ANA GABRIELA BANQUEZ MATURANA -COLOMBIA-
PÁGINA 27
Dualidad existente.
En la vastedad de la existencia,
Se teje la compleja danza de las conexiones humanas.
Y aun sabiendo lo corta que pueda ser la melodía,
Nos dejamos arrastrar como hojas caídas en pleno otoño por el viento turbulento del tiempo,
Cruzando caminos y entrelazándonos en encuentros efímeros.
Mientras que, en este flujo constante de las experiencias,
Surge el sentimiento de una posible ausencia futura,
Cuando nuestros cuerpos vuelen en direcciones contrarias.
Aun así, en el eco de esta reflexión, resuena la dualidad de la existencia:
La unión y la separación, la presencia y la ausencia, la cercanía y la distancia.
Y en medio de esa dualidad,
Surge la posibilidad de poder retenernos.
* * *
Amor dañino.
Eres el arma, la más hermosa ruina,
Que mi masoquismo eligió amar.
En el rincón oscuro de mi mente,
Tu peligro se volvió mi anhelo.
Eres la contradicción en mi ser,
Un veneno dulce que anhelo probar.
Caminas por los caminos del deseo,
Dejando cicatrices en mi alma despierta.
No es amor en su forma tradicional,
Sino una danza en los abismos oscuros.
Mi corazón se inclina ante tu poder,
Y en la destrucción, encuentro mi arte.
* * *
Amor en sacrificio.
Implorar amor a tu existencia,
Aun cuando la mía desvanecía,
Fue mi acto más grande y valiente,
Un tributo a lo que anhelaba en el alma.
En las sombras de tus pasos errantes,
Ofrecí mi ser en sacrificio callado,
Como un faro en la tormenta oscura,
Buscando tu luz, aunque me consumiera.
Mis lágrimas cayeron como rocío en la aurora,
Nutriendo la tierra reseca de mis sueños,
Esperando que floreciera el jardín de tus afectos,
A pesar de que mi propio mundo se desmoronara.
Mi amor se convirtió en el viento que te sostenía,
Aunque tus tormentas arrasaran mi horizonte,
Te di mi corazón, mi voz y mi esencia,
En un ruego de amor que no buscaba retorno.
A pesar de las heridas que dejaste en mi sendero,
Mi amor se alzó como un faro incansable,
Iluminando el sendero de mi alma,
Aunque tú fueras la sombra que oscurecía mi sol.
Rogarle amor a tu vida, aun en la ruina de la mía,
Fue el poema silencioso que compuse para ti,
Una canción que resonaba en los confines del universo,
Demostrando que el amor a veces florece en la adversidad.