JAIRO LEMOS -COLOMBIA-

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PÁGINA 31

Ocupación actual: Pensionado.
 
Profesión: Educador académico, empresarial y formador en  economía
 
solidaria.
 
Facilitador en procesos de desarrollo personal.
 
Creación poética como ejercicio de catarsis, no como oficio.
 
Obra completa inédita.
 
Redes sociales: Facebook (Jairo Lemos), Instagram (jairolemos35)
 
Correo: jairolemos35@|hotmail.com

 

 

LA NOCHE
 
Es mujer la noche:
llega cuando no la llamas…
Con paso leve y ondular felino
entra en la alcoba de tu mundo
y la habita con las sedas negras de su túnica;
te divisa expectante en un rincón
y celebra su ritual ante tus ojos:
te seduce coqueta
guiñándote una estrella,
alimenta tu intriga
agitando misterios tras su piel mulata,
te incita con su voz disfrazada de silencio,
te excita serpenteando su cuerpo
con sus sedas negras,
te enamora
con abrazos sin preguntas
y besos sin promesas ni mañanas,
te traiciona
cuando al tercer canto del gallo
niega el color de su piel:
palidecen sus sedas y sus besos y su abrazo;
pálidos pasos deshabitan la alcoba de tu mundo
y quedas solo, en tu pálido rincón,
acariciando en el recuerdo
una oscura piel de seda.

 

 

*    *    *

 
TÚ Y EL TIEMPO
 
Es corto el viaje cuando el labio besa
y se hace infancia la mirada;
raudo el círculo de tu abrazo
y tu beso es negación del tiempo;
caricias en las manos
estrangulan los relojes
y no hay lugar para un tictac
en la humedad urgida en que navega el deseo;
violación de horas y minutos
por mi piel cantando a dúo
el himno glorioso de tu muerte
con tu piel viviéndome;
masacre a continuidades
con tus piernas en paréntesis
coronando mi cintura
a cambio de un cetro
que deposito en tu fuego;
explosión apocalíptica
catapultándonos hacia la nada
de ti vertida en mi río
y de mi río que en tu mar se ahoga;
una sangre las dos sangres
y los dos cuerpos un cuerpo
en abrazo ingrávido
lanzados hacia la estrella
que nos columpia en su brillo
y con el filo de sus puntas
nos sentencia al abismo
donde es la sangre dos sangres
y es un cuerpo dos cuerpos
sin el paisaje amarillo
que calcinó nuestro lecho;
el sol cruzó al galope
el firmamento de nuestro abrazo
y se deslizó sumiso
en la garganta de la noche;
se bebió el sol la noche
y ahora te arranca
rompiendo la raíz circular de tu abrazo
y quedo solo,
escuchando un tictac
que ahoga mi canto
y es mi viaje a través de las horas
una larga y lenta agonía;
me falta tu beso
para asfixiar al tiempo de este reloj
que gotea segundos sobre mi mano abierta
en espera estéril
porque tú
ya nunca más.
 
 

 *    *    *

 
MI GUERRA
 
Toque de diana.
Mordiéndome los dientes inauguro un mirada
y mis venas apertrecho con palabras;
mis huesos buscan la masa de la tropa
y encuentran desolado el campo de batalla;
no hay batallón:
solos mis pies
solos mis ojos
mi labio solo.
Multiplicar, entonces, armamento y estrategias
para no doblegarme al enemigo:
avanzar con alas en las botas,
con acero inyectadas las arterias,
cañones antiaéreos mis ojos,
tanquetas herméticas mis vísceras,
misiles implacables mis palabras;
reconocer el sitio de combate
y desplegar la artillería
tomando posiciones agresivas
en la explanada, ante mi vista, solitaria,
sin rastro de otro bando al acecho de mi sombra.
Guerra mía…
Enemigo:
ese otro,
enamorado,
que sonríe socarrón en el espejo,,,
Yo contra mí, en lucha solo,
enarbolando en tu mirada mi bandera,
a la espera de tu lengua mi garganta,
mis labios urgidos de tu vientre,
mis manos suspendidas en tu aliento,
retado por tus senos en mi espalda
y el repique de metralla en tus caderas.
Guerrero a tierra:
suelas de hierro adheridas al calzado
(impedimento para evadir la huella
que tatuó mi arsenal
bien adentro de tu carne),
ojos sumisos a prisión de guerra,
dedos alados en gorjeo hacia tu nido,
los recelos de mi pecho vulnerados,
caídas las defensas de mi verbo,
brazos abiertos mi trinchera…
Rendido a ti…
¡Perdido!
 
 

*    *     *

 
 
IMPOSIBLE
 
Cada hora mueren cien palomas…
Cada día el sol se atreve a brillar…
Cada mes se desangra la dama…
Cada año se suma a mi historia…
Eso es la vida:
Volar para que al doblar la esquina
nos asalte la muerte con disfraz de aire…
Inagotable círculo de rutina cósmica…
Retorno eterno de rituales cruentos
en los altares de las hembras fértiles…
Irreversible expedición buscando el fin
(que no siempre es la meta)…
¿Será que alguien se atreve a confiscarle a la muerte su guadaña?
¿Habrá quien ensombrille al día para que olvide al sol?
¿Encontrará la dama coagulante eficaz para su río?
¡Imposible!
Ahora y siempre
cien palomas mueren
brillando al sol
en la sangre de cada dama
que sumo a mi historia.
 
 

 *     *     *

 
 
HUIDA Y RETORNO

 
Hastiado del mismo paisaje
con el mismo sol en cada día
despisté a mi camino
y fugué mis pisadas
hacia horizontes baldíos
exiliados tras la espalda del sol…
Bebí cavernas y eructé espinas,
respiré escorpiones y reí brumas,
lloré vacíos y canté lluvias,
abracé cuervos y besé silencios,
mordí rocas y soñé desiertos…
De nubes de plomo y árboles secos
me tejí una piel y cubrí con ella
mis huesos de espuma,
mis venas de sal
y mi sangre de arena;
me cambié mis ojos por dardos de nieve,
en mis manos puse diez rosas de acero,
calzaron mis pies dos ebrios abismos
y anudé en mi pecho el adiós de un pañuelo…
Sediento de olas fui barco nocturno
navegando ocasos y burlando puertos;
fui navío sin mapa, sin gobierno,
sin sextante ni brújula; ¡al garete!
Una  ráfaga de viento hinchó mis velas,
les dio vuelo de ave con tu aroma
y enrutó mi rumbo hacia tu encuentro
señalándome un puerto en tu cintura.
Mis pisadas resarcí al camino,
vi en tu cuerpo esculpido el horizonte
y brotaron raíces de mis dedos
al dibujar sobre tu ombligo
el regreso circular de mi extravío.
Encontré en tu mirar el sol de siempre
que ante mi beso dudó,
ya no fue el mismo:
ahora, en tus ojos,
mi paisaje
estrena un sol en cada beso.