YULEISY CRUZ LEZCANO -CUBA-ITALIA-

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PÁGINA 31

Yuleisy Cruz Lezcano. Nació en la isla de Cuba el 13 marzo de 1973, vive en Marzabotto (Bolonia; Italia). La poetisa emigró en Italia a la edad de 18 años, estudió en la Universidad de Bolonia y consiguió el título en “Ciencias enfermeristicas y obstetricia” consiguió, además, un segundo título en “Ciencias biológicas”. Trabaja en la salud pública.
En su tiempo libre ama dedicarse a la escritura de poemas, poesías, relatos, a la pintura.
Numerosos son los premios literarios donde ha obtenido reconocimientos importantes.
 
Bibliografia / Obras literarias / Publications
 
“Demamah: il signore del deserto – Demamah: el señor del desierto”, 2019
“Inventario delle cose perdute”, 2018
“Tristano e Isotta. La storia si ripete”, 2018
“Fotogrammi di confine”, 2017
“Soffio di anime erranti”, 2017
“Frammenti di sole e nebbia sull’Appennino”, 2016
“Credibili incertezze”, 2016
“ Due amanti noi”, 2015
“Piccoli fermioni d’amore”, anno 2015
“Sensi da sfogliare”, 2014
“Tracce di semi sonori con i colori della vita”, 2014
“Cuori Attorno a una favola”, 2014
“Vita su un ponte di legno”, 2014
“Diario di una ipocrita”, 2014
“Fra distruzione e rinascita: la vita” , 2014
“Pensieri trasognati per un sogno”, 2013.
Su poesía es presente en distintas antologías y revistas sea italianas sea Internacional y ha sido traducida en distintos idiomas.
Es miembro de honor del Festival Internacional de la Poesía de Tozeur en Túnez.
 
Ha realizado talleres de iniciación a la poesía en educación Primaria.
 
PREMIOS, GALARDONES, DISTINCIONES, RECONOCIMIENTOS LITERARIOS  DE LOS ÚLTIMOS TRES AÑOS
 
AÑO 2021
 
Jurado en el Premio Literario de narrativa, ensayo y poesía “Nabokov” XVI edizione.
Colaboradora de la revista literaria sudamericana  Taller Igitur
Cuarto posto en el premio Literario Internacional Switzerland Literary Prize
Miembro del jurado del Premio Literario Internacional Napoli Cultural Classic.
Colabora con distintas revistas literarias sea en Italia, sea en América Latina.
 
 
Año 2020
 
Primera clasificada en la sección Poesía y tercera clasificada en la sección Narrativa al Premio Literario “Melville” Città de Siena, Italia 2019-2020 1° edición con el libro “L’infanzia dell’erba” (La infancia de la yerba).
 
Finalista y diploma de mérito en el Concurso literario Internacional “Cartas de Amor” de Torrevecchia Teatina 20° edizione 2020 (Chieti), Italia.
Diploma de mérito al Premio Nacional de Literatura Italiana Contemporanea 8° edición 2020 con el libro “L’infanzia dell’erba” (La infancia de la yerba) .
Finalista al Premio Literario Internacional “Gaetano Cingari” 14° edizione 2020 (Reggio Calabria), Italia, con la prima versione del libro “L’infanzia dell’erba” (La infancia de la yerba) .
Miembro del jurado en el Premio Literario Internacional “Napoli Cultural Classic” XVI edición.
 
Año 2019
 
Segunda clasificada en el  Premio Literario Internacional “Ut pictura poesis” Ciudad de Florencia 3° edición con el libro de poesía en dos idiomas Español /italiano "Demamah, el señor del desierto" .
Cuarta clasificada al Concurso Literario Internacional de Montefiore Conca 9° edición (Rimini, Italia ) con il libro “L’infanzia dell’erba” (La infancia de la yerba) .
Miembro del jurado en el Premio Literario Internacional “Napoli Cultural Classic” XV edición.
 
Año 2018
 
Miembro del jurado en el Premio Literario Nacional “Mille Papaveri Rossi”.
Miembro del jurado en el Premio Literario Internacional “Napoli Cultural Classic” XIV edición.
Miembro del jurado en el Premio Internacional de literatura “Antonia Pozzi” ciudad de Biassono, Milán, Italia.
Miembro del jurado en el “Premio Città di Latina” 4^ edición – Premio Internacional de Poesía y narrativa.
Organizadora del Mini Festival de literatura femenino – Sala Blu – Comune di Signa, Florencia, Italia.
 
Correo electrónico


 Yulicruzlezcano2@gmail.com
Página web
https://www.yuleisycruz.com/chi-sono/
 
 

 

Mis riquezas
 
No tengo tierra,
tengo las plantas y los árboles
plantados en el pecho,
una raíz sembrada en los ojos,
un cielo azul
dibujado en la mirada.
No tengo un templo,
tengo una fiesta de amapolas,
un perro que mueve la cola
cuando siente mi voz.
No tengo casa, no tengo cama,
tengo un sinsonte que me llama
y sabe mi nombre.
No tengo mucho
pero no es poco lo que dejo,
dejo un río claro que sirve de espejo
para mirar las formas de las nubes.
Dejo libros, un árbol, un canto,
una rosa de amor, una fecunda semilla,
una piedra cómoda como una silla
para mirar las estrellas encendidas
y darle gracias a la vida
por haber hecho tanto con poco,
por dejarme hablar como un loco
con todas las cosas que solo, aparentemente,
no responden.

 

*     *      *


 
Extranjera
 
Llena de sangre nació,
con pocos versos llorados
se anunció,
en un barco de ojos desesperados,
donde la idea de la vida
casi escapaba.
Nació para sazonar
con su presencia extranjera
la quimera
de una vida mejor.
Nació entre medusas,
en el mar de Lampedusa,
acorralada de mariposas eléctricas
que devoraban las carroñas
de cuerpos que soñaban
tocar tierra, antes de ahogarse.
Nació ya grande, para salvarse
y salvar el corazón de África continental.
En su sonrisa natural
se ve como sonríe a la vida,
con movimiento soberano,
llega y llama a los blancos
"hermanos",
con su negrada oliente a cebolla frita.
Si la oyes, oyes en su sonrisa infinita
el vudú de tambores
y en sus ojos, reflejados,
se ven los colores
de la sangre derramada
por el sabor de libertad.

 

 

*    *      *

 
El ruido del recuerdo
 
Hace ruido al pie del silencio
el recuerdo que llega
del cercano pasado,
crujido plateado
entre los frondosos abedules,
cortavientos que levantan
un mar rítmico en el pecho,
aguas que llevan lejos el confín
de una lágrima en equilibrio
entre nostalgia y dolor.
Hace ruido
el recuerdo de un amor,
hecho de hierba
con raíces desgarradas,
frágiles auroras desmenuzadas 
sobre la almohada que huele
a palabras entregadas
a las sombras de utopías.

 

 

*     *      *

 
Alabanza
 
Alabanza a la vida retirada,
sumergidos, a veces,
en el oleaje de lo civil,
sin entrar en el ojo del huracán
para evitar de salir empapados
de la tempestad,
para evitar de tener que colgar
en el templo más cercano
las ropas mojadas.
Es mejor retirarse
en el momento presente,
amando y encontrando la gente,
sólo lo necesario.
Los soles se repiten,
mas con la vida sucede el contrario,
no podemos regresar para atrás.
El tiempo que se va
es una balanza
donde todo se calibra,
en los ayeres, sólo se ve
la semilla sembrada
y el remordimiento es un bulto
en el camino.
A veces llamamos destino
el rastro de luz de la pisada.

 

 

*    *     *

 
Sin destino
 
Quizás de dónde llega
la alegría vivida desde adentro.
Tal vez llegue de una llanura de luz
o de un viento etéreo.
No lo sé, puedo solo cantar y obedecer
a estos cielos azules que contienen
tantas gentes amigas
sentadas sobre los segundos
de evanescencia,
contenidos en la herrumbre del pasado.
Quizás a dónde llega el mito
que dona la destreza para desviar el timón
hacia la evolución.
Quizás si basta aprender a saltar los vacíos
y a caer entre los intervalos de la sonrisa
para escuchar sin tener prisa
el son del pétalo lejano
detenerse en el ritmo de las hojas,
contemplar sus temblores de luceros,
aprender de los ojos nacidos
para arder al canto del viento,
como granos de arena que no conocen
su destino.
No es de todo esta nada,
mi voz sólo sirve
a las aves insoñadas,
no conozco los secretos
del sol de besos
con belleza espiritual,
en el plenilunio de cristal
me hago preguntas delante al espejo
y me responde el reflejo
de un pájaro musical.

 

 

*   *    *

 
Bosque imaginario
 
Entre estas ramas
hay todavía espacio para un rayo de sol.
Las hojas desordenadas de los árboles,
enredadas alrededor de las sombras,
se mueven como entidades mágicas,
flotan en el punto medio del viento
y hablan con voces de bosque
que muerden en sueños
los pájaros de hilo unidos por los ojos
al cambio móvil de los reflejos.
El bosque es un paisaje dibujado
en los atajos de la memoria.
Los pájaros son los vuelos
que en la infancia que soñé,
parecen nubes grises
con quién comparto mi mar de lágrimas,
cuerpos de plumas negras
con quienes disputo
las migajas de mi incertidumbre,
fantasmas oscuros que me invento.
Entre los cielos fatigados de la noche,
imagino plumas revueltas en ajeno plumaje.
La luz que entra en este bosque
me ayuda a escribir mis desventuras,
mientras escucho las ramas, creaturas
del olvido,
fantasmas que viven en otros fantasmas.
Fantasmas que gritan
que yo acepté esta nada.

 

 

*     *      *


Mi casa
 
Quiero vivir en una casa
donde veo el mar
por las mañanas y por las tardes,
donde las olas rumorean
mientras visten mis sueños vivos.
Quiero vivir en una casa que despierte
el pájaro durmiente
los peces revueltos en mi mente,
el destilado de fuego que puebla
la música que hace de mí
un lejano recuerdo.
Quiero vivir en la palabra isla
como un reclamo de flores silvestres,
como un animal de paja y de nubes,
ligera en el viento que me viste
con el sabor de yerba
pérdido en el sitio que llaman eternidad.
Quiero vivir en una casa
escondida en una isla,
en la espuma burbujeante
de un instante
abierto en la aurora de Dios.
Quiero vivir en la voz
de mundos ajenos al ayer,
vivir para ver el sueño
bajo cuya fronda
pasan nuevas barcas.
 

 

*     *      *

 
La fuerza de las palabras
 
Si tú supieras cuánto pesan las nubes
tratarías de leerlas.
Si tú supieras cuánto peso quita  un
            “No te preocupes,
                        hallamos la forma“
Leerías en una pradera de nubes
la ligereza que aligera,
océano de palabras que alientan
cantando hacia las siembras
notas fertiles
encendidas de entusiasmo
como un fuego soplado
que escribe en el aire
su fuerza.