ALBA LUZ CANO ZAPATA

Mi nombre es Alba Luz Cano Zapata. Seudónimo Antel tejedora de palabras. Soy una mujer emergida de las brumas de la imaginación. Las alas me llevan a recorrer infinitos matices de la vida, como si fuera una especie de mariposa amarilla, de esas pintadas por Gabriel García Márquez en Cien años de soledad. Y es que esta mujer es árbol germinado en Colombia, país resiliente, en donde sus gentes hacen de su día a día un urdido entramado nacido del arte de vivir. Comunicadora Social y Periodista, he realizado estudios afines a mi profesión de base: gestora cultural, fundadora, directora de los Colectivos de artistas Atenea de Medellín y Mooma del municipio de Caldas Antioquia. Me apasiona jugar a escribir, más no soy tan especial. Declaro mi pasión por esa urdimbre visualizada por mis sentidos, como un divertido juego, cuyos contrincantes somos la palabra y yo. En cada movimiento escribo algunos textos o unos cuantos versos, mientras, asombrada, asomo a las aristas de la vida, e indago historias, y con esa amalgama de ideas tejo simples palabras; por algún extraño designio de natura un buen número de mis narrativas y/o poemas se adentran en temáticas cotidianas, intimistas y en mi relación directa con la muerte, tal vez leer a Alejandra Pizarnik escinde esta pasión algo obscura. Suelo ser “todoterreno e innovadora”, estoy muy cómoda si hablo en público, ejerciendo gestión cultural o produciendo eventos, presentaciones junto a otros elementos culturales. Para mí, las mejores fuentes de agua para nadar nacen del arte y la cultura, y confluyen en esta devoción por la escritura. En síntesis, soy una mujer común y silvestre, con la mirada puesta en lo infinito.
 

MUJER DE MIL BATALLAS
 
Navegas siempre sobre el bravío océano
tomada del timón miras fijo a tu faro
buscando llegar a puerto seco
y así, esperanzada anclar tu vida.
Alpinista de batallas trepas presurosa
riscos empinados tan altos como azarosos,
asciendes a paso lento por quebrados caminos
serpenteando montañas gigantes.
Ríos de asfalto forman parte del camino
por ellos transita agotada y presurosa,
tanteando el horizonte inalcanzable
punto de llegada al final de la batalla.
Muros de adobe, techos de cemento,
portones cerrados con llave y cerrojos
resguardan tu empecinado combate
cual si fuesen soldados al mando de tu espíritu.
Ventanales hambrientos se abren cada día
tan ávidos de luz, de nubes, de rocío,
impacientes velan el vuelo de las aves
pensando que en sus alas vuelo alzarán.
 
 

*    *     *


 
ELUCUBRACIONES
 
Es la voz de los versos conversando con el fuego.
El tortuoso desamparo, la ignominia,
abren hondas brechas en el alma
ignorando del hombre las desdichas.
Sibilinos del cielo nos ofrecen
la esperanza del arca corroída
y un sueño de quimeras incumplidas
adornando la impiedad amordazada.
La premura en los poros enquistada
no acrisola ni acerca la belleza,
hada abierta a exangües desmayos
y al palpitar de caderas incendiarias.
Resplandeciente imán de soledades
acurruca el albor por el amor indiferente,
opacidad borrando la virtud
de cerrar agravios inclementes.
 
 

 

*     *     *


 
AFUERA ALMA
 
Tengo ganas de llorar mis penas, tengo ganas de sacarlas todas, tengo ganas de acabar las
desdichas, tengo miedo de acabar en ruinas, ando temerosa con cautela doy cada paso, con ansia
espero el resultado que, con cada paso dejo, evoco a Alejandra Pizarnik, evoco a mi vida las más
grandes cosas, que quizás sin querer, me han dado mis poesías, esta vez no es otro poema, otro
poema para enamorar, otro de los muchos poemas que en tu vida has de encontrar…
Esta vez el alma guía mis dedos, el alma guía mi cuerpo, quiere salir de inmediato y dejar sin luz
a mis ojos, el alma ya no soporta el peso de las penas, el alma ahora llora las raíces de mis
angustias, pero ¿por qué lo hice? ¿Por qué lo deje de hacer? mi cuerpo ha de menguar y esto mi alma lo sabe, por dicha razón, ahora mismo el alma, con mucho tesón dice a mi cuerpo que quiere dejar su interior, mente y alma se confrontan, mente y alma pelean, pero mente y alma en
común tienen que contra un solo obstáculo luchar…
La salida al problema es la muerte, la solución es el final inevitable, pero la solución requiere que al tiempo, la muerte se adelante cruda palabra, difícil decisión, una gran tensión que el alma soporta, su pesar quiere atrás dejar más el castigo a esta decisión es grande, porqué en el purgatorio ha de pagar el poco placer que al alma dio, el escape, no me creas temerosa, no me creas indecisa, porqué por decisión, es por lo que ahora sufro esta pasión, ahora esta alma triste que de mi cuerpo salida busca aún más y con más dolor, entristece al sentir su gran y total impotencia…
¿Por qué tomo la vía del suicidio? ¿Por qué no busco otra salida? ¿Por qué ahora lloro? ¿Por qué me atrae la cobardía? responderé a tus preguntas con una sola respuesta, porqué en este mundo estás para abrir la puerta a otros, dando toda tu vida grandes cosas, se hacen con mucho esfuerzo enormes triunfos, se logran con gran trabajo en mi imaginación y sueños se han presentado, pero mi alma no ha de sufrir más, por eso ya ha decidido… Discúlpenme por tomar la vía del cobarde, discúlpenme por apoyarme en la cobardía, pero apoyo ahora me han de dar las cosas que veré en mi otra vida, o con el infierno he de pagar del cobarde tomar la vía, no lloren mi partida, no insulten la decisión que con mi alma un día tomé, porqué a la perdición de todas maneras hubiera seguido ahora en el infierno, en el purgatorio o en el cielo, mi pena dejo, se desfoga con castigos, se desfoga con confusión, se desahoga con privilegios, pero ya sé a qué ponerle atención mi destino, ya no es incierto porqué la pena, la neutralidad o la paz, es de lo que mi vida, en muerte espero.
 
Quiero caminar a solas por el mundo.
Me muevo en el espectro límite de la luz,
en el iridiscente incierto
que perfila las curvas de la tierra;
no sé si estoy viva o muerta,
pero llevo agrietada una sonrisa
que esculpió la noche helada de Castilla.
He colmado mis ojos del verde
de las charcas traicioneras de Bécquer
y he interrumpido los duelos de miradas
que se dirigían entre dos montañas
a través de la llanura, frente a frente,
por llevarles el velo crepuscular del alma.
En mi pecho fibrilan los relámpagos
como en el interior de una catedral
cuando me sacudo en sueños el mismo
cielo se apaga para dejarme descansar;
¿has visto tú la oscuridad total, has soportado
el cuerpo de la atmósfera tirado sobre el tuyo?
No siento ya la lluvia, el viento,
ni el paso del tiempo; mi amor es viudo siempre
y no existe tan larga la centuria de un árbol
como para poder llegarme a conquistar.
Pero las piedras me arrullan desde el suelo
llamándome a que vuelva a su lugar.
No sé quién soy ni quién he sido,
dejé mis recuerdos arropando a los pájaros
y la ropa para caminar cruda, desnuda,
por la sonrisa del mar, por los páramos
en los que se sucede, rocosa y dormida
la espalda de un gigante colosal.
No tengo miedo a nada, ya ni siento,
la risa es caricia, llorar no significa; ni lamento
sí bailo con los pies en los incendios
y me miro en los charcos de recuerdos
con gracia de niña, con mueca de diosa
deseosa de rasgarse, romperse a la mitad.
Solo camino, espero, ansío,
a solas por el mundo, contemplando
a las estrellas distanciarse como viejos amigos,
cómo envejece el océano, el tiempo,
cómo destiñen lo últimos crepúsculos,
cómo todo se acaba, cómo deseo que llegue su final,
debe ser ella quien ve en mis ojos sus ojos hermosos y terribles.
Ella que un día me dibujó envejecida,
ella que no me enseñó a vivir,
ella que me espera con los brazos abiertos.
Es inevitable la partida
porque partiendo yo, se pintará de azul el cielo nuevamente
volverá la flor al jardín de mi casa
y tus ojos mostrarán todo el amor de nuestra sangre.
Deja que yo me muera, amor.
Deja que yo me abrigue con un sueño de paz eternizada.
 
 

*     *     *

 
DESTERRADOS
 
Desengaños, adioses
bajo el rumor del fuerte viento,
llenas las manos de dolor de ausencia,
abandonos surcando las palabras
en un espejo roto donde difícil es sacarlas,
pende la sonrisa su fuego silencioso,
simultáneos horizontes solitarios
pisando huellas polvo de su carne,
profiriendo palabras causadas por la suerte;
versos sin causas poemas doloridos,
gritos callados guturales blasfemias
emanan torrenciales, asquerosas maldiciones,
lentos lloran la huida abandonan sus raíces
en cenizas convertidas, venturas soñadas,
obligados a irse dirigen-se a la muerte,
migran desvanecidos olfateando su patria.
 
 

*    *    *


EL TRISTE
 
Lo vieron caminando, algo perdido,
por una calle taciturno, cabizbajo,
escapando del frio de su alma.
De madrugada trataba con estrellas jugar
tirando puntapiés al infinito,
era tan inmensa su tristeza
…nadie osaba mirarlo a la cara…
Los transeúntes a su paso
los ojos cerraban,
miedo tenían, mucho miedo de que
la tristeza fuera un mal contagioso.
Todos angustiados se decían
“del dolor que padece ni Dios salva”
El triste seguía por la vida
suplicando a la muerte lo llevara.
Su pedido angustioso
la parca no escuchaba,
verlo triste egoísta disfrutaba
pues sabia era por ella que lloraba.
 
 

*     *     *

 
EL ROBLE
 
Sol calcinante, sin sombra el verano
abajo en la estancia hay un viejo roble
cerquita del lago altivo y seguro
de que ése es su espacio.
Hermoso se yergue sobre la planicie
de verde muy verde tiñe la pradera,
sabe de nostalgias de sueños de amores
de llantos y ausencia, de horror y crueldades.
Sobre sus ramajes el viento lo agita
y así trepidante intenta domarlo,
sus fuertes raíces entrañan la tierra
profundo en las grietas indómito enzarza.
Su cuerpo es un tronco añoso y muy sabio
no por viejo pierde fuerza ni potencia,
amigo recibe abraza respalda
a quien su corteza busca algo cansado.
El escucha y ruge, silente se calla
todos los secretos de su dueña y ama,
le conoce el alma sueños y pasiones
es un buen escucha por viejo y por versado.
En las noches negras con los huracanes
silva presurosa queriendo calmarlos,
siempre se estremece ante los embates
y así pasa días semanas y años.
 
 

 *     *      *




 
BRISAS
 
Pase el viento y nos despeine,
el sol caliente nuestros cuerpos,
la mágica naturaleza nos `permita
la virtud del asombro,
las deidades nos regalen
la leal honestidad de siempre
saber ser sinceros con los otros
y ante todo con nosotros mismos.
 
 

SOLA
 
Soledad siempre te acompaña un destello de ilusión,
sobreviviente insigne de la ambigüedad
transitas callada algo fantasmal
cansina, grisácea pareces gritar.
Te reside un cuerpo algo irresoluto
se apasiona el hombre de tanto buscar,
de fauces abiertas atacas y escupes
desdeñosa y sátira en aras del mal.
Mirada felina ojos despiadados
las garras batientes para cercenar,
de los arreboles luces trepidantes
de la muchedumbre su paz sin gastar.
A las almas robas con saña y coraje,
rabiosa alimentas tu odio voraz
a todo quien pueda tu lumbre vencer
siguiendo los pasos de su batallar.
  
 

*     *     *


 
EN EL CIELO
 
Recrear las nubes
volver atrás a tiempos de infancia
mirar absortos la bóveda azulada y blanca,
sumirse en esa inmensidad eterna,
tenderse a imaginar figuras etéreas,
icónicas, silvestres, inexistentes,
jugar enajenados con móviles nubes de algodón,
creer levitar hasta tocar el cielo
sembrados a la tierra que nos pario
dejar volar las alas hasta sentir ser cirro.
Cúmulos de nubes blancas o doradas
blondas nubes de impoluto algodón,
nubes de mágicas figuras
hacéis de mi imaginación entramado
de hechuras, tonos, siluetas, nimbos,
eventualmente todas a la vez.
Mis ojos miran extasiados
dibujos hechos por Dios,
nubes tomando mi mano
para dar un paseo por el sol
arrobada veo cómo cambian de color,
nubes, prueba infinita de esa fuerza superior.
        
 

*      *      *

 
JAULA
 
“Sentada aquí pensando sin saber en que, en lugar de en el aire hacerme nube…”
 
Una pandemia se apodero del mundo
la naturaleza callada tomo venganza,
esa falaz supremacía humana se perdió,
hoy estamos entre jaulas, indefensos, asustados,
en pleno siglo XXI se vino encima lo absurdo.
Con la cabeza recostada y constreñido el espíritu
pasamos a ser minúsculos, que risa nuestro poder,
somos pavesas ligeras, árbol sin ramas ni frutos
fábricas de angustia y miedo implorando al infinito
nos retorne lo perdido y se apiade de nosotros.
Un suplicio nos parece considerar vivir bien,
gritamos desde adentro ignominias, oraciones,
abatidos ante el monstruo que nos ha paralizado,
ya cansado el universo no quiso seguir clamando
nos pasó cobro y factura por tantos siglos de espanto;
ahora se ven los cambios, se habla de compromisos,
nos golpeamos el pecho entre conjuras y rezos
¿Qué pasara mañana cuando nos abran las rejas?
 
 

*       *       *



 OLEAJE
 

“Dos olas que vienen juntas a morir sobre una playa y que al romper se coronan con un penacho de plata.”

 
Tiene el aire, olor salobre
aliento de la sal marina;
un sabor que se adivina
en los anzuelos de cobre.
La espuma se encuentra sobre
la silueta de las puntas.
Braman acuáticas yuntas,
parecen retar al cielo
sienten fervor y recelos olas,
que vienen juntas.
Se encabritan en la altura,
 para subir los picos de la marea
ansiosas por recibir el trofeo de la albura.
Hay un cambio en su textura
cuando la fuerza desmaya.
Al final, tras blanca raya,
por un estrecho azulado,
vienen con gesto cansado.
Mientras, en la abrupta orilla
hay un concierto de ruidos,
un tránsito de los fluidos,
deleite en la barandilla.
Mueven una vieja quilla
y entre rocas, la aprisionan,
las olas, que se amontonan
con un estruendo
se besan bajo el viento
y al romper se coronan.
Tras el líquido alborozo,
el embrujo se acelera
y le brota una quimera
a la cresta en su retozo.
La intención trae el esbozo
en la cima que dilata.
Toda la fuerza desata,
rompe, el color, desafiante
y se corona al instante,
con un penacho de plata.
 
Quiero estar contigo arrullando tu silencio de hombre…
cuando no quieres separarte de mí en tu rito mañanero...
y me buscas en tu corazón con tus dilatadas pupilas...
Cuando te subes al tren quiero estar a tu lado...
lloras y te sientes solitario sin nadie..
Y te ríes de mis chistes y me vuelves amar demasiado..
y escondes tu amor mas no te aguantas sin mí en la calle...
Me llamas y esperas de mí el amor todo.
Y no me pierdes de vista y por teléfono me dices te amo...
Te siento con toda tu dulzura que la tienes para mí sola.
la expresas con tus manos de hombre que está atento a mis halagos.
Vas sostenido a mis libros y a mis apuntes de universitaria.
y al tiempo que me dedicas que es poco tiempo...
Porque estoy más allá de todos los tiempos de tu agenda diaria.
Estoy en tu corazón que me espera enamorado...
Allí, en tú orden o desorden soy tu pesadilla dulce...
soy tu interrogante y soy la causa de tus lágrimas…
En todo caso nunca te olvidarás de mí aunque todo se derrumbe…
Así el mundo se vuelva viejo o joven con nuestras ansias.

 

(c) DRA: Alba Luz Cano Zapata
 

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ANTOLOGÍA

"LA POESÍA SE VISTE DE MUJER!