JULIA MARÍA MEDEROS FONSECA -CUBA-

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Mi nombre es Julia María Mederos Fonseca, nací en la ciudad de Caibarién, Villa Clara, soy graduada en el Instituto Superior Félix Varela de Santa Clara, obteniendo el título de Licenciada en Educación en la Especialidad de Economía, Diplomada en Gerencia Empresarial y Marketing, Diplomada en Metodología de la Investigación, Post graduada en Auditoría, en la sucursal universitaria José Martí en Yaguajay, Sancti Spíritus, y me desempeñé como profesora en el Politécnico de Economía Camilo Cienfuegos Gorriarán, de la misma localidad, durante veintisiete años, participando en eventos de investigación científicos y obteniendo diplomas de reconocimiento en estos, luego trabajé en la Biblioteca Municipal Juan Oscar Alvarado de Yaguajay, como Jefe de los Servicios Técnicos, donde comencé a escribir poesías y a presentarlos en las actividades que se desarrollaban con los escritores locales, también participé en el concurso a Jesús Menéndez donde obtuve reconocimiento, presenté en el concurso internacional La Isla de las Palabras Perdidas, un poema de mi autoría titulado Reclamo, que aunque no obtuve premio, fue seleccionado para formar parte de un libro creado con los seleccionados, así, hasta que me jubilé y continuo con mis escritos en mi casa y publicándolos en los grupos en redes sociales, como La Voz de mis Escritos, Mi Bella Poesía Plasmada con el Corazón, Armonía del Espíritu, Confederación Mundial Literaria Plumas y Letras de Curumaní, Panamá Literario, entre otros.
 

 

Mi Compañera.
 
        Cae la tarde, pero aún el sol calienta la tierra, después de terminar la faena en el campo, me dirijo a casa, poco a poco me voy dando cuenta de la soledad que me rodea, no hay voces, ni siquiera el sonido de los grillos alteran la calma, ¡de pronto! la siento ahí, callada, sinuosa, moviéndose detrás de mí, un escalofrío recorre mi cuerpo, el sudor me brota derramando todo el miedo interior, ruego en silencio buscando la ayuda divina, nada cambia, sigue ahí, ¿qué hago?, me pregunto indecisa… bueno, me decido y me vuelvo, para mi sorpresa descubro  lo que no imaginaba, respiro, a quién veo detrás de mí me ha acompañado todo el camino hasta la casa, me vuelvo de nuevo y mi gesto se repite en el pastizal.
                                                      

 

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DESAZÓN
 
     Absorto, contemplo con mirada estática la silueta que entre las sombras se yergue en repulsiva contorsión, silenciosa, torcida, fosca, provoca un profundo malestar dentro de mí, ¡tanto!, que detengo mis pasos, no quiero verla, vuelvo mi rostro, huyendo de la enorme desazón que me hace sentir, es asquerosa, cubierta de un lino verde y mohoso que oculta en parte los pedazos rotos de su columna y los restos carcomidos de su cuerpo, vuelvo a observarla sopesando cada parte  que la conforma, no le tengo confianza, parece destrozada, esquelética, hundida en partes, me da miedo, la vuelvo a evaluar, vacilo, pero, al fin me decido y con todo el impulso de mis años, comienzo a subir sus escalones.  
                                             

 

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 EL TIMBRE
 
Allí está, con su ojo negro y redondo, calmado, hierático, esperando callado, vigilándolo todo, quien llega, quien se va, reconociendo cada mano, cada dedo que se mueve frente a él, localizando el punto exacto donde apoyar su eléctrico ojo, devorando con su mirada todo lo que sucede, decidiendo la entrada o no a la morada, llena o vacía, tiene ese poder y lo explota, a veces está molesto, se violenta y no responde a la orden, se enerva y permanece en silencio, está cansado de que lo empujen, que lo aprieten sin ninguna ceremonia, faltos de sensibilidad, sin consideración, ocasionándole tanto dolor, que no le queda otro remedio que chirrear tan fuerte, que la puerta se abre ante su sonido estridente.
 

 

 

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 LA ANGUSTIA

 
Camino en la oquedad de la noche, silenciosa y angustiada, mis ojos se vuelven de un lado al otro, taladrando la oscuridad, descifrando cada sombra, cada movimiento, nerviosa contemplo como se levanta delante de mí, de golpe, esa silueta larga, flacucha, batiendo su hirsuta melena, moviéndose desgarbadamente, la escudriño para definir su imagen, tiemblo, transpiro de terror, me detengo… ¿qué hago?... no se va, sigue interponiéndose, no me da vía, mi cuerpo se estremece cual gelatina, temo seguir … ¿me atacará? …me defenderé con uñas y dientes, me decido, seguiré mi camino, me arriesgaré, de pronto, la luna iluminó el sendero y, ¡oh! gran poder de Dios, que alivio, frente a mí se encontraba meciéndose un pequeño y delgaducho arbusto.
                                                                              

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 VOLVER A VIVIR


¿Qué soy?,¿Quién soy?, me pregunto una y mil veces, no me reconozco, la locura se apodera de mí, estoy tan sola, en este espacio al que se ha reducido mi mente, tan pequeño, tan pueril, tan vacuo, que ya no hay alegría en mi cuerpo, mi boca tan alegre antes, ya no sonríe, estoy hastiada, todo me repugna,… ¿qué pasó conmigo?, ¿qué ha sido de mi vida anterior?,… ¡explícame Señor, libérame!, no permitas que me siga hundiendo en el cieno, sácame de esta cárcel en la que me he sumido, escucha este ruego, las heridas que el hombre en su egoísmo estéril y sin fruto provoca, me ha lanzado a esta confusión, pero sanaré, me fortaleceré, y para cuando el día amanezca, seré otra persona, que habiendo luchado contra sus demonios, habrá salido de la muerte para volver a vivir.
 

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