EL PODER DE LA PALABRA ESCRITA

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TRINANDO

TRINANDO

DIRECTOR: MARIO BERMÚDEZ - EDITORES: PATRICIA LARA P. (COLOMBIA)  - CARLOS AYALA (MÉXICO)

JULIO DE 2015

NÚMERO

4

PUBLICACIONES DE ESTE NÚMERO

Las Chivas. JesúsAntonio Báez Anaya (Colombia)

Réplicas de Madera

Zoe

PÁGINA 13

 

25.

 

                

Al entrar a la feria, todos nos miran. Jared y yo hemos entrado tomados de la mano.

Preston es uno de los primeros en darse cuenta de ello. No puede disimular la tristeza. Su brazo continúa enyesado. Uno de sus ojos aún está morado. Prefiere distraerse comiendo palomitas antes de seguir viendo como camino acompañada por Jared, quien por si fuera poco, fue el chico que lo golpeó.

          La noche se combina con el espectáculo de luces que se lanzan por doquier. Hay juegos como la rueda de la fortuna que está iluminada y también la media luna que se vislumbra en esta noche que tiene el cielo despejado. Jared y yo caminamos entre toda esta gente pero  evito cuidadosamente tocarlos para evitar contagiarme de sus emociones. No quiero que nada pueda arruinar esta noche. Lo que si es imposible, es que deje de ver todos estos colores que sobresalen por encima de lo negro de la noche. Aunque estos me nublan la vista, trato de que sean invisibles a mis ojos.         

        - Sabes, está es mi primera cita-. Dice Jared.

         Yo rió sin poder creer lo que dice. Dudo mucho que esta sea la primera cita de Jared. Un chico como él debe tener un largo historial de conquistas.

        - Apuesto a que no-. Contesto.

        - Si. Si la es. Bueno, en realidad, tengo mucho tiempo de no tener una cita. Esa es la verdad-.

         - ¿Tanto así?-.

         - Ha pasado mucho tiempo. No sabes cuánto-.

         Jared y yo empezamos a bromear. Siento como su mano me jala directo hacia él. Una vez que estoy cerca de él, me abraza fuertemente. Sus brazos me levantan y empieza a hacerme girar.

        El estar así, entre sus brazos, me hace sentir viva. Tenía mucho tiempo de no sentirme tan feliz como ahora.

       Todos aquellos malos entendidos pasan a segundo término porque estar viviendo esto vale la pena.

           Pienso que ya no importa el pasado. Este Jared es otro y definitivamente me gusta más que el que me tocó conocer.

        - Quizá necesitábamos estar así, lejos de la escuela y en otro ambiente para conocernos más, ¿No lo crees tú Elizabeth?-.

         - Pues así que tú digas “solos“, no estamos. No sé si te has dado cuenta de que todos los de la escuela no están viendo-.

         - ¿Y eso te importa?-. Pregunta.

         - Para nada-.  Respondo.

           Un señor que vende manzanas cubiertas de caramelo se acerca y Jared toma una para mí.

          Me siento tan bien a su lado, que me había olvidado por completo de Jonas. Su imagen no puede desaparecer de mi mente en cuanto lo recuerdo. Me siento un poco mal porque mientras yo estoy aquí pasándola de lo mejor con Jared, él está pensando tal vez en la forma en la que me comporté la última vez. No fui muy amable con él. No sé que siente, en qué estará pensando. De lo único de lo que estoy segura es que le romí el corazón.

         Esta cita lo único que confirma, es que mis sentimientos por Jared son tan reales como él. Lo amo y si está noche él decidiera hacerme esa propuesta con la que sueño, estoy dispuesta a decirle que si.

          - No quiero tocar este tema pero-…  Jared me interrumpe.

          - Sé que vas a preguntarme por mi hermano-. Responde.

          - Está bien, creo que es mejor no preguntar-.

          - Tienes todo el derecho a cuestionarme. Jonas es alguien importante en tu vida, lo sé. Jonas te salvó la vida aquella tarde cuando el oso te atacó. Si él no hubiera llegado, habrías muerto-.

           - Esa tarde me di cuenta del pavor que le tienes al fuego, ¿A qué se debe?-. Pregunto.

            - Un trauma. Dejémoslo así-.

            Jared mira hacia un punto fijo, lo que me hace suponer que el hecho de que le haya preguntado le ha removido recuerdos que tal vez él había bloqueado.

            - Hay muchas cosas que estoy dispuesta a contarte Elizabeth pero tengo miedo de que tú”…

          Una fuerte explosión de juegos artificiales dirigidos hacia mi interrumpen a Jared.

         La ráfaga de luces se mueve hacia donde  estoy. Por mi cerebro no pasa ninguna otra palabra más que la palabra “muerte”.

        Veo como esa luz se acerca lanzando chispazos. Intento activar mis poderes pero estos parecen no funcionar y menos ahora que estoy cerca de Jared.

        Cuando la luz se acerca hacia mi pecho siento como una energía me impulsa hacia el otro extremo. Caigo arriba de una mesa con premios y del otro lado cae la persona que me salvó de esa ráfaga que chocó  contra un stand donde venden más de ellos.

        Asustada y con la mente desorbitada veo como el hombre que vende los juegos artificiales sale corriendo del pequeño local construido de madera. A mi alrededor la gente huye aterrorizada. Niños, ancianos, todos corren tan rápido como pueden.

       Las luces multicolores que salen de ese stand de madera salen volando por doquier.

        Al otro extremo Jared cubre sus oídos, afligido, tembloroso. No reacciona a mis gritos. Parece ha entrado en un shock.

        Una mano se acerca y me levanta tan rápido como puede tomándome de la cintura.

        - Tenemos que salir de aquí Elizabeth-.  

         Encuentro a Jonas sujetándome y atravesando a toda la multitud de gente que nos golpea como una estampida, Jonas corre hacia donde está Jared y lo ayuda a ponerse de pie.

         Los ojos de Jared siguen perdidos. No reacciona a la voz de Jonas, No sé que le está ocurriendo. No sé porque se ha puesto así.

        El stand estalla y la madera con la cual estaba construido vuela por todos lados.

        El sonido de la explosión nos hace caer al suelo pero alcanzo a distinguir a una sombra que de pie sobre uno de los  cajones de la rueda de la fortuna está observándonos.

        En ese instante todo se pone en cámara lenta y soy testigo de cómo esa persona vestida completamente de negro logra que el  cable que sostiene al cajón empiece a zafarse.

       Jared, Jonas y yo estamos debajo de los cajones de la rueda de la fortuna y cuando veo que esté cae a gran velocidad directo hacia nosotros, mis poderes estallan, empujando el cajón contra el área donde están las mesas y la comida.

         Me levanto intentando detener a esa sombra pero veo como esta desaparece velozmente.

        - Alguien trató de matarnos-.

        - ¡No!, Alguien quería matarte a ti Elizabeth-.

          Un escalofrío recorre mi piel.

         ¿Matarme, otra vez?

         Ya me había atacado un oso, ahora esto y en esas dos veces, Jonas había aparecido para protegerme.

         - Gracias Jonas. No sabes como te agradezco que siempre estés aquí para mi. No es la primera vez que me salvas la vida-.

        - No tienes porque agradecerme Elizabeth. Mi misión es protegerte-.

          Jared parece reaccionar cuando Jonas me dice esto último y cuando volteó hacia donde estaba Jonas, me encuentro con que ha desaparecido.

-       ¿Jared-. Pregunto esperando que reaccione.

         Sus ojos se postran sobre los míos, desorientados.

        - El fuego, el fuego. Lo consumió todo. Me ha arrebatado todo lo que alguna vez amé-.

        Está muy nervioso. Ha empezado a sudar y a moverse frenéticamente.

        - Ya todo terminó Jared. No tienes de que preocuparte-.

          A mi alrededor todo es caos. Hay gente herida, el humo se esparce por doquier  y el fuego continúa ardiendo como en mis sueños. Esto me hace regresar a la realidad pero en un segundo, siento como me quedo paralizada. Una energía me transporta a ese mundo donde suceden mis sueños. En este lugar donde hace unos momentos paseaba de la mano de Jared donde hay árboles y una plaza, aparece gente vestida de forma antigua. Los postes de luz desaparecen al igual que el cableado del Riverwood moderno. Un carruaje con caballos se atraviesa donde estoy arrodillada cuidando de Jared quien parece estar quieto. De pronto, a mi lado aparecen unos hombres arrastrando unas cadenas que mantienen presa a una mujer.

       La gente del pueblo se acerca señalandola. Ellos gritan: “bruja”, “quémenla”.

       Donde segundos atrás estaba situada la rueda de la fortuna ahora se encuentra un estrado de madera. Aquí hay unos hombres con el rostro cubierto que apilan unos cuantos troncos. Al fondo, esa mujer que sube llorando, con la ropa desgarrada y los cabellos enmarañados exige su libertad. Ella asegura que es inocente pero un sacerdote da la orden de que la coloquen en la hoguera. Ahí, pese a las suplicas de esa mujer y con todo el pueblo furioso, le prenden fuego a la leña y veo como esa mujer, quien no es otra más que Olivia Linton, perece entre las llamas.

         El retrato, los mismos poderes, estos sueños, todo me hace comprenderlo más fácilmente.

        Yo fui Olivia Linton en mi otra vida. Por eso Jonas me hipnotizó aquella noche y gracias a ello y al encuentro con esa pintura, pude empezar a entender estas visiones pero falta una pieza para completar el  rompecabezas… Necesito conocer el rostro de ese hombre de ojos azules.

 

* * *

          El viento sacude mis cabellos. La brisa se lleva esa realidad que desaparece cuando respiro profundo y me doy cuenta de que ya no estoy en el siglo XVI sino en el mundo actual.

          Jared me sujeta de la mano como segundos antes de que me perdiera en ese sueño.

          - Jared, por favor. Tienes que decirme que tienes tú que ver con Olivia Linton. Es demasiada casualidad que esa mujer que tú amaste antes de conocerme se llamara Olivia y haya muerto, ¡No puede ser!-.

            Jared mueve sus labios lentamente. Unas cuantas lágrimas se asoman y sujetándome  con fuerza, empieza a pronunciar que…

           Tienes que regresar al internado, ¡Ahora!

           De nuevo esa voz y está vez me advierte que algo anda mal. No es la primera vez que la escucho. Esa voz me advirtió que no fuera a la supuesta cita con Jared cuando Rebecca me encerró en el cementerio de bancas, lo mismo la noche de la invocación al espíritu de Seraphina.

          - Jared levántate, tenemos que regresar al internado-.

           Mi brazo intenta levantar a Jared y él se incorpora de nuevo al suelo de pie pero las campanadas de la iglesia resuenan hasta este lugar anunciando que la media noche se acerca.

          Camino rumbo al internado atravesando el humo del fuego mientras los paramédicos atienden a los heridos y los bomberos tratan de controlar la voracidad con la que el fuego está consumiendo todo pero Jared se detiene y me pide que vaya sola al internado pues él tiene que atender un asunto importante.

         - Acompáñame Jared por favor-.

          La segunda campanada se escucha.

         - Ve tú sola Elizabeth. No puedo ir contigo-. Grita con desesperación. Su voz se escucha algo apresurada.

          Está muy nervioso y ha empezado a empaparse de sudor.

         Jared comienza a huir y voltea para decirme que todo estará bien pero que no puede ir conmigo. De nuevo una desaparición misteriosa y justamente al sonido de las campanadas. Con la llegada de la media noche.

 

         Entro al internado y una energía negativa me invade. Se escucha la sirena de una ambulancia y las luces de esta me indican que lo que mantiene preocupados a todos los del internado, ha ocurrido dentro de la biblioteca.

        Una multitud parecida a la que estaba en la celebración del pueblo cubre la entrada impidiendo que me entere de lo que ha sucedido.

       Curiosa pero también preocupada me acerco a preguntarle a una compañera qué es lo que ha sucedido.

       - Algo horrible. Atacaron a una chica-. Dice horrorizada.

         Me asomo por una de las ventanas y alcanzo a ver una mano sin vida y un charco de sangre. Hay libros tirados a un lado del cuerpo y  veo claramente que los cabellos de esa chica son rubios.

          Algo me oprime el pecho. Es un vacío, es algo horrible.

         Veo a Abby saliendo acompañada por un oficial de la policía y tiene un rostro preocupado. Es una expresión que no me gusta.

         - ¿Abby qué fue lo qué pasó?-.

           No responde.

          - ¡Por favor!, responde!-.

        Abby no necesita hacerlo porque cuando empiezo a sacudirla desesperada, los paramédicos salen con una camilla.

       Poco a poco las columnas de la entrada me permiten descubrir que la persona que está tendida sobre ella y al parecer, sin vida, es Paige.

         - ¡Dios! Paige. Paige, ¿Qué pasó?-.

         Un oficial, agente lo que sea se acerca a mi y me aleja de la ambulancia. Quiere hacerme unas preguntas.

          - ¿Es usted amiga de la señorita Paige Matthews?-. Pregunta.

           El hombre rubio y  musculoso es el agente Greyson Thomas, así dice su placa.

          - Si, Paige es mi mejor amiga… ¿Pero qué pasó?, ¿Cómo está ella?

            El agente me mira con desconcierto. No sabe cómo decirme todo lo que ha pasado.

           - Alguien atacó a la señorita Matthews. Le dieron dos puñaladas por la espalda y está muy grave-.

           Al segundo de escuchar esas palabras siento como todo mi cuerpo se paraliza. Mi corazón se detiene, todo mi mundo se hace pedazos. Mi mejor amiga fue apuñalada por no sé quien. Está muy mal herida.

          - Tiene que prepararse para lo peor. Es posible que la señorita Matthews no sobreviva-.

          - ¡Oh no!-. Las lágrimas caen por mis mejillas. Mi respiración se agita. Todo me da vueltas. Abby llega para acompañarme y me abraza.

          - ¿Quién tenía motivos para hacerle daño a su amiga, señorita, mmm, su nombre es?-.

           - Se llama Elizabeth-. Contesta Abby.

           - No. Paige no tiene enemigos, No lo sé-.

            El agente Greyson sospecha de que algo anda mal. Aprovecha para decirnos que alguien atacó a Paige para quitarle algo. La escena del crimen indica que hubo violencia.

          Un paramédico interrumpe al agente y me pide que lo acompañe. El agente se queda hablando con Abby y el hombre de cabellos chinos y aura azul me entrega un papel.

          - ¿Qué es esto?-. Pregunto.

          - No lo sé. Estaba dentro de uno de los bolsillos de su amiga-.

          Es un papel de apariencia antigua, desgastado y con tinta oscura. Tiene unas cuantas gotas de sangre.

         El paramédico sube a la ambulancia y veo como cierran las puertas para salir a toda prisa por la entrada trasera. El sonido de la sirena se pierde entre los árboles y  me acerco a Abby, quien continúa respondiendo las preguntas del agente Greyson. A los pocos minutos él se despide y nos avisa de que mañana estará interrogando a algunos maestros y alumnos que estaban cerca del lugar al momento del incidente. Veo como su aura verde se aleja desapareciendo en la patrulla que comanda uno de sus compañeros. 

         - Abby acompáñame al hospital por favor-.

         - Es imposible. La madre superiora ha dado la orden de que no salga nadie-.

          Esto es injusto. Paige es mi mejor amiga y debo estar con ella antes de que pueda morir. No quiero pensar en ello pero el agente Greyson me dijo que está muy grave.

        - Iré a buscarte más tarde. Conozco a alguien que nos podrá llevar al hospital. Se paciente por favor-. Dice Abby.

         La energía que Abby me transmite desaparece y corro hacia mi habitación muriendo de la curiosidad. Necesito leer lo que dice esa hoja . Paige la guardó en uno de sus bolsillos por alguna razón en especial.

         Entro a mi habitación y desesperada aviento todo lo que está en mi escritorio. Enciendo la luz de la lámpara ecológica que tengo ahí colocada y abro delicadamente la hoja por temor a que pueda romperla.

       Acerco la hoja a la luz que me da la lámpara para leer bien pues la tipografía es muy antigua y está en cursiva. Hay un gráfico que llama mi atención, es el dibujo de un gato negro y con ojos de color.

               

EL INMORTAL; EL HOMBRE GATO

 

         Para aquellos que han traicionado y despreciado a una bruja no habrá peor castigo que la vida eterna. Todo aquel que se atreva a  humillar y a jugar con el corazón de una bruja, será condenado a vivir eternamente entre las sombras de la noche

         A quien le caiga el hechizo vivirá eternamente en las penumbras, vagando como un alma eternamente.

        Por las noches se convertirá en una criatura de ojos claros y piel negra como las sombras. Sus noches como un gato lo dotarán de los poderes de un demonio, de un ser sin alma y sin luz.

 

CRIATURA DE LA NOCHE

SER DE ALMA SOMBRÍA

QUE LAS TINIEBLAS TE CASTIGUEN

QUE TÚ ALMA VAGUE ETERNAMENTE

QUE LAS NOCHES SE CONVIERTAN EN TU VERDUGO

VIVE ETERNAMENTE COMO UN ALMA EN PENA

QUE LA NOCHE TE PROTEJA

QUE CAIGAN SOBRE TI LOS PODERES DEL DEMONIO

 

        La luz de la lámpara me permite descubrir que tras la hoja, Paige ha anotado algunas cosas que subrayó con un plumón amarillo.

             

FUERZA SOBREHUMANA

AGILIDAD

OLFATO

OMNIPRESENCIA

 

       Leer esto me hace pensar de nuevo en mis sospechas. Esas que me hacen pensar que Jared no es humano, que no pertenece a este mundo. Todo empieza a tomar forma pero el estado de salud de Paige me preocupa y es lo que me distrae en estos momentos.

         Abby está a punto de tocar mi puerta. Tomo mi bolsa y guardo dentro de ella la hoja donde leí el relato del INMORTAL.

          Tan pronto como abro la puerta, Abby me jala del brazo y me pide que nos apuremos. Tenemos solo unas cuantas horas para entrar al hospital pues lo haremos a escondidas. Hay una persona que nos infiltrará ahí y creo adivinar quién es.

         Al salir del edificio, Abby toma una ruta por la cual he caminado antes.

        - ¿Hacia dónde vamos?-. Pregunto

        - A un lugar que tú conoces-. Responde.

         Abby camina entre los árboles sosteniendo su celular y corremos a prisa. Escucho unos ligeros pasos que corren tras de mi. Al voltear descubro que el gato es quien cuida mis espaldas y quien nos está siguiendo.

        El gato se atraviesa por debajo de mis piernas y corre hacia donde está Abby. Ella se detiene cuando sus potentes ojos azules que brillan en la oscuridad son vistos por los ojos de ella. Abby estornuda pues no le gustan los gatos y este parece reaccionar tenso cuando la ve. Me doy cuenta que el animal corre con más prisa y yo me adelanto para seguirlo.

       El gato corre por un sendero que no es por donde Abby nos iba a llevar. La pendiente por donde subimos está inclinada y a unos cuantos metros se empieza a escuchar la caída del agua.  Hay una luz que sobresala de entre los árboles. Debe ser la luz que proviene de la casa de Jared y de Jonas.

        - Jonas es la única persona que puede ayudarnos. Es médico y nos ayudará a entrar para que puedas ver a Paige-, Dice Abby.

          La puerta del despacho de Jonas siempre está entre abierta pero yo no percibo su presencia cerca.

        Abby entra y empieza a llamar su nombre esperando que él conteste para subirnos a su auto y salir rumbo al hospital.

        Se escuchan unos pasos en el segundo piso del despacho pues hay una escalera en forma de caracol que conduce hacia un enorme librero con muchos libros. Los muebles de cuero color blanco se ven desde ese segundo piso y Jonas aparece frente a nosotros tras haber saltado desde el piso de arriba pero parece que no calculó su caída pues choca conmigo y me hace caer al suelo. Ante esto lo primero que hago es levantarme y sacar de mi bolsillo el relato del INMORTAL pero este se me resbala de las manos y cae frente a Jonas quien lo levanta para mi.

        Curioso, Jonas observa la hoja percatándose de que es muy antigua y que tiene unas cuantas anotaciones al reverso. Abre la hoja con delicadez y lee lo que dice. Sus ojos se dilatan y de pronto su rostro adquiere una palidez muy notoria.

        - ¿De dónde sacaron esto?-. Pregunta.

         Abby y yo nos miramos la una a la otra sin saber que responder pues nos asusta la forma con la cual Jonas nos mira.

          - ¿De dónde sacaron esto?-. Vuelve a preguntar.

          Miro a Jonas y sé que ya no puedo negarlo. Tengo que confesarle lo que sucedió.

         - Uno de los paramédicos me entregó esto. Lo encontraron en la mano de Paige cuando hallaron su cuerpo en la biblioteca-.

         - ¿Y por qué Paige tenía esto entre sus manos?-. Pregunta Jonas.

         - ¿Por qué tanto escándalo por una simple hoja de papel?-. Pregunta Abby.

        - Esto no es una simple hoja. Esta es uno de los hechizos del libro oscuro, del libro de Seraphina Potter. Ella fue la mujer que traicionó a las brujas a cambio de que liberaran de la condena de muerte al hombre que amaba-. Confiesa.

       - ¿Seraphina Potter la mujer que traicionó a las brujas? Pregunta Abby con sorpresa.

        - ¿Cómo hallaron su libro?-.

        - Yo lo encontré una noche en la biblioteca. Lo usamos para hacer una invocación. Yo sabía que ese libro nos podía ayudar. Seraphina Potter fue una gran oráculo, queríamos hacerle una consulta-.

         - Cometieron una gran estupidez-. Dice Jonas

          En el ambiente se percibe la tensión.

         El rostro de Jonas continúa pálido y su respiración se ha agitado.

         - Necesito saber qué fue lo que pasó con exactitud, ¿Cómo lo encontraron?-.

        - El libro apareció frente a mi. Estaba escondido en un librero y lo hallé cuando buscaba otros libros. No estaba ahí en mi primera búsqueda-. Dice Abby.

        - ¿Y cómo lo abriste? Nadie puede abrir este libro. Dice Jonas.

        - Recuerdo que me cortó el filo de la hoja. Cuando una gota de sangre cayó sobre la pasta, el libro se abrió solo-.

           Jonas no dice nada solo mira a Abby.

         - Si eso pasó, entonces eso significa que tú eres una descendiente de Seraphina Potter, la bruja negra-.

           Escuchar el nombre de esa mujer me revuelve el estómago y no es la primera vez que me pasa.

         No puedo creer lo que estoy escuchando, además, recuerdo que el libro había desaparecido frente a nosotros la noche en la cual Abby intentó destruirlo. Cómo pudo haber llegado a manos de Paige.

          La incrédula Abby camina en círculos tratando de comprender lo que Jonas le ha dicho, mientras él me entrega la hoja indicándome el lugar donde está firmada con las iniciales SP, de Seraphina Potter.

         Pareciera que el mundo se le está viniendo abajo. Abby tiene una expresión de incertidumbre.

        - Cómo es que mis padres nunca me hablaron del parentesco con esa mujer, con esa traidora. A ella le debo la muerte de muchos de mis ancestros. Por su culpa hemos tenido que vivir escondidos, por su culpa nos arrebataron Riverwood-.

         - Seraphina Potter era una bruja negra disfrazada de oráculo. Cometió un error porque estaba obsesionada con un hombre y sacrificó a los suyos con tal de no perderlo-. Dice Jonas.

        - Pero Seraphina se suicidó, ¿Por qué lo hizo?-. Pregunta Abby.

        - Porque ese hombre la despreció pero cuando un simple mortal humilla a una bruja nadie lo puede salvar del castigo que le espera. Una vez que te metes con una bruja, tu suerte está escrita-.

        Al escuchar esto me invade un enorme deseo por seguir escuchando más, por conocer el final de esa historia que Jonas me está contando. Su voz es la que me adentra  dentro de ese mundo donde todo sucede en cámara lenta, en ese mundo donde nadie se da cuenta de que yo estoy presente.

        - Seraphina amaba a ese hombre con locura. Nunca pudo asimilar que él no la amaba a ella y cuando se percató de que con su envidia y odio hacia la mujer que le había arrebatado su amor lo había arrastrado a él a la muerte, Seraphina  intentó chantajearlo. Ese hombre cedió a su chantaje pero recapacitó cuando descubrió sus verdaderas intenciones. Despreció a Seraphina y ella no pudo soportar el dolor por no saberse correspondida. Por eso lo condenó a vivir entre las tinieblas eternamente y asesinó a toda la familia de él para que se quedara completamente solo en el mundo-.

         El relato del inmortal.

        Todo encaja a la perfección y me doy cuenta de que las palabras de Jonas, junto con ese pasado que parece sacado del guión de una película de ciencia ficción y  las palabras escritas en esa hoja de papel viejo concuerdan. De ser así, entonces ese hombre vive, es ese ser inmortal pero qué fue de él,       ¿Dónde está?

         Las imágenes poco a poco empiezan a esfumarse. Lo último que veo antes de que todo desaparezca es a esa mujer  prendiéndole fuego a una casa en una villa ubicada en lo alto de una colina. Cerca de esa casa está situado un enorme roble con dos iniciales tatuadas en el tronco, con una O y una J.  Debajo del piso de madera se encuentran escondidos los miembros de esa familia; el padre, la madre, un chica de aproximadamente quince años, blanca y con el cabello lacio y muy largo, lacio. También hay dos niños pequeños de siete años, idénticos, con ojos azules y pelo castaño. Son los hermanos de ese hombre. Ambos están escondidos e intentan no hacer el más mínimo ruido, no respiran. Temen por su vida pero Seraphina sabe que están escondidos y decide prenderle fuego a la casa pero antes de hacerlo, los hombres que la acompañan cubren con madera todas las ventanas y puertas que hay en esa pequeña casa de campo.

        El fuego empieza a consumirlo todo y ese hombre, al que no puedo verle el rostro grita desesperado intentando entrar para salvar a su familia.

        A las afueras del incendio se escucha la risa de Seraphina y los gritos de un hombre que lucha desesperado contra el fuego. Lucha por entrar a pesar de que las llamas lo consumen todo vorazmente. Una flama toca accidentalmente su mano y está empieza a arder. Ahí dentro, toma al hombre de rostro distorsionado y lo saca sabiendo que ya es muy tarde; sus padres y hermanos han muerto sofocados por el humo del fuego. Ambos miran con dolor como el fuego consume todo pero Seraphina, deseosa de venganza, apunta con una daga directo al corazón de quien es el hermano del hombre al que condenó a vivir entre las tinieblas. Este cae sin poder defenderse pero antes, le dedica una última mirada a su hermano, a quien salvó de morir. Las imágenes empiezan a ser absorbidas por un viento que me arrastra con el expulsándome de esa vivencia y cuando miro por última vez a esos dos hombres, descubro que uno de ellos, el que ha sido herido en el corazón por esa daga, no es otro más que ¡Jonas!

        Jonas estaba contándome lo que sucedió con exactitud siglos atrás porque él estuvo ahí. Jonas vivió siglos atrás.

         Jonas se acerca intentando explicarlo todo pero me alejo de él.

        Abby pregunta qué es lo que está pasando y cuando veo que las manos de Jonas se acercan presto especial atención en su mano derecha, esa que tiene una cicatriz que está en el mismo lugar donde el hombre de mis sueños se quemó.

         - ¿Tú que hacías ahí? Si tú estabas ahí, entonces Jared y tú son…-.

        Mi voz entrecortada y muy rasposa, confundida se interrumpe por la sorpresa.

-       Espera Elizabeth. Tienes que saber toda la verdad-. Dice Jonas.

        Lo veo acercándose más y más, intentando impedir que no me vaya.

        - ¿Qué eres Jonas, qué son tú y tu hermano?-. Pregunto.

        - Siempre supe que había algo extraño en ustedes dos y ahora lo entiendo todo-, Dice Abby.

        - ¿De qué hablas Abby? ¡Dilo de una vez!-.

        Si Abby ya sabe la verdad, necesito que me diga todo de una vez mientras Jonas me mira sin saber qué hacer.

-       Ahora entiendo porque Jonas siempre te salvaba y porque Jared…-.

       Abby es interrumpida por la voz de Jonas. No quiere que sea ella quien me revele la verdad.  

         - Ahora entiendo porque siempre que estaba cerca de Jared podía percibir el olor del azufre-. Confiesa Abby.

        - ¿Azufre?-. Pregunto.

        - Si, azufre. Por eso es que nunca me cayó bien Jared. Su olor nunca me gustó porque es el olor de aquellos que no tienen alma, el olor del demonio-.

       Abby me ha sorprendido con esa confesión. Ahora todo tiene sentido. Creo que el secreto de Jared ya se ha revelado.

 

 

Zoe nació en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, México. Estudió Mercadotecnia en la Universidad de Monterrey y cuenta con un Diplomado en Diseño Editorial en Madrid, España; pero las letras han sido su pasión desde niño. “Inmortal” es su primer trabajo como escritor. Su novela fue publicada en el 2010 y a lo largo de estos últimos años ha estado impartiendo talleres de literatura y cafés literarios para la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UANL, así como para la Escuela Adolfo Prieto de CONARTE. Se mantiene activo en redes sociales (twitter y facebook) y escribe constantemente en su blog, Los Diarios de Zoe (https://diariosdezoe.wordpress.com/)

 

En ésta ocasión nos comparte el Capítulo 25 de su libro.


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