JOHN CARLOS YUNCA CRUZ -PERÚ-

La pandemia que se fue

 
Su claridad fue una extensa tranquilidad. Era un día de ensueño, en donde mi familia se encontraba observando muy atentos a la televisión y es que no era para menos, hoy juega Perú. Camino algunos metros hacia la cocina encontrando a mi madre en ese lugar de olor rico.Consentiré a los paladares - dijo al verme- al mismo tiempo que me señalaba una fuente de ceviche. Solo atiné a sonreír y aunque la comida se veía delicioso yo me encontraba muy asombrado, parecía que estaba encarnado en otro cuerpo, pero no puedo destruir la magia de este día -me dije-.
Salí de la casa por un tiempo corto, en el cielo todo era un gran espectáculo, unos aviones flameaban varias banderolas de color blanco.
Seguí caminando en dirección a la playa, ya casi llegando me encuentro a mi amigo Miguel, nos dimos un abrazo, como si no nos hubiéramos visto en años o alguno de los dos nos estuviéramos despidiendo. Seré yo tal vez- pensé- mientras mi rostro reposaba en su hombro.
Después de una plática momentánea mi amigo sostuvo: tengo que irme, mi padre me está llamando. En ese instante quedé algo atónito, ya que no escuché ni rozar de una hoja. Está bien -musité-.
Al estar próximo a las orillas del mar, unas bellas pariguanas me dieron la bienvenida, esas aves tan lindas con las que soñó San Martín no paraban de coquetearme con sus hermosas danzas, al acercarme finalmente volaron muy cerca de mí y emprendieron la retirada.
Antes de refrescarme con las aguas del mar quise escarbar sobre la arena para cazar un carretero, pero como el más experto en esa actividad siempre fue Miguel, nuevamente apareció en mi mente, no obstante, esta vez traté de recordar con más vehemencia el momento que el papá de mi amigo lo llamó, pero en ese instante sentí un escalofrío dentro de mi ser al estar consciente desde ese momento y saber que mi amigo había fallecido hace dos años atrás.
Hice una casa artificial para el carretero, lo coloqué allí y vigilando cada uno de mis pasos volví a casa. Aquí todo está normal, los miembros de la familia se encuentran reunidos para contemplar jugar a Perú. Tampoco les conté nada sobre mi amigo para no alterar la paz  con que todos gozaban. Pasaron dos horas para que se escuche el timbre una y otra vez, yo Carlos que era el más cercano a la puerta, me dirigí a abrirla. Era mi tío Eloy quién al ingresar, quiso informarse sobre el resultado del fútbol, para luego pedir disculpas por llegar a esas horas aduciendo que el tráfico le impidió llegar antes.
Ya muy cansado ni hambre tuve, perdiendo la cuenta también de la hora, así que me dirigí a descansar, por más que lo intenté, tardé casi una hora para conciliar el sueño. No sé porque antes de dormitar me visitó un recuerdo fugaz de mi tío Eloy, tanto que me hizo extrañarlo y nuevamente entré en razón que mi tío a quién ya no lo veía cuatro años fue víctima de la pandemia.
Mi cuerpo se estremeció y mi mente empezaba analizar tétricamente esos encuentros con seres de ultratumba. Sentí un miedo en el alma y cómo la piel se me iba poniendo como la de gallina.
Meditaba con la frazada totalmente cubierta, si ellos eran los fallecidos o realmente yo estaba sin vida.
Pum! Sonó el golpe seco de la cartera de mi hermana que cayó al suelo para despertar mi conciencia del coma en el que estaba no sé cuánto tiempo. Quise ver pero mis ojos no obedecieron, ni mi voz articulaba palabra. Mi hermana estaba nerviosa tal vez pensando que en algunos días perdería la vida, pero el médico le dijo que he tenido algunas mejorías como el movimiento leve de las manos, además que él no puede determinar todavía si me recuperaré o en unos días dejaré de existir. Mi hermana agradeció al médico por su sinceridad y se retiró.
Perdí la cuenta del tiempo que transcurrió desde la última visita de mi hermana y seguramente iba a seguir sin reacción sino fuera por el estruendo que oí diciendo: Encontraron la vacuna. Mis ojos como por inercia se abrieron percatándome que todos los pacientes sobrevivientes estaban tan llenos de vida como yo.
 

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- Nació en Chimbote el 4 de Noviembre. Actualmente tiene dos hijos: John y Miqueas.
- Publicó su novela “Líbrame la próxima semana” siendo invitado por el Felinch en octubre
  del 2016
- El poema “Si tú me sigues” de su autoría, causó un gran eco a nivel internacional y el
  23 de agosto del 2019 fue publicado en la prestigiosa Fundación César Egido Serrano
  Museo de la Palabra de España.
- Su poema “Extinción epistolar” acarreó la atención de la notable Revista argentina 
  “Pluma” siendo publicado en el mes de setiembre del 2019.
- La poesía “Parálisis Gubernamental” de su autoría fue publicada por la Revista
 colombiana Solsticio de la Editorial Ocaso el 25 de setiembre del 2019.
- Publicó su poemario La misteriosa rosa y fue invitado por el FILCH en diciembre del
  2019
- La Edit. Crímenes en Venus de Ecuador publicó su poesía “Nunca más” en febrero 2020.
- La Edit. Agujero Negro de Perú publicó Su poesía “Involución” en marzo del 2020.
https://www.facebook.com/jyc.yunuis
 

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