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MARISOL LÓPEZ PARRA

Escritora invitada -MÉXICO-

 

SELECCIÓN DE POEMAS

-Página 1-

 

 

NO ME ESTOY PONIENDO VIEJA
 
Te estas volviendo vieja me dijeron, has dejado de ser tú, te estás volviendo amargada y solitaria.
-No, respondí.
 
No me estoy volviendo vieja, me estoy volviendo sabia.
he dejado de ser lo que a otros agrada para convertirme en lo que a mí me agrada ser, he dejado de buscar la aceptación de los demás para aceptarme a mí misma, he dejado tras de mí, los espejos mentirosos que engañan sin piedad.
-No, no me estoy volviendo vieja.
Me estoy volviendo asertiva, selectiva de lugares, personas, costumbres e ideologías.
he dejado ir apegos, dolores innecesarios, personas tóxicas, almas enfermas y corazones podridos, no es por amargura es simplemente por salud.
Dejé las noches de fiesta por insomnios de aprendizaje, dejé de vivir historias y comencé a escribirlas, hice a un lado los estereotipos impuestos, dejé de traer maquillaje en mi bolso, ahora llevó un libro que embellece mi mente.
Cambié las copas de vino por tazas de café, me olvidé de idealizar la vida y comencé a vivirla.
 
No, no me estoy poniendo vieja.
Llevo en la alma lozanía y en el corazón la inocencia de quien a diario se descubre.
Llevó en las manos la ternura de un capullo que al abrirse expandiera sus alas a otros sitios inalcanzables para aquellos que sólo buscan la frivolidad de lo material.
 
Llevó en mi rostro la sonrisa, que se escapa traviesa al observar la simplicidad de la naturaleza, llevó en mis oídos el trinar de las aves alegrando mi andar.
No, no me estoy volviendo vieja.
 
Me estoy volviendo selectiva, apostando mi tiempo a lo intangible, reescribiendo el cuento que alguna vez me contaron, redescubriendo mundos, rescatando aquellos viejos libros que a medias páginas había olvidado.
Me estoy volviendo más prudente he dejado los arrebatos que nada enseñan, estoy aprendiendo a hablar de cosas trascendentes, estoy aprendiendo a cultivar conocimientos, estoy sembrando ideales y forjando mi destino.
 
No, no es que me esté volviendo vieja por
dormir temprano los sábados, es que también los domingos hay que despertar temprano, disfrutar el café sin prisa y leer con calma un poemario.
 
No es por vejez por lo que se camina lento, es para observar la torpeza de los que a prisa andan y tropiezan con el descontento.
 
No es por vejez por lo que a veces se guarda silencio, es simplemente porque no a toda palabra hay que hacerle eco.
 
No, no me estoy poniendo vieja, estoy comenzando a vivir lo que realmente me interesa.
 

*    *    *

 
Quiero estar despierto 
en la hora de mi muerte 
Mirar tus ojos 
que como faros me alumbren 
en la hora más negra. 
Reposar mi cabeza sobre el tierno pecho 
que tantas veces arrulló mi sueño. 
Dormitar un poco sobre tu lengua 
el último beso antes 
de que la muerte venga.
 
Quiero estar despierto, mirarme en tus pupilas 
apretar los ojos porque tengo miedo,  es de noche y el espanto cae sobre mí, 
como afiladas espinas.
 
No me sueltes de tu amparo 
cuando venga el ángel negro 
y me separe de tu mano.
 
Quiero estar despierto 
descansar el corazón por un momento 
dame un poco de tu agua
 
No quiero morir sediento 
alúmbrame con tu mirada 
es de noche, tengo miedo 
la muerte me está llamando
 
Y yo, yo aún te sigo queriendo. 
No te niegues a entregarme 
no me niego yo a marcharme 
Pero es de noche y tengo miedo 
Por eso te pido que en la hora 
de mi muerte estés conmigo.
 

*      *      *

 
 
ENTRE MIS ALAS
 
Todo lo que soy,
             todo lo que eres
va enhebrado con
             hilos de poesía.
 
Vuelo cual crisálida,
              abro mis alas
buscando el infinito límite
               de tu pasión.
 
Voy aleteando sobre tu pelvis
esparciendo vida en mi vuelo
dibujando la muerte en una metáfora
al borde de tu sexo.
 
Eres mi resurrección
                         la bocanada de aire
que en un espasmo inhalo,
                    turbulencia de mi vuelo
confín donde mis ojos se pierden.
 
Te posas en mis aguas
                      cual sediento,
y entre mis mieles juegas
               dejándote atrapar
por el placer que a tu boca
                        va a endulzar. 
 
Sobre el borde de tu lengua
la suavidad de mis alas expando,
               tus carnosos labios
como ladrones robándose
el último de mis alientos.
 
                   De mi rápido ir
de tu rápido venir
                   del mágico momento
de nuestro existir.
 
El eco de mis alas
                           al vuelo batir,
nuestra respiración
                                mezclada
 
 
...Yo existiendo en ti
                  
                    Y tú terminando en mí.
 

 *    *    *

 
 
Albina lluvia que caes en mi piel de cristal
 
humedeciendo las baldosas de mi ser
 
Cayendo sobre el tejado, mi cuerpo de
mujer.
 
Soy llovizna de placer.
          
                     Soy agua que te invita a beber.
 
Besos de lluvia, caricias de pasión
Sigiloso relámpago que en mis entrañas 
Llega a nacer. 
Nocturna tormenta 
bajo la luna resplandece 
Caricia secreta. 
Dedos que buscan 
Lujuria que crece 
La llama encender.
 
Noches sudorosas, 
mojados sueños de lluvia 
Piel de cristal empañada 
con el aliento de tu boca 
De mil noches estrelladas 
Sobre el firmamento brilla 
la pasión infinita de dos almas saciadas.
 

*      *      *

 
 
Caía la primera tarde sobre el horizonte
 de aquel otoño.
 
Las cúpulas de los árboles anunciaban
 el exilió del verano que habría de volver
 con otros rostros, con otras gentes,
con otros amores, en otros tiempos.
 
Danzaban las hojas enmohecidas de nostalgia la sutil melodía acompasada por el vaivén
 del tenue viento impregnado de tu esencia
de dalia fresca.
 
Aquella tarde sentada en el pórtico que muchas noches fue testigo de nuestros encuentros como un centinela fiel a su silencio.
 
Vi volver a aquellos recuerdos
repatriados del alma,
buscando entre las baldosas del tiempo
un indicio de aquel sentimiento.
 
Sobre mis mejillas caían lágrimas
como si el mar brotara de mis ojos,
y todo aquello retenido en el alma
se escapará como una borrasca
interminable, como un vendaval
que a su paso arrasa con todo.
 
Y lloré, lloré amargamente
 como un condenado,
 que en su celda anhela libertad.
 
Lloré como un desahuciado
que muere lento, suplicando vida.
 
Aquella tarde de otoño
con tu olor de dalia fresca
bajo el cielo pintado de tu piel canela
humedecidos mis ojos por el dolor de tu ausencia.
 
Supe entonces que no vendrías
que sólo fuiste una estación en mi vida,
una rosa fresca que marchito mis noches
y sepultó mis días.

 
 *    *    *

 
Silbaba el viento de otoño un olor a nostalgia
 
      envolvía cada rincón de la vida.
 
Aquella tarde parecía como si el tiempo se
hubiera detenido,
 
como una congregación de fantasmas que se reúnen para hablar de todo y de nada,
 
como si el día fuera noche y la noche se volviera día.
 
Sobre el páramo de la vida una llovizna de recuerdos refrescaba la memoria de aquel viejo corazón.
 
Mudas palabras ensordecidas por la bruma del pasado fueron emergiendo, 
la tierra las parió de sus entrañas, arrancando un dolido clamor.
 
Volvió a sentir el frío, el mismo que los huesos le caló aquella tarde de noviembre cuando sobre las baldosas del adiós a su amor despidió.
 

*     *     *
 

 Te imagino. 
Pienso en ti, 
Simplificando el sentimiento. 
Pienso en tu carne, 
En tus formas 
En el ritmo de tu sintonía 
En la manera tan abrupta 
Que irrumpes mi anatomía. 
 
Tu beso…    en mis labios, 
Mi boca pidiendo de ti un poco más. 
De tu saliva…  ríos corriendo debajo de mi intimidad. 
Latidos creciendo en mis entrañas queriendo explotar. 
 
Y te pienso 
…Te pienso, 
………te pienso. 
Bajo el tibio sitio de mi humanidad 
Me gozo en la dicha, 
En el temblor Supremo de mi pelvis 
En el jadeo de mi respiración 
En esa pequeña muerte que de ti recibo 
Cuando te vacías en mí. 
 
Bebo de ti... La dulce miel del paraíso 
Que acompaña al crepúsculo de los cuerpos 
Delirantes, 
…tibios, 
………húmedos de dicha 
…………………………extasiados de placer.
 

 *      *     *

 
 
Vuelve porque a mi espalda le falta
el roce de tus dedos,
regresa a la vereda de mi vientre
y vuelve a aquel sitio donde ahora
hace frío
que tus manos de sol deshielen
la blanca nieve de mi cuerpo.
 
Vuelve, que tus besos alados
se poseen en mí.
Que tu vuelo me eleve a tu cuerpo
porque ahí es donde quiero resurgir.
Vuelve, a callar con tu boca el grito
que te clama,
a serenar con tu calma la tormenta
que debajo de mis sábanas se alza.
 
Vuelve, vuelve otra vez a vivirme
que de ti tengo hambre
vuelve otra vez a mí que es de ti
de quien quiero saciarme.
 
Vuelve otra vez a pasar por mi ser
deja tus huellas en mi piel
impregna de ti mi esencia
invade mi alma con tu presencia.
 
Vuelve, vuelve
Vuelve a empezar en mi
y cuando termines
respírame, respírame, respírame
Y vuelve otra vez a empezar
vuelve en mí, a ser mortal.
 
 

Marisol López Parra.
 


 

 

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Mi nombre es Marisol López Parra, soy del Estado de Sinaloa, tengo 34 años y desde que tengo memoria me gusta la poesía.
Empecé a escribir poesía cuando tenía como diez años, pequeños garabatos sin forma ni sentido,cuadratura ni estilo.
Sólo un pequeño cuaderno y las miles de cosas que llegaban a mi cabeza.
Con el tiempo empecé a leer a reconocidos autores y mis letras comenzaron a tomar forma.
Escribir es mi forma de expresar sentimientos, emociones, sentires y anhelos que buscan tocar almas traspasar la piel de quien lee y hacer que el espíritu de erice con cada letra.
Le escribo al amor, al desamor, al dolor a la alegría, a la pasión y la sensualidad.
Que significa para mi escribir, muy simple ...vivir.
Y busco llegar a ser reconocida no por lectores sino por almas que vibren en la sintonía de cada letra, cada verso y poema.
Simplemente un alma vieja en busca de la eternidad de la poesía.