ESTHER RUIZ ZUMEL -ESPAÑA-

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PÁGINA 27

 

 

Nacida en Valladolid un 15-06-1970.
Estudios: Graduado Escolar. B.U.P. (Antiguo)
A los 18 años una enfermedad neurológica y degenerativa me produjo una
Discapacidad de 85% reconocido por los organismos médicos españoles.
En el año 2017 tuve un accidente donde me quemé dejando grandes secuelas
De por vida. Soy Madre soltera.                         
              

En esta edición, presentamos los primeros poemas de la autora de su libro Los pájaros te hablarán de mi ausencia, que será publicado en el Número 7 de la Colección Prima, en el número 43 de la Revista Literaria Trinando.

Si desea participar en La Colección Prima, vea las normas de participación en: https://revistatrinando.com/coleccionprima/normas.htm

 


 

 

 

 

“TU CARIÑO ES MI ESPERANZA” 
 
Hola Alzheimer: 
 
Quiero que sepas que he perdido la memoria en un pozo hondo y oscuro.
 
Cuando tenga la piel plegada por el paso de los años no podré contarles a mis nietos lo que he vivido, simplemente, porque no podré recordarlo.
 
He ido al médico, aunque ya estoy perdida en la ausencia mental. A veces la luz ilumina la mente permitiéndome, fugazmente, comprender algo. Esa lucidez se va consumiendo como la cera de una vela.
 
Me han realizado pruebas. Escucho decir al médico: “Alzheimer”.
 
El doctor habla con mi familia que tampoco reconozco. Todos muestran tristeza. Sólo soy una espectadora de algo que es mío. Pero todos callan.
Al cuello me han colgado una medalla con mis datos por si me extravió. Me asalta una pregunta interna: ¿Cómo me voy a extraviar si estoy custodiada?
 
Un niño que viene conmigo se acerca. ¿Quién es? No lo sé. Me llama abuela. Se sienta en una banqueta a contarme todo lo que realiza en el colegio. Yo, absorta, le escucho. Me pregunto por qué no 
puedo contarle un cuento. Pero nadie responde. 
 
Estoy medicada, haciendo ejercicios para que este cerebro recuerde algo.
 
El niño se tiene que ir. Antes, me dice al oído una frase: “Abuela, no te preocupes yo te quiero; aunque no me recuerdes, sé que me escuchas”.
 
Una tenue lucidez dentro de mi silencio renace unos segundos y le digo: “Aunque no recuerdo quién eres, tu cariño es mi esperanza”.
 
 

*    *    *

 
 
Mientras brilla el sol
y sueñan los cerezos,
otro día se muere.
 
En la utopía de mis sueños,
mi discapacidad navega.

 

 

*     *     *


 
1. LOS BESOS QUE NO PUDE DAROS

 

(A mi familia)


 
I
QUISO DORMIR
 
Quiso dormir
para ahogar sus sollozos.
 
Un alma sorda agudizó
su respiración marchita.
 
No quería entregar su cuerpo
a la llamada de la muerte.
 
Un deseo pendiente: aquel beso
que en vida no pudo darle …
 
Agonizaba una estrella
que a su lecho bajó,
 
para dejar en sus labios
aquel roce tan tierno.
 
Una sonrisa ilumino su mirada frágil.
La muerte se lo llevó tranquilo;
 
pero al fin, conoció
el sabor de aquel beso.
 
 
 
II
ABUELO
 
Huyendo de la agonía,
entristeciendo vidas cercanas,
habitas en nuestras almas.
                              
 
 
III
ABUELA
 
Te fuiste de madrugada, 
silenciosa…
 
El tiempo pasa.
Tu recuerdo vive
en nuestras almas.
 
Guárdame un sitio.
Descansaré a tu lado.

 
 IV
PADRE

(Dedicada a mi padre)

 
La muerte tempranera
me arrebató tu vida.
No pude despedirme…
Quedó en mi conciencia
un dolor amargo
y tu ausencia presente,
salvador de mi vida.
 
Cerraste la frontera
de mi eternidad
el día que nació tu primera nieta.
Con tu corazón la protegiste…
Y también, en forma de ángel,
en aquel accidente,
mientras tu primogénita agonizaba
en la fría sala de un hospital.
 
Ahora eres libre.
Desde tu playa velas por tu familia.
Cuando me reúna contigo, en libertad,
té preguntaré una duda que tengo pendiente.
 
 
Perdona papá.
Tú sonrisa guarda mi secreto.
Te daré el beso que no pude darte.
Te quiero papa.   
 
 
 V
GLORIA
(Dedicada a mi madre)
 
Glorificada
luchadora.
 
Ornamentada
sin corona.
 
Rica en ilusiones,
invencible.
 
Protege a la familia,
con tu amor de madre…
 
Te quiero, mamá,
te quiero.

VI
MIRIAM
(Dedicado a mi hija)
 
Hija.
 
Amanecer,
anochecer…
 
Melodía
con música,
 
con música,
en la que suena…
 
la vida.
 
 
VII
ACRÓSTICO A MI HERMANA
 
Recuerdos de infancia…
Observando con inmensa luz,
sensible tu corazón,
ama con esperanza…
Rocío del amanecer,
iluminándonos como el sol.
¡Orgullosa de ser tu hermana!


VIII
ASÍ FUE
 
Perdona si te amo.
Perdona si te olvido.
No te aferres a un amor
que te causa dolor.
 
Perdona mi ausencia.
Perdona, me marché temprano
a mi vida sin ti,
sin despedirme apenas.
 
Perdona,
cada amanecer, los pájaros,
te hablarán de mi ausencia,
en la corona del cielo.
 
Perdona a este corazón,
que no pudo despertarse.

IX
DIEGO
 
Diego, 
 
el de los hermosos ojos,
faro con mirada traviesa,
rebosante inocencia,
belleza, libertad…
 
Tú amasas la alegría,
tesoro de amor,
luciérnaga en la oscuridad…
Tú tía te llama en el silencio.
 
Pequeño del alma,
te adoro.
 
X
COMPRESIÓN
 
Aquella noticia la sumergió
en un profundo sufrimiento.
 
Cáncer en sus mamas.
Lloraba recordado su vida fértil.
Se encontraba sola.
Su mente no le permitía ser positiva.
Quería morir…
 
Una noche de verano,
las palabras de su esposo
fueron un bálsamo de compresión:
“Mis sentimientos por ti
son de amor”.
 
Enfrentando, cara a cara,
esa enfermedad, unidos,
fundidos en un abrazo,
alcanzó su curación;
volvió la vida.

 

 Esther Ruiz Zumel