JOHN CARLOS YUNCA CRUZ -PERÚ-

TESTIGO POR CASUALIDAD

 

 


Era día muy nublado, sin frío ni calor, con muy pocas emociones, fue entonces que Javier decidió ir a cortar leña en un bosque llevándome consigo por considerarme como su hermano.
Yo era un adolescente de 14 años, muy tímido y que no le gustaba hacer notar su presencia para no incomodar y ante toda situación bajaba la cabeza o la sacudía para un lado como respuesta.
Javier era un tipo corpulento, alto, y que hacía despertar sentimientos hasta la chica más apática.
En el pueblo de Opayas que era el lugar donde vivíamos, Javier ya había adquirido una notable fama de rompecorazones, pero en esa villa que más parecía Sodoma y Gomorra, si bien es cierto que todo estaba permitido, también tenía ciertas reglas como: las mujeres son para la casa y el hombre el que provee los alimentos, no interesaba si el hombre tenía 2, 3 o 4 mujeres con tal que todas las mujeres sean de este villorrio.
Javier aún no se casaba, pero parece estaba en búsqueda de su elección.
Bueno aquella mañana en que fuimos al bosque Javier se había rociado su mejor perfume aduciendo que hoy hasta los animales se derretirán por su aroma.
Caminamos cerca de 30 minutos y en el trayecto mi amigo no paraba de conversar, sobre las múltiples aventuras que había realizado, o como un día burló la vigilancia de su profesora para acceder al plagio y claro no podían faltar sus deslumbrantes conquistas amorosas.
Ya dentro del bosque estuvimos escogiendo el árbol que consideramos adecuado para derribarlo y llevarlo a nuestros hogares. Cuando cogí el hacha y di la primera estocada el árbol apenas se laceró. La segunda estocada la dio Javier y vaya que ese cholito era muy fuerte ya que hizo un gran corte en la planta, segundos después nos percatamos que en ese arbusto había un hormiguero ya que sus habitantes salieron con sus amenazantes mandíbulas dispuestas a complicarnos la tarea y vaya que lo hicieron ya que solo recuerdo haber entrado en un profundo sueño y al despertarme sentí un comezón en todo mi cuerpo.
Estás bien Lucio, oí una voz que salía de la boca de Javier.
Eso creo- musité-
Y como a ti no te mordieron- repliqué-
Bueno, a mí también me picaron algunos, no obstante, logré correr a tiempo, en cambio tú cuando quisiste huir te tropezaste con nuestra mochila y las hormigas se te fueron encima- objetó-
Aunque todo hasta ese momento tenía sentido mi vista se empezaba a desviar hacia la desconocida silueta de una muchacha que también se encontraba frente a mí.
Perdón soy un tonto, Lucio te presento a Keity, la acabo de conocer justamente cuando alejé a las hormigas de ti y deambulé muy preocupado buscando ayuda- Argumentó Javier-
Un gusto señorita Keity- alegué-
En cuánto te sucedió lo de las mordeduras de hormigas tu compañero estuvo muy asustado y corrió a buscar ayuda encontrándome en el camino, bueno yo estoy acampando y he traído mi botiquín de primeros auxilios. Así que desde ese momento entrelazamos amistad con tu amigo, es un placer- finalmente sentenció la fémina-
A pesar que recién se conocían vi mucha química en ellos: ella recostaba su cabeza en los hombros de Javier y él acariciaba el mentón de ella.
Poco a poco me iba recuperando y en cuánto tuve fuerzas para levantarme lo hice llevando a Javier a un lado para manifestarle: recuerdas la segunda ley de nuestro pueblo verdad.
Lucio, amigo a esta chica recién la conozco y no me enamoraré de ella, así que pierde cuidado- respondió-
Las horas seguían avanzando y me sentí apenado ya que cuando vimos un robusto árbol y quise talarlo mi amigo me lo impidió mencionando: Lucio tú te encuentras aún delicado déjame derribar este cigüeñal sólo.
Entonces atiné a asentar la cabeza como dando el consentimiento para que lo hiciera.
Me sentí raro, pero a la vez protegido recordando que mi padre cuando aún vivía muchas veces me mimaba de tal manera.
Luego de un par de horas vimos al cielo dar los primeros indicios de oscurecerse y decidimos regresar. Javier tampoco quiso que yo cargara el leño. Entonces fue cuando que decidí ir adelante para no interrumpir en las labores ni en las entretenidas conversaciones.
En el camino me imaginaba el rostro de Javier tan abatido cargando solo tremendos maderas, entonces volteé para señalarle que yo no me muevo si esa vez no le ayudo y fue entonces que extrañado veo que mi amigo no llevaba ninguna carga y es más él tampoco caminaba ya que la nueva amiga conducía su moto muy pausadamente.
Ya en el pueblo de Opayas en aquella noche sin luna alguna, mi amigo no paró de repetirme aquella mágica aventura, además me compartió un secreto: volveríamos a salir los tres para nadie sospeche de la nueva amiga.
En el segundo paseo vi a Javier corretear a nuestra amiga para finalmente cargarla con unos vivos ojos.
En la tercera salida vi como los dos en un determinado momento estaban cogidos de la mano y cuando me vieron disimuladamente se soltaron.
En la cuarta caminata ella sostuvo que tenía ganas de miccionar, Javier muy caballero se ofreció para indicarle donde se encontraba un lugar escondido para que ella pudiera hacer sus necesidades, pero lo raro es que se tardaron más de 45 minutos en volver de un lugar que se encontraba en la vuelta.
De allí en adelante no me invitaron a salir con ellos y mejor para mí, toda la vida no iba a estar de violinista, sin embargo cada noche que Javier volvía me narraba libertinamente de su declaración, pasiones e intimidades con Keity.
Hasta que un día no aguanté más y le dije a mi amigo  ¿Le has contado a keity la existencia de Wanda?
Ni tiene porque enterarse, eres un aburrido  - me respondió-
La conciencia no me dejaba tranquilo, algo tenía que hacer…
Al siguiente día algo extraño sucedió, Javier llegó de su encuentro romántico con Keity, pero había perdido completamente la voz, me buscó nuevamente como su confidente y trató de explicarme lo sucedido, escribe entonces le dije y también se le había bloqueado la facultad de hacerlo.
Fuimos al médico de Opayas, el galeno Humberto y por más exámenes que le tomaba no determinaba su mal. 
¿Qué le pasa a mi compañero? le interrogué al doctor.
No estoy seguro, pero esto puede ser una disfonía, esto es generado por un causante del sobreesfuerzo que  hizo con su voz de tal manera que atrofió los nódulos en las cuerdas vocales. –Me respondió-
Y tiene solución doctor- le replanteé-
Claro que sí, en seguida te escribiré la receta.
 Tal vez por hacer sentir mejor a su paciente, en ese momento empezó a contar una historia y al promediar cuatro minutos el especialista en medicina se quedó también sin voz, no entendíamos que pasaba, fue entonces que el doctor cogió una hoja e intentó escribir, pero su mano muy temblorosa no lo dejó dibujar ni una sola vocal. El médico enfurecido quiso ahorcar a Javier, seguro pensando que esa enfermedad lo había contagiado su paciente. Logré separarlo y retiré a Javier del hospital de Opayas.
Tranquilízate Javier, dejemos que pase este día y mañana con cabeza fría resolveremos este asunto- finalicé-
Al día siguiente como de costumbre fui a la escuela, allí una vez en clase, sentí que alguien me arrojó un papel en la cabeza, volteé y vi a Luis, el niño más hiperactivo del aula sonriendo malévolamente, pero antes de que yo me quejara ante la profesora Enriqueta escuché la voz gangosa de mi compañero acusarme y decir:
Profesora, Lucio me acaba de arrojar un boyo de papel por tercera vez en la cabeza (Y hubiera continuado si las providencias del destino no lo hubiera dejado sin voz).
Ante ello todos los amigos lo socorrieron y la profesora creyéndole me amenazó advirtiéndome que esto lo contaría al director.
Yo estuve rojo y con la cabeza que me daba vueltas.
No pasó ni quince minutos y el director entró al aula saludando incómodamente para manifestar lo siguiente:
¿Es verdad que ha sucedido una desgracia en el aula por causa de un estudiante?
La profesora Enriqueta contestó, es verdad señor director, el alumno Lucio frecuentemente es acusado por sus compañeros por inconductas… Para sorpresa de todos, nuestra docente también quedo afónico.
El director extrañado llamó rápidamente a emergencia exagerando el asunto, y cuando llegaron el personal de salud, el director tampoco pudo explicar nada ya que también se había quedado sin voz.
Ya en la sala de emergencias del hospital de Opayas ningún médico quisieron intervenir a los pacientes ya que tenían temor a ser contagiados.
Desde el hospital salió una llamada misteriosa en donde se reportaba el caso de los pacientes sin voz, pero esta vez lo comunicaban al mismísimo alcalde Leandro Estrada
El alcalde tomó medidas radicales así como ordenar inmediatamente que llevaran a los pacientes en cuarentena, para que no sigan contagiando también que los enfermeros realicen una encuesta y brinden atención personalizada a los pobladores a fin de prevenir e indagar las posibles personas contagiadas para ser aisladas del resto de la población.
Transcurrió una semana y el número de contagiados se elevó a la cuarta parte de la población, ya en la cuarentena éramos custodiado por 20 vigilantes  armados hasta los dientes, muy malvados y cubiertos con máscaras de protección eran los que conducían a la población.
A uno de los vigilantes les decían chueco porque el dorso del brazo lo tenía al revés. Este un día llevó a la profesora y a su esposo (ambos mudos) a una lugar muy pestilente que parecía un cuarto abandonado, primero cogió el brazo de la profesora y lo llevó a un segundo piso, después de diez minutos se escuchó el grito desgarrador de la profesora, fue entonces cuando el esposo no soportando más subió a auxiliarla, pero justamente cuando iba a hacer su ingreso sale la profesora con el vestido lleno de sangre. El esposo sin preguntar nada forcejeó la puerta hasta entrar, lamentablemente para él allí lo esperaba el chueco con una gran escopeta que descargó más de seis veces sobre su víctima.
Pasaron quince días y ya la mitad de la población se encontraba en la cuarentena y  sin voz, la comida era escasa y solamente eran favorecidos con los alimentos aquellas mujeres que decidían desprenderse de su dignidad.
La arenga cada día era más fuerte y en varias ocasiones los reclusos elevaban sus protestan y cuando lo hacían los guardias cogían los patos y por los rostros de los manifestantes los lanzaban.
El 75% de población ya estaba sin voz y el presidente ya tenía algunos rumores del atropello de los derechos humanos a la población muda.
El gobierno local con sus asesores elaboró un primer plan así que ofreció un millón de dólares a que proporcione los datos de cómo se ha producido dicho contagio y quién fue el que lo inició.
Después de dos semanas recibió cincuenta sugerencias de personas que creían como se había originado dicho mal, pero en cuánto lo decían quedaban mudos, después por el miedo nadie más se atrevió a decir más nada.
El alcalde estaba muy nervioso, sabía que en cualquier momento lo sacarían del cargo, así que armó un plan de contingencia, “sí a alguien van a mover del cargo que sea al otro alcalde momentáneo y no a mí”, para que cuando lo hagan yo regrese con todos los honores a mi cargo, (se dijo en sus adentros mordiéndose los labios para no dejar escapar sus ideas y ser escuchado).
Primero reunió a los guardias para advertirles que cuando él se enferme reciba una trato especial por encima de los demás. Luego llamó a Lució solicitándole su partida de nacimiento para juramentarlo como alcalde, diciéndole que desde ese momento tomaría el cargo, ya que él se encontraba mal de salud, extraño y al finalizar de hablar también se quedó sin voz.
Transcurrió un mes y la epidemia fue preocupante el 99% de población de Opayas se había quedado sin voz, solo el nuevo alcalde, Lucio podía hablar.
El testigo por casualidad no sabía qué hacer, se sentía solo y sin fuerzas ni apoyo, quería llorar, rendido se sentó en su sillón municipal y se quedó dormido. Ya en el sueño profundo vio a su amigo Javier que seguía en los brazos de Keity, pero no por voluntad sino porque esta mujer a través de un hechizo lo había hecho dependiente de ella para siempre.
Lucio se despertó sobresaltado y pensó en Keity, había transcurrido más de un  mes que no sabía nada de ella, entonces pensó que ella también estaría muda, pero rápidamente reaccionó al recordar que ella no era pobladora de Opayas.
Sin pensarlo dos veces fue hacia aquel lugar donde cortaron leña y para su extrañeza vio que la tienda de campaña de Keyti siempre permaneció allí, examinó cada rinconcito de su carpa y vio un diario, es de muy mala educación leer algo que no es mío- pensó-
Pero después de ello se acordó de aquella última vez que se reunió con Keity para contarle que Javier, su amigo, tenía otra mujer que estaba de viaje.
Sin poder resistir más, el testigo por casualidad, allí lo primero que vio fue la foto de una mujer vieja y con una verruga en la nariz, además estaba el escrito la forma de vengarse de Javier y de la población de Opayas, maldiciéndolos para siempre, dejándolos sin voz, a los que mentían. Entonces es una bruja- pensé-
En el camino de regreso no me podía explicar porque yo aún seguía con voz, entonces decidí ir a ver la copia de mi partida de nacimiento y pude notar que yo no había nacido en Opayas sino en Ica.
Declaré a Opayas en estado de emergencia, pedí apoyo al presidente de la república y mostrando la carta de la bruja a las autoridades entonces se determinó que 120 soldados, todos ellos armados fueran en búsqueda de la bruja para quemarla viva.
Ya en la escena keity se arrodilló pidió clemencia, pero la amarraron y rociaron gasolina hasta dejarla calcinada. Al quemarla vimos aparecer una imagen en la pared pero esta vez estaba su verdadero rostro, la de la bruja, junto a unas escrituras que decía venganza.
El pueblo poco a poco fue recuperando la voz, pero para evitar cualquier otra maldición decidieron perdonarle la vida a Javier pero esta vez cortándole la lengua para siempre.
 El la población de Opayas a partir de esos dos trágicos sucesos la población cambió sus reglas desde ese momento los varones y mujeres solo podían tener a una pareja y también ahora podían casarse con alguien de afuera de Opayas.
Los lugareños me veían con mucho respeto, diciéndome, testigo por casualidad es usted un gran hombre, es nuestro héroe. Además el suceso de la cacería de la bruja había sido televisado a nivel nacional y hasta los turistas venían para tomarse fotos conmigo. Pasó un año y gracias los sucesos fortuitos del destino llegué a ser Presidente de la República del Perú y todo eso se lo debo a ser: testigo por casualidad.
 

- Nació en Chimbote el 4 de noviembre. Actualmente tiene dos hijos: John y Miqueas.
- Publicó su novela “Líbrame la próxima semana” siendo invitado por el Felinch en octubre
  del 2016
- El poema “Si tú me sigues” de su autoría, causó un gran eco a nivel internacional y el
  23 de agosto del 2019 fue publicado en la prestigiosa Fundación César Egido Serrano
  Museo de la Palabra de España.
- Su poema “Extinción epistolar” acarreó la atención de la notable Revista argentina 
  “Pluma” siendo publicado en el mes de setiembre del 2019.
- La poesía “Parálisis Gubernamental” de su autoría fue publicada por la Revista
 colombiana Solsticio de la Editorial Ocaso el 25 de setiembre del 2019.
- Publicó su poemario La misteriosa rosa y fue invitado por el FILCH en diciembre del
  2019
- La Edit. Crímenes en Venus de Ecuador publicó su poesía “Nunca más” en febrero 2020.
- La Edit. Agujero Negro de Perú publicó Su poesía “Involución” en marzo del 2020.

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