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PÁGINA 18

ALBERT HERNÁNDEZ -NICARAGUA-

Poeta, escritora y Lic. en Ciencias de la Educación con mención en Biología, nació el 6 de septiembre de 1988 en Jinotega, Nicaragua, a la edad de 6 años empezó a escribir sus primeros poemas, con el tiempo empezó a leer las obras de grandes como: Rubén Darío, Vicente Huidobro, André Breton y Ernest Hemingway.
 
Ha sido partícipe de festivales de poesías y parte de su trabajo literario ha sido publicado en antologías y revistas digitales nacionales e internacionales como: Revista ACIC (Nicaragua), Revista Ikaro (Costa Rica), Revista AZAHAR (España), Revista Kametza (Perú), Diario Alicante (España) y Revista Amarantine (México).
 
En enero de 2022 publicó su primer poemario Árboles de Tierra”, escrito bajo la influencia de los poetas André Breton y Vicente Huidobro. Este contiene 105 poemas.
 
 Es colaboradora de periódicos y revistas de carácter cultural como: El Sol de Colombia, Diario Siglo XXI de España, El Sol de las Américas de República Dominicana, Diario Extra de Costa Rica, Diario Alicante de España y Diario Puebla de México.
 
Albert es representante de la revista Ergo en Nicaragua, es miembro fundador del grupo literario Poetas de Sangre y Miel, donde creó el programa Poetas a la vista, con el objetivo de promover el arte en todas las dimensiones y de carácter multigeneracional.
 
 

TAN SOLO OBSERVO
 
Observo.
Y aunque pueda contemplar cada ángulo de tus manos,
 no comprendo por qué labras cada día en círculos de nada
para arrojarlos al vacío.
Mientras en tu mochila pesada guardas recortes de algunas noches
 ruinas de insomnios míos y de otros.
Así los doblas, sin esperanza alguna de que se conviertan en lila crepuscular.
Yo guardo solo una abstracta oscuridad en los ojos,
ya labré los días uno a uno, eran de espera, 
están en el cementerio bajo de la suela de mis vans.
 
 

*    *     *

 
 
UN DÍA SIN PÁJAROS
 
Recuerdo con nostalgia
cuando todo esto era verde y noble.
 Las frutas se descolgaban de los árboles
y las niñas no necesitaban de cirugías.
 
Hoy cierro los ojos y aparto de mi óptica un día
sin manzanas,
sin peras, sin nancites hasta sin arbustos.
 Sería bonito retorcer el reloj obtusamente
y viajar a la mañana y tocar el sol
dejando la tarde en una esquinita de la ciudad,
 o ir al mañana para morir de una vez
con la noticia del deterioro universal,
tocar las frutas y verlas coloridas a como se ven
las camisas Levis, Old Navy, Michael Kors en las
 tiendas de lujo.
 
O verlas como racimos de miradas tristes de las
mujeres de un burdel.
Realmente sería bonito un universo con frutas:
dijo en su agonía un pajarito echado debajo de un árbol seco.
 
 

 

*    *     *


 
SIN MUTISMO
 
A ti,
 hubo un Dios que te dio garganta de cristal.
Ellos oyeron tus gritos de vidrios rompiéndose
en la plaza por eso estás viva.
Las otras heredaron voz de ceniza.
Solo se oye como se quiebran
sus cuerpos cuando se sueltan
del alambre sepulcral que las sostiene.
 
 
 

 *     *       *

 
 
POETA U HOJA
 
Quiero ser poeta o ser hoja,
y pertenecer a la rama de un árbol.
Ver al camello que pasa por el pasto de forma geométrica,
unas veces verlo como puede verlo una hoja,
otras como puede verlo una poeta,
o ver al caracol comer la simplicidad del polvo
o darle de comer mis íntimos ensueños de hoja o de poeta.
No sé la solución de un soñador,
esta vez ser hoja o poeta, igual me conviene,
para hacer una casa de hilos de lluvia y habitar fresca y viva.
 
 

 *     *      *

 
 
POESÍA INMORTAL
 
Vivimos de aire que respira nuestra respiración.
Agonizamos en los sombreros.
Tiramos poemas envueltos en tiza
sobre la grama que se comen los caballos.
 
Luego pasan jinetes en caminata lírica
sobre nuestras tumbas.
La poesía no se ha muerto.