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ADRIANA PATRICIA SEPÚLVEDA CABALLERO -MÉXICO-
NO COMPARTO TU MIRADA PORQUE SE PERDERÍA A TROZOS EL CIELO.
Estoy enferma de ti,
no puedo salir de entre cuatro esquinas,
estaciones de tu cuerpo
que a la morada del alba asoman el abrazo.
La luz entra por cada poro de tus besos,
como gotas que sanan la nostalgia del edén.
Aquí no hay nadie,
sólo suspiros que inhalan
el perfume que desliza la noche encendida
donde me enseñaste a respirar bajo el mar.
La cama necesita agregar dos días:
del blanco humo que anuncie la humedad,
de borrascas que salpican el coral,
de fragancias azules que nos pintan sobre azul
que clavan en los vértices del cuerpo,
a medio cielo. la piel dormida.
* * *
EL PRIMER BESO, UN VOLADO AL AZAR
El primer beso es sonido de caracol
que anuncia la boda a ciegas.
Sabe a canasta de fresas y fruta prohibida,
que brota entre bruscos colores,
en tormentas de silencio.
El primer beso es descorche de huellas
de tus dientes
que dejan su sello en mi pecho.
* * *
NO QUIERO SER NI LÁGRIMAS NI RAZÓN, SÓLO SUEÑOS.
Ni rio ni mar, sino desaguar la luna,
descalzar la noche, danzar en los últimos tres minutos de tu mirada,
arena libre del reloj de recuerdo
que recorre en inverso tus besos.
No quiero ser hombre que no ladra a la noche,
ni mujer que traicione a la víbora del pensamiento si te veo.
Quiero ser piedra
que sepulte dos infiernos de inarrancable secreto,
piedra que muda permanece
como el cerro que asoma a la ventana.
Roca sedienta
en que desvelamos los cuerpos.
* * *
ERES MI MENTIRA, SOY TU REALIDAD:
Un rio que sabe hacer olas
y de las olas me rio,
y de la risa nacen mares y del océano que palpita
nacen ríos y me rio
de tu belleza, de la suerte de encontrar tras la mentira una mentora;
me rio y ya suena como lluvia tanto rio que corro, que vuelo, que brinco,
que me rio tanto
que ya soy mar de tu rio.
* * *
CAPERUCITA CAMBIÓ DE CUENTO,
el lobo se comió a la abuela
y sólo para oírla y verla mejor.
¿Será que su bocotá y sus orejotas no eran tan grandes?
¿O que ella olvidó preguntar el tamaño del cuento?
Pegó tantos gritos
como páginas del libro
hasta que se dio cuenta, entre celos a la abuela,
que no había tal libro
ni era tanto el cuento,
y ya se había convertido en lobo,
y dicen las malas noches
que se escuchan fuertes sus gemidos
y las buenas
que su boca es como un temblor de lamentos.
¿Será que extraña el cuento?
* * *
DOS GATAS INVENTAN LA NOCHE DE CALLEJEROS TECHOS.
¿Y quién como Lola sola sabe cómo volver alas sus manos para alcanzar la luna?
Desgarrar de la pelota hilos tras sus uñas y dientes.
¿Y quién requiere soñar o atrapar un deseo?
Pero Lola sola acumula del día tapas, como secretos de vida,
fatigas de noche que bebe de gotas de lluvias pasadas,
del día atrapado de más tapas de esperanza.
Qué inmóviles los pasos cuando se anda en la vida desenganchada,
y ante sus ojos, sus garras, y pasos y dientes no hay nadie.
Lulupe se fue de la ciudad, la venera otra tierra,
y ya nadie sabe que Lola sola existe,
y las tapas apilan plegarias en el tejado
por volver a resbalarse en sus miradas.
No hay más caminos, se respira soledad,
y a olor a flores amarillas que trastornan su cara y su cuerpo,
y Lola sola hunde los bigotes en su patria que ya sólo es despedida arena,
observando el tejado, el carro donde partió Lulupe, sin ser ya virgen
y sin ser días las noches.
Una historia demente serial de dos gatas
parecidas a todas las etéreas historias de amor
* * *
A PULQUE Y TANGOS
Danzas en veredas negras
tangos de labios desquiciados,
bebiendo la nada a sorbos.
De todo emerge LUZ
sabadesperTINA,
bautizada de pulque
de mexicano amanecer.
Tocan despacio la puerta,
combates a letras Salvajes de Mina,
maúllan los labios
de una busca que degusta
de humos de mango,
de coco y de anís.
La música la llevo
en mariposas de papel volando la razón.
La musa acobija tu papiro
donde aprendo con saliva
a soltarlo al viento.
De tus entrañas surge la voz,
Sirenas de la calle desnuda de agosto,
húmeda en celosos jardines,
boludos de Otelos en pecho
con sabor a chocolate,
a pulque de Guayaba
y a botados se(x)sos.