<     >

PÁGINA 7

<                    >

MIMI JULIAO VARGAS -COLOMBIA-

Mimi Juliao Vargas nació en Barranquilla, Colombia, pero ha vivido muchos años en Cartagena. Es licenciada en Trabajo Social, con varios diplomas y especializaciones en Desarrollo de la Comunidad, Diseño y evaluación de proyectos, Psico-Orientación Familiar, directora del Proyecto Social de la Presidencia de la República, en el Plan “Para cerrar la Brecha”, Jefe de Proyectos específicos de la Secretaría de Planeación de la Gobernación del departamento de Bolívar, y Jefe de Recursos Humanos.
Presidente vitalicia de la FUNDACION UNIDAD (Unidad de atención Integral para la Ancianidad) Fundadora de la Organización Cívica Colombiana para la Alfabetización, patrocinada por la Fundación Nauman de Holanda, Fundadora de la Cooperativa para la Salud del Adulto Mayor. Es aficionada a la pintura al óleo sobre lienzo. Ha publicado 4 Libros hasta la fecha:  coautora “Perlas en la Charca”, “Hermanados por las Letras” y “El Claustro” publicó su primer libro “EL CUADERNILLO DE MIS CUENTOS” y está su próxima Publicación -“DIOS!, ¿PARA QUÉ ME CREASTE”?
Mimi Julia o Vargas nació en Barranquilla, Colombia, pero ha vivido muchos años en Cartagena. Es licenciada en Trabajo Social, con varios diplomas y especializaciones en Desarrollo de la Comunidad, Diseño y evaluación de proyectos, Psico-Orientación Familiar, directora del Proyecto Social de la Presidencia de la República, en el Plan “Para cerrar la Brecha”, Jefe de Proyectos específicos de la Secretaría de Planeación de la Gobernación del departamento de Bolívar, y Jefe de Recursos Humanos.
Presidente vitalicia de la FUNDACION UNIDAD (Unidad de atención Integral para la Ancianidad) Fundadora de la Organización Cívica Colombiana para la Alfabetización, patrocinada por la Fundación Nauman de Holanda, Fundadora de la Cooperativa para la Salud del Adulto Mayor. Es aficionada a la pintura al óleo sobre lienzo. Ha publicado 4 Libros hasta la fecha:  coautora “Perlas en la Charca”, “Hermanados por las Letras” y “El Claustro” publicó su primer libro “EL CUADERNILLO DE MIS CUENTOS” y está su próxima Publicación -“DIOS!, ¿PARA QUÉ ME CREASTE”?
 

¿EN DÓNDE ESTÁ ANA MARÍA?

 

CAPÍTULO I


En el consultorio quedaban pocos pacientes, y Joselito se desesperaba.  Inquieto subía y bajaba de la silla en que debía esperar su turno. Brincaba y miraba a su papá como un reto, llamando la atención porque esperaba su regaño, para que se calmara y, cuando él solo le sonreía y lo miraba con amor, se subía a sus rodillas y le cogía el rostro entre sus manos, gritándole para que todo el mundo lo escuchara: ¡Papa,  papiiii… PAPITOOO!  Y buscaba sus ojos para mirarlo fijamente.
-«Papi, vámonos, mira que “él se pone bravo… y ya no va a querer jugar conmigo…»- iniciando una soberana pataleta, hasta cuando lo llamaron a consulta..
La psicóloga pediátrica entabló una amistosa conversación muy bien dirigida, hasta que le preguntó: -«A ver, Joselito, ¿cuántos años tienes?»- Y el niño mostraba su mano con el dedo pulgar doblado: ¡cuatro! -«y cómo se llama tu amigo de la pared?— aquí hubo un silencio,  -cómo se llama? Repetía la doctora.  Pero Joselito no volvió a hablar, tan solo se mordía el dedo pulgar.
Juan Carlos Márquez, quien lo llevaba a la consulta, era su padre adoptivo. De acuerdo con su esposa, habían tomado esa decisión hacía tres años, debido a que ella no podía tener hijos.  Después de los trámites correspondientes, los llamaron de la oficina del Bienestar Familiar porque habían llevado a un bebé de 8 meses de nacido.

 

CAPÍTULO  II

 

San Luis es una vereda de agricultores en donde se respira paz. ¡Esa paz tan anhelada en Colombia! Solo tiene tres calles sin asfalto, pero cada vecino había asumido voluntariamente el deber de barrer el frente de su casa hasta la mitad de la calle, porque los árboles frutales sembrados en cada puerta, para mitigar el calor asfixiante que produce la evaporación del agua del río que bordeaba el caserío, soltaban muchas hojas con las brisas de la noche.
Toda esta armonía se rompe con frecuencia, por los escándalos que provoca Indalecio, un hombre que no había nacido en San Luis pero que había llegado a unirse a los demás campesinos en la recogida del algodón y se quedó en el pueblo cuando conoció a Ana María, aquella jovencita bella natural y buena por la crianza de sus humildes padres.
No había transcurrido mucho tiempo, cuando el Indalecio llegó una noche muy ebrio y le propinó la primera paliza. Asi, fueron repitiéndose estas escenas, en que muchas veces debió intervenir la comunidad para evitar que la asesinara. En la vereda no había policía. En estado de embarazo, también la agredía brutalmente y ella solo se limitaba a amenazarlo con su huida.

 

CAPÍTULO III


Llovía copiosamente, El vendaval rugía sobre los débiles techos de palma acompañado del estallido de los rayos que en su mayoría caían en el río. No se escuchaban los gritos de Ana María, pero los vecinos se dieron cuenta de la gravedad de lo que en la vivienda sucedía, porque en el paroxismo de su estado descontrolado, Indalecio había estrellado un cavador de hierro contra la puerta y ésta se había abierto de par en par.
Allí estaba tendida Ana María en el piso cubierta de sangre y en la cunita hecha con guacales de madera y unos trapitos viejos, lloraba aterrorizado el bebé de pocos meses de nacido. Los vecinos, unos armados con palos y machetes, se dieron a la persecución de Indalecio, quien al reaccionar y darse cuenta del hecho, había huido. Otros, ayudados por algunas mujeres fueron a recoger el cuerpo de Ana María, quien aún daba señales de vida, para llevarla en la canoa rio abajo, al puesto de salud más cercano.  …Pero ¡oh sorpresa! El cuerpo no estaba… solo una estela de sangre que se perdía entre las charcas que formaba la tormenta, y un pequeñito que seguía llorando, único testigo de lo que en esa vivienda había sucedido. Llegaron las autoridades del pueblo vecino, la policía rastreaba los caminos y senderos, sin ningún resultado. Al dirigirse a los barrancos del río, notaron que la canoa no estaba. ¿En dónde está Ana María? Se preguntaban todos. Ni un rastro… ni una señal…
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar se hizo cargo del bebé.
 

CAPÍTULO IV

 
Joselito Márquez es la luz y la vida de una pareja que estaba apagando el fuego del amor por la monotonía de sus vidas. En el transcurrir de los años, su desarrollo físico e intelectual ha sido normal y fácil, con el amor y los cuidados de sus padres. Salvo por un detalle: Joselito se sienta en un banquito de madera que le hizo su papá, y frente a una pared del patio, o en el closet de una habitación, sostiene largas conversaciones con “un señor” a quien él teme, pero le escucha atentamente, le hace preguntas y hasta se ríe. Pero no dice absolutamente nada de sus características, o su personalidad. Lo han visto y examinado Médicos psiquiatras, sacerdotes, y actualmente esta cariñosa psicóloga.
Pero a pesar de que han transcurrido tres años, en San LUIS nunca más se supo de Ana María,  solo hay rumores de que la han visto entre la espesura de la selva ribereña del río y lleva un cayado y un mechón que enciende en la oscuridad. Anda buscando a su hijo-, dicen.
Pero nadie sabe la verdad. EN DÓNDE ESTÁ ANA MARÍA?
 

 

*     *      *

                                                                 NOSTALGIA

 

El crepúsculo llega, -
aumenta mi nostalgia,
La soledad toma cuerpo,  yo comienzo
 a morir en un ritual repetido, cada tarde
que agoniza conmigo,
 cuando el portón dejo entreabierto
para soñar, aunque me duela el alma,
duelen mucho los recuerdos
cómplices de la magia del zenit.
Todavía esperando ansiosa, y en silencio,
 cierro mis ojos hasta que te veo venir.
Me tomas de la mano con fuerza,
 timidez y empeño. Voy dejando
que se cuelen mis sueños,
fantasías, alquimias, recuerdos de amor.
Me llevas a la alcoba con tu pasión febril.
Siempre recordando que fuiste mi dueño,
que me enseñaste a amar,
 a creer en la vida, a creer en ti.
 ¡Me acostumbraste a ti.!
Ahora, solo hay sombras
que transformo en realidades,
Este dolor que siento de tu ausencia,
sigue vivo y no me deja vivir.
me revelo en silencio
 por lo que no pudo ser
y me pregunto siempre sin encontrar respuesta
¿Por qué no puedo amarte ahora,
Por qué, a quien tanto amé?
 

 

*     *      *

 
 
Te quiero
Te quiero si, porque te debo la vida, porque me
enseñaste cuál era el sentido de luchar por vivir,  yo era una mujer sola y renegada de los cielos azules, vivía bajo las sombras de una terrible  oscuridad que fortalecía mi estado de miseria moral .                                                      Fui víctima de las tempestades del despecho…  que se convirtieron en mis fieles y

Caminé descalza por el lodo, que abrieron heridas en mis plantas y ya no soportaba más el dolor que nacía en mi corazón y que se regaba por toda mi piel.                                                                                   
Era una paria del destino que miraba con ojos ya sin brillo los recuerdos de mi juventud pasada. Cuando aquella tarde de otoño, -amarilla, si, cubierta de hojas doradas, pero desprendidas de la vida como yo, me encontraste sentada en una banca.
No sé cómo, pero el lenguaje silencioso de las almas, …o quizás su reencuentro de otras vidas, pero tu corazón lleno de ternura, al mirarme tan profundamente, me sonrió. Así, simplemente me sonrió y a partir de ese momento, cuando tu mano tibia y fuerte tomó la mía, todo para mi cambió. Subí de tu mano a los montes sagrados del Olimpo siendo tus besos, resplandores  que limpiaron mi corazón rescatándole al dios Caos mis mortajas.   Con esas tibias caricias de tus manos.
Te vi grande, como un dios humanado reconstruyendo a una mujer muerta, purificando mi alma con el fuego de tu amor .                              

Antes de ti, yo no era nada, después de ti,  solo se amarte, y  solo hay amor para ti en mi existencia.  
 
 
TUS BESOS EN MI PIEL
 
Cuando dormía el mundo entero
llegabas de madrugada,
me moría por tu llegada…
Porque estar entre tus brazos
sintiendo tu alma en la mía,
era del cielo un regalo
cuando tus labios mojados,
recorrías.
 Tus besos en mi piel,
en mi cuerpo, mi vida y mi ser.
Se grabaron para siempre
con una tinta indeleble.
Te recuerdo día tras día.
Tus besos acariciando
la desnudez de mi cuerpo
con esa forma sensual
que al recordar me estremezco.
Los besos que tu me diste,
¡no me los borrará nadie ¡
solo fueron míos, tus besos en mi piel
Besos que fueron ternura,
besos intensos de fuego,
besos que me dieron tanto placer
tan suave como las plumas,
mezcla de aromas, sabores
frescos como la bruma
de tu cuerpo y tus labios, que eran miel.
Ahora, solitaria en mis recuerdos,
sabiendo que ya no te tengo,
tú me dejaste el consuelo
de tener hasta la muerte,

 lo más puro de tus besos
 

Mimi Juliao Vargas
Cartagena del Caribe, Colombia