ROCÍO BAÑOS MESA -CUBA-

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Mi nombre es Rocío Baños Mesa. Tengo 17 años de edad y soy de nacionalidad cubana.Mis redes sociales son Instagram:@rociobm.9 y Facebook :Rocío Baños. Utilizo Wattpad y mi cuenta en él es:@rociobm0409 Me apasiona mucho escribir y siendo sincera me gusta más que leer. Cuando empiezo a redactar ya sea con el objetivo de formular un poema, una canción, un texto o una frase, o tan siquiera una idea sin objetivo enmarcado todavía siento un tipo de paz especial, me libero a la vez que me empiezo a cuestionar en ciertos puntos como por ejemplo el mensaje que he de transmitir a partir de mis líneas y cómo hacerlo, qué piel traspasar para que quién le brinde lectura lo encuentre y ojalá lo razone, lo intérprete y lo ponga de uso en su día a día, en su vida. Aquí les mostraré una parte de lo que he estado realizando últimamente. Espero más que tomen el mensaje que transmito a que les guste.Gracias por ofrecer esta oportunidad, la de poder manifestar los pensamientos del alma a una escala que no sea mi block de notas, las personas que conozco y antes que todo ello yo...
 

 

Normalidad
De:Rocío Baños Mesa
«Capítulo 1:Mi Infierno Personal»
Carolina:
Me he pasado la puta vida inundada de pensamientos que tan solo multiplican mis ganas de salir de este infierno prematuro.
Han sido 20 años viviendo bajo este insufrible techo, sintiendo la lluvia quemar mi piel y rabiando por la ausencia de eso a lo que le dicen Luna, yo la nombro amiga. Me ha protegido tanto de mí misma, ha sido mi acompañante en noches de desolación, la calmante de mis llantos, a la que le cuento lo que siento, la que me escucha y callada me aconseja que haga lo mejor, ojalá y pudiera hablarme literalmente. La envidio tanto, ella pasea por todo un mundo y yo ni siquiera he salido de estas agrias paredes, con tantas formas se reflejan en el espejo de cenizas y yo sigo con el mismo traje del mismo color del espejo, color a viejo, con olor a quemado, a robado.
Sí, juzguenme, me lo merezco, no he de robar pero si no lo hago me muero, así que me da igual lo que piensen, mi vida vale más que un par de vanas críticas de personas que solo han visto reflejada la hambruna en fotos y textos de libros aburridos,¿o no?
―SABRINAAAA, SABRINA―
Escuchaba esos gritos a la lejanía mientras recorría las estrechas y rojizas calles de Signature, ciudad estadounidense donde nos definían según cuánto valemos y yo estaba en la parte más reprochable, asquerosa e incipiente de esta, la media.
Allí un nuevo código,me lo enseñó el libro de la vida, mis tropiezos.Estáis acostumbrados a la pirámide descrita en la obra del hombre que fue puesto en segundo plano por sus propias hijas, Papá Goriot creo que se llama, donde la parte baja era la más rica y mientras iba creciendo más hedor a pobreza se esparcía por aquel ambiente amarillado o la inversa de esta, la más habitual por cierto pero la de mi realidad es la que va en la mitad, esa a donde van a parar todo y todos. Nadie se libra, envuelve todo este el paisaje, ya que lo diferente siempre atraerá y lo normal por supuesto que correrá el riesgo de ser atraído por nosotros, por mí.
Acá lo mismo verán a un corrupto saliendo de la casa de una princesita de la calle que a una niña perdiéndose en la labia de ojos llorosos de un inteligentillo/a de aquí, por ejemplo la de...carajo Sabrina, se me había olvidado.
Me apresuro a donde está Alex y la encuentro derrumbada entre su dolor de garganta y el cansancio de sus piernas. No necesito preguntarle, Sabrina se ha perdido y ya son días de su partida. Encontrarla es toda una tarea, ¿pero a dónde habrá ido?
Nació aquí entonces ningún daño su piel ha acontecido, el temor aquí es en que casa estará. Si es aquella vestida de trajes bajos todo bien, da igual pero si es todo lo contrario, si son supremas estará con la flor de un arma atravesando su vagina de 14 años.
Quiero decirle a Alex que la ayudaré a buscar pero es en vano y Alex lo sabe, podría estar sobrevolando las Islas Caimán mientras se folla oralmente una verga más vieja que mis ganas de salir de este encierro.
Pensarán entonces por qué cojones la tipa esa gritaba y si estuviera en mis días de odiosa les contestaría porque le daba la gana pero estoy a lo decente y era porque necesitaba gritar su nombre, expresar lo que siente, que la ama aunque no sé lo demuestre directamente y así por parte demostraba su rabia hacia ella.
Niña estúpida pienso y me acuerdo de una vez que hice lo mismo o peor. Tuve un dejà vu. Me recordé hace dos años y medio en las garras de unos mafiosos que querían transportar hacia Italia mujeres sin recursos pero que no se hayan ido por el linaje de la prostitución hasta ese día, hasta con ellos, le da un sabor de pertenencia exclusiva. Así funcionan las mentes con pobreza de materia gris, tóxicas, posesivas y todo lo que se les ocurra ― río mientras giro los ojos en círculos como muestra de mi decepción hacia esa parte de la raza humana.
En fin, lamentarme no traerá a esa ingrata por lo que me despido de mi hermana del alma y sigo mi camino hacia el inframundo,hacia mi verdadero infierno personal.
Necesito buscar trabajo, pero es tan difícil trabajar con personas que tan solo te determinan por cosas superficiales, con seres que les hicieron una transfusión de maldad recién nacieron, los odio, a estos últimos los odio. No me detendrán.
Me gusta todo lo referido con negocios, pero no he estudiado, no tengo como,así que me tendré que conformar con trabajar en Cadena Alfa como limpiadora de pisos o en algo de ese nivel y esperar que no desconfíen de mí por ser de donde soy, eso suponiendo que me acepten claro está.
Llego a la empresa y me cierno ante ella. Recuerdos me golpean a la vez que un par de ebrias chocan conmigo mientras pienso me hago la psicología de que tengo más de 20 personas enfrente de mí y sí son pocas pero en esta ciudad que se levantan grandes empresas por doquier y plazas hay de sobra 20 son un número muy grande, se los aseguro.
Espero mi turno, presento mi mejor sonrisa, expresó lo que sé, el por qué me gustaría formar parte del equipo aunque sea el de limpieza, por supuesto no digo con desprecio lo de la limpieza, sería una gran falta a mi sangre. Encanté a la señorita Ston. Dijo que me llamaría con un semblante de la quiero aquí. Normal, la manipulación es lo mío,que les puedo decir es mi talento, el mejor de todos. Sonrío pícaramente y me marcho dejando por sentado que fui la favorita, a todas las pequeñas ilusas que aún seguían ahí intentando deducir a quien escogerían. Pobrecillas―ríoEn una corporación como esa no cualquiera puede formar parte.Solo buscan personas preparadas y que al menos tengan la mínima noción de los temas que allí se cultivan. Si fuera mía haría lo mismo,quien la dirija sabe bien lo que hace.
De nuevo estoy en él mismo lugar del que salí, en esta ratonera a la que en ocasiones he llamado hogar y si tiene un poco de hogar, al fin y al cabo he pasado años sosteniendo el candor de las calles y la frialdad de las paredes en mi cuerpo, al fin y al cabo mi primera sonrisa fue en ella al igual que todas las demás, aunque hayan disminuido con el transcurso del tiempo indomable.
Me acuesto encima del manto pintado de colador y juego con mi mejor amiga hasta que siento como la mirada me quema y me súplica que la aparte y le de las buenas noches, que la deje en paz por hoy.Hasta mañana Carolina―me digo a mí misma en voz alta―, hasta mañana
«Capítulo 2:No me sueltes...»
Carolina:
Despierto y emprendo mi camino hacia enterarme de quién fue la elegida. Siento que fui yo pero puede que no. Tengo la autoestima por el piso, estoy en mis días, estoy deprimida, estoy de todo. Odio el sentirme así, estoy débil, exhausta y desearía correr envolviendo mi cuerpo en una capa invisible pero vuelvo a la realidad, a la sensatez y sé que sería totalmente en vano, que con ello sería más frágil, más miserable.
Llego a mi destino, gente entra y sale consecutivamente y doy dos pasos, me detengo y miro hacia arriba, me da miedo llegar algún día allí. Cierro los ojos, doy otro paso, otro, otro y ya estoy dentro del hoy aterrador edificio. Sigo, miradas se ciernen en mi piel, hago caso omiso y voy averiguar si formo parte del equipo. Estaba algo nerviosa mientras tocaba la puerta para sumergirme en aquella mediana habitación. Cuando por fin me permiten entrar suspiro y me siento en la silla elegantemente negra y escucho un discurso barato de lo importante que es trabajar en esa empresa, creía que me iban a decir que no era suficiente pero no sucedió todo lo contrario, si lo era, si lo soy. Mi mente se lo repetía y al compás de ello una sonrisa se venía dibujando en mí.
Tenía enfrente reflejada la mejor noticia desde hace mucho tiempo y no podía ignorarla, no podía ignorar lo que sentía.
Salí de allí dispuesta a empezar a trabajar mañana como bien me había dicho la tal señorita Ston y estaba tan emocionada, tenía trabajo, un trabajo legal, honesto. Iba por buen camino, cerraba y abría los ojos, estaba distraída y...
Carajo―digo sin ningún reparo a la vez que me encuentro en la necesidad de alzar la cabeza y allí un par de aguas mezcladas con el fervor de los bosques me detallaban toda la cara. Su mirada seria, la mandíbula tensada y una mano que se estaba separando de mi cintura hacían que entreabiera los labios y contemplara su seriedad plasmada en su sensual rostro―
En eso escucho su voz, ronca y grave a la vez
Se encuentra bien, señorita ―me pregunta― y yo tan sólo asiento mientras proceso esa frase, ya la había oído, ya había sentido el palpitar de mi cuerpo ante ese señorita que me volvía loca, que me encantaba. Mi ser reaccionaba a ello, ya mi día estaba completo, recuerdos renacían en mí y creer que pensaba que estaban más que enterrados en el pozo del olvido, pero no. Me separé y seguí hacia el frente, no miraba hacia atrás, sentía estremecerse cada músculo como si no existiera un mañana. Esa simple palabra sacó de mí todo lo que había dejado en el pasado y ahora volver a encontrarme con él es volver a pensar en ello vívidamente, demasiado para mi gusto si soy sincera.
Las calles se vuelven cada vez más estrechas,da la sensación de que me quieren esprimir.Desvanezco al tocar la humedad de mi cara, nadie me puede ver así, nadie. ¿Pero cuándo había empezado a llenarla de tristeza, de lágrimas? No podía resolverlo, se me cortaba la respiración y deseaba que alguien tomara mi mano. Que no me criticara, no me preguntara, no sintiera lástima hacia mi falta de desolación mental,hacia el gran conflicto interno que me estaba audazmente perturbando y no dejaba que la lluvia parara de una vez por todas.
Adiós quería decir pero un irremediable hola se agudizaba dentro de mi ser. El viento esparcía mis cabellos por su insesante curso en lo que bajaba la mirada y esta no dejaba que la devolviera donde estaba, se había encantado con la frialdad del suelo, con las flores marchitas salidas de no sé donde y con la imagen de mis zapatillas desaliñadas.
Y allí, cuando me sentía ahogada, apagada y perdida entre mis abundantes pensamientos reaccioné abruptamente a la voz que tenía parte de culpa en haberme inquietado tanto, su voz,era su voz. Me voltee y para mi no tan sorpresa de nuevo nuestras miradas se acercaron y escuché que movía sus tungentes labios y en ello decía:
Nos volvemos a encontrar, ¿qué te molestó de mí?
Nada ―dije rotundamente―
No te creo. Solo te diré que nunca mi intención fue hacerte daño
¿Quién te crees que eres? No me puedes infligir daño alguno ―mi mirada se torna oscura y siento la tensión de mi cuerpo saliéndome por los poros―
Pues que bueno.Adiós
Se marcha con un andar despreocupado, demostrando así que no esperaría a mi respuesta la cual no me desgasto en darla, prefiero quedarme observándolo y grabando cada detalle de su parte trasera en mi cerebro. No se parece en nada a él.
Me giro y brota en mí una respuesta:No me Sueltes. Quería que se girara, él o cualquier otra persona, o ser me daba igual, tan solo deseo estar acompañada, que me hagan sentir especial, que me den cariño y cualquier cosa de esas pero que estén ahí conmigo, lo necesito y mucho.
Grito no me sueltes por más de una vez y fue una pena que nadie lo escuchara, era un callejón desolado que no se como un tipo como él pudo pisar con sus zapatos de marca, con todo él. No me rendí, seguí gritando hasta que sentí que me dolía un poco la garganta. Mi voz fue frenada pero mis pensamientos no lo fueron. Por dentro me seguí repitiendo la misma frase:no me sueltes hasta que me detuve bruscamene por la imagen que mis ojos captaban,no podía creer lo que estaba mirando, era tan común pero no me dejaba de sorprender, siempre lo hacía y como no hacerlo.
La intensidad que brotaba de esta tan solo me permitió formular una oración:
¡Oh,Dios!
«Capítulo 3:Adiós... A mí...»
Carolina:
Sangre. 
Gritos.
Silencio.
Miedo.
Dolor.
Llanto.
Desolación.
Música.
Arrebato.
Adiós.
Sangre, estoy rodeada de ella, en lo profundo de mí lo estoy. Me imagino como será esto, ya he pasado por ello, sé lo que viene, me sé el orden, me lo sé todo.
Me aturda el saber que casi termino como ella, como Sabrina. Trago saliva y no sé como acercarme a Alex, ¿qué decirle? En un momento como este eso de que tienes mi apoyo y todo eso es una mierda.
Nadie de acá podrá enfrentarse con alguien de allá.No tenemos posibilidades ni de cerca de ganar. El armamento que necesitamos, que necesito pues no lo tengo, así que tendré que pensar en otras alternativas mientras me encamino a acercarme al derramamiento que cursa a mi alrededor. Este es símbolo de que Sabrina está en peligro, supongo. Algo en mí, mi instinto es como le nombran, me dicta que esto es más turbio de lo que parece y que hay una pieza que no encaja en todo esto.
Puedo percibir un sabor que no es sangre humana pero no sé de qué animal sería, es extraña. Llegó a la conclusión de que buscaron a un animal de aromas parecidos a mi raza para hacerlo pasar por esta, pero no tuvieron en cuenta mi olfato y que me ahorro los lamentos para mis adentros y en cambio hago lo que acabo de hacer, actuar como se ha de actuar. Así de simple.
Gritos se llevan la atención del entorno.
La pobre de Alex está hecha una fiera y está a punto de presentarse en donde esa bastarda trabajaba para encontrar respuestas, seguro que es lo que piensa. No está mal, es un buen plan, pero ir y avisar desde una cuadra debido al pitillo de su voz es una advertencia de fracaso total. Le diría que se calme pero tan solo la estimularía a que se tornara peor de lo que ya está y que sus gritos aumentaran precipitadamente más y más y me amo mucho para ser tan estúpida y cometer tal acto.
Me volteo y me concentro en unas caras nuevas. Conozco a todo él que camine por estos barrios pero a esos dos no. Escucho la campanada de mi curiosidad y la sigo sin protestar.
Silencio es lo que reina cuando me paro enfrente de esos dos. Uno es el vivo retrato de un cerdo y el otro es... Carajo son Simón y Pumba en persona, de verdad son idénticos a ellos.
Mi conciencia me reprende y entiendo que debo concentrarme y dejar para después mi fase bromista. Río para mis adentros y me pongo al compás de la conversación que ya había empezado con un:
¿Qué quieres niña? ―de parte del cerdo―
Mi respuesta no se hizo esperar, un ¿qué hacen aquí? salió inmediatamente de mi seca garganta y después de tener una charla "amena" descubrí algunas cosas, como que:no son de este país, tienen un cierto acento proveniente de Inglaterra;son muy maleducados para pertenecer a la mafia de ese nublado país y no, no es un disfraz. Si lo fuera lo sabría, he interactuado con ella mucho tiempo para no saber el perfume agrio que emite decididamente.
Miedo, lo sentí en el ambiente mientras los interrogaba. Han de ocultar algunas cosillas y estoy segura que tiene que ver con la mancha que había estropeado la perfecta suciedad obtenida por una semana de intensos recorridos en mis zapatillas y había inculcado en sus débiles grietas salpicaduras del contenido propio de esta:engaño, ansias de sembrar horror y turbiosidad,mucha por cierto.
Es como si hubieran olfateado el que soy una experta para sacar el churre de los escondrijos y quisieron irse con cautela, pero su lengua les jugó mal al compás de sus expresiones corporales y el de cómo se comportaban mientras mi fría lluvia de preguntas les caía encima de su debilidad analítica. Me vino como anillo al dedo, como un guante como dicen por ahí.
Dolor, me había olvidado de él, Alex seguía desconsolada pero lo demostraba vívidamente mientras que yo me lo tragaba cíclicamente, lo ocultaba bajo una de mis máscaras para que nadie lo leyera,ni siquiera entre líneas,para dejarlo a un lado hasta que me diera la gana, para concentrarme en el ahora, en lo que importa ahora...,pero no, no tengo tanta fortaleza mental, no en los temas que se encarnan en mi piel, en los que me hieren sin remedio, no conmigo...,no.
Llanto, ya quería hacerse presente pero no ,no lo  dejé sacudirme esta vez, no aquí. Todos me miraban, y esta vez no era por tener buenas cualidades físicas sino por la situación en la que estaba. Los rumores son más rápidos que el propio viento y lo que me pasó hace años no es del todo desconocido para sus largas y fornidas lenguas,así que si de mis ojos lloviznaba podría darles a conocer lo tan afectada que sigo después de tanto tiempo y me verán como una débil, me criticarán exhaustivamente, sin darse cuenta que no importa por cuantas estaciones transite siempre estaré atada a esos recuerdos, a ese ayer que se ha remarcado como hoy, como mañana y como para siempre en mi razón, aunque sigo guardando la esperanza que algún día pueda liberarme de este este,mi encierro mental.
Desolación es lo que queda después que el circo se va. La pobre de Alex ya ha parado de lagrimear y está sentada con las manos clavadas en la cabeza intentando encontrar alguna solución pero es un acto estúpido, no lo hará,no tiene la experiencia que se necesita para hacerlo y tampoco es que contara con el don de la creatividad, siendo sincera, aún así, sabiendo todo ello, dejo que siga concentrada en su estúpida búsqueda ya que provocando el sudor de sus neuronas descansaría un poco de los golpes propios de la realidad vivida actualmente.Me apresuro a marcharme y empiezo a seguir su ejemplo pero de manera diferente, cosas así son llevadas de la mano de la serenidad y de un buen café negro sin azúcar.Claro que sí.
Música resuena a mi alrededor. Estoy sentada en un banco que se sostiene gracias al viejo cemento que cubre la plaza principal percibiendo melodías clásicas que me regresan a mi paz sensitiva y tomándola de la mano sin perder de vista la canción que me cubría la cara de sonrisas vehementes e inocentes en una que otra nota musical. Pienso todo bien, analizo cada detalle, hasta él más mínimo y no encuentro nada nuevo, y ello me decepciona y mucho.
Le canto a la Luna pero ella hoy se niega a escucharme, ni siquiera ha salido a saludarme, ¿dónde estarás, donde? ¿Acaso no quieres venir acompañarme? Te necesito―bajo la cabeza un instante―y mucho.
Arrebato es el sabor que plasman en mi carne las fragancias traídas por las diversas corrientes de aire que me acusan de no emborracharme y a pesar de mis  ganas por hacerlo pienso que es mejor así, este es el peor momento para exponer mi cuerpo a tal deseable estimulación de mis agudizados sentidos.
Adiós, le doy un adiós a esta insufrible jornada, a mis naufragios psicológicos, a mi déficit de autoestima, al pesar de mi vida, a mí...
Espero encontrarme mañana a mi despertar con las manos del Sol y no temblar ante él. Necesito fortalecerme con su luz y no quedarme atrapada en ella, no de nuevo, no.
NOOOOOOOOO―grito con la pujanza de mi alma, con mi necedad de seguir hacia adelante, con mi último aliento antes de desfallecer en la acumulación de un sueño que ni de cerca será reparador. Grito con fuerza, grito y eso ya es bastante, o sí...