No. 16

ENERO 2018

No. 16 ENERO DE 2018

PÁGINA 16

Marina, como su nombre lo indica viene del mar. Aterrizó en la Ciudad costera de Necochea, en la ciudad del tango, Buenos Aires, Argentina. Un 27 de febrero de no sé que año porque fue hace como diez. Es su cuarta resurrección en esta vida, ya que tiene el don de nacer y morir repetidas veces. Sensible a la música y apasionada del arte. Le gusta escribir, cantar y actuar. Inquieta, curiosa, versátil, ciclotímica, cuestionadora, rebelde y demás no cualidades que la llevan danzando por el mundo. He aquí escribiendo estos versos que comparte ahora con alguna pequeña gran porción del mundo.
 
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TRAS LA VENTANA
 
El viento que entra por la ventana del ómnibus no llega a secar las lágrimas que ruedan por mis mejillas.
Y es que caen tan rápido una tras otra, que tengo que secarlas disimuladamente con mis manos.
Sigo mirando por la ventanilla… los autos pasan tan rápido, los árboles se suceden. Todo pasa tan rápido menos los latidos de mi corazón, mi respiración tampoco se detiene.
¡Dicen que la vida es corta, que dura un suspiro, y yo siento que la mía dura tanto!
Tras la ventana… quiero encontrar un segundo de olvido o tal vez un poco de muerte.
 
 
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Todo comenzó hace algún tiempo
cuando no sabía si existías o no.
El día que descubrí que eras distinto a todos
y todos distintos a vos.
No sé lo que pensé, ni lo que sentí.
Mis pensamientos estaban bloqueados
solo te miré y te elegí.
Desde un punto del espacio aislado.
Te quiero a la distancia,
sin que lo supongas, creo.
Y aunque nadie tiene la culpa,
sé que nuestros destinos son opuestos.
 
 
Que pasaría si una ráfaga de viento
borrara lo que yo siento,
¿Y te alejara de mi vida?
Sería una cruel agonía,
pues mi corazón no podría
dejar un minuto de quererte.
 
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RECUERDO MARINO
 
Pensé que ese verano olvidaría tu amor.
Olvidaría tu ausencia, olvidaría el dolor.
Pero es imposible porque cada sonido del viento
me recuerda tu voz.
Cada sonido de la ola rompiendo en la roca
me recuerda tu sudor.
Y la sal dejando blanco mi cuerpo
me recuerda la blancura de tu alma
y las algas… la suavidad de tu calma.
Y te pienso.
Y te siento.
Y no te olvido.
¿Será en invierno?
 
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PIENSO EN TI
 
Pienso en ti
y mi cielo se despeja.
Vuelven las estrellas a su constante latir.
El desierto que hay en mi corazón
se vuelve fértil.
Y siento mi sangre volver a fluir.
El vacío que se encierra en mí
se llena con los sueños
que aún me quedan por vivir.
Y la soledad que se aferra a mí como una
hiedra deja paso a tu imagen
para que te pueda sentir.
Mis lagrimas se secan
y mis ojos vuelven a reír.
Y todo esto es un milagro
un milagro que ocurren en mí.
Cada vez que pienso en ti.
 
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SENSACIONES
 
Una mirada distinta
al pasar por allí Cupido
que fue el único testigo
de aquella nueva emoción,
de la repentina sensación
que se hizo dueña de mi alma
y que jugó en mi imaginación.
 
Sellando un pacto de amor,
que sólo yo he firmado
porque tu no me has mirado,
yo soy la que te ha sentido,
yo soy la que te ha inventado.
En mi mente y en mi vida
un espacio ilimitado.
 
Y te escribí una historia…
incluso te puse un nombre nuevo,
que fue para mí el lucero
de mil noches estrelladas
y también de las nubladas…
porque tú les diste brillo,
porque tú les diste magia.
Y perdón por este sueño,
la culpa no fue mía.
Fue del amor que no quería
unirnos en ese instante
para que pueda pensarte
acurrucando tu imagen
y solo por dentro amarte.
 
Y sé que sos un capricho.
Y sé que sos mi ilusión:
porque late mi corazón,
con un loco sonido
que no es un normal latido
es algo mucho más fuerte
al sentirte cerca de mí.
 
Ojitos que embellecen
mi paraíso interior;
ellos son como una flor
que ha crecido en mi camino
para soñar que te he tenido
en el tiempo que desee,
aunque yo nunca sea tu destino.
 
 
Quizá pronto termine esta ilusión.
Quizá nunca más tu mano me acaricie.
Quizá ya mis labios no se fundan en los tuyos.
Quizá todo haya sido un sueño.
Pero de algo estoy segura
seguirás en mí y tú…
tú no me olvidaras tan fácilmente.
 
 
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En el silencio de esta noche
escucho el poderoso ruido de las olas
que me traen tu recuerdo
y se llenan de espuma y sal; mis horas.
Y salgo a caminar para encontrarme contigo
bajo la luz intermitente de las estrellas
que me invitan a soñar con tantas noches
cantando en una playa desierta.
Y tal vez respiro el aire que respiras,
que me trae el perfume de tu cuerpo.
Y las ganas de volver a tenerte
aceleran los latidos de mi pecho.
Pero ya no escucho el sonido de esas olas
me detengo en una playa sin mar.
Ya estoy en mi Buenos Aires
el paisaje ha cambiado.
Sólo a la distancia
nos podremos amar.
 
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COMO UNA ROSA
 
Esta rosa marchita y triste
tiene la herida de un engaño anterior,
pero quiere que tú la cures
con tu tierno y dulce amor.
Antes tan roja y esbelta;
ahora pálida y reseca,
pero si la miras verdaderamente,
verás que contigo se vuelve más bella.
Porque a pesar de su agonía
sabe que es rosa al fin
y aunque pequeña y frágil
con orgullo acepta morir.
Morir de sed en tus brazos.
¿Qué más puede pedir una flor?
Sin ella se encuentra la esperanza
de soñar con ser el sol.
 
 
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Te amé en mis sueños, y te llevé a las nubes.
Te extrañé al no verte y fantaseé con tu nombre.
Respiré en tus ojos y me hundí en tu boca.
Acaricié tu pelo… tu sonrisa loca.
 
 
Ya no hay tiempo, ni lugar, ni paraíso,
Ya mis ojos no se pierden en los tuyos,
ni mis labios se funden en tu boca.
Ya mis manos no tocan el cielo,
ya no hay sol.
Estoy sobre la tierra húmeda
sola como siempre,
pero más sola sin vos.
 
 
Si tu boca rozara la mía,
sentirías la magia de ese dulce beso eterno
que todavía no he dado,
ni me han robado, porque aún te espero.
 

MARINA MATTARUCO -ARGENTINA-