OMAR ROSA GONZÁLEZ -CUBA-

 

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PÁGINA 36

Soy del año de 1987 y originario de México. Me considero escritor aficionado de poesía, relato y cuento. Actualmente imparto clases de literatura en un bachillerato.
He publicado en revistas digitales. Estoy planeando una novela, por ahora inédita.
He sido seleccionado en certámenes de poesía, y hago crónicas y ensayos para una revista cultural llamada Pueblos de la Mixteca.
Actualmente estoy en una tertulia literaria colectiva con otros aficionados a la literatura.
Contacto: https://www.facebook.com/oscar.mikela/?locale=gl_ES
 

UNA MÁS

 


Me levanto bien temprano, preparo la cafetera, mientras leo las cartas a las cuales debo dar respuesta.
La semana pasada tuve la fortuna de escuchar su emisora en mi radio receptor de comunicaciones NRD 535 con una antena exterior cuyo alambre mide 1000 metros de longitud, aquí en Noruega.
Hoy no puedo sintonizar a Radio Corona aquí en Ciego de Ávila en mi VEF 208 ruso,  para saber cuántas guaguas de la ruta 22 hay “Shrrsss Iiil Hoy circulan por nuestra ciudad Iiiioooo rrrrrr ómnibus”.
La calidad de la recepción fue moderada.
La mía es mala, por el radio, claro, el técnico dijo: le falta una pieza, no la hay, te puedo conseguir una, se quien la tiene, vale 25 dólares.
Les cuento: tengo 34 años de edad, soy padre de dos encantadores e inquietos niños.
Yo 52, soy madre de dos a punto de ser bandoleros, el pequeño vende bolas en la escuela, el grande ya barajó el servicio militar.
Aquí en mi ciudad tenemos un club de escucha de radio, organizamos excursiones a lo largo y ancho de Noruega. Mi pasatiempo favorito es escuchar emisoras de radio distantes.
Acá en Ciego de Ávila no tenemos tiempo para pasatiempos, en medio de la jornada salimos a comprar platanitos, a buscar salsa de tomates o picadillo barato o cualquier cosa de comer, siempre estamos gastando el tiempo así ¿Allá no comen picadillo? ¿Qué le echaran esta gente a las comidas?
Si algún día nos honran con su visita aquí en Noruega, por favor visiten nuestro club.
¡Ah! Carajo se me votó el café por la dichosa carta ¿Para qué me darán a mí estas tareítas? ¿Qué le voy a contestar? mira esta otra, la segunda:
Hace un tiempo ya, les envié un informe de recepción, pero aún no he recibido vuestra contestación.
Ahora si no me puedo escapar ¡Qué barbaridad! Voy a hacer un borrador:
Estimado señor:
            Muchas gracias por ser tan buen oyente. Es siempre muy agradable tener amigo allende los mares. Esperamos tenerlo por acá en el evento de la radio de este año, considérese invitado.
            Con mis cordiales saludos.
¿Quién me ve en Noruega, estirando un alambrito para oír a radio Corona? ¡De excursión!, ¡eh! ¿Quién me ve? ¡Nadie! Ahí viene el león sordo devorador de violinista, al menos, la manteca está caliente.
 

—¡Acaba de romper el huevo encima del sartén!Se incorpora mi niño, en sus ojos se  refleja el miedo.
— ¡No soy boba!— riposto.
Por fin empiezo a hacer la tortilla de un huevo y sal. Esperan impacientes, yo me regodeo, disfruto el poder, doy vuelta a la fritada, acomodo cada pedacito con la espumadera, retrasando tanto el momento, complico el desayuno.
— ¿Tú qué haces aquí?—pregunta al joven.
—Tengo hambre mamá—contesta sin mirar al padrastro.
Mi pequeño deja caer los brazos con desgano, los tres nos cruzamos miradas, hay odio en sus ojos, resignación en mi chico, decisión en los míos, divido la tortilla en cuatro partes.
Termina  el desayuno y mi hombre está irritado, los años le están cayendo encima, ha estado enfermo, los medicamentos tienen efectos secundarios. Los viejos con el tiempo se vuelven vino o vinagre, él quiere ser vino. Trata de recapacitar, ser bueno los días por vivir. Compartir las cosas, el televisor, la comida, el dinero. Ayudar, pero nada le sale bien: discute, se faja.
            Ahora mismo, se le adelantó el joven con el televisor. Quiere ver la Revista de la Mañana, mi hijo, un documental, donde comparan el fútbol con la pelota.
            En la sala empiezan a representarse dos monólogos, ninguno cede, no intercambian, se imponen:
 —¿Qué comparan? Porque aquí no hay fútbol o están comparando el espectáculo del fútbol de los ricos con el nuestro, no tenemos dinero ni para iluminar un estadio.— El fútbol es el deporte universal.
— Estamos pagando millones por un espectáculo ajeno.
— Pon el del Pedro Marrero a ver si alguien lo ve.
— Estimulamos el consumismo.
— El fútbol es millonario.
— ¡Sí!, un equipo de esos mueve tanto dinero como Cuba en todas sus esferas.
— Solo por las entradas en una noche, recaudan cinco millones o más.
— ¿Qué hacemos adorando al Barcelona?
— Messi es un dios.
— Si voy a gastar dinero poniendo un espectáculo de fútbol, mejor lo empleo potenciando lo mío: la pelota.
— Total, ya ni en la pelota ganan.
— Hago guantes, bates, pelotas incluso de fútbol, no hay.
— ¿Qué busco con el espectáculo de fútbol?, al menos me entretengo.
— ¿Si se trata de desarrollar el fútbol nuestro? Pues háganlo pero de verdad.
Estupefacta por lo contemplado, le pregunto a mí esposo:
— ¿A ti te gusta el fútbol?
— No
— ¿Te gusta la pelota?
—Tampoco.
— ¿Entonces?
Ya voy de salida, a una cuadra, aún resuena en mis oídos la discusión.
En mi trabajo, me resulta difícil concentrarme ¿Qué hacer?
― Enviar la respuestas de las cartas por correo―me sorprende mi jefe, ¡Estoy pensando en voz alta!
 —Te voy a pedir un favor: como tú eres mi mejor amiga, en quien confío, dame tu opinión  sincera sobre esta carta que voy a mandar a una revista.
— ¿De qué se trata, una demanda, una crítica?―lo que me faltaba, otra carta.
—Es un asunto personal. Se discreta.
—Me tienes intrigada, acaba de darme ese papel."Estimada señora:
He leído su oferta, aunque confieso no estar muy de acuerdo con este método de buscar amistades y  pareja, me he decidido a escribirle.
MIS GENERALES SON:
Hombre de más de medio siglo, gordito, bajito, con los pies torcidos y la cabeza cuadrada; tres matrimonios, tres fracasos, varios hijos; sin fortuna, ni casa, ni carro, una bicicleta sin gomas; carácter introvertido, más bien insoportable, machista, no sé bailar, soy parco en palabras. Adicto al trabajo, muy malo para resolver los problemas de la casa; encima ronco, no me sé bañar bien; me queda una sola muela. Si alguna mujer puede aceptarme así que me escriba a esta dirección: buscandoamor@gmail.com
— ¿Qué tú crees?
— A decir verdad, tenemos que hacerle algunos arreglitos. Te ayudo―Unos minutos después, el borrador queda listo―Mira...
“Estimada señora:
He leído su oferta, me parece una gran idea tener esta opción,  para encontrar  amistades, pareja. Por eso me he decidido a escribirles.
MIS GENERALES SON:
Hombre maduro, pero aún joven, con muchas ganas de vivir, esbelto, fuerte, tres matrimonios con mujeres equivocadas, pendiente de recibir una herencia; tengo un carácter alegre, soy muy comunicativo, bailador, defensor de la igualdad de la mujer, buen trabajador, mejor en las labores hogareñas, no ronco y no me preocupa que mi compañera lo haga, soy muy saludable. Si alguna mujer puede aceptarme así, que me escriba a esta dirección:
 hombredeltercermilenio@gmail.com
 —¡Pero ese no soy yo!
—No importa, eso es lo que quieren,  además, si te lo propones, no te vendría mal.No muy seguro de la solución, se va y puedo concentrarme en hacer mi trabajo. En el correo encuentro algo positivo, a los periodistas, nos están invitando a almorzar, los del Hotel, por el falso marketing generado en nuestros espacios.
Fuimos puntuales, a las doce, nos sentamos en el comedor, el anfitrión, muy locuaz, se presentó; enseguida me reconoció. Me llevé unas cucharadas de arroz a la boca mientras lo escuchaba asentía con la cabeza, ya hablaba de su desgracia, el potaje estaba muy rico, parado en la esquina de la mesa relataba los esfuerzos realizados para embarazar a su esposa; disimuladamente, con el tenedor, tomé más tomates, se refería a como usan el semen para mejorarlo; el helado se derretía, pensé en no tomar helado, por un momento imaginé una tina de semen,  introduje el absorbente en el refresco, se me antojó verla como la varilla en el útero, traté de terminar elegantemente pero no pude, el vómito estaba cerca.
— Pero Fransuá, usted no ha comido, ¿No le ha gustado el almuerzo?
Muy a pesar de todo guarde comida en jabas.
En la tarde, reflexioné sobre mi esposo: No alcanza el dinero, todo es cada vez más caro, no hay qué comer, somos más y sigue soñando, un poeta cabeza de familia. Envía sus poemas a todos los concursos del mundo, gasta en sellos, sobre, papel pero no pierde las ilusiones aunque le suenen las tripas. ¿Cuáles son sus preocupaciones?
— ¿Qué voy a hacer con tanto dinero cuando gane todos esos concursos?
No se da cuenta de nada, se acabó la leche  pero continúa arremetiendo.
 —Cuando vaya a Argentina a recoger el premio, te voy a traer mate.Sus únicos zapatos, están pelados, partidos, no sabe dónde está Argentina y sigue sin poner los pies en la tierra, recuerdo claro la conversación sobre el Concurso Internacional, sin duda el olvido todo, no entiendo cómo, ¿será demencia?:
 —¿Quién te irá a recibir al aeropuerto?
—No sé, pero por los correos recibidos, me percato de su atención, la cultura del detalle atesoradan.
—¿Te han dicho algo del hospedaje?
—No te preocupes, seguro ha de ser en un hotel de lujo, voy a comenzar a practicar el uso de los cubiertos para no pasar pena.
—No salgas solo, es peligroso.—Ellos nos deben llevar a conocer la ciudad, supongo yo, habrá algún día de visita a las tiendas.
—En tu investigación revisaste ¿Si hace frío en ese país, en esta época?
—Sí, mucho frio, pienso agregar ropa gruesa.
—¿Te va faltando algo?
—La confirmación de los organizadores del concurso.
—¡Clocloquin!, tienes un mensaje nuevo:Estimado Sr.
De su candidatura al Certamen deducimos, tiene fijada su residencia habitual en Cuba. Por ese motivo, lamento comunicarle que, si va a resultarle imposible dar cumplimiento al requisito de personarse en la entrega de los galardones como viene fijado en las bases, conviene no presentar su obra como aspirante al premio del Certamen. Este Colegio organiza anualmente un Acto Académico con un riguroso protocolo donde se entregan reconocimientos, distinciones a Colegiados y personalidades de relevancia; es ahí donde estos Certámenes anuales tienen un espacio privilegiado con la entrega de los premios; de ahí la importancia y condición "sine qua non" de acudir al evento en persona.
Esperamos contar con su comprensión, le animamos a seguir con esta maravillosa afición literaria.
 Reciba un afectuoso saludo desde España.
Pura imaginación, todo era incierto, lo leí en sus ojos. Lo ayudé a desempacar, en silencio, coloqué el abrigo de piel en una percha, guardé el dinero en un lugar seguro, ¿Qué podía decirle?, Necesitaba mi ayuda para vivir su fantasía.
 
  • ¡A mí me gustan mucho tus cuentos!

El jefe me vuelve a sorprender ¿No vas  al velorio?
Se acerca la noche, estoy regresando de la funeraria donde velan a los primos de mi amiga. Ellos no llegaron a obtener Licencia de Conducción, pero sí tomaban Ron Habana Club en grandes cantidades cuando venían de Miami. Llevo más de una hora esperando para volver a casa a cocinar, a atender a tres hombres, después, hacer el artículo por el fin de año, para  mañana. No me van a aceptar más excusas, solo tengo en mente como empezar:
termina el año, quiero te detengas a pensar cuántos seres queridos han quedado atrás.
 —¿Usted había visto ese tipo de avión alguna vez?Me habla, un señor mayor, asombrado por el brillo de la nave en el medio del cielo al atardecer, viene en bicicleta, en contra del tránsito, me dice esto y  se va. Me quedo anonadada contemplando el avión mientras sigo esperando la guagua, con mi mazo de habichuelas en una mano, el bolso en el hombro, en la otra, la sopa del almuerzo en una jaba de nailon. Vienen a mi mente dos nuevos renglones:
Reflexiona sobre la importancia de vivir cada instante, disfrutar los momentos bellos.
Llego a casa, el recibimiento me vuela, pero me controlo.
 —¿Esta noche podrá ser? pregunta, mi esposo.
—Si esperas a las doce de la noche, cuando el niño termine de ver la serie—digo después de respirar profundo.
—Sí, como siempre: Quitar los balances, hacer la cama en el piso de la sala, dejar el televisor puesto, quitarle el brillo, poner obstáculos en la puerta, etc.
—¡No te molestes!, porque en la cama con el chiquito allí, no lo hago más.Ya tengo otro renglón, lo anoto en el margen del periódico, sigo hacia la cocina:
Desafiarse a sí mismo ante las adversidades.
Resuelvo el problema de la comida usando trucos, ni cuenta se dan: con el picadillo hago maravilla, pinto el arroz con azúcar, aumento la sopa con espaguetis, el refresco, de naranja agria.
Escribo:
Aprender más cada día: evolucionar.
Mi esposo, hoy quiere sexo, está más cariñoso, soporto sus caricias delante del fogón, sin soltar el sartén, cuando me deja, escribo rápidamente así  no se dará cuenta:
            Amar intensamente  a través de una caricia.
Mis hijos juegan encima de la cama, hacen ruido, me entero por el grande acerca del chiquito: le quitó dinero.
 —Es para ir a la fiesta de mi grupo —grita el pequeño.No les hago caso, anoto:
Contemplar apaciblemente la alegría de un niño o escuchar a un adolescente sus inquietudes sin protestar.
¿Qué será de estos chicos viviendo tan lejos de la ciudad?, mi esposo no quería permutar, a pesar de vivir lejos y tener una casa mala, según su parecer, no entendíamos. Citaba sus argumentos sentimentales: “Por ejemplo, en la sala, donde vemos juntos la televisión, tirados en el piso, no hay losetas, hay ranuras. En el cuarto cae una gotera encima de la cama, que nos aprieta, nos hace compactos. Para estar más tiempos juntos vamos a la cocina a conversar, a ayudarnos, allí son las tertulias. Tengo miedo de permutar para una casa grande donde nos sobre espacio y empecemos a ser otros.”
― Permutemos para una casa, no tan grande, esto no lo resisto más, tenemos una buena propuesta― continué insistiendo.
Era una situación difícil para la familia: el cambio de lugar, ceder el espacio abierto, por una miniatura de casa, los árboles, su sombra, el espacio para jugar, para sembrar, todo por estar cerca del bullicio de la ciudad.
 A todos se le consultó su opinión, menos al abuelo. El cual no podía quedarse callado:
― Mi opinión la voy a escribir y la echaré dentro de un sobre para leerla cuando lleven seis meses allí.
Todos reímos, la casita de muñecas estaba cerca de las escuelas, de los trabajos, de los teatros, de las tiendas ¿Entonces, por qué dudar? Nos mudamos en agosto, la ola de calor hizo su efecto, tan poco era el espacio, ni un solo día hicimos el amor, a los niños no le permitíamos estar en la calle y dentro no tenían espacio para sus retozos. El ventilador me regaba los papeles, un sobre cayó en el medio de la salita, todos lo miraron con expectación, lo abrí y leí en voz alta:
 —Ustedes no caben allí.Fue difícil revocar la permuta, pero aquí estamos de nuevo, mal conviviendo en la casa de mi suegro.
Ya está en la mesa con la cuchara en la mano dando golpecitos. Hace varios meses, no me habla ni puedo lavarle la ropa, se la lleva a los vecinos: «En este barrio él lo consigue todo». Pura  pamplina, no lo soportan, para colmo anda buscando mujer joven a los ochenta años.
 —¿Qué hora es?, debe ser tarde.Habla con su hijo, no lo oye inmerso en el periódico. El mensaje es para mí: «Estas atrasada». Me da el pie forzado para seguir escribiendo:
Acompañar con gratitud a los ancianos en su soledad.
Suena el teléfono. ¡A qué hora!
—Es tu compañero, mamá.
—Cambios de última hora —oigo por el aparato. La misión al extranjero  asignada a ti para principios de año, no va. Como tienes tantos problemas en casa, se enviará en tu lugar a la adiestrada, démosle paso a la juventud.
Continúo escribiendo mi artículo:
Comprender al amigo ante  la adversidad, regocijarnos ante sus triunfos.
Les sirvo a todos. Me propongo hacer cambios para el próximo año. ¡Claro! También lo reflejo en mi artículo para darle formalidad a mi compromiso:
Aprovecha la ocasión, proponte metas objetivas.
 —Mamá, dame un regalo para la maestra. Ella dijo: «Se aceptan regalitos por el fin de año, tú, mira a ver ». Me miró con sus ojos grandes, su risita desapareció. ¡No estaba jugando, mamá!Busco en una revista para casos como estos, encuentro un fragmento útil:
Ofrece a los seres queridos regalos baratos, por ejemplo: una sonrisa, un simple «gracias por ayudarme», un sincero «te ves genial» o simplemente regala la disposición, la gratitud.
Caigo a la cama rendida, cuando despierto ya se han ido todos, encima de la mesa un mensaje garabateado, con falta de ortografía, me da el final:
«Mama, ojalá tu día sea especial ».
Recuerda: estos regalos pueden hacer especial el día.
A mi jefe le gustó el trabajo, aunque dijo parecérsele a lo publicado en revistas baratas, no obstante lo radiaron varias veces. Volverá a salir en el estelar de las ocho, algunos compañeros me felicitaron, la adiestrada dijo no haberlo oído. Hoy regreso a casa más agotada, encuentro a mi esposo cerca del radio oyendo lo escrito por mí, en la voz juvenil de la locutora, le doy un beso en la mejilla. Sus gestos son elocuentes:
 —¡Sssssss!, déjame oír este mensaje de fin de año. ¡Qué bonito! ¿Ves?, todo puede ser mejor.
—Sí!, sigue oyendo hasta los créditos —contesté y me dispuse a encender el fogón.