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PÁGINA 18

DAMIÁN JERÓNIMO ANDREÑUK -ARGENTINA-

Damián Jerónimo Andreñuk nació en City Bell en 1986 y reside en Villa Elisa, ambas localidades ubicadas en el partido de La Plata, Buenos Aires, Argentina. Publicó diez libros, todos a través de certámenes en diferentes editoriales: Omisiones (Raíz alternativa, 2010), Portales al vacío (De Los Cuatro Vientos, 2011), Formas concretas (Hespérides, 2013), Silencio de crisálidas (Literarte, 2015), Metástasis (Luz del alba, 2015), Vértigo insondable (Mis Escritos, 2017), Música del polen (Hespérides, 2021), Yamila (3K, 2021), Donde orinan los lobos (Fela, 2021) y Dimensiones de lo breve (Mis Escritos, 2022). Además, a nivel nacional e internacional, obtuvo distinciones en concursos y fue seleccionado para colaborar en revistas y antologías.
 

 
               
El don de la locura que carga el visionario
 
Está ahí.
Con su coraje continuo para abrir su corazón.
Con su franqueza y sus imperfecciones despojadas de máscaras.
Con esa viva juventud que trasciende las edades.
 
Honra al fantasma caprichoso del enamoramiento.
Usa su espada inmaterial contra lobos y avestruces.
Bendice el don de la locura que carga el visionario.
 
Está ahí.
Aliado a su tristeza inexorable.
Cultivando su sabiduría y su aplomo y su veracidad.
Redimido por sentir interiormente que nada lo doblega.
 
Está ahí.
Se alimenta con su propia determinación
altivo y feroz y despiadado
ante voraces alimañas.
 
 

 *    *    *

   
          Alimaña voraz
 
Está ahí,
blandiendo sus puñales detrás de la sonrisa,
esparciendo su más tóxico veneno,
siendo sólo su temor o prepotencia.
 
Está ahí,
exacerbándose por lo pasajero,
degradando las Leyes de la Tierra,
ignorando esa historia en sus entrañas.
 
Su esencia pervertida se consume
y pretende contagiar sus desmoronamientos;
cava su fosa en la aridez del sinsentido,
alza los ojos para afirmar su ceguera,
niega el océano y propone un charco turbio.
 
Está ahí,
alimaña voraz,
bufón inestable.
Cucaracha asustada
que busca saciarse hasta el delirio
                 con desgracias ajenas.
 
 

 *    *     *    

 
                    Anarquía
 
Los calendarios son perversos y falaces.
Su mayor crimen es que invaden la inocencia.
 
Perduro en mi esperanza de cristales empañados.
Padezco mi anarquía entre quienes depredan la piedad.
Siento el temblor irreemplazable emitido por lo humano.
              Entonces esta risa alucinada este sarcasmo que me pierde.
          Entonces  obeliscos  ángeles bastardos  las cuevas del Otro.
      Entonces lágrimas como lechuzas o extensos arrecifes.
 
Siento mi anhelo inmemorial
de que el otoño reverdezca.
De verdadera justicia reinando sobre la humanidad.
De contar cuentos inefables
a un ser envejecido y sin memoria.
 
 

  *     *      *                   

 
 
                Gusanera lábil
 
Yo que desnudo o ataviado fui fiel a mi interior.
Yo que he sabido hablar por mí sin protección
                       ni cómplices ni intermediarios.
Yo que he podido discernir
entre murgueros indecentes
chapuceros y artistas.
Yo que evité a un precio muy alto
muchedumbres o grupejos de rostros desiertos.
 
Yo que me he crucificado en torpes esperanzas
          sobre esta gusanera lábil de civilización.
     Que he resistido vanamente una hipócrita coreografía.
     Que he ahogado timorato las furias y las crispaciones
     que me bullían desmedidas desde lo incontrolable.
 
Sé que después de la traición
                       cenizas tibias.
Sé que la herrumbre de la comodidad
conforma hogares falaces.
Sé que la esencia de la valentía
es decir yo sin guion ni máscara.
 
      

 *    *    *

  
 
       Demonios lascivos
 
Existe una mujer
que me ayuda a encontrarme.
Que emana ese perfume delicioso que huele como el paraíso.
Que hace del tiempo terrenal una amenaza sin sustancia.
Que es pétalo, bálsamo, peñasco.
Que elimina con la luz de su cariño
                  mis demonios lascivos.
 
                    

 *    *     *

 
 
                 Reinos paralelos
 
La noche estrellada y los Lirios de Vincent.
La ronda nocturna en contrastes exactos.
La auténtica belleza cruda de Las espigadoras.
La masacre de los inocentes que nunca se termina.
 
Bombas atómicas lanzadas por Bukowski.
Una temporada en el infierno del mítico Rimbaud.
Olga Orozco erigiendo con sacralidad Los juegos peligrosos.
 
Y Beethoven nos invita a la vehemencia
y Variaciones Goldberg nos limpia de este mundo.


 

 *     *     *

                  
  
              Niño acorralado
 
I
 
En la selva de mi instinto hay animales feroces.
En la ciudad o cementerio con cadáveres sin enterrar
                 aumenta un desarraigo como niebla.
En esta aviesa cárcel sólo muros malsanos que sofocan.
En mi aislamiento oyendo a Bach
se rehace lentamente el universo.
 
II
 
Hoy nada proporciona hogar seguro
al niño acorralado muy dentro de mi rostro.
 
III
 
Aunque me sienta como un rey dispuesto a desollar
     o repose apacible junto al fuego y la templanza
continuamente algo de mí se aloja en lo desguarnecido
(llevo una inmensa cicatriz que expongo desde mi silencio).
 
 

 *     *     *

 
       Plumas o zafiros
 
Está ahí
elevada de sí misma y con su rostro desnudo.
Donde se aprecian las inmensidades del Ahora.
Donde no hay muerte que imponga su amenaza.
Donde la vasta soledad no es un fantasma irrevocable.
 
Está ahí
relámpago de plumas o zafiros;
risueña, vital,
erguida
aunque ya nada justifique ningún vuelo.
 
Está ahí,
como el viento furibundo de la melancolía,
como heridas que reclaman salvajismo,
como peñascos o árboles frutales,
como una estrella convirtiéndose en ceniza.
 
 

PELEAR CONTRA LA NIEBLA

DAMIÁN ANDREÑUK

-Argentina-

POEMARIO

117 páginas

 

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