FLOR DEL CARMEN AZUAJE -VENEZUELA-

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PÁGINA 42

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I.-
 
VIVO TODAVÍA.
 
Había un mundo de distancia y fantasía que me inventé acosada por los ecos y murmullos del pasado.
Había una tierra de hechizos y espejismos donde tu risa exorcizaba los fantasmas. Inútil es decir la fuerza que me ataba a tu presencia, ahora que mi cuerpo se confunde con lo etéreo.
Había un puñado de recuerdos que de tiempo en tiempo sacaba de la memoria como un artificio para descubrir los secretos que guardaba.
Hubo un instante de alegría en medio de la tormenta que golpeaba incesante como queriendo arrasarlo todo para no dejar huellas.
Hubo una calle por donde pasaba el incienso. Hubo un árbol con un camino de ramas.
Hay una verdad irrefutable y vasta: No existo. Solo soy una sombra dotada con el poder de la palabra que hago mía en este instante para gritar que: Aquí estoy, viva todavía…
 
 

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II.-
 
RENACER.
 
Persigo tu mirada como un río caudaloso, recorro tu cuerpo mojado de lluvia, descorro el velo de sueños que envuelve tu recuerdo, añoro con ternura, las noches, los días, las horas compartidas y de nuevo VIVO.
Pensando en tu recuerdo, comprando tu sonrisa, renuevo el paisaje bañado de luz, bullendo en tus brazos: EL ASCENSO Y LA CAIDA, el desborde, arrastrada en tu corriente, en ese naufragio de  piel,  siempre contigo.
 
 

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III.-
 
HISTORIA.
 
Soy el que se viste de soledad cuando tú te vas. Mientras que él ve en tus ojos un cielo de esperanza, yo te vislumbro como lo posible. Tú sabes de mis penas. Tú dices que me amas mientras  quedo sola en tus palabras. Sola. Irremediablemente sola.  Soy una historia fugaz, un secreto en mi rutina de noches y días repetidos.  Soy  quien se viste de luz solo ante tu mirada.

 

 

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IV.-
 
PENSARTE.
 
Pensarte sin saberte real. Soñarte sin dormir y dormirme sin tenerte, atormentada por el murmullo que día a día me traen la certeza del vacío. El silencio es ahora el cómplice de esta oscuridad que muchos llaman soledad y que yo siento como un traje que me viste sin ser mío, calzando diariamente el  signo de incontables interrogaciones sin respuestas. Esperando el resurgir de promesas y de sueños compartidos.
 
 

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V.-
 
MISTERIO.
 
El silencio trabaja el tiempo, la palabra el ser, y el espacio me ha dejado silencioso. El bosque, con el misterio que lo envuelve, indefinidamente prolongado más allá de la coraza de sus troncos, espacio vedado a los ojos pero transparente a la visión. Bosque soñoliento al que nos aferramos para no desfallecer,  para vivir, de nuevo lo ya vivido. Infinitamente tupido de viejas remembranzas. Sobre el lecho de musgo enorme y profundo en su oquedad, nosotros habitantes de los bosques de nosotros mismos.

 

 

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VI.-
 
ESTAR CONTIGO.
 
Me encuentro atravesada de rayos de sol, sellada de luz y de sombras, habito una espesura distante. El cobijo me llama, allí, en el bosque mientrasel follaje me separa de la realidad, lejana impregnación llegada del infinito de lossiglos, eso es estar contigo: la tristeza se decolora, las horas no suenan ya, el deber se borra, y el espacio se extiende sin límites. Yo contemplo el jardín de maravillas, con la sensación de mirar en lo más profundo, en lo más secreto de mí mismo y sonrío,  ¡porque nunca me había sentido tan pura, tan grande, tan soberbia!
 
 

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VII.-
 
SENSACIONES.
 
Yo aquí como la ortiga en flor, al dulce sol de las ruinas, y como el guijarro al filo del torrente y como el rocío que la cascada en caricia nos ofrece. Todo contigo es luz, es dulzura y solo en el aire irreal lo lejano hace señas a lo inminente pues tú envuelves el universo con tus manos. Ganando y traduciendo sensaciones, invísteme de esa ternura que desbordas, piérdeme en la extensión inhabitada que asuela  las soledades de este cuerpo escarchado de plata, habitante del estremecimiento de las hojas, donde el estío crece porque siempre he estado donde no debía.

 

 

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VIII.-
 
SILENCIO.
 
Silencio en los pasos y gritos ahogados, silencio en las estancias próximas yo que estoy revestida de silencios, muero en mi perfume a través de las rosas que te envío y aun me acuerdo de las grietas que surcaron mi memoria por siglos. Estoy de pie como una estatua pero de repente como el humo. Háblame, dime esa palabra allí donde habita la luz y no deja rastro a la palabra que yace con las luces apagadas a la vida y todo esto que escondo y que no sabe a dónde ir. Escríbela y verás, ninguna  palabra como la tuya será tan delicada y a la vez tan cruda, me dijiste.
 

Flor del Carmen Azuaje Azuaje viuda, De Linares. Venezolana, Licenciada en Educación mención: Castellano y Literatura.ULA. NURR. (1981). Adscrita al Departamento de Lenguas Extranjeras del Núcleo Universitario "Rafael Rangel" de la Universidad de Los Andes (ULA-NURR) desde 1981 hasta el 2004. Docente de la (Universidad Nacional Experimental “Rafael María Baralt”) UNERMB. Cursante de la Maestría en Educación del Patrimonio Cultural en la UNERMB.
Entre sus publicaciones destacan: Lo Erótico y lo Profano en Aura desde la mirada de una lectora. Notas a la carta de un nihilista. Metafísica y Poética en Mi Padre el Inmigrante de Vicente Gerbasi. La biblioteca como constante en los temas de Jorge Luís Borges. En la actualidad se define como: caraqueña de nacimiento, pero trujillana por convicción. Hija de Lorenzo y Carmen. Nieta de Flor y Carmen a quienes debe su nombre y quién es. Madre de: Joffred, Joseph y Joverth; sus razones de vida. Abuela de: Lorianna, José Alejandro, Alessandro y Nathalie, sus motivos para continuar soñando.
Correo: florunermb@gmail.com .

Redes sociales: Twitter: @florazuaje58.