JAMES PHILLIPHE MORÁN -COSTA RICA-
Analú
En los dormitares inconclusos
víctimas del insomnio,
quise encontrar a Analú en la
noche adormecida por las tinieblas.
Tan solo la tenía en las
postreras cartas haciéndome el
amor con las palabras.
Aún en la ausencia de luceros
en la magnitud de las
constelaciones,
el aureola del amor siendo
lumbre me llevo al río.
Extraviada navegante
naufragaba en la tempestad de
los rocíos llorados por los
lirios,
mientras hacían olas sus caderas.
En el navío de los ¿Por qué?
quise viajar en su saliva de
almíbar.
Ascender por la vertiginosa
caída de esa ribera ninfómana
que me lacera.
Beberle presuroso
antes que su cristalinidad sea
sueño mojado en mi océano.
En el yate de papel extraviado
de algún niño
llegar al calabozo de lo ignoto.
Abofetear con la proa
los follajes que gozan senos y
pubis
alcoholizados de pudor
perverso.
Escucharle tatarear melodías
de mil arrullos
al correr por la montaña
enjuagando los paisajes con
orgasmos.
Postrarme ante el olvido
suplicando su invasión es en
vano…cual pedir segundos
retro al siglo ido.
Al llegar a la mar no perecerá,
se fundirá en la inmensidad de
este,
en ciclo incesante de
precipitación.
Mas aún,
la extrañaré en la
incineración de los infiernos.
En mi lirica percepción
insurrecta la visiono
en el afluente al retumbar los
ecos
de sus cantos callados.
¡Cual intensa locura de juglar!
Personificar la feminidad
ausente
en el caudal de mis descorduras.
Al ser mi metáfora fluvial Analú,
conservo el derecho de
perforar la balsa del romance,
para saciar mi sed platónica.
Diluir entonces bizarro
mi sangre en la erosión de las
rocas,
para teñir de carmesí
el lagrimal de mis nostalgias.
Brillaré
Basta ya,
de ahora en adelante
quero tenerme,
poseerme,
buscarme
y extasiarme al encontrarme
conmigo.
Ultrajar la intimidad
de cada átomo,
espolvoreando mis moléculas
más intrínsecas.
Enajenarme,
violarme
sin tener contemplaciones,
y hacerme mío,
masacrando la virginidad
de mis abismos.
Expulsar del cosmos
todo lo humano y racional
que me limite.
Liberando ataduras
al explotar e invadir
toda galaxia de mi entorno.
Abordar el submarino de mi
catarsis.
Sumergirme más allá del
subconsciente.
Y cuando ya el clímax de esta
orgía interna se desborde,
fecundarme en el vientre de mi
creatividad suprema.
Cortando el cordón umbilical
del que dirán.
De la etiqueta,
estereotipos,
apariencias
y esclavizantes marcas cual
ganado:
en ropa,
zapatos
e invenciones electrónicas.
Nacer,
siendo estrella incandescente.
Para tener mi luz
propia y solo mía.
Y en el espacio infinito
pernoctar
eternamente siendo libre.
¿Cómo darme a los demás
si
no me tengo?
Daría dinero,
regalos,
cosas vanas.
Mas,
¿Cómo entregarme a quienes
amo,
si no soy mío?
No dispares
Ya pronto me iré hijo
mío.
Solo la mirada tiene el coraje de
Hablar.
Profunda,
cual cosmos de celuloide.
Tenuemente comenzaron
Células a emigrar.
Como si la noche de titanio
disfrutase mi bienvenida.
Relámpagos
interrumpen la oscuridad del
túnel.
Mientras el Polo Norte
arropa la epidermis.
Casi puedo sentir tu
lágrima postrera
en mi frente.
Me ahogará en los recuerdos.
Tu cuna.
Tu escuela.
Tu mano en la mía.
Una última molécula aferrada
levantará al índice
Señalará al cielo como
como testigo.
Me matarás,
si no logras nuestros
sueños.
Súplica,
y último beso,
serán indelebles.
Epílogo
Con tu adiós me voy.
No contigo,
con las lluvias que dan sorbos
grandilocuentes
al trigal de las desventuras.
Si creyese
en las alquimias pedestres
de las doncellas
del Halloween,
entendería quizás tu diáspora
Encerraré en el baúl
la fantasmagórica carcajada
de tu síntesis.
Me aferraré al oxigeno de visionarte
en el Hades del éxtasis.
Colmada de las carencias que dejé
en
mora,
junto a él.
En los dormitares inconclusos
víctimas del insomnio,
quise encontrar a Analú en la
noche adormecida por las tinieblas.
Tan solo la tenía en las
postreras cartas haciéndome el
amor con las palabras.
Aún en la ausencia de luceros
en la magnitud de las
constelaciones,
el aureola del amor siendo
lumbre me llevo al río.
Extraviada navegante
naufragaba en la tempestad de
los rocíos llorados por los
lirios,
mientras hacían olas sus caderas.
En el navío de los ¿Por qué?
quise viajar en su saliva de
almíbar.
Ascender por la vertiginosa
caída de esa ribera ninfómana
que me lacera.
Beberle presuroso
antes que su cristalinidad sea
sueño mojado en mi océano.
En el yate de papel extraviado
de algún niño
llegar al calabozo de lo ignoto.
Abofetear con la proa
los follajes que gozan senos y
pubis
alcoholizados de pudor
perverso.
Escucharle tatarear melodías
de mil arrullos
al correr por la montaña
enjuagando los paisajes con
orgasmos.
Postrarme ante el olvido
suplicando su invasión es en
vano…cual pedir segundos
retro al siglo ido.
Al llegar a la mar no perecerá,
se fundirá en la inmensidad de
este,
en ciclo incesante de
precipitación.
Mas aún,
la extrañaré en la
incineración de los infiernos.
En mi lirica percepción
insurrecta la visiono
en el afluente al retumbar los
ecos
de sus cantos callados.
¡Cual intensa locura de juglar!
Personificar la feminidad
ausente
en el caudal de mis descorduras.
Al ser mi metáfora fluvial Analú,
conservo el derecho de
perforar la balsa del romance,
para saciar mi sed platónica.
Diluir entonces bizarro
mi sangre en la erosión de las
rocas,
para teñir de carmesí
el lagrimal de mis nostalgias.
* * *
Brillaré
Basta ya,
de ahora en adelante
quero tenerme,
poseerme,
buscarme
y extasiarme al encontrarme
conmigo.
Ultrajar la intimidad
de cada átomo,
espolvoreando mis moléculas
más intrínsecas.
Enajenarme,
violarme
sin tener contemplaciones,
y hacerme mío,
masacrando la virginidad
de mis abismos.
Expulsar del cosmos
todo lo humano y racional
que me limite.
Liberando ataduras
al explotar e invadir
toda galaxia de mi entorno.
Abordar el submarino de mi
catarsis.
Sumergirme más allá del
subconsciente.
Y cuando ya el clímax de esta
orgía interna se desborde,
fecundarme en el vientre de mi
creatividad suprema.
Cortando el cordón umbilical
del que dirán.
De la etiqueta,
estereotipos,
apariencias
y esclavizantes marcas cual
ganado:
en ropa,
zapatos
e invenciones electrónicas.
Nacer,
siendo estrella incandescente.
Para tener mi luz
propia y solo mía.
Y en el espacio infinito
pernoctar
eternamente siendo libre.
¿Cómo darme a los demás
si
no me tengo?
Daría dinero,
regalos,
cosas vanas.
Mas,
¿Cómo entregarme a quienes
amo,
si no soy mío?
* * *
No dispares
Ya pronto me iré hijo
mío.
Solo la mirada tiene el coraje de
Hablar.
Profunda,
cual cosmos de celuloide.
Tenuemente comenzaron
Células a emigrar.
Como si la noche de titanio
disfrutase mi bienvenida.
Relámpagos
interrumpen la oscuridad del
túnel.
Mientras el Polo Norte
arropa la epidermis.
Casi puedo sentir tu
lágrima postrera
en mi frente.
Me ahogará en los recuerdos.
Tu cuna.
Tu escuela.
Tu mano en la mía.
Una última molécula aferrada
levantará al índice
Señalará al cielo como
como testigo.
Me matarás,
si no logras nuestros
sueños.
Súplica,
y último beso,
serán indelebles.
* * *
Epílogo
Con tu adiós me voy.
No contigo,
con las lluvias que dan sorbos
grandilocuentes
al trigal de las desventuras.
Si creyese
en las alquimias pedestres
de las doncellas
del Halloween,
entendería quizás tu diáspora
Encerraré en el baúl
la fantasmagórica carcajada
de tu síntesis.
Me aferraré al oxigeno de visionarte
en el Hades del éxtasis.
Colmada de las carencias que dejé
en
mora,
junto a él.
James Philliphe Morán es el seudónimo de César de Jesús Molina, autor costarricense de poesías, cuentos, ensayos, obras de teatro y narraciones costumbristas. Es, además, actor, clown, cuenta cuentos y retratista con más de veinte años de carrera artística.
Dentro de su producción cuenta con varios libros inéditos, tales como:
Fantasías Pedagógicas y Humorísticas, Aspiración Poética, Trilogía Bucólica, Lamentos del Verbo y Tributo a la Mansedumbre Constructiva, Inspiraciones en Desconcierto para Maracas, y Confesiones Insurrectas; además de varias obras de teatro infantil entre las cuales figuran: El Ecoloyaso Mágico en El Reino de la Limpieza, El Vago de la Tos, Cuenterete Chin Chin y su Amigo Firulais, y El Títere Perdido en Nunca Jamás. También la recopilación de juegos infantiles acompañados por cuentos de su autoría: Interacción Lúdico-Armónica y Sostenible.
Dentro de las temáticas de la obra de Morán, prevalecen el romanticismo, la No Violencia Activa, el ambientalismo, el universalismo y la crítica social en torno a las conductas xenofóbicas, homofóbicas y de cualquier tipo de discriminación. En sus cuentos y obras teatrales destacan el humor del absurdo y la comedia de situación.
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