EL PODER DE LA PALABRA ESCRITA

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TRINANDO

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DIRECTOR: MARIO BERMÚDEZ - EDITORES: PATRICIA LARA P. -COLOMBIA-  - CARLOS AYALA -MÉXICO-

DICIEMBRE DE 2015

NÚMERO

6

 

PUBLICACIONES DE ESTE NÚMERO

CONTÁCTENOS

Las Chivas. JesúsAntonio Báez Anaya (Colombia)

Réplicas de Madera

Jorge Alberto Silva

PÁGINA 5

 

Dramaturgo desde 1996. Se ha formado en cursos con Coral Aguirre, Hernán Galindo y Jaime Chabaud. Participa en 2006 y 2007 en el Diplomado Nacional de Dramaturgia, en el cual fue alumno de reconocidos autores y teatristas. 

                Es autor de más de treinta textos dramáticos de diferentes géneros. Ha publicado en las antologías Teatro Breve Nuevoleonés y Contraseña: Nueva Dramaturgia Regiomontana. En 2000 recibe la beca del Centro de Escritores de Nuevo León por el proyecto Radiografía de un corazón en llamas. En 2005 obtiene el Premio Nuevo León de Literatura por la obra Una ventana a la calle, publicada por Conarte un año más tarde.

Incursionó en el guionismo televisivo con las series El eterno soltero y Mi linda Anabella.

                En el área de la narrativa infantil ha publicado los libros: Benny Souchiate, Invasores de Cunilia,Benny Souchiate y la Legión del Faro,  además de Puros cuentos y otras obras de teatro (2015), una antología de textos teatrales para niños.

                También se ha desempeñado en la docencia, la dirección escénica, la actuación, la locución radiofónica y en la música.

 

DIFERENCIAS IRRECONCILIABLES

 

Personajes:

Maru

Rafa

 

Se ilumina en una parte del escenario en donde está RAFA cargando una caja de mudanza que se encuentra cerrada con cinta. La deja en el piso junto con otras cajas. Sale de escena. Se ilumina otro extremo donde hay un sofá sobre el que está sentada MARU. Se ve alterada, llorosa.

 

MARU:                La confianza lo es todo. ¿Cómo puedo…? No le costaba nada… No le estaba pidiendo nada extraordinario. Comprenderá que no podíamos continuar así. No después de que se negara…  No creo que haya exagerado.

 

Entra RAFA.

 

RAFA:       (Molesto) ¿Dónde está? ¿Por qué la tomaste?

 

MARU:                Yo no la tomé.

 

RAFA:                 Te dije muy claro que… Entrégamela, por favor.

 

MARU:                ¿No harás lo que te pedí?

 

RAFA:                 ¿Por qué carajos es tan importante para ti?

 

MARU:                Es lo mismo que yo pregunto.

 

RAFA:                 Es mi privacidad. Respétala. Parte del matrimonio es aceptar la privacidad del otro. Tengo mis razones. Compréndelo.

 

MARU:                Tener confianza en el otro también es parte del matrimonio.

 

RAFA:                 No se trata de confianza.

 

MARU:                ¿Entonces de qué?

 

RAFA:                 …

 

MARU:                (Suspira) Está en la lavandería. Iba a tirarla.

 

RAFA:                 Voy a llevarla a casa de mis papás.

 

MARU:                También llévate lo demás.

 

RAFA:                 ¿Qué estás diciendo?

 

MARU:                Que te lleves lo demás. No te quiero en esta casa.

 

MARU se levanta del sofá y sale de escena. RAFA es ahora quien se sienta.

 

RAFA:                 Me casé con ella porque la amaba. Me gusta quién soy con ella. Me siento seguro, amado…  Antes de conocerla… Bueno, ya se lo había dicho, yo vivía siempre con miedo, con la angustia de que en cualquier momento surgiera esa sombra de la que he huido toda mi vida. Ahora que lo pienso bien, creo que me casé con ella principalmente porque quería ser otro.

 

MARU regresa a escena. Se sienta al lado de RAFA. Le hablan al público.

 

MARU:      Siempre lo critiqué. Cinco, seis, siete años de novios, y casados no duran ni el año. ¿Que seis años no bastan para conocer al otro?

 

RAFA:       La gente no termina nunca de conocerse.

 

MARU:      ¿No me conoces?

 

RAFA:       Creo conocerte.

 

MARU:      Me conoces, Rafael. He sido la mujer más honesta del mundo. Siempre. Desde el primer día. Te he contado todo lo que hay que contar de mi vida.

 

RAFA:       Quizá hay cosas que no se necesitan saber.

 

MARU:      Eso crees tú.

 

RAFA:       Dime una cosa: ¿me amas?

 

MARU:      Ya lo sabes. Es una de esas cosas que te he dicho.

 

RAFA:       ¿Me amas ahora?

 

MARU:      (Pausa) Te amo… ahora… Te he amado desde el primer día… Pero quiero saber… Quiero que te abras conmigo…

 

RAFA:       Lo estoy haciendo. A eso venimos.

 

MARU:      No me has dicho lo que quiero saber.

 

RAFA:       Maru, mira hasta dónde estamos llevando esto.

 

MARU:      Necesito saber. ¿Por qué me lo ocultas? ¿Qué es lo que hay ahí?

 

RAFA:       No puedo decirte.

 

MARU:      (Al interlocutor que no se encuentra ahí) Quisiera irme, ¿puedo? (Reacciona con desesperación a lo que parece ser una negativa a su petición).

 

RAFA:       ¿No podemos hacer de cuenta que nunca pasó? ¿Que…?

 

MARU:      …

 

RAFA:       Llevamos un mes de casados, Maru… ¡Un mes! No puede terminar. No quiero que termine.

 

MARU:      Sabes lo que tienes que hacer.

 

RAFA:       Hagamos de cuenta que lo hago. ¿Qué pasará después?

 

MARU:      ¡Cómo voy a saberlo!

 

RAFA:       ¿Me amas?

 

MARU:      …

 

RAFA:       Maru, ¿me amas?

 

MARU:      Ya te lo he dicho.

 

RAFA se levanta del sillón y sale de escena.

 

MARU:      ¿Exagero? ¿Estoy siendo demasiado controladora? Me casé con él porque lo amaba… Porque lo creía el hombre más sincero del Universo. Quisiera reírme. Como nos reíamos siempre. Me contaba cada cosa, cada chiste. No hay hombre más divertido. Lo extraño. De verdad, quisiera poder… Quisiera que no me importara. Quisiera haberle dicho: está bien, échala a la basura y ya… Olvídate… No pasa nada. Tiene derecho a tener secretos. Yo no le guardo ningún secreto. Ninguno. Le he dicho todo. Y espero… esperaba lo mismo de él.

 

Maru se pone de pie y va hasta otra área del escenario en donde hay un montón de cajas apiladas.

 

MARU:      (Mientras se traslada) Yo María Eugenia, te tomo como esposo a ti, Rafael. Y prometo amarte y respetarte todos los días de mi vida. En nuestra casa reinará la concordia, el amor, y sobre todo, la verdad…

 

MARU comienza a sacar cosas de las cajas. Hay ropa, adornos, electrodomésticos, cosas de mudanza en general. Entra RAFA a hurtadillas y de espaldas a MARU. Se acerca a ella con la intención de espantarla. Llega hasta ella y la toma por la cintura al tiempo que lanza un grito. MARU reacciona con susto. ÉL se ríe y la abraza. ELLA reacciona primero molesta, pero pronto se deja llevar por la broma y ríe junto a su esposo.

 

RAFA:       Qué esposa tan trabajadora tengo.

 

MARU:      Estoy muerta. ¿Por qué no te dieron otra semana para que me ayudaras en la mudanza?

 

RAFA:       Te dije que nos esperáramos al fin de semana.

 

MARU:      Sí, pero ya me conoces. No puedo con este caos.  Soy una desesperada. Y también tu papá. Trajo todas tus cosas.

 

RAFA.       Se supone que yo iba a ir por ellas.

 

MARU:      Ya le urgía deshacerse de ti.

 

RAFA:       ¿Sabes lo que van a poner en el que era mi cuarto? Una mesa de billar.

 

MARU:      Lo dicho: ya le urgía deshacerse de ti.

 

RAFA:       Es un mundo de cajas.

 

MARU:      Las mías. Tuyas son unas cuantas nada más. Eso me gusta.

 

RAFA:       ¿Ah sí? ¿Por qué?

 

MARU:      Porque no te pensaba dejar mucho espacio en los clósets.

 

RAFA:       Bueno, te ayudo.

 

MARU:      Ya saqué todo lo tuyo. Falta nada más esa caja.

 

RAFA se agacha para recoger la caja aludida. Reacciona nervioso al ver una caja distinta a las demás.

 

RAFA:       Voy a llevarla al cuarto y allá acomodo las cosas.

 

MARU:      No, no, no… Déjame ver qué es porque ya tengo todo organizado.

 

RAFA:       Es ropa.

 

MARU:      ¿De invierno? ¿De verano? Si es de invierno, hay que meterla a bolsas para que no haga bulto en el clóset.

 

RAFA:       (Nervioso) Está bien.

 

Al mover la caja, se escucha el sonido de objetos moviéndose en el interior de ésta.

 

MARU:                Eso no suena a ropa. Mejor ábrela aquí.

 

RAFA:                 No, ¿sabes qué? Esta caja no debió traerla mi papá. Se iba a quedar en casa.

 

MARU:                ¿Para qué vas a dejar cosas allá con tus papás? ¿Estás bien, Rafa?  Te pusiste pálido.

 

RAFA:                 Estoy bien. Voy a casa de mis papás a dejar la caja.

 

MARU:                ¿Qué es lo que tiene?

 

RAFA:                 Ya te dije: ropa.

 

MARU:                Si fuera ropa no se escucharía ese ruido. ¿Qué hay en la caja?

 

RAFA:                 Nada importante. Por eso voy a dejarla allá. ¿Okey?

 

MARU:      Quiero saber qué hay adentro.

 

RAFA:       ¿Qué? Maru… ¿Para qué?

 

MARU:      Curiosidad.

 

RAFA:       No es nada interesante. Son cosas de la facu…

 

MARU:      Ahora son cosas de la facu. ¿Que no era ropa?

 

RAFA:       También es ropa… es basura. Mejor la voy a tirar.

 

MARU:      Rafael, trae acá esa caja.

 

RAFA:                 No… ¿Para qué...? Maru, es basura. Entiéndelo.

 

MARU:      Quiero verlo. ¿Y si hay algo de valor?

 

RAFA:       (Enojado) ¿Sabes lo que significa basura? B-a-s-u-r-a. ¡No seas necia!

 

Hay un silencio. Maru se ve afectada por la reacción de Rafa.

 

RAFA:       Perdóname, cielo. No quería…

 

MARU sale de escena. RAFA va hasta el sofá y se sienta. Lleva consigo la caja.

 

RAFA:       Yo Rafael, te tomo a ti, Maru, como mi esposa. Y prometo amarte y respetarte todos los días de mi vida. ¿Me amarás tú, Maru? ¿Me amarás siempre? ¿Por sobre todas las cosas? ¿Amarás al hombre que soy y que seré? ¿Amarás al hombre que fui? (Al interlocutor) En este momento, la felicidad es todo lo que está afuera de esta caja. Pude prenderle fuego, pude abandonarla en el monte, en medio de una carretera, pude tirarla al mar. Quise atrapar aquí cada miedo, cada sombra, cada lágrima. Cuando esta caja se vacíe, no quedará la esperanza que le quedó a Pandora. No quedará nada. El vacío. El silencio. ¿La paz?

 

MARU entra a escena y se sienta al lado de RAFA. Se miran fijamente. RAFA comienza a retirar la cinta que cerraba la caja. La abre. Se la acerca a MARU para que vea el contenido. Ella se resiste en un principio, pero termina por acceder ante la insistencia de RAFA. El rostro de MARU va desde el desconcierto hasta el más profundo dolor. Rompe en llanto. RAFA se levanta del sillón y sale de escena.