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RONALD FABÍAN BERMÚDEZ AVENDAÑO -COLOMBIA-

Ronald Fabián Bermúdez Avendaño, nació en Tame, Arauca, Colombia, es el segundo de 3 hijos de una familia campesina. Es Trabajador  Social egresado  de la universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, tiene un gusto por la escritura de poesía y relatos que lo ha llevado a escribir desde su adolescencia, de sus escritos a autopublicado un poemario “poeta discreto” y una novela corta “historias en el camino”, sus versos son  producto de sus sentires y experiencias. 
 
Prefacio
 
Desde mis amores sin gloria
Los gritos sin euforia,
De mi puño sin victoria,
Y batallas que no tienen memoria.
 
Para mí...
Desde estos rincones escribo
Para mantenerme vivo,
Más que para curar dolor,
O servir de portavasos a cualquier licor.
 
Sin el ánimo...
De retumbar en mi cabeza
O escudriñar en mis miserias,
Ni pedir misericordia
Pues no es tan mal vivida 
Tan pequeña historia.
 
Es por...
Enredar mis penas 
Entre algunas letras 
Que las hagan sentir buenas
Porque sin tanta venía
Pueden sentir vergüenza. 
 
*    *    *

 
 
Aquel territorio
 
Hace un par de meses
Que ya no pienso ni sueño
Aquel frío territorio, 
Que un día recorrí,
Que cada bondad 
Aún oculta la brindó para mí.
 
<<Aquel territorio>>
Que solía caminar a paso lento,
Disfrutando aquel paisaje
Donde fui huésped, forastero y visitante,
Pero dónde hoy soy solo un mito, 
Un alma errante. 
 
<<Aquel territorio>>
Donde aprendí
La esperanza del caos,
La falacia de la felicidad,
La ironía del odio,
Y el amor detrás de la despedida. 
 
<<Aquel territorio>>
Del que escribí un par de historias,
De sus tardes melancólicas,
Sus madrugadas sin amor ni frío,
Y su gran amor al sin sentido.
Hace tanto tiempo 
Que no recordaba
Aquel territorio,
Del cual ya recibí aquella noticia,
Y debo olvidar sin nota de despedida.
 
 

*    *    *



-Vociferando mis ausencias-
 
Puedes saltar por bocas,
Buscando aquellas palabras
Mismas que sin prisa un día te entregué,
Aun cuando disparadas querían salir de mi ser,
Palabras torpes, dulces y ligeras,
Palabras para una Amelia sin coherencia.
 
Es el elogió de un amor equivoco
En el que me fundí con alma y cuerpo,
Y a cambio recibí una herida singular
Pues no sana con un "quizás",
Y me obliga a retroceder
Cada que anhelo querer. 
 
Vas hoy por mis guerras,
Me acompañas en mis miserias,
Guardas el misterio de mis ideas 
Pero ya no eres presencia
Solo la sombra en las esquinas,
De lo que un “fue un día”. 
 
 

*     *    *

 
 
El tiempo no tiene rostro
 
Me persigue el tiempo
Marcando en mi cada paso 
Cada trago, cada beso
Mientras siento que no cambio.
Mi alrededor cambia 
no puedo detener su marcha,
Ya no valen mis miserias, 
Ni banales glorias en dilema
Pues aunque busco ocultarme
No puedo evitar que me arrastre.
Quise retumbar con versos
En los intrigantes silencios
Que causan los años que pasaron,
Cargando en sus pies los sueños arrebatados,
Ahora solo busco poder descansar mi pulso
En aquella discordia por no dejarme inconcluso.
Aquel suspiro de lamento 
Es cada vez más tenue 
Pues aquel "te espero"
En tú rincón se pierde,
Ahora solo queda 
"Mi ciudad poética" 
donde se esconde y se protege
El arte de perderme.  
                     
 

*    *    *

 
 
 
Soy, eres, somos…
 
Soy, el leve recuerdo después de una frase
La sensación inerte de tus pesares,
El sentimiento inquieto después de una foto
El grito profundo de un corazón roto.
 
Eres, el fin de mi dureza
La irá que me atraviesa,
Las lágrimas que aún no conozco
La mala suerte de aquel espejo roto.
 
Somos, el retazo de una historia
Fragmentos de nuestras memorias,
Noches largas de silencios
Anhelos ocultos de un reencuentro. 
 
 

 

*    *    *

 


De mi terquedad


De la terquedad de escudriñar
En las historias de lo que pudo pasar,
Me quedaron las palabras
Que hoy con mi mente se ensañan.
 
Recogí los retazos de una fotografía olvidada
Que sirvió de inspiración para una declaración mal contada,
Dónde quise describir lo que causaba aquella mirada
En el escuálido sentimiento que en mi se encontraba.
 
Bienvenida sea la desesperanza,
Que sirve de refugio,
Para una historia entrecortada
Y pensamientos que fueron tuyos,
Donde escondí aquello que nos negamos,
que hoy emerge a causa de un mal intencionado,
Que se sacia con mi desdicha,
buscando acabar mi prisa
Y cualquier oportunidad de huir
A este ciclo de ser un escriba de lo infeliz.
 
 

 

*    *    *

 


Huir…


Que difícil es huir
De las plegarias de un poeta infeliz
Que se esconde en sus miserias
Y el pesimismo que lo aqueja,
Que busca en las curvas de una letra
Saldar las penas de su alma enferma.
 
Que despierta en la madrugada,
Y en su voz entrecortada
Se escurren moribundas las ganas
Que un día se apoderaron hasta del alma
Pero hoy son grito nauseabundo para quien amaba.
 
En su cuaderno solo quedan trazos
De lo que un día fue esperanza,
Y algunas marcas de los pasos
Que lo guiaron hasta su morada.
 
Ya no detalla en su versos los rasgos
De aquellos labios que anhelaba,
Ahora solo describe lo incierto
De una vida fracasada.
 
 

 

*    *    *


De monólogos
 
De los monólogos en la oscuridad
de aquella habitación fría,
Que en la inmaculada intimidad
nuestro accidentado encuentro describían.
Me quedaron las ansias de encontrar aquel verso
Que cargaba en su sentir lo que ya no tengo,
Y que se quedó en mí como presentimiento
Revoloteando en forma de idea por mi pensamiento,
Provocando que me tiemble el pulso en cada intento.
 
He vuelto a recaer en la costumbre infeliz 
de tener que fingir:
Que los años no pasaron en vano
Y que los sermones me sanaron,
Aunque pase mis horas mezclando
recuerdos con fantasías
recordando con melancolía
lo que en su instante fue alegría.
 
 

*    *    *

 
 
Esquivar, reprochar y seguir
 
Soy el mismo que cada tarde se asoma a la ventana
Con la esperanza de encontrar en ella lo imposible
<<ver en cada cuerpo que por este frío callejón transite,
La esperanza que le fue robada>>.
 
Soy el mismo ser que sintió odio, que sintió rabia
pero que se escabulló entre letras para buscar calma
Soy un ser opaco de pensamiento chuecos, cómo mi letra
Pero también un ser que fácil se alegra
Con un café y una tarde escueta
Donde pueda tejer historias entre letras.
 
Soy un escritor que olvidó cómo escribir
aun cuando muchos suelen decir:
<<Lo que se es nunca se olvida>>
… ¡Vaya mentira!.
 
<<¿Cuántos pasos puedo dar sin cortarme con tu esquirla?
¿Cuántos días más voy a ignorar que soy una mentira?
¿Cuántos momentos más puedo tener sin mancharlos con tu recuerdo?
¿Cuántas noches más voy a regresar al mismo templo?>>
 
 

*    *     *

 


De mis nostalgias
 
Observé como el tiempo con cada caricia
Poco a poco te fue cambiando 
Mientras sentado en una esquina 
En silencio mire pasar los años,
Guardando la esperanza de no reconocer 
Aquella mirada, aquella voz y aquel querer.
 
Tengo ansias de volver a ti 
Para tal vez poder volver a mí,
¿En qué momento me perdí?
¿Es posible huir? 
Me siento egoísta con cada frase que te escribo
Pues más que para ti son un intento para mí mismo.
 
Este es un intento por seguir ahogando 
Esa frase que hace años he estado guardando, 
Que no me atreví a decir
Aquella tarde que por última vez te vi,
Aún recuerdo ver tu figura poco a poco disiparse 
Mientras prendía un cigarro para resignarme.
 
 

*     *     *


<<Besa, saborea y olvida>>


Recuerdo el día que me pidió escribir algo para ella 
Recuerdo también la sonrisa en su rostro 
Al entregarle mi "poema",
Pero nuestra realidad no estaba cerca,
Pues ni ella es musa ni yo soy poeta.
 
Recuerdo su último mensaje antes de alejarse
<<Besa, saborea y olvida>>
Lo tomé como un consejo que quería dejarme
Pues no quise escudriñar en sus palabras
Por miedo a lo que pudiera encontrarme,
Aún así al día de hoy en mi bolsillo lo llevo,
Y Cada vez que unos labios pruebo
Y un nuevo amor se va,
Lo saco, lo leo 
Doy una sonrisa y me marcho sin más.
 
 

*    *    *


Destiempo
¿Quién puede hablar de un amor a destiempo?
Quizás tú, pero prefieres no hacerlo
Quizás yo, pero me quedo en el intento
Quizás nosotros, pero no es el momento.
 
Me niegas tu mano 
Como si eso evitara nuestro amor insano 
Goza de nuestro desdichado encuentro
A fin de cuentas es solo tiempo
Y no será en vano, 
Si nos dejamos un recuerdo profano.
 
Te propongo una tregua 
Para entregarnos a disfrutar la pena 
Mientras ahogamos nuestras alegrías
Y todo se quedará atrás después de la despedida.
 
 

*     *     *


De un recuerdo


Hoy recuerdo aquella alma
Que en mis tragedias se colaba,
Y me hacía feliz contándome sus historias,
Limpiando cada palabra y cargando su memoria,
Sentada en la realidad, mirando por la ventana,
Preguntando siempre ¿Por qué se odia lo que un día se ama?
Fui feliz por un tiempo, creyendo que un alma nunca moría,
Pero hoy que ya no te escucho en mis esquinas,
Hoy que tus historias las recuerdo a medias,
Siento que moriste, y tal vez no es tragedia,
Y no porque no importará tú existencia,
Solo que entendí lo cansada que estabas de que siguiera,
¿Qué será de tu sueño?
¿Lo agregaré junto a los míos que jamás se cumplieron?


 

*     *     *

 


De una paz imperfecta
Está acabando conmigo ese ir y venir
Entre mi realidad, la que debo construir,
Y aquella que me atropella al querer dormir,
Y no puedo discutir sin mentir,
Pues vivo parte de un sueño que no sé si quiero,
Pero anhelo encontrar la otra mitad de lo que veo,
Me pregunto si sientes lo mismo que mi corazón siente al ver el sol despedirse,
Y su luz atraviesa la ventana fingiendo que no quiere irse,
Aquella sensación de paz imperfecta,
Que solo es incomprendida,
Que recorre recuerdos 
Aunque finjo no tenerlos,
Pero me desvanezco intentando guardar,
Porque como tu presencia no sé si volverán.
 

Fabián Bermúdez