ROSALBA ERAZO -COLOMBIA-

Memorias de familia
 
 
Allá sobre la ladera de la distante montaña, en la parte media de la hermosa e imponente Cordillera de los Andes se hallaba situada aquella casa. Sencilla, acogedora  y  construida  con   amor  e  ilusión  y con  los ahorros de  toda su vida. Ese  había  sido  su  sueño: formar  una   familia   con  aquella  joven  de  quien se   enamoró  desde  su  juventud  y  con  quien  se  reencontró  después  de   muchos  años, alejados ambos de su tierra natal.  Cumpliendo así ese anhelo, se casaron y   formaron  su  hogar  siendo  bendecidos  con tres  hijos en  pocos  años.
Él era  un hombre  trabajador, responsable y honrado, un poco malgeniado, quizá  debido a  las circunstancias vividas en su niñez  que  formaron su carácter  recio y  fuerte, o  sencillamente  era  la  genética. Había  tenido que salir del hogar paterno siendo  muy  joven, casi  un  niño, por  lo  que  pasó   gran  parte  de  su  juventud  recorriendo  varias  regiones  del  país  trabajando y conociendo la topografía y las costumbres  de  los  lugares  que  visitaba, en especial de la zona  cafetera, donde  residió  la  mayor  parte  de  su  juventud. Todo ello le dio experiencia, sabiduría  y muchas  historias  que  contar  a  sus  amigos  y  familiares. Era  un  gran narrador entretenido y minucioso en los detalles, muchas veces exagerado en su narración.
 
Le tocó vivir una etapa muy difícil, marcada por la violencia que sucedió en su país  debido a las diferencias entre los  partidos  políticos de ese  entonces, una  época  negra y vergonzosa  para  la  historia  de  nuestra  nación, donde  se exterminaron entre coterráneos, sencillamente  por  la intolerancia,  la  manipulación  e intereses políticos, que empeoró en poco tiempo debido  al asesinato del caudillo del pueblo quien era  candidato a  la  presidencia  de la república lo que generó disturbios, se    incrementaron  las  masacres  y  desplazamientos  forzados  de   muchas  familias desde y hacia los campos. Esa violencia,   guerra   absurda,  pero  que  de  alguna  forma  partió  en  dos  la  historia  del  país   porque   conllevó   a   replantearse   la    inconformidad  económica, política  y  religiosa que se vivía entonces. Todas estas vivencias  y  circunstancias  lo  hicieron bastante  escéptico en  cuanto a religión  y  política.
Muchos  años  transcurrieron  y  después  de  algunos  ires y venires en diferentes  lugares   del   país,  allá   sobre   la   fría   montaña   construyeron   su   hogar,   se  establecieron  cuando  sus  hijos   aún   eran  pequeños. Fueron   épocas  alegres,  viendo  prosperar  su  tierra,  sus  cultivos;   a sus hijos  jugar  y  correr  libremente  por  su  amado  terruño, creciendo,  formándose  en   valores   preparándose  para   afrontar  su   etapa  adulta.
 
¡Allá en esa tierra permanecen los recuerdos de  muchos  momentos compartidos!
 
Uno de  esos  recuerdos gratos que  queda en  la memoria de  los  tiempos,  es  la  época de la Molienda,  actividad   que   consiste  en  extraer  el  jugo de la caña de azúcar en  un  trapiche, llevarlo  luego  al  fuego a  altas  temperaturas  en grandes fondos  hasta  vaciarlo  en  moldes  y  convertirlo  en  panela. Esa  panela morena, dulce, que acompaña  las  mañanas  frías de  las montañas  Andinas.
Esa  era   una   actividad  que  compartían  alegremente  y  sin  egoísmos  con  los  vecinos  de  la  región  y  que   tenía  trascendencia  para  las  familias  porque   se   interactuaba  en  comunidad al tiempo que se fomentaba la tradición oral de  mitos y leyendas al compartir historias  y relatos  mientras  se  disfrutaba  de una taza de café o  una  cena.
 
Así pasaron los años, con la tristeza y la emoción de lo incierto vieron partir a cada uno  de  sus  hijos, una  de  ellas  a  formar  su  propio  hogar,  el  otro a trabajar  e independizarse  y  más  adelante  formar  su  propia  familia,  al  igual  que  su  hija menor  quien  marchó a la capital  para continuar sus  estudios y adquirir  un  buen   empleo.
En  la  memoria  de sus  descendientes  quedarán  grabados  para   siempre  esos  hermosos  recuerdos  de  una niñez  sencilla,  límpida y sin egoísmos al  igual  que  el  recuerdo de  las  bellas  historias  que  con  amor  y  paciencia  les  narraba   su   Madre  cada noche antes de acostarse; la misma que en forma abnegada y con su  arduo  trabajo  trataba  de   aportar  a  la  economía  del  hogar, mientras  con  sus consejos les impulsaba para  que continuaran  el  legado  de  valores  y  honradez  con   que  ellos  fueron  formados.  Esa  Madre  que  en  su  juventud  desafió  los  convencionalismos  de   la  época   en   cuanto  al  derecho  de  las  mujeres  a  la educación  y aún  sin el  apoyo  de  su  familia  decidió marcharse  a otro lugar del  país con algunos  ahorros  para  estudiar  en  un  instituto  para  señoritas.
Procuraban  transmitir  siempre  a  sus  nietos  ese  mismo  legado, en  especial  a aquella que les  acompañó  durante  muchos años siendo para ellos como una hija más, al igual que inculcaron en sus hijos con  ejemplo, el amor por el trabajo y  por  su  tierra;  Esa  que  plantaron con tanto esfuerzo, sudor y lágrimas, bajo la lluvia o  con el sol abrasador.
 
Y hoy, con inmenso dolor para sus hijos y sus nietos esa misma tierra los reclama, después de  tantos y tantos años juntos,  sus almas  han  partido una  en pos de la otra  al  encuentro  de  su  creador.  Hoy  las  nubes lloran  y vuelan los  gorriones. En  este  día   la  tierra  es  bendecida  con  la  lluvia,  en   honor  a   su   recuerdo.
¡Cuánto dolor  siente  hoy  mi  corazón!
Cuanto  dolor  ante  la  pérdida    irremediable  de  alguien sencillo…  ¡pero  con  un  alma  tan  grande!
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Un visitante inesperado
 
 
Allá, en lo más apartado del bosque, pero también donde la naturaleza es más verde y hermosa, llena de coloridas y fragantes flores que son visitadas todas las mañanas por las vistosas mariposas de la región, se hallaba la pequeña cabaña blanca.  Su   dueño, un   granjero  amable  y   generoso  que  amaba  y  respetaba profundamente  la  naturaleza  y  que  precisamente  por eso había decidido irse a    vivir allá con su familia,  estaba como de  costumbre podando  y regando su jardín, labor  que  generalmente  hacía  en  las  mañanas  para  dedicarse en las tardes a otras actividades propias del campo acompañado de su amada esposa Lori.
Allí  estaba  esa  mañana  entretenido  con  sus  flores  cuando  de pronto escuchó ladrar a Duffy, su  noble y fiel perro  Labrador atrás  de la cabaña, sus  ladridos  se  escuchaban preocupantes. Rápidamente  corrió hacia  allá  a ver que sucedía y al llegar  observó  a  su  perro  agazapado  mirando con  curiosidad a  un  pequeño e   inesperado  visitante: Un  hermoso  conejo  gris  de  nariz   blanca. 
El  pobre  estaba  muy asustado y además herido en una de sus patas  delanteras,  por lo que con cautela y sumo  cuidado lo  levantó,  llevándolo hasta el salón de  la casa donde rápidamente lo curó, le vendó la patita y luego lo colocó en una amplia  jaula  para  que  estuviera  cómodo  mientras  se  recuperaba. 
Al atardecer  llegaron  sus  dos  pequeños  e  inquietos  hijos  del  colegio  quiénes amaban  a los  animales y con  alegría ayudaron durante varios días a  alimentar y cuidar  a  su  gentil  visitante.  Algunas  noches después cuando ya se preparaban para  dormir, escucharon  unos  ruidos en la parte baja del salón y algo  temerosos  pero   con   gran  curiosidad  salieron  a   ver  de   dónde  provenía  el  ruido. 
¡Oh,  sorpresa!
 
De debajo  de  un  matorral  cercano  al  sótano, lentamente, con  algo  de  timidez  fueron asomando la cabeza, o mejor dicho, - las  orejas-  una  hermosa  familia  de   conejos. Era  mamá, blanca  y  mullida  como  una  gran  mota  de  algodón  y  sus   cuatro  hermoso  y curiosos hijos que andaban en busca del padre y también  algo   para  alimentarse.  Con  regocijo  y  mucho  amor  los  acogieron  en   la  casa,  les   dieron   agua   y   alimento    pues    estaban    hambrientos,  y   luego    con    gran solemnidad  les reunieron con el visitante gris de nariz  blanca que ya estaba  muy  recuperado. Al  día  siguiente el hacendoso granjero les construyó su propio hogar  a un lado del  jardín de la cabaña: Una confortable y acogedora cueva rodeada de matorrales  que  los  protegieran  del  clima, la  lluvia  y  algún  intruso.
Así sus hijos muy alegres practicaron nuevamente la solidaridad y la hospitalidad de las gentes del campo.
 

 

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Seudónimo: Rossi Er
 
Escritora  y  Poeta  Colombiana, Columnista  de la Agencia mundial de prensa, del   Periódico El Querendón de Risaralda Colombia, comparte algunos de sus Relatos, cuentos, frases y poemas en  Revistas  Literarias  internacionales como la Revista poética  Azahar de  España, Revista Trinando  de  Colombia, Revista  Comunidad Literaria  Siglo  XXI de  México, Revista  Mimeógrafo de México, Magazine  Virtual de  España, Revista  Con voz  propia de Argentina, en su canal de YouTube, en el   Blog  Poemas  del  alma, su  página  Letras, pasión  y  sentimientos y  en  algunos grupos  Literarios  y  poéticos  de   la  red. En  el  2016  participa  en   el  Concurso internacional  de Poesía  Realiza  tu  sueño, de La  Casa  Cultural El  Manantial de  México siendo una de las ganadoras y cuyo premio fue la publicación de su primer libro: Mujer de fuego.
En el 2018 su poema  Pies Descalzos  fue escogido como ganador en el Concurso Círculo  Internacional  Escritores  y  Poetas  2018   e  integra  el   Libro  Puente  de palabras 15 del Mercosur, en Argentina. Sus  poemas: Indiferencia  que destruye y Homenaje  a  los  libertadores de América  integran  las  Antologías  Planeta  tierra  nuestro hogar  y  Antología  en Homenaje a Don José  de  San Martín, Perú  2017, respectivamente.
En el 2015, 2016, 2017  participó en  los Concursos: UN POEMA DE PAZ POR EL MUNDO, ÁRBOL  PULMON  DEL MUNDO,  AGUA FUERZA DEL MUNDO,  de  la Comunidad  Literaria   Versos  Compartidos  en  Uruguay  siendo   escogidos   sus poemas  como  ganadores e integrando las Antologías del  mismo nombre, al igual que  algunos  de  sus  relatos  integran el Libro de Micro-relatos Te encontré en un sueño,  Uruguay  2019  y la Antología La primavera la sangre altera de Diversidad literaria de España.
Ha  participado  con  sus  poemas  de  temática  social  en Las Antologías Grito de Mujer y Grito por  mí, eventos  realizados en  México y Argentina  2018, 2019, y en las  Antologías  en  honor  a  Ana Frank,  Auschwitz, y  Frida Kahlo Editadas por la Biblioteca  Grandes  Naciones.
Sus  letras integran diversas Antologías internacionales en Uruguay, México, Perú,  Chile,  Argentina,  Colombia, al igual  en los  E-Books  en Homenaje a las poetisas  Luisa Luissi  y  Juana  de  América, de Uruguay - 2016.
Ha  participado  en  dos  ocasiones  en  el concurso Hispano-americano de Poesía Social  virtual,  realizado  por el  poeta  Lino  Melgarejo C. de  chile, cuya  temática son  las problemáticas  sociales. En el 2017 fue nombrada para el premio Estrellas del sur de La comunidad Versos compartidos  de  Uruguay por  su  incursión  en  los  temas  sociales.
Es  la Compiladora  y  editora  de la Antología Mujeres Latinoamericanas Vuelo de libertad, publicada  en  la  plataforma  de  Lulú  España.
Actualmente  está  inmersa  en varios proyectos Literarios y culturales.          
 
Libros publicados:
 
Mujer de fuego -   Editado y publicado por Casa Cultural El Manantial México 2016
Frases  Insomnes -  Editado por Tinta  inmortal  ediciones  España - 2018
En los Senderos de la conciencia- Tinta inmortal ediciones España - 2019
Laberintos  del  alma –Tinta  inmortal  Ediciones España - 2019
Murmullos de libertad - Prologado por Guadalupe Martínez Galindo, Premio Nacional de Literatura 2016 – México.