SONIA ARRAZOLO REYNA -MÉXICO-

PÁGINA 21

 

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Actual representante legal y fundadora del Grupo de
Asistencia y Protección para Animales, una AC sin fines de
lucro, reconocida con el galardón “Solo por Ayudar” de
la periodista Lolita Ayala en el 2007
 
LIBROS PUBLICADOS
Saga: La casa de abril. BENITO, un guau por ti y todos tus amigos (2020) y NICOLASA (2021)  
GOTITAS de amor para nuestro corazón (2020)
NOVELA EN PROCESO DE PUBLICACION
El pterosaurio rojo
COLABORACIONES PUBLICADAS EN
FANZINE CHONCHONE de Chile, la Gata roja, Buenos relatos, el Guarda textos de México,
Melancolía Desenchufada en Puebla México, Revista literaria PLUMA, Revista TRINANDO
de Colombia, ALAS BLANCAS de Villa Hermosa Tabasco, Revista LETRALIA tierra de letras
de Cagua Venezuela, El Narratorio, difusión de literatura hispanoamericana de Argentina
Tres narraciones incluidas en la Antología de Wing, No basta con cerrar los ojos en la
Sombra (2022)
TALLERES
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Alquimia de letras – José Rodolfo Espinoza – 2021-2022
 
LUGAR DE NACIMIENTO: Rio Bravo Tamaulipas, México
 

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Capitulo VIII
Tero y Tron
 
Escuchar su propio y fuerte aletear es un sonido placentero para sus oídos, voltea y ve a su hermano volando a la misma velocidad que él. Los dos han aprendido a guardar una distancia perfecta entre ambos con el fin de no caer a tierra.
Se alejan de las gigantescas canteras a una velocidad mayor a cien kilómetros por hora. En forma muy rápida van dejando atrás las decenas de lagunas en las cuales de pequeños y aunque de mala gana fueron enseñados por diferentes adultos a alimentarse de todo tipo de crustáceos y peces.
La manada siempre los ha hecho sentir huérfanos y culpables al recordarles constantemente que su madre quizás huyó para mantenerlos a salvo. Los ancianos cuentan que ella nunca agregó los huevos al nido comunitario, que un día se alejó de la manada y solo regresó para entregarles las crías y después emprendió vuelo para jamás regresar.
Cuando muy pequeños necesitaron el apoyo de los demás fue muy poco lo que recibieron de su parte, por lo que muy pronto como adultos decidieron mantener una distancia entre ellos y la manada diciéndose que por ser los más fuertes no necesitaban de nadie más, que juntos tenían la capacidad de sobrevivir aprovechando el tamaño y fortaleza heredada.
Y así ha sido su vida hasta ahora, después de solo unos años le han demostrado al grupo que ambos tienen tanta bravura que pueden someter a cualquiera que se les enfrente, o que los haga enfurecer al hacer comentarios acerca de que ellos son hijos de un demonio rojo el cual llegó una de las noches más obscuras que recuerdan para enamorar a su madre y nunca regresar.
Tero y Tron son también los más jóvenes del grupo, ambos se distinguen por el color rojizo de su cuerpo y por ser de mayor tamaño que los demás. Con el tiempo ambos hermanos han aprendido a cazar algo que a ellos les causa mayor placer, ofrecido ya muchas veces por lagunas muy alejadas de ese su hogar por lo que a medida que se alejan, también crece su emoción.
Tienen muy claro que deben afanarse para hacer el recorrido de ida y vuelta durante el mismo día, pero saben también por experiencias anteriores que el premio que obtendrán vale la pena el esfuerzo. Cuando observan a la manada rebuscando alimento en las cercanas lagunas, para ellos significa que prefieren seguir arrastrándose como lo hicieron sus antepasados, lo cual consideran inaceptable y lastimoso porque por su tamaño pueden observar que siempre se quedan con hambre.
Hace ya tiempo, cuando empezaron a hacer esos recorridos considerados por la manada muy misteriosos y llenos de imprevisibles peligros, los hermanos siempre desafiaban a los más jóvenes para que los acompañaran, pero después de su reiterada negativa dejaron de insistir. Reconocen que quizás nunca quisieron unirse debido al miedo de su parte a las manadas de los gigantescos dinosaurios algunos de ellos muy feroces, y porque además no tienen el tamaño y ferocidad con la que cuentan ellos.
Después de haber tenido éxito durante su primera incursión a las lagunas más lejanas, los dos hermanos no han dejado de jactarse ante la manada de que ellos prefieren pasar un poco de hambre a rebuscar pequeños crustáceos en el fango de esas lagunas frente a ellos, que la presa capturada durante su aventura es suficiente para satisfacer su voraz apetito y no padecer hambre durante muchos días como les sucede a ellos.
Después de un rato de vuelo donde solo se escucha el aletear de sus gigantescas alas, el desolado y silencioso paraje de las lagunas es interrumpido por los pavorosos rugidos de ambos, al divisar en una de ellas un dinosaurio atrapado. Desde lo alto observan como el pequeño intenta una y otra vez escapar lanzando al aire suaves gruñidos nasales, pero solo cuenta con algunas semanas de vida, su peso un poco mayor a los treinta kilos y sus pezuñas todavía pequeñas no desarrolladas en su totalidad, hacen que se hunda más y más en el fango imposibilitando su escapatoria.
Antes de caer sobre su presa otean el horizonte asegurándose que no haya presencia de adultos. Aunque hasta la fecha no ha sucedido prefieren evitar una pelea contra un grupo de dinosaurios adultos, en la cual pudieran salir heridos y a su regreso ser la burla de la manada.
Al ver a los dos monstruos volando hacia él, el pequeño se queda quieto. Por instinto sabe que sus probabilidades de vida son nulas y que ya es demasiado tarde para lamentar haberse separado de su familia.
Ambos hermanos descienden doblando sus alas casi en su totalidad y sin aterrizar levantan con sus garras al pequeñito, llevándolo atrás de un cumulo de altos peñascos donde en breve solo se escucha el crujido de los pequeños huesos bajo sus enormes y agudos dientes, en el enigmático silencio de esas misteriosas dunas.
Las mandíbulas de ambos en forma de pico de casi un metro de largo con poderosos y enormes dientes, terminan en unos cuantos minutos con su presa no dejando en ese trágico lugar ni siquiera una gota de su sangre. Por lo lejano del lugar intuyen que deben regresar pronto a las canteras, antes que la obscuridad invada el territorio, algo a lo único que con el tiempo han aprendido a temer.
En forma esporádica, cuando la enorme bóveda guarda silencio y es iluminada por una gigantesca luz redonda localizada en medio de millones de otras pequeñitas titilando a su alrededor, ambos hermanos ascienden a la cantera más alta y se divierten viendo caer sobre la Tierra alguna de esas pequeñas luces a una velocidad vertiginosa, las cuales van dejando huella de su caída en forma de una línea acompañada de otras lucecitas más pequeñas, reduciendo con ello la temida obscuridad.
Muchas veces se han quedado ahí dormidos, quizás deseando que su escuálido hogar fuera siempre iluminado de esa forma silenciosa y no como sucede otras muchas veces, cuando el enorme techo sobre ellos arroja otras luces de mayor tamaño, acompañadas de torrenciales aguas y pavorosos sonidos que los aterrorizan y con los cuales es imposible dormir, y que al hacer contacto con la Tierra convierten en cenizas cualquier clase de vida.
Además, esas ruidosas y mortales luces son tan poderosas que pueden aparecer también durante el día, alargando el periodo de obscuridad sobre ellos y el temor de no poder ni siquiera anticipar la llegada de algún posible enemigo.
Al terminarse los últimos vestigios de luz llegan hasta todos pavorosos sonidos que nadie se atreve a investigar, y que aún a ellos dos les provoca miedo. Durante las tranquilas noches los ancianos cuentan a la manada una leyenda sobre la obscuridad, asegurando que durante ella demonios y espíritus malos discuten por el poder del mundo futuro, que la ira desplegada en esas peleas es tan grande que tiene el poder de llegar hasta la Tierra en forma de fuego, para convertir en polvo cualquier tipo de vida al descubierto, sin importar su tamaño.
Durante esas noches de tormenta todos se mantienen en silencio incluso los dos hermanos, refugiándose en espacios donde el instinto les dicta que ahí estarán a salvo de las furiosas y fatídicas lenguas de fuego escupidas por esos demonios.
Al salir ambos de entre las rocas muy satisfechos y todavía con la sangre de su presa escurriendo entre sus colmillos se paran en seco, frente a ellos cerrando su paso está la figura más espantosa nunca antes vista. Acostumbrados a las peleas con los gigantescos dinosaurios tratan de reaccionar elevándose, pero la enorme bestia frente a ellos extiende dos poderosas y larguísimas garras cubiertas de unas pezuñas en forma de gancho los cuales usa para atrapar a cada uno en ellos. A pesar del tamaño y peso de los hermanos los levanta con rapidez asombrosa a la altura de sus ojos, al mismo tiempo que lanza horribles sonidos que quizás para él signifiquen la alegría de haberlos atrapado.
El olor que emana es horrible, les recuerda a ambos el tufo de los pequeños pescados y crustáceos ya muertos. El tamaño del demonio es quizás tres veces más grande que el de ellos, de color negro, sobre su cabeza tiene dos retorcidos cuernos, sus ojos de tan obscuros apenas se distinguen en su cara, pero el destello de maldad que despiden los hace sentir que su fiereza no es nada comparada a la de él. Al estar ambos a la altura de su fiera cara ruge más fuerte y aunque su hocico no es tan enorme como el de ellos, al abrirlo observan dentro de él unos temibles y agudos colmillos llenos de residuos entre ellos de sangre.
─ ¡Jarrrr!, ¡jarrr!, ¡jarrr!, así que ustedes son los vástagos de Balbán, tenía muchas ganas de conocerlos y hacerlos cumplir con su deber como parte de mi familia −se vuelve a carcajear y al hacerlo pueden ver incluso gusanos al fondo de su negro hocico.
Ambos se retuercen entre sus garras tratando de escapar, pero el demonio solo aumenta la presión y clava en forma centelleante las agudas pezuñas bajo sus alas sin ningún esfuerzo, provocándoles un agudísimo dolor.
En breve se perciben en el aire, atrapados entre sus zarpas rumbo a lo que siempre consideraron su hogar. Debido a la rapidez con que son transportados, el viento frio golpea con mayor fuerza su cara mientras sienten el calor de su propia sangre correr bajo sus alas. Aunque muy débiles alcanzan a escuchar el vertiginoso aletear de las gigantescas alas negras y en solo unos instantes el monstruo aterriza en lo más alto de la cantera, reclamando desde ahí con voz cavernosa la presencia de todos los habitantes.
─Los ancianos ya me conocen, este día todos aquellos que deseen seguirme tendrán la oportunidad de formar parte de mi reino siempre y cuando obedezcan todas mis órdenes, los que no acepten serán muertos aquí mismo. Los dos rojos no tienen opción, como parte de mi familia me deberán servir para siempre.
Desde la altura los hermanos pueden ver como los temerosos jóvenes se acercan pensando quizás en poder regresar un día del cautiverio, que si viven tendrán oportunidad de escapar y volver a su hogar para vivir de nuevo en libertad. El demonio golpea el peñasco con una de sus deformes patas y de algún lugar aparecen otros demonios, aunque todos ellos de menor tamaño lucen igual de feroces y son ellos los que obligan a los voluntarios a iniciar una marcha rumbo a la naciente obscuridad.
Ambos hermanos sostenidos entre las garras del demonio, son testigos del despiadado asesinato de los jóvenes y ancianos que decidieron no seguirlo. Las lenguas de fuego que escapan del torcido hocico destruyen en un instante todo signo de vida, nunca podrán olvidar los lamentos de dolor escuchados esa noche, pero serán las carcajadas burlonas y descaradas del monstruo las que queden grabadas para siempre en el corazón de ambos.
A partir de esa obscura noche, ellos y todos los compañeros capturados conocerán el peor significado de la obscuridad. El grupo es llevado a unas profundas cavernas donde nunca dejan de escuchar alaridos de terror, lugar donde conciliar el sueño es casi imposible y en el cual deberán pasar mucho tiempo antes de que alguno de ellos vea de nuevo la luz del día. Ningún integrante de la manada está seguro donde se encuentran exactamente ya que fueron llevados entre la obscuridad hacia la negrura, algo que aterraba a todos incluidos los dos hermanos.
Han pasado ya miles de años al principio de los cuales la manada y ellos dos fueron tratados como esclavos por parte de los pequeños demonios sirvientes del monstruo, usándolos como carceleros de enemigos o humanos enviados ahí para ser encerrados en profundas mazmorras, localizadas en los espacios todavía más obscuros. A través de los años de cautiverio, muchos compañeros fueron recluidos ahí también por desobedecer alguna de las órdenes dadas por los lacayos del demonio.
Al transcurrir los años él y su hermano fueron reasignados de lugar para trabajar bajo las órdenes directas del demonio, con el cambio han tenido que llevar a cabo acciones que por algún motivo desconocido para ellos mismos prefieren olvidar. Cazar para alimentarse fue algo aprendido con el fin de cubrir su necesidad de hambre, pero quizás el instinto heredado de su madre les indica que algo no está bien con el actuar del demonio, que necesitan escapar antes de que su corazón sea inundado por la misma obscuridad que los rodea.
Algo les dice que matar por diversión, hacer trampa, obligar a los humanos a cometer los pecados en su mayoría aberrantes es algo inaceptable y antes de que sea admisible para ellos también, deben huir.
Pero el demonio con su inteligencia y experiencia había anticipado que al ser ellos una mezcla de demonio y bestia, parte de su naturaleza podría rebelarse a seguir ejecutando sus aberrantes órdenes, por lo que cuando encomendaba a uno de ellos una misión, se aseguraba siempre de mantener cautivo al otro, confiando que la distancia terminaría un día de destruir el lazo de hermandad entre ambos tal como era su propósito desde el inicio.
Por otra parte, y con el fin de llevar a cabo misiones que requerían de ellos un mayor conocimiento para su éxito, el monstruo negro ha tenido que compartir con ellos muchas de sus artes obscuras entre ellas el cómo transportarse a través del espacio y cómo influenciar con engaños los pensamientos y acciones de alguien más. Así que durante las pocas ocasiones en que los hermanos pueden convivir comienzan a idear como deshacerse del demonio, están seguros que entre ambos podrían derrotarlo con lo aprendido hasta ahora por lo que poco a poco el deseo de recuperar su libertad se va apoderando de los dos.
Hace ya muchos años, cuando ambos fueron trasladados de las mazmorras más obscuras a otros espacios igual de tétricos, pero iluminados con grandes antorchas y localizados muy cerca de las habitaciones principales del demonio, ellos tuvieron mayor oportunidad de conocer sus costumbres, una de ellas es que casi nunca dormía. Se dieron cuenta que el monstruo se mantenía despierto la mayor parte de su vida, con el fin de disfrutar de todos los momentos que para el significaban diversión como era el sufrimiento de los humanos.
Los hermanos coinciden en que, si un día decidieran huir tendrían que aprovechar uno de esos escasos momentos durante los cuales además ninguno de ellos estuviera asignado a una misión. Y ese día tan esperado se presenta, pero cuan equivocados estaban, a pesar de unir la fuerza física y mental de ambos, el ataque de miles de años desplegado contra millones de maldad termina con su sueño de escapar.
En pocos minutos Tero ve como Tron es sometido, sabe que el demonio no perdonará la insubordinación. Mientras el monstruo sostiene a Tron en el aire con una gigantesca pezuña clavada en su lomo de donde ya empieza a escurrir la sangre, sabe que pronto verá como desgarra la cabeza de su hermano con un hocico que crece en forma increíble y espantosa para destrozar y engullir las cabezas de sus enemigos, como lo han visto hacer en muchas ocasiones.
─ ¡Corre Tero, debes escapar para vengarme! –le grita en forma desgarradora su hermano mientras se debate sangrante entre las gigantescas garras.
Solo lo duda un momento, sabe que si se queda tampoco tendrá oportunidad de vivir y vengar la muerte no solo de su hermano sino de todos aquellos con los que alguna vez vivieron.  Aprovechando los segundos de ventaja proveídos con el sacrificio de Tron, se voltea y le grita furioso al demonio:
─ ¡Maldito demonio!, juro que te haré quedar muy mal con tu acérrimo enemigo, sembraré una de las tragedias más grandes entre sus protegidos con el fin de que aumente su castigo contra ti y tus lacayos.
Se aleja de ahí como un relámpago, su velocidad de vuelo se ha incrementado con los años, emprende un solitario viaje hacia un destino muy conocido ya, el lugar preferido del monstruo en el cual él y su hermano ejecutaban la mayor parte de las órdenes, la Tierra.
Durante los viajes a ese planeta, la ilusión de permanecer fuera de la obscuridad en forma temporal –su instinto no le permitía escapar sabiendo que su hermano era un rehén− hacia más llevadera la ejecución de las vergonzosas órdenes. Siempre visitaba aquel lugar donde alguna vez vivió al lado de la manada, pero después de miles de años la Tierra ya no era la misma, incluso sus poderosos enemigos de ese entonces los dinosaurios estaban sepultados entre toneladas de tierra y roca.
Además, también se ha percatado que permanecer ahora bajo la luz del sol durante mucho tiempo ya no es posible para él, la obscuridad vivida durante tanto tiempo ha invadido su interior, por lo que deberá buscar un lugar obscuro donde esconderse y desde ahí preparar su plan. Sabe que el monstruo tratará de localizarlo para acabar con su vida como hizo con la de su hermano, pero confía que la orden que pende sobre su cabeza por parte de su milenario enemigo, la prohibición de acercarse a la Tierra, eviten sea localizado antes de llevar a cabo su venganza.
Mientras se debate entre los cuatro guerreros ve pasar toda su vida ante sí, recuerda sobre todo sus últimos años como esclavo del demonio quien no solo le arrebató lo más importante, la vida de su hermano, sino que lo mantuvo enterrado en esa obscuridad maldita que al final terminó por cubrir hasta su corazón. La muerte carece de importancia para él, su plan funcionó y confía plenamente de que el demonio reciba un nuevo castigo de parte de su legendario enemigo por quien ellos sabían siempre sintió envidia y odio, pero que nunca ha tenido otra opción que obedecerlo porque es más poderoso que él.
Durante esos últimos segundos pletóricos de recuerdos mientras se escapa de su cuerpo el último aliento de vida, un repentino resplandor dorado lo obliga a cerrar sus ojos, pero al tener la certeza del origen de esa luz el dolor de sus heridas y derrota quedan en el olvido de inmediato, ahora tiene plena seguridad de que el demonio será también castigado.
Una inesperada serenidad y enorme alegría inunda todo su ser, se asombra al sentir por primera vez en su vida que gruesas gotas de agua tibia escurren de sus ojos a través de su hocico atado. Agradece de nuevo morir a manos de ese ser y no darle esa satisfacción al demonio.
Cierra sus ojos, al abrirlos se ve de nuevo en el aire junto a su querido hermano, disfrutando ambos del poderío de sus alas mientras un ligero viento golpea su rostro. Los dos descienden suavemente sobre lo más alto de las canteras y aunque es de noche no sienten ningún miedo. Esta noche la gigantesca bóveda esta iluminada por la hermosa y apacible luz redonda, rodeada como siempre de millones de minúsculas lucecitas resplandeciendo como nunca antes y sin esperar a que alguna descienda sobre ellos, emprenden felices su último vuelo.