JESÚS SANDOVAL MAGAÑA -MÉXICO-

09 de octubre de 2020
Juan Jesús Sandoval Magaña
Taller de Análisis y Estrategias de Producción No Objetual I
 
ROJA: LA HISTORIA DEL LOBO
SOBRE LA MASCULINIDAD ESTEREOTIPADA Y CÓMO AFECTA A LOS MISMOS VARONES.
 
Palabras Clave: Masculinidad, Estereotipos, Prejuicios, Individualidad, Cult-ura del Miedo.
Resumen: El presente ensayo plantea el problema de la masculinidad estereotipada y prejuiciosa y las formas en que esto afecta a los varones desde las actividades y actitudes que deben reprimir, hasta lo relacionado con las mujeres.
 
KeyWords: Masculinity, Stereotypes, Prejudices, Individuality, Culture of Fear.
Abstract: This essay raises the problem of stereotyped and prejudiced masculinity and the ways in which this affects men, from the activities and attitudes they must repress, to what is related to women. 
 
I. INTRODUCCIÓN: EL CAMINO MÁS CORTO
“El lobo mandó a Caperucita por
el camino más largo y llegó antes
 que ella a casa de la abuelita.”
 
Caperucita Roja, Versión de Charles Perrault
 
   Los cuentos nos dicen mucho más que sus propias historias, son una manera sencilla de transmitir conocimiento de generación en generación, Dan Harmon (2018), conocido por ser el creador de un método narrativo y de series como Community y Rick & Morty, dice que las personas aprendemos de una forma más sencilla cuando tenemos la oportunidad de experimentar las situaciones sin sufrir consecuencias, por eso es que las historias narradas, ya sea por medio de fabulas o cuentos desde los albores de la humanidad o en el cine y la televisión en la actualidad, contienen valores y moralejas universales.
  Caperucita Roja es, desde muchas perspectivas, el cuento madre, Josh Campbell (1977) explica que en este cuento se encuentran las raíces de la mayoría de los cuentos de hadas tradicionales en cuanto a la estructura narrativa y la construcción de los personajes, y señala que hay dos valores sumamente marcados que se repetirían una y otra vez en las historias hasta nuestros días: los valores estereotípicos de lo femenino y lo masculino.
  El lobo representa lo masculino y Caperucita Roja lo femenino. Desde esta perspectiva Caperucita es ingenua, dispuesta a aceptar el dolor, curiosa, abnegada y mucho más débil y en riesgo que el lobo, mientras que este es calculador, ventajoso, siempre hambriento, inteligente, mucho más fuerte y sagaz que Caperucita. El lobo está en ventaja y Caperucita no hace más que seguirle el juego.
   Campbell señala un momento en específico que nos muestra la idea que se tenia sobre la superioridad del varón en cuanto a la mujer y es el momento en que el lobo le propone a Caperucita una carrera a casa de la abuela, mientras ella toma el camino más largo y complejo el lobo toma un atajo. Y esto pareció ser así por mucho tiempo, mientras el hombre tenia las puertas abiertas en muchos sitios, la mujer estaba condenada a trabajar más y ganar mucho menos, en un sentido tanto literal como metafórico.
  En Análisis del Mito, la antropóloga Jane Audrey analiza este evento dentro del cuento de Charles Perrault desde una visión que favorece menos al Lobo.
 
“El camino corto es sencillo, pero por eso mismo hace al lobo insensible, él no está pensando en el daño que puede llegar a causar a los demás si no en su propia satisfacción, es una fiera y actúa como tal. Si regresamos a la analogía del Lobo como un metavarón, es decir un personaje que representa al genero masculino como una unidad, es sencillo entender esta analogía. Los hombres son educados en la violencia, en la idea constante de competición, de buscar ser mejores, sin embargo, este camino corto está mucho más limitado, se deben privar de tantas o más cosas que las mujeres y algunas de ellas son demasiado elementales, como el llorar o expresar emociones.”
(Audrey, 2009)
 
¿De cuantas cosas se ha perdido el varón al elegir este supuesto camino corto? ¿Cuál es el modelo que se nos ha planteado desde los tiempos de Perrault de lo que un hombre debe ser? ¿Qué ocurre con aquellos varones que no lo cumplen a rajatabla? El presente ensayo intenta dar una respuesta a estas preguntas.
 
II. ¿QUIÉN TEME AL LOBO FERÓZ?: LA HETEROSEXUALIDAD NORMADA Y EL MIEDO A SER VULNERABLES
 
  El primer mito que contiene el estereotipo sobre la masculinidad es tan evidente como ridículo: todos los hombres deben ser heterosexuales. Después cae en extremos particularmente extraños, funda una idea sobre como el varón heterosexual debe ser en cuanto a su forma de actuar, sus decisiones, sus gustos e intereses, sus metas en la vida, su filosofía y moralidad, incluso cosas tan banales y superficiales como la manera de vestir o de actuar.
   Es tan poderosa la carga de esta idea de lo que el varón hetero debe ser, que se utilizan palabras como gay o joto como castigo, como un adjetivo despectivo y ofensivo para calificar al que no cumple con la norma, como si se pensara directamente que la homosexualidad es algo malo.
   Joanna Santos explica este comportamiento como un temor interiorizado que se ha traducido en un odio irracional hacia lo femenino:
 
“Los chicos crecen bajo la idea de que ser mujer significa ser débil. Un homosexual es desde su visión prejuiciosa y primitiva un hombre que por voluntad propia intenta parecerse a una mujer, es decir alguien con la capacidad de ser fuerte que elige volverse débil. Esta conducta se vuelve incomprensible y aterradora para el varón que ha luchado toda su vida por no mostrarse vulnerable, así que elige atacarlo, hacerlo objeto de burla.”
(Santos, 1999)
 
   Debemos tener en cuenta lo que esta actitud representa, convertir una característica como lo es la sexualidad en un estereotipo que rija las maneras de comportarse, vestir, convivir e incluso la idea general que se posee de una persona es reducirlo a una caricatura de si mismo. Oscar Gualsh (2000) en La crisis de la heterosexualidad dice que la sociedad occidental ha convertido algo intimo y personal como lo es la sexualidad en una etiqueta, como la marca de cualquier producto en el supermercado.
   El miedo del varón heterosexual ante su propia vulnerabilidad hace que desprecie a todos aquellos que han elegido permitirse ser vulnerables, lo cual ha forjado una sociedad controlada por un paranoico machismo que denigra al que no encaja dentro del selecto grupo que cumple a pies juntillas el estereotipo
   Pudiera parecer que esto afecta solo a las mujeres y a aquellos que poseen una sexualidad distinta de la hetero, pero la realidad es que incluso dentro de los hombres heterosexuales esto representa segregación, construcción de complejos, autorepresión y la construcción de personalidades nocivas para si mismos y para los demás. El macho heterosexual es victima de la heterosexualidad normada.
  
III. HABIA UNA VEZ UN LOBO QUE NO QUERÍA SERLO: DE CÓMO EL MACHISMO Y LA HETEROSEXUALIDAD COMO NORMA AFECTAN AL VARÓN HETEROSEXUAL.
 
   Gualsh dice que la sexualidad no es algo natural, es el cruce de la naturaleza con la cultura, es un conjunto de practicas y discursos que atraviesan transversalmente el sistema social y cultural. Es decir, es una serie de normas impuestas sobre “como amar al otro”.
   La cultura occidental lo ha llevado mucho más allá, al poner en el centro al sexo y por tanto a la sexualidad en nuestras vidas, sobre todo porque “el sexo es el mejor producto comercial” (Ruthemberg, 2018), convierte esta normatividad para amar en una identidad. Los programas de televisión nos muestran un estereotipo del hombre ideal, del varón deseable convertido en un producto para atraer a las mujeres.
   ¿Cómo es este hombre estereotipado? En el manual de Carreño, un aparentemente descontinuado manual de urbanidad y buenas costumbres hay algunas instrucciones y preceptos para ser un “caballero”.
 
“Nuestro respeto por nosotros mismos debe ser profundo e inalterable, sin permitirnos jamás la más ligera falta que nos profane, aún cuando la vida nos aleje del camino de la verdad, aún cuando la insania o la demencia nos consuma, el caballero debe mantener sus principios y no perturbarse ante lo emocional, dejando esto para las señoritas, un caballero no llora en público, no es dubitativo y se mantiene erguido y con pies de plomo ante toda situación.”
(Carreño, 1970)
 
   Es verdad que nuestra sociedad ya no se rige al pie de la letra por manuales de urbanidad y que muchas de las costumbres en el mismo han quedado descontinuadas, pero pensemos que las ideologías de crianza se transmiten generacionalmente y que inevitablemente este tipo de ideas se sembraron en la cabeza de nuestros bisabuelos, nuestros abuelos y nuestros padres y que constituyeron para ellos la idea de lo que un hombre debe ser.
    Entre otros consejos para transformarse en un caballero se encuentran cuestiones como realizar deportes como el futbol americano, el beisbol, el boxeo y la lucha grecorromana, mientras a las señoritas se les recomienda el atletismo, el voleibol y la gimnasia. También se especifica la cantidad de dinero que el hombre debe destinar a conquistar a su mujer y que debe “aparentar interés en sus conversaciones sin mezclarse demasiado en sus asuntos”. Finalmente, cada vez que utiliza la palabra afeminado lo hace de un modo despectivo, como una característica indeseable en el caballero que plantea.
   Buscando un referente más moderno que el manual de Carreño, podemos nombrar al psicólogo especialista en sexualidad humana Pablo Rivera (2015), de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, quien para un seminario sobre conflictos de genero realizó una encuesta entre mujeres de distintas edades y condiciones sociales en la que les pedía que nombraran características especificas que debe tener un hombre ideal, seleccionó noventa de esas características y elaboró una lista.
    Entre las características citadas se encuentran cosas como “alegre, sin convertir todo en una payasada”, “atlético, sin que sea un fofo o enclenque”, “balanceado, que sepa cuando dar o pedir, ceder o exigir”, “proveedor, que cumpla con su responsabilidad en el hogar”, “realista, que no sea soñador en exceso”, “feliz, que no se decante por el lado sombrío de la vida”.
   El profesor Rivera agrega como reflexión obtenida del mismo seminario que estas características, igual que las otras citadas, provienen de los protagonistas de las series televisivas, las películas y los libros, por lo tanto, el hombre perfecto existe solamente en la ficción. Los hombres reales a veces no tienen claro el futuro, a veces lloran, a veces no se sienten suficientes, a veces tienen lapsos de pereza extendidos en que no desean ser atléticos, a veces ceden a sus emociones y a sus instintos.
   El problema real es que esta idea la tenemos sumamente interiorizada, al grado que los hombres que se alejan de estas características son considerados “menos hombres” y segregados, la idealización del varón heterosexual fuerte e inquebrantable ha creado segmentos entre los mismos varones que al no poder identificarse con este ideal ficticio empiezan a tener problemas importantes de identidad que minan su autoestima.
    También existe el problema de la obsesión con acercarse a este estándar, que obliga a los hombres a no ser ellos mismos para poder cumplirlo, a no tomar ciertas actividades porque son propias de mujeres, a crear una coraza para sus emociones, a reprimir instintos tan básicos y aparentemente insignificantes como el llorar, el gemir durante el acto sexual, o incluso a descuidar su imagen física para cumplir con la idea de que el hombre no debe preocuparse por la belleza y la apariencia.
    La heterosexualidad, dice Gualsh, surge como estándar hegemónico en la Europa Occidental del medievo, y posee cuatro principios: defiende el matrimonio y la pareja estable, es coitocentrica y reproductiva, define lo femenino como subalterno y condena, persigue o ignora todo lo que no se ciñe a sus modelos. La heterosexualidad también rinde culto al físico, es misógina, adultista, y por supuesto homófoba.
    Es un guardián enmascarado que se ha alimentado con violencia, acorazado para esconder su propia vulnerabilidad y dispuesto a atacar a la primera provocación, ante aquello que no entiende, que le es ajeno. Es, en el fondo, un niño que al igual que Caperucita Roja entró en el bosque y aterrado ante su entorno decidió transformarse en el Lobo Feroz.
  
IV. EL LEÑADOR SACÓ A CAPERUCITA DEL VIENTRE DEL LOBO: REFERENTES ARTISTICOS.
  
    El arte es el ecosistema natural de lo transversal y de la crítica a la norma, pues una de sus labores centrales es hacernos reflexionar y pensar más allá de nosotros mismos, es por eso por lo que es interesante revisar algunas obras relacionadas con las masculinidades normadas y las transversales.
     En febrero de este mismo año, 2020, el Barbican Center de Londres inauguro la exposición Masculinities (2020) que reúne el trabajo de más de cincuenta fotógrafos que conforma una narrativa grafica sobre cómo se ha configurado la idea de la masculinidad a través de los medios desde 1950 hasta la fecha. La exposición es atrayente pues aborda la idea centralizada del ideal de hombre, pero también aborda las masculinidades periféricas y alternativas, con fotografías de hombres como David Bowie e incluso de desconocidos que aparecen como encuestados en las noticias pero que no corresponden a este ideal.
   El grupo de nu-metal español Xpresidentx presentó a finales de 2019 la canción BBVA (Blanco, burgués, varón, adinerado) (2019), haciendo parodia de las siglas del banco de Bilbao Vizcaya, la canción se burla del estereotipo del macho ibérico español y del adoctrinamiento que se nos ha dado para ser varones. Recientemente publicaron el video del tema, en el que una maestra enseña en un salón de clases a un grupo de hombres como serlo, en una pizarra se leen nombres de “machos alfa”, cómo Julio Iglesias, Mariano Rajoy, Jesús Gil. Chuck Norris y David Hasselhoff, así como el dibujo de un consolador marcado con la palabra “enemigo”.
   En 2015, Mirna Roldán realizó la obra “Comunidades imaginarias: cuerpos en fuga” en la que trataba el tema de la masculinidad desde un análisis a los varones de su propia familia. Se compone de 11 instalaciones acordadas entre los miembros de la comunidad para moldear hipótesis sobre la masculinidad, el arte, el ocio, las relaciones filiales y la irresponsabilidad. ​ La exhibición está conformada por su propio archivo de documentos, video y fotografías que construyó con sus familiares durante 5 años. Roldán nos lleva a lo íntimo, nos permite explorar la parte más vulnerable de hombres de distintas generaciones que ya disfrutan de ir al parque junto a su familia, o cometen una infidelidad imperdonable y sobre todas las cosas que son reales y que sienten lejos del prospecto del hombre ideal.
 
V. CAPERUCITA VUELVE A CASA: CONCLUSIONES.
 
      En la versión original del cuento de Caperucita Roja, incluso en la primera versión de Perrault, los únicos personajes que existían eran la madre y abuela de Caperucita, El Lobo Feroz y la niña que da nombre al cuento. Con el tiempo y buscando suavizar un poco este relato se añadió la figura del Leñador, un hombre que vivía en el bosque y que al escuchar los gritos de Caperucita y su abuela llega a la cabaña donde estaban y de un hachazo rompe el vientre del lobo para sacar a las dos mujeres de dentro de él.
    En nuestra gran analogía de este cuento como una exposición de los estereotipos de lo masculino y lo femenino en los protagonistas de esta historia, el Leñador tiene una utilidad particular: dentro del lobo está caperucita y al parecer (contrario a las leyes de la lógica de nuestro mundo, que no tienen porque regir en el de los cuentos de hadas) es posible extraerla intacta y con vida.
    Por medio del arte, en obras como las mencionadas de Roldán y Xpresidentx tenemos la oportunidad de repensar lo que significa ser un varón y de lo dañinos y absurdos que resultan los prejuicios que se han cernido en torno a esta idea. Los hombres perfectos no existen, el ideal ridículo que nos ha planteado la heterosexualidad hegemónica es solamente eso, un ideal y uno vacío y nocivo.
     Si fuéramos capaces de separar la sexualidad de su terrible carga ideológica, de entender nuestros deseos e impulsos animales no como algo que debe ser mediado por los estándares de una cultura que favorece la violencia y la dominación como ideas aceptables para construir a una persona, podremos volver a ser nosotros mismos.
    Sacar con vida, intacta, maravillosa e imperfecta, a la inocente Caperucita del vientre del Lobo.
  
 

BIBLIOGRAFÍA

 
Audrey, J. (2009). Análisis del Mito. México: Phobos.
Barbican Center. (22 de Febrero de 2020). Masculinities. Obtenido de Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=UYB62YrxXrQ
Barranco, S. (2019). BBVA (Blanco, burgues varón adinerado) [Grabado por Xpresidentx]. El Ejido, Bilbao, España.
Campbell, J. (1977). El arte de contar historias. Munich: Burgos.
Gualsh, O. (2000). La crisis de la heterosexualidad. México: Énigma .
Harmon, D. (2018). This Little Shit: El circulo Narrativo. Atlanta: Reminiscence .
Ruthemberg, D. (2018). Sex Appeal. México: Burgos.
Santos, J. (1999). The other side of the war. San Antonio: Recall.
 
 

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Jesús Sandoval es un escritor y artista multidisciplinario potosino. Participó como miembro del colectivo de poesía de la UASLP dirigido por el Profesor Isaías Ramírez de 2010 a 2012 presentando los primeros textos de su autoría, posteriormente formaría el colectivo teatral El teatro de lo absurdo con el que participaría en eventos públicos como las tres ediciones del Festival SOMOS+ presentando obras teatrales y poemas de su autoría hasta 2014. Después ingresaría a la facultad de Letras de la Universidad de Guadalajara donde cursaría la Licenciatura en Letras Hispánicas, allí funda la editorial cartonera El pato con Canclas que cuenta con 23 publicaciones de autores independientes en el formato de libro cartonero y 6 en convencional. Fundó y dirigió además los colectivos “Los esclavos de Bangkok” e “Híjole Colectivo Artístico”, este último aún en funcionamiento dedicándose a dar espacio a artistas nuevos para realizar sus primeras presentaciones, tanto en lo referente a artes escénicas como plásticas. A la fecha ha publicado ocho libros entre poesía y narrativa: “Historias a media LVZ”, “Pasapalabra”, “Una niña que no aprendió a esperar”, “Los versos que te escribí mientras bailabas despacito”, “Turquía y todas esas cosas buenas”, “La dignidad de los zorrillos y otros pequeños milagros”, “Cartas a Mamá Osa”, “Tancáma” y “La Reina Mora”. Sobre su producción plástica sus obras se encuentran inspiradas por cuentos de hadas, los cuales usa como metáfora para hablar de situaciones emocionales como la dependencia, la levedad, el enamoramiento, la femineidad en lo masculino, el miedo como herencia familiar, utiliza como técnica la deriva, el performance y el arte acción. Actualmente se encuentra cursando la licenciatura en Arte Contemporáneo.