NÚMERO 9  - AGOSTO DE 2016  - DIRECTOR: MARIO BERMÚDEZ - EDITORA COLOMBIA: PATRICIA LARA - EDITOR MÉXICO: ABRAHAM MÉNDEZ

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El libro recomendado:

LA LISTA DE LAS ALMAS PERDIDAS

Adriana Giraldo G

SOMBRILLAS AL VUELO

Portada de Sebastián Romero Cuevas

 

"DIGO ADIÓS... HASTA NUNCA... HASTA SIEMPRE"

 

La estación estaba desolada

como desolada se sentía mi alma.

El reloj marcaba la hora

el tren debía en poco llegar.

 

Mirando mi pasaje

no quería pensar

cuando meses atrás

bajaba del tren

y tú me esperabas.

 

Trataba de no recordar

que todo fue fantasía

una gran ilusión

desecha por la traición.

 

Hice mi maleta con sueños

guardé en ella esperanzas.

Hoy he empacado tristezas

recuerdos que serán olvidos

cuando el tren haya llegado.

 

Las agujas del reloj

no se detienen, avanzan

van marcando poco a poco

que el viaje ha sido en vano.

 

Dejaré en la estación mis pasos

los siento cansinos, ajados.

Ese amor mío, que fue tan tuyo.

Queda la melancolía en lágrimas

que mojan mi cara y caen al suelo.

 

La estación de gente se va poblando

el reloj marca la hora puntual

el tren al andén ya se ha acercado.

Miro hacia atrás, como esperando

que seas tú el que se va acercando

y pida gritando me quede a su lado.

 

Solo mi imaginación o el deseo.

Es tiempo de abordar

y aunque te esperaba;

subo despacio, me acomodo,

por la ventanilla miro sin ver

jamás olvidaré los bellos momentos

digo adiós, hasta nunca, hasta siempre...

 

 

LA TELARAÑA DEL AMOR...

 

Estoy suspendida... ¡atrapada!

Son intensas sensaciones,

me has convertido en maraña

en tus redes de emociones

me adheriste a tu mortal telaraña.

 

¿Cómo comenzó la historia?

¿Fueron tus palabras las que tejieron

hilos envolventes, a mi alrededor?

¿Fueron tus penetrantes y eléctricas miradas...

que poco a poco me paralizaban?

 

Sentí que esas caricias me ataban,

esos besos, me quitaban el aire,

quedé desvalida, ante la pasión,

tus movimientos sensuales

me envolvieron, como araña en su tela.

 

Me atrapaste, en tus redes de amor,

cada hilo que ataba mi cuerpo, era un sueño,

una telaraña de abrazos, besos y caricias

que más me envolvía, a cada movimiento,

ansiedad de sentir la pasión y el deseo.

 

Lograste invadir mi corazón, caí en el tejido,

de tus finos hilos hechos de deseo y amor,

me rodeabas, te ocultabas en mi cuerpo

como la araña que teje su gran tela,

así me retienes, me paralizas y hechizas.

 

En este laberinto, del cual no quiero escapar,

con tus manos y piernas que me sujetarán,

con palabras y besos que hacia mí, volarán,

abrazos eternos y miles de te amos que flotarán,

sentimientos profundos que esas redes colgarán

en una maraña de sueños que jamás se romperá.

 

SOLO UN TESTIGO

 

El silencio, mudo testigo de la añoranza

hoy cada uno con su recuerdo

imaginando el volver a sentirnos

duele... la lejanía... duele...

 

La herida se acrecienta

cuando vives esta separación

como algo que no tiene vuelta

más te aseguro que sanaré tu corazón...

 

¿Tú crees que este silencio nocturno

no me hace pensarte y desear amarte?

Mi almohada es testigo del llanto y el quebranto

que en lágrimas amargas he vertido por no tenerte...

 

Testigo de nuestro amor fueron la luna y el sol

hoy te busco, no te encuentro, de día o en madrugada

la soledad me acompaña, recordando el placer en la alborada.

El cuerpo enamorado grita llamándote... mi amado...

 

Mi amor... ¿Qué voy a hacer sin ti , si no regresas?

El cielo es testigo de este sentimiento, de la pasión

de nuestros desvelos en esta habitación.

Del juramento que nos hicimos en cuerpo y alma

la melodía que se oye, me trae el recuerdo

y aun así, en mi sueño... te espero...

 

MUJER DE HIELO

 

Hace frío, tengo helado mi cuerpo...

mujer de hielo... así me siento...

El viento gélido entrando por la ventana

congelando mi corazón y mi alma...

 

El frío me paraliza

tengo la mirada perdida, la boca sombría

dolores hay en mi cuerpo

hielo corre por mis venas, me coagula la sangre...

 

Este frío, se apodera de mi vida

de mis sentimientos, de mis fuerzas.

Mis manos están inertes

cierro los ojos y me dejo llevar por el sueño...

 

Mujer de hielo, así me llamaste

quisiera poder despertar con caricias

y que el fuego derritiera este hielo

con el calor de tus besos en mi piel...

 

Por momentos te pienso

y siento que el corazón late muy lento.

Desearía que estuvieras aquí

para cambiar a esta mujer de hielo

en todo pasión y fuego...

 

Tus labios besando los míos

tus manos acariciándome toda.

Abro mis ojos y veo los tuyos

vuelvo a respirar, vuelvo a sentir

mi corazón comienza de nuevo a latir...

 

 

UN GRAN JUGADOR

 

Hoy desperté de un sueño increíble.

Ya nada te creo... ¡Qué desilusión!

 

Pensé, el príncipe azul de mi cuento

era así, dulce, amoroso, recto, justo

precioso, el hombre perfecto para mí.

 

Hasta que te das cuenta que solo son juegos

que todo es mentira. ¡Qué desilusión!

 

Pero te creía, vivía segura, eras el mejor

aposté mis cartas, jugué a tu pasión

y lo he perdido todo... ¿qué nos pasó?

 

Escuchar promesas que tu voz me dio

palabras vacías, ¡qué tonta soy!

 

¿Será que deseaba creer en tu amor?

Eras tú mi alivio y salvación.

Pero ha pasado el tiempo y veo mejor.

 

¿En qué te has convertido?, ¿te lo digo yo?

Eres un maestro en juegos de amor

Te doy tu diploma

sos un profesor, un gran jugador.

 

Jugaste a ese juego de muy poco amor

ya no te creo nada... ¡Qué desilusión!

 

 

CARTA A UNA GUERRERA DE MIL BATALLAS

 

Esta carta es para ti, ¡Guerrera de mil batallas! ¡Y nunca bajaste los brazos!

Te quedaste sola con apenas treinta y tres años y dos pequeñas hijas por criar.

Como toda mujer te dedicaste a trabajar y ni el duelo de la viudez te permitiste sentir.

Uno de esos fatídicos días en que todo se ve negro, te descubriste un bulto en el pecho. Una sombra oscura te cubrió, fuiste al médico enseguida, después de muchos estudios, te dijeron...Señora, son tumores, podrían ser cáncer., hay que operar rápidamente. Saliste como perturbada de la consulta, en tu soledad, solo pensabas

qué hacer, que pasaría si eran malignos, ¿qué sería de tus pequeñas? ¿quién cuidaría o se haría cargo de esas huerfanitas? ¿Cómo explicarles a ellas? que recién perdían a su papá, que también podrían quedarse sin mamá. ¿Acaso lo entenderían?

Triste realidad se presentaba, pero con una integridad que siempre tuviste ¡no bajaste los brazos! Primero Dios decías, aún en el llanto nocturno, cuando con El hablabas y clamabas. Y para premio a tu fe, los tumores fueron benignos.

Pasaron los años y siempre como una guerrera enfrentaste las vicisitudes de la vida con una sonrisa y tu fe intacta. Podría contar cientos de historias pasadas. Hoy escribo estas líneas por si alguna mujer esté pasando situaciones similares, le pueda servir de ayuda. Una nueva etapa se presentaba en tu vida. comenzó con dolores, molestias intestinales, cólicos, no podías comer ni verduras ni frutas todo te hacía mal. Otra vez la espada de Damocles sobre ti. Médicos, estudios, lo de siempre, como resultado lo que nunca se desea escuchar ¡Cáncer de colon! la urgencia, operación, colostomía, y la lucha diaria. ¡Guerrera de mil batallas! No dejaste que el mal te venciera. Ahora ya no estabas sola, tus pequeñas habían crecido, eran ellas quienes corrían y se preocupaban por vos. Tu encarnecida lucha ahora era de tres para pelear esa batalla. Pasó el tiempo, muchas intervenciones, muchos dolores y mucho sufrimiento, pero de tu boca no salió ninguna queja. Solo dabas gracias a Dios por haber logrado vivir y ver a tus pequeñas convertidas en mujeres grandes, realizadas como buenas personas. Las marcaste con tu sello. Ellas también se convirtieron en guerreras. Y lo dieron todo para que estuvieras bien o lo mejor que se pudiera en esas circunstancias, en medio de la batalla. Les tatuaste el corazón con tu fe.

Mujer aguerrida luchaste por años y ellas, contigo. Así, las preparaste para la despedida. y un día como tantos otros, pero especial, porque era tu día, con las manos entrelazadas, apretadas y a Dios orando, cerraste los ojos. En tu rostro se dibujó una sonrisa de ángel. ¡Así se van al cielo los grandes! Con la paz que solo Dios da, en el momento preciso.

¿Sabes? No le temo al cáncer, de tu experiencia aprendí, que no hay guerra que no se gane, sin pelear mil batallas.

Y aunque a los cielos te fuiste, sé que de tu lucha saliste triunfante. La corona de laureles llevas en tu cabeza, y por ser como fuiste, te coronó el ¡Rey de Reyes y Señor de Señores!

Gracias por todo lo que nos diste y enseñaste. ¡Te amamos y siempre te amaremos!

¡Y nunca bajaste los brazos! ¡¡Todo se puede lograr aún en la misma muerte!!

Tus pequeñas con amor...

CRISTINA GONZÁLEZ -Argentina-

 

 

Cristina González, Cris_lagata, Argentina nacida en Córdoba  y adoptada por Buenos Aires, soy porteña por adopción. Escribo desde mis años de escuela primaria, donde una maestra descubrió en mí, una imaginación especial, ella llamó un don para plasmar en letras sentimientos y paisajes.  Con el tiempo fui desarrollando escritos de amor, desamor,  situaciones de la vida, sensuales, eróticos, etc. He participado en muchos eventos a los que me han invitado  y he recibido premios, que me han incitado a querer ser mejor cada día.   Comparto algunos de mis poemas esperando sean de su agrado.

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