mis brazos son tu refugio yo velare tus suspiros, por toda la eternidad.
 

 

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Eres el dolor.

¡Amor mío! En mi soledad te busco en noches que la luna no me deja dormir; que entra por mi ventana, ilumina la frialdad de mi alcoba y me recuerda que tú existes y me muero por tener el calor de tus besos, en ellos bebo todos los néctares de tus pasiones, te espero amante de mis noches y si en alguna maldigo, es por el dolor de la espera, eres esa niña que hace arder mi sangre en mis sueños. Como ignorar que vives en mi alma; si te amo con locura y delicadeza, con esa pasión que pongo en los versos que nacen para ti, en noches largas, que la luna no me deja dormir, porque falta, mi amada.
Eres voz dormida que necesito despertar.
Eres el febril temblor de mis labios que se estremecen de nostalgia.
Eres ese dolor que amo; por tanto, amar.
 

 

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Simplemente amor

¡Ni te imaginas! Lo mucho que te necesito.
Llegó otoño y te quedaste acurrucada entre mis brazos, como la última rosa; en la primavera de tus ojos que deseo conservar, lo hiciste con una bella poesía para adornar nuestras vidas.
Te quedaste con ese candil mágico de tu mirar que dan luz a nuestras noches, para humedecer tus pétalos con mis besos.
Nos quedamos sumergidos en el brillo de las estrellas; rogándoles que con su brillo armonizaran ese momento de abrazarnos, de decirte suavemente que te amo, de mirarte dulcemente a los ojos y ver que es el encuentro de dos almas que nacieron para amarse.
Es tan bella la sonrisa de tu boca, la mirada de tus ojos, acariciándome o desnudando mi alma, tener tu mano entre las mías. Es sentir estremecer mi ser. ¡Ni te imaginas! Lo mucho que te necesito.
 

 

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¡Te amo mi amor! 

¡Te amo mi amor!  Con ese amor de ver tus ojos al otro lado de los míos. Cuando despierto siento la caricia de tus labios en mis mejillas y el aliento de tu boca perfumando el despertar, despiertas la pasión que duerme en mi corazón, ¡Pero eso! Que te susurro en tus oídos en tus momentos tristes; vive en mi alma ¡Es amor que siento por ti!
De niño; de adolescente, del joven enamorado de la rebeldía de tus cabellos, de tu risa que me trae la fragancia de la primavera en tus labios que mantienen los míos, hambrientos de tu cariño.
Pero aún hay algo mucho más deseado ¡Tus anocheceres!
Que me regalan esa inocencia de niña, hecha mujer y si cuando a mi lado caminas entre beso y beso, deshojas las margaritas que adornan tu andar todas te dirán lo mismo.
 

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Tu amor es una ventana

Tu amor es una ventana abierta a la vida; que despierta mis anhelos más ocultos, en ocasiones como una mariposa acariciando mis labios, apagando mi sed, otras tratando de ocultar la pasión que arde en nuestras miradas.
Te amo tanto; que solo deseo traspasar el umbral de tu alma y ser tú, abrirte como una rosa, acariciando todos tus pétalos, hasta los dioses están sorprendidos de
un amor tan hermoso.
Tengo tanta necesidad de que me ames, tanta necesidad de qué te abras como una palmera dorada por el sol, dándome el fruto de la dádiva de tus labios.
¡Mi pecosilla!  Eres copa de vino bebido, paladeado en tus labios, que son la grandeza del verso apasionado, que como fuego arde en mi alma buscando el desenlace.
Es sinfonía victoriosa del perfume de tu piel y el calor de tus pechos que cobijan sueños calmando ansiedades.
¡Eres mi principio y mi fin!
 

 

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Un día que dure

Te ví una sola vez; nos miramos a los ojos, una mirada serena, profunda que me llego al alma. Llegó la noche tan negra como tus ojos y yo seguía pensando en esa mirada, respirando la misma fragancia de las rosas, en el mismo jardín, suspirando en los mismos suspiros que nacieron en tus labios.
Tú y yo solos; recordarlo agita mis sentidos, que melancólica quedó mi alma ¡Dios de los cielos! En nombre del amor, te suplico que detengas la tempestad de mi alma, concédeme la dicha de tenerla de nuevo ante mis ojos, abrazarla y saborear el elixir de sus labios.
Mira, he abierto mi pecho; para que en el puedas soñar, para que nuestras almas hagan un sitio donde permanecer abrazadas, aunque sólo se amén, un día que dure una eternidad.
Te amo así porque nací para ti, para entregarte en mi alma,
Todas las primaveras de tu vida, arrancando estrellas del cielo para adornar la mirada de tus ojos.
 

 

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Vivo en un delirio

Por favor alza tus ojos y fíjate en los míos; mira mi alma, está abatida, como una flor que se marchita,
Te necesito tanto, como las flores
necesitan el agua y el sol en primavera.
Vivo en un delirio que me consume poco a poco; en la ansiedad de que tus ojos se fijen en los míos. ¿Sabes?
Mis noches ya no tienen, sueños, solo la ansiedad de ser el clavel que acaricie los pétalos de una bella rosa, de alimentarme con su polen.
No es amar en el goce de un instante; de un deseo carnal,
Es el deseo de un lazo de ternura y cariño que mantenga la vida en constante armonía.
Si supieras como mi pecho te adora; la pasión que anida en él, lo mucho que sufro; tus ojos me darían su ternura, con un beso y un te amo.
Necesito amarte sintiendo tu aliento, teniendo tu boca y la mía unida, olvidando mi propia esencia.
Por favor alza tus ojos y acaricia los míos.
 

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Autor…José Luis García
El caballero enamorado
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