AGNY UGALDE -MÉXICO-

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PÁGINA 15

Mi nombre es Agny Ugalde, soy de la ciudad de Morelia,  a mis 44 años de edad una de mis aficiones es la escritura, que junto con la lectura hacen muy agradables mis ratos libres, soy aficionado , no he publicado nada de manera profesional , he participado en varios concursos de narrativa y poesía, solo por el hecho de participar y ver qué es lo que sucede, aun me falta mucho por estudiar y poder pulir mis trabajos, actualmente tengo varios escritos participando en concursos nacionales  e internacionales, esperando que por lo menos lleguen a lectores de otros lugares , lugares lejanos donde alguien pueda decir que eso que escribo es agradable y tal vez hasta divertido
Me gusta más el escribir cuentos cortos, la idea de un libro sobre una solo historia no es de mi total agrado para mi escribir, sin embargo la lectura de libros extensos me gusta y la disfruto, trato de leer lo más que puedo, no tengo un género en especial, me agrada conocer todo tipo de géneros literarios, aunque a veces me encuentre con libros no tan emocionantes, lo que les dejo es un poco de lo que me agrada escribir y espero les agrade, entretenga y disfruten.
 
Facebook .   Agny como el dios
Correo.  agny1221@gmail.com
 

Introducción. 
 
 
La historia que a continuación van a conocer,
son las vivencias de una persona originaría dela
comunidad de Cuitzitan,
En esta historia, me platica como era la época del año que más
le agradaba en su niñez, allá en aquel lugar,
lleno de fresnos enormes y ese agradable aroma
a hojas sueltas recién quemadas.
 
  
 
Hojas sueltas
 
Mi nombre es Edelmira, en mi casa me dicen edel, tengo díez  años, sí, soy de aquí de Cuitzitan
Este es un rancho muy bonito, verde y frio, pero aburrido.
Mi abuela dice que soy floja porque no me peino nunca, a mí no me gusta cepillarme el pelo, un día, mi abuela quiso hacerme una trenza, pero no me deje, salí corriendo de su casa y me trepe a este árbol, corrí tanto que mi corazón latía muy rápido, sentí que se me iba a salir del pecho.
Me gusta subir a los árboles a leer, también me agrada jugar con mis pies descalzos en la tierra recién arada, cuando no me ven en casa, mi mamá salé al ekuaro (patio) a gritarme,
¡Edel! ¡Edel! No para de gritar mi nombre, pero yo no bajo del árbol, me gusta estar entre sus ramas.
Mi abuela y mi mamá siempre me quieren peinar, que disque para ir a misa, a mi no me gusta ir a la capilla, el padre es muy enojón y se la pasa regañándonos todo el tiempo, cuando llego a ir, a veces me duermo, mi abuela me despierta con un piquete en las costillas, luego - luego despierto con un brinco, pero sólo por un ratito, porque me vuelvo a dormir, la misa es tan aburrida, por eso mejor me quedó en el árbol, con mis libros, con mis historias.
Ya casi es tiempo de la fiesta del rancho, lo sé porque las hojas de los árboles comienzan a caer, me gusta esta época del año.
 
  
Las señoras se la pasan barriendo las hojas sueltas y hacen montones para después quemarlas, a mi me gusta mucho el olor de las hojas cuando se queman, pero también me gusta brincar sobre los montones de hojas sueltas que las señoras juntan, a veces me echó a correr, y pego un brinco para caer sobre los montones de hojas, y estas salen volando por todos lados, quedando regadas por la calle otra vez. Las señoras se enojan cuando hago eso, y luego - luego me corretean, me gritan, y me quieren atrapar para jalarme las orejas y que les junte las hojas en montones otra vez. Pero nunca me alcanzan, yo corro, y corro rápido, corro hasta  este árbol aquí en mi casa, subo a las ramas más altas y de aquí ya nadie me baja, pero mi corazón comienza a latir muy rápido, un día de estos, si se me va a salir del cuerpo de lo rápido que brinca.


Me gustan las fiestas de esta época del año, la de la Virgen y la del veinte de Noviembre, cuando inicia la fiesta, me agrada comer el mole que preparan en la casa, y la nieve que hace un señor, allá  por dónde está la cancha.


Lo malo de esos días, es que me meten a bañar, y a mi no me gusta, luego, después del baño, me comienzan a peinar, me jalan tanto el pelo que los ojos se me estiran y siento que brincan de mi cara al suelo. Después todos comemos el mole que preparo la abuela y mi mamá, y en cuanto termino, me desaparezco, salgo volada para treparme a mi árbol, si, aquí me gusta estar, me gusta ver como pasan todos debajo de mi, sin darse cuenta que estoy arriba.


Cuando tengo un libro nuevo vengo rápido, subo al árbol, me acomodo entre las ramas y comienzo a leer, a veces me quedo dormida.
¡EDEL!  ¡EDEL! ¡EDELMIRA!...
Esa es mi mamá, ya me está buscando, segurito quiere que me meta a comer y yo ni hambre tengo.
¡EDELMIRA!...
¿Ya escucho? Mejor me voy, no vaya a ser que venga por mí y me baje del árbol de un jalón de orejas.
Pero usted, usted se puede quedar.
 
 
 
La barba de papá

 
Con un beso en la  mañana  me despierta
Me pica los cachetes, cosquillea en mi nariz
Es la barba rasposita, que lleva mi papá
Mis manos pasan por su cara, siento cosquillitas
Me divierten, él  lo sabe y frota su barba en mis brazos también.
Me muevo de un lado a otro, tratando de evitar sus besos, su cara está llena de espinas que me hacen estornudar.
La barba de papá me divierte, y a él eso lo pone feliz, cuando papá no tiene su barba, espero con ansias le vuelva a crecer, para sentir en mis manos ese cosquilleo otra vez.