>

PÁGINA 12

<                    >

CÉSAR DE JESÚS MOLINA -COSTA RICA-

Es un escritor, clown, cuentista y artista plástico costarricense, cuyo seudónimo es James Philliphe Morán. Ha escrito poesías, cuentos, ensayos, obras de teatro y narraciones costumbristas.
Dentro de su producción poética podemos citar: Aspiración Poética, Lamentos del Verbo y Tributo a la Mansedumbre Constructiva, Confesiones Insurrectas y Vocablos Disonantes.
Algunos de sus poemas han sido publicados en ediciones internacionales, tales como: el libro Ni Una Más, Calameo, Argentina. En la antología poética El Deseo de Cupido; así como en revistas literarias tales como: Icaro, Cisne Digital, Trinando, Hoyloleo y en cientos de páginas literarias de habla hispana. 
Entre sus libros de cuentos figuran: Fantasías Pedagógicas y Humorísticas, e Interacción Lúdico-Armónica y Sostenible.
Como obras teatrales están: El Ecoloyaso Mágico en el Reino de la Limpieza, El Vago de la Tos, Soliloquios de Las Divagaciones psicológicas, Cuenterete Chin Chin y su Amigo Firulais y El Títere Perdido en Nunca Jamás, además de varias comedias de enredos o farsescas, entre las que destaca Sin Bolas no hay Papazzis. 
Sus narraciones costumbristas se encuentran en los libros titulados: Trilogía Bucólica (escritas bajo el heterónimo Carmen Yolanda Odio Dobles) y Relatos Misteriosos de la Aldea de Pacaca (escritos bajo el heterónimo Tiquicio Bahareque).
Dentro de las temáticas prevalecientes en las obras de Molina destacan el amor, el universalismo, la exaltación de la No Violencia Activa, el ambientalismo y la crítica social en contra de cualquier tipo de discriminación.

 

AUTOR PARTICIPANTE EN LA ANTOLOGÍA DE POESÍA DE TRINANDO SÉPTIMO ANIVERSARIO

 

 

BIFURCACIÓN DEL VOCABLO EN LOS IDILIOS


La palabra engendrada en el romance,
es embrión que germina en páramo o floresta en mausoleo que se esfuma. 
Es alborada en playa de quimeras
o verídica bofetada en el ocaso.
Exalta la somnolencia de la marea por la mansedumbre petrificada
o nos ahoga con la virulencia del olvido en catarata. 
La palabra engendrada en el romance,
exprime zumos de néctar con piropos
o evapora las vendimias con erupciones peyorativas. 
Por credulidad hace danzar plumas en vaivén en pajareras
o el polen oculta celoso, a las abejas de Cupido. 
La palabra engendrada en el romance,
la hierba transmuta en azahares detallistas
o marchita de Babilonia los sándalos de la torpeza.
Trashuma eucaliptos con pleitesías o hiede la fetidez de las trincheras al callar.
Es ánfora de buganvilias en las estrofas
o estepa añejada por los sinsentidos de la novela bursátil. 
La palabra engendrada en el romance,
se goza risueña en la bienvenida
o solloza ante el trémulo vértigo del adiós. 
Derrota vikingos trúhanes con adverbios
o hipnotizada dormita en el teclado inactivo.
En fábulas hurta zapatillas para comprender a quien se ama
o espolvorea las cartas por rencor indómito.
La palabra engendrada en el romance,
con gorriones afina la citara del perdón
o en las heridas diluye el cítrico de las líricas grotescas.  
Musicaliza súplicas del trovador en balcones
o es tóxica hiel que tergiversa del coro las voces.
Hace escuchar sonatas de gaitas en mazmorras
o silenciosa altanera denigra tarareando susurros.
La palabra engendrada en el romance,
provoca orgasmos por email y telepatía
o frígida asesina las caricias. 
Al cuervo de ruiseñor le da tonadas
o halla escándalos en la calandria. 
En la mar bravía desata la mofa con sarcasmo
o en el éxito difumina el llanto en balbuceos. 
La palabra engendrada en el romance
es verso manoseando intimidades con hipérboles
o muda indiferencia que soslaya.
Embelesa con donaire los arrepentimientos
o deniega los perdones con rencor.
A raudales de los recuerdos la saudade confina
o lacera los momentos en la incineración. 
Dualidad de las palabras que sanan o desangran. Hoguera o Plenilunio. 
Dicotomía de los vocablos que irrigan o resecan. Éxtasis o bancarrota. 
Contubernio de vocales y consonantes que nos lleva al Edén en un poema o 
en el averno de la soledad con epitafios….
nos fusila…
cuando ya,
el arrepentimiento es derrotado,
por la tardanza….
SUSTITUCIÓN 
 
Fue cuando me creía el fantoche de un espíritu en ruinas. 
En el frenesí de mi virulencia indómita senil
colisionamos de frente.
Turbulencia en la vastedad de los arraigos bucólicos
del sándalo postrero.
Profanación al mausoleo de mármol 
donde yacían mis quebrantos. 
Rezumando
lágrimas de piedras insondables. 
Sus aromas de bouquet
disiparon la fetidez a las axilas de la resignación. 
Ocupábamos ambos
refugios a las mazmorras de las resacas.
Ávidos nuestros espíritus
del germen que irriga las primaveras del romance.
¿Quizás desde mi artritis era yo el baqueano 
que por zaguanes
mostraría la salida a sus páramos?
Mientras ella,
adverbio que modificaba mis acciones. 
Diligente en los quehaceres de estufa y alcoba,
pese a digerir
repetidas sopas de lo mismo.
Bajo techos traslucidos de carencias. 
Candidez que a tientas suplía con el idilio,
mimos y cuentos del padre ausente de su padre.
Mientras degustaba a cántaros
el elixir de su frescor de mozuela,
del pretérito rescate los aires migrantes, 
consciente
de lo volátil de estos efímeros 
momentos.

 

 

*     *     *


ANTOLOGÍA DE MIS AUSENCIAS
 
De soledad murió tu espacio…
acribillado por mi demencial partida.
Bajo excusas de celuloide
abordaba yo navíos de experimentación erótica.
Llorabas letanías
que lustraban en vano mis sandalias.
Con el complejo de Frida,
inmolabas
los autorretratos;
con los colores subversivos
de la paleta de las degradaciones peyorativas que te regalaba.
Eternizando
el quejido del clímax histriónico
irrigabas con tifones salinos los contubernios
hijos de la voracidad carnal.
Hasta que te abofeteó vuestra sombra,
pretendiendo alcanzarte.
Le imploraste entonces asilo político
a los vestigios de tu existir….
cremando las crónicas
de mis repetitivas diásporas.
En mi lápida virtual dejaste las espinas...
mientras con pétalos,
surcaste los senderos del porvenir;
mutando en gaviota en pos de la alborada.
 
 

*     *      *

 
PREFACIO DEL METAVERSO CABALÍSTICO
 
Por romper 
paradigmas quiso volar el octogenario en jet pack motor de plasma desinvisivilizando la invasión del metroverso.
Párvulos raquíticos no llegaron a olfatear los avatares virtuales tecnocentristas.
En el pretérito derrochamos en armamentos suicidas…más no saciamos nuestros instintos. 
Exterminado ya el Tercer Mundo, 
Olvidamos que sin deudores no hay esclavos.
Por amalgamar hologramas y metáforas 
ahora besamos pies a nuestras creaciones de 
cassata siciliana. 
Orgasmos y cremaciones 
tienen suceso en un clip….
Mientras, 
cual en «Planeta de Los Simios», 
subsisten los insurrectos 
que evocamos presencialidad, abrazos, 
 trueques de miradas y sonrisas;
al mirarse en el espejo humano. 
Depredaciones enigmáticas sentenciaron al actual 
siglo veintitrés. 
La vorágine desaceleró su bestial arremetida,
mientras yacemos en las catacumbas,
de nuestras avaricias. 
 
 

*     *     *


 
PLANO CARTESIANO DE LAS AMBIVALENCIAS 
 
Cuando me ignoras fémina de mis ensueños,
estás en el vector de las X.
Bailando las barreras insoslayables que brotan del arpa 
del Belcebú indómito. 
Al complacerme trocas tu ubicación 
habitando la horizontalidad que nos equipara.
Ahí bebé,
la tesitura de vuestra bilis es inscrita cual néctar en la bitácora 
de mis reflexiones. 
Las superposiciones emigran con la terapia del olvido. 
Aunque luego los resquicios de mis fobias me descienden por la verticalidad. 
Cuando insaciable en las ambivalencias de juerga y bohemia degradas 
mi sensualidad.
No queda más que yacer en la resignación 
de los abismos.
Implorando que alguna 
convulsiva reencarnación nos confronte en el
devenir.
Donde seas tormenta,
yo tornado, 
sin que ninguno mire hacia arriba, al
amar.