RUBÉN GERARDO SANTOS LEZCANO -CUBA-

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PÁGINA 28

 

 

Nacido en La Habana, Cuba, en 1964, ingeniero de profesión,
vinculado a talleres literarios por más de treinta años,
cuenta en su haber varios premios y menciones en concursos
nacionales e internacionales.
En la actualidad con dos libros en proceso de edición.
 

 

CUADERNO MÍNIMO DE POESÍA EN MASA
 

 

Poemas de juventud


Oh, esos poemas que escribí cuando era joven,
que entre el polvo de los años se han perdido,
no los recuerdo,
no tienen sitio,
sobre papeles bastos,
sin importarles firmas,
esos poemas míos que han partido,
han olvidados surcos,
y la caricia urgente,
y mis amores primos,
y mis besos frugales,
oh, esos poemas míos que he perdido,
en la vorágine de mi tiempo yacen,
y sin hacerse leer, siempre fugaces,
en vetustos rastros de mi edad se han convertido.
 
 

 *     *      *

 
 
Poema de la oficina


En la oficina, cubil, claroscuro  del alma,
yacen, casi agónicas, deudas y embrujos,
un enjambre de historias sin finales,
puentes rotos sobre calmas y destinos,
también laten obsesiones y añoranzas,
se mezclan, sibilinas, tardes de estíos,
son sobrios cobertizos de impaciencias,
desesperos ocultos, más de un  suplicio,
pisos rociados con temores y  dramas,
una amalgama de errores y bríos,
susurros, juicios, voces cansadas,
se muestran, cautelosos, todos los vicios,
dioses rotos, anemia, frases atadas,
fotos en sepia, luces, dudas  e instintos.
 
En la oficina, de dos, hay sobras atadas,
se decantan los sueños, baila lo nimio,
se perfila, en las paredes, serias señales
del tedio, de la burla y de lo burdo,
hay ventanas  que atisban el pasado,
hay cuerpos que claman el suicidio,
también, irreverentes, existen manos
que defieren, sin reservas, desatinos,
hay apóstoles y cuadros cuasi humanos,
se encuentra, sin acento, un exabrupto,
y escondidos, estólidos, grumetes,
proliferan amores sin sentido.
 
En la oficina se truecan las edades,
hay afectos y discursos que se quiebran,
hay papeles firmados y reservas,
y pequeños comediantes de lo craso,
en la oficina las noches son sombrías,
frías, desiertas, besan silencios,
timoratas, calcinadas por empeños,
con guitarras y horda de lecciones,
en la oficina florecen los recuerdos
que ceñidos al hueso de lo humano,
sedientos y dolidos, forman canciones.
 
 

 *     *      *

 
 
Imaginando

                                                           20 de diciembre del 2021

 

maginemos por un día que no hayas muerto,
que el asesino, dormido en el centeno, no escucho tu llegada,
que tu nervio atravesó el vestíbulo
donde la muerte apenas respiraba,
guitarra y voz a salvo, sobre el lecho, descansan.
¿Dónde estarías ahora?
¿Cerril o vencido?
¿Convertido en osario de famosos?
¿Y tus canciones de siempre?
¿Y los conciertos a tu nombre?
¿Y el parque de mi cercada ciudad?
Quizás tu música hubiera besado el sufrimiento,
el grito dolorido de Sabra y Shatila,
las botas en Granada o Panamá,
el Saravejo arrasado,
las torres desplomándose en el dolor de la rabia.
Imaginemos por un día que no hubieras partido
acompañado por la letra maldita de Salinger,
que el amor, ese demente, te hubiera perseguido,
persignándose, arrepentido, solitario,
y tú, sentado en Central Park, delirante,
escribiendo la canción de paz que nos debemos.
 

 
 *     *      *

 
 
 Milagro


Suspicaz reparo soy del atuendo
que, soberbio, cubre cruz sin espinas,
rancio en ocasiones, rahez intento
de buscar, en la oración, semilla.
 
Siento, del rezo, acordes lejanos
ocultos en el brezo de la homilía,
hay en la catarsis limo cercado,
la férula siempre multa la sonrisa.
 
¿Dónde está la ulcera sangrante
visible sobre piel como caricia?
¿Por qué no encuentro pie descalzo
que brote sobre el oro de la mitra?
 
¿Dónde ocultan los clavos lacerantes
que, una vez, en el fresno, fueron martirio?
La mano del Judas ¿será garante?
de piedra y hueso vendrá el suplicio.
 
Solo quiero el milagro de lo humano,
la venusta paridad de la esperanza,
a mí, rotundas aromas, voces y ansias,
que cubran, intensas, lo que más amo.
 
 

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Poema no escrito


Poema nunca escrito pena será y tormento,
será, del alma, retazos que vagan en  solitario,
una danza de neuronas a la espera de su erario,
cadalso será del trino, un golpe de sufrimiento.
 
Un poema que se escapa no tendrá aura divina,
no será palabra fina, ni fuga de los deseos,
solo calvario será donde se crispa la idea,
espacio casi olvidado de lo que siento y no leo.
 
Sera caricia torpe  sin pretensión de ser beso,
alegato inacabado que no logra la sentencia,
demonios y desesperos a la espera de su hora,
 
un poema que se pierde, que no halla su papel,
será solo torpe intento de provocar la avalancha,
mortecino sacramento, macula sobre la piel.
 
 

*     *      *

 
Ceder mi piel


Mi piel cederte  es mi deseo,
abrirla como estola por tu espalda,
que cubra solidaria tus temores,
tenderla, como flor, sobre tu cama.
 
Te cedo mi piel como buen nido,
un pliego  de arrugas que se escapan,
lunares de mi piel pueden guiarte
a buscar mi verdad sobre tu falda.
 
Puedo entregarte piel sin amargura,
desnudo, solo venas, así me veo,
jirones de mi piel quieren  besarte,
puedo cederte piel como trofeo.
 
Quiero perder mi piel en la trifulca
entre vuelo y alarido de tus sabanas,
que muerdas mi piel hasta el delirio,
que se desboque tu boca en la batalla.
 
Con mi piel podrás calzar tu firmamento,
podrás grabar mi piel con tu mañana,
de pañuelo, de mantel, mi piel…, tu vino,
tu rincón de piedad, guante y tisana.
 
Quiero cederte piel como bagaje,
con ella podrás cubrir todos tus sueños,
yo estaré sin piel, solo andamiaje,
sin piel, pero feroces, serán mis besos.