No. 19

SEPTIEMBRE 2018

No. 19 - SEPTIEMBRE DE 2018

PÁGINA 12

Mi nombre es María del Rocío, esposa y madre de tres hijos. Vivo en California USA desde hace años. Escribo porque las letras me hablan en su propio lenguaje  creo que siempre me llamaron y no las escuché o si lo hice, no puse en papel lo que me decían. Pero me hablan en su calma, su fuerza, su sensualidad, su ímpetu. Tenemos mucho camino que recorrer mis amigas letras y yo, pero aquí seguiremos, adelante. He participado en tres poemarios, uno solo con mis letras y otro que se está cocinando. Participo en dos revistas españolas, soy comunicadora en ACROPOLIS-RADIO actualmente los sábados a las 8 p.m. centro de México. Escribo cuando la musa me grita desde la  cavidad de mi entraña y me pide a gritos la escuche

MARIA ROCÍO HERNÁNDEZ -USA-

LIBRE
Me apropio del viento,
   para luego arrojarme
      al peñasco de la libertad.
         Aldabas y cerrojos iré tirando
                                         por los apriscos.
Las grietas de mi pecho
   las iré sanando con el bálsamo
     y aromas de jazmines.
          Mis poros abiertos
               y sedientos beberán
                     las ofrendas del rocío.
Saldré de las grutas del silencio
    y  gritaré para que el eco
       de la montaña me responda.
                         De a uno me zafaré
                          los abrojos y espinas
                                              de mis pies
                              he iré lavando mis heridas
                                 en el arroyo de mis ilusiones
                                       cual caudal es innumerable
                                          permitiendo estás conozcan
                                               la grandeza del sin rumbo fijo.
El secreto de mis cansancios
   y miserias los dejaré
        en la mudez de la roca;
por mi espalda, cargaré mi mochila
                repleta de malos recuerdos
                 para dejarlos en la sequedad
                                           de los desiertos,
Otros, los llevaré al mar pacífico
             y en sus arenas se pierdan:
                odios, amarguras o tristezas
                             así, empezar de nuevo.
Pediré a los dioses
   de los bosques me regalen
                su sombra y su cobijo,
         y al recostarme en su frescura
                                 tomar nuevos bríos,
el pecho me cubriré de aromas silvestres,
del cielo, buscaré miradas nítidas y claras.
Si la lluvia de apodera de mi cuerpo, con gusto beberé
el maná de la vida.
Al sol, pediré
su energía para mi paso firme.
De ti, de ti tomaré
tu mano y conmigo camines...
Escritor: María del Rocío | US | Desde Jul/2015María del Rocío

 

*   *    *

Ven Ya
Me hayas aquí,
desnuda hasta el alma.
Tiritando
ante el fuego de tu vera.
No me muerdas la piel
sino más adentro.
Que el filo de tu diente atraviese mi entraña
y el fuego de tu vientre devore hasta mi savia.
Tus ojos penetrantes,
me consumen,
suspenden mis suspiros
en el aire.
Mis manos ya no saben
sí abrazarte o rasgarte
con mis uñas por tu espalda.
Dame el beso punzante
que mis ansias reclama.
No me hagas esperar que
desfallezco.
Llega a mí,
cual vino que me embriaga.
Quiero perderme en la
locura del momento.
Ven, no me hagas esperar
que desespero.
Toma ya mi todo entre
tus sueños.
 
Ensueño
Desvelo,
testigo mudo de mis cuitas
de largos e interminables momentos,
donde tu presencia
habita en mis adentros
recorriendo a palmo y lentamente
por mi savia.
 
Ensueño,
en los instantes plácidos
y plenos
donde el espacio cede
y nos tenemos
de mano a mano
y acaso
verso a verso.
 
Letras,
envueltas en quimeras
que a ti me acercan,
donde mares y fronteras
son inexistentes
donde somos uno
hoy y siempre.
 
Palabras,
que viajan y entrelazan
seres y leyendas
por sobre tierras inmensas,
me acerco y te acercas
las pongo en el viento,
y el viento las lleva
salvando improbables
dos almas traviesas
se abrazan y vuelan.
 
Abrazo,
solo eso, quimeras
envueltas en prisas
que me llevan hacia tu vera,
vistiéndote de versos
que mi amor te regala
dejándote mi alma
en cada rima
o letra.
 
Beso,
que te ofrezco
a cambio de nada
por tu abrazo tierno
y tu dulce mirada,
tu sonrisa infinita
por tu amor, tu calma
y por tu lluvia amada.
 
Te quiero
por tus sueños,
tus frases delicadas,
tu voz de primavera
cercana y perfumada
y en fin por tus letras,
tu desvelo
por tu todo y tu nada.
 
Toda letra se envuelve,
se une entre desvelos y en sueños
palabras y letras,
donde el límite no es el tiempo,
pues de dos almas,
el tiempo no es compañero,
solo el infinito y en él…
¡Te espero!
 
Poema a dueto con:
Mawtinik JC Toll
María del Rocío
 
Poeta: María del Rocío | US | Desde Jul/2015María del Rocío

 

 *    *    *

Sequedad
Al ver el brillo de aquellos ojos me quedé.
Pero era un brillo fugaz.
En sí, él ya era luz
apagada, muerta.
Allí, solo había un vago
intento por sobrevivir.
Él era agua turbia de jarrón
que hacía mucho fue limpia y clara.
De sus rosas que un día fueron fragantes
y frescas quedaban tallos agotados y rotos.
Sus pétalos negruzcos, dispersos por el piso
de a poco olvidó levantar.
Donde un día hubo sonrisas ,
ahora no había ni el intento por sonreír;
solo había muecas amargas,
y unos labios agrietados y sangrantes.
En aquellos ojos brotaban lágrimas,
que corrían en un rostro cubierto
de hendiduras que se corrían hasta el cuello.
De sus manos, ya no surgían caricias
solo movimientos bruscos y torpes
que herían más que acariciar;
de su voz, ya no sonaban dulzuras,
sino, palabras toscas y ofensivas que
azotaban y estremecían.
Y yo que creí ver un brillo en aquellos ojos
más mi propia luz fue pereciendo,
fui deshidratando de a poco.
Mi sequedad fue tanta que corrí
buscando aguas de los cielos por cobijo
y luz solar que me alumbrara
¡ y no paré hasta encontrarlos!
 
Poeta: María del Rocío | US | Desde Jul/2015María del Rocío

 

*    *     *

 
En tarde de Lluvia
 
En tarde de lluvia observo:
prodigiosa fusión,
hoy, la arboleda recibe su baño.
En gratitud y complacencia,
toman de la madre lluvia su
callado llanto,
rebosantes nubes rocían
a su paso.
Ella, en sus manos de seda
asea tallo a tallo,
hoja a hoja.
Ellos, satisfechos beben,
en entrenudos y yemas,
llevando el afable maná,
desde su copa,
hasta sus raíces.
Boyantes avecillas
saltan los ramajes,
sacuden sus alas y muestran
destrezas en sus gorgojeos.
La apacible tarde,
aletargada se abraza,
a la bondadosa lluvia
y se deja llevar en dócil caricia.
Un perro tranquilo no jala
a su amo, pasivo y curioso
observa a un par de ardillas
que igual de indiscretas,
también a él lo miran.
Indiferente,
un gato
vecino cruza la calle
parece llevar el tiempo del mundo.
Diminutas flores color
amarillo luchan
por quitarse de encima
las hojas secas, que sobre
de ellas se acumulan,
más estiran sus brazos
a la amada lluvia.
Ella, en toda ternura
a ellas se asoma.
 
Escritor: María del Rocío | US | Desde Jul/2015María del Rocío