LUIS ERNESTO MARTÍNEZ QUEIROZ -MÉXICO-

Tarde es la hora en la que me atrevo a decir lo que pasó ese día, aclaro que no por falta de tiempo sino por falta de valor al revivir las experiencias que de esa desafortunada noche marcaran mi vida y le quitarían la tranquilidad a mis noches, ya han pasado algunos años de eso pero los recuerdos siguen dentro de mis sentidos como si hubieran pasado ayer.
La sociedad paranormal de la ciudad, una junta de jóvenes interesados en los asuntos paranormales de la misma, se dedicaba a la investigación de casas embrujadas, avistamientos de fantasmas y de vez en cuando a realizar obras de caridad para obtener algo de status pero sobre todo permisos del Ayuntamiento para dichos propósitos. Su dirigente era hijo de una de las familias mejor acomodadas de la metrópoli, Julián había, según él, estudiado algo de parapsicología en una Universidad de Estados Unidos, también decía, conocía sendas de magia y taumaturgia poderosas y eficaces contra espectros y demonios. Por sus recursos y conocimientos nadie de los miembros cuestionaba sus decisiones y las investigaciones que realizaba y el equipo que este adquiría, todos los miembros de la sociedad estaban por debajo de él y era quien ordenaba el rango de todos, solo importando sus habilidades académicas, investigativas y como decía sus rasgos mágicos para cada encomienda.
Yo por mi parte, tenía tiempo en la sociedad, me habían otorgado el segundo puesto de jerarquía, había entrenado en todas las categorías que se requerían, estudio, investigación, magia, actitud y aptitud, no era capaz de cuestionar las decisiones pero según nuestro dirigente le daba una perspectiva que  el comúnmente perdía por el afán de descubrir más. No era el más viejo de la junta, pero si el que tenía la mayor cantidad de  años en ella después de Julián, con 5 años y ya 40 investigaciones era considerado más que un veterano en las cosas paranormales, podía ver las charlatanerías en la calle, los efectos no paranormales dentro de una casa que se confundían con manifestaciones y todavía poseía cautela y miedo a lo desconocido, aunque en esa noche no sería suficiente para nada.
Era un 10 de Noviembre, el Otoño apenas si se hacía notar durante el día pero por la noche y madrugada comenzaba a morder poco a poco la piel de aquellos que caminaran en ella no previstos de un abrigo ligero, seria aproximadamente las 7 de la noche cuando llegue a la sede, una casa en el Barrio Antiguo de la ciudad, frente a esta una furgoneta con las puertas traseras y lateral abiertas y un puñado de chicos jóvenes con sonrisas en sus rostros cargaban el equipo para una investigación que al parecer se realizaría en breve. Conforme me acercaba a la casa me saludaban con la cabeza o levantando la mano, apenas llegue al escalón de la puerta, Abigail una hermosa jovencita de apenas 18 años se acercó y pidió que viera a Julián dentro de la casa, me sonrió de manera coqueta y siguió con el inventario del equipo.
Seria obvio decir que la decisión de ir a una investigación estaba tomada, nadie tenía una oportunidad de objetar de ir o no, digo si estabas en una sociedad paranormalista era obvio, pero solo quería preguntar el porqué de los motivos de la misma, porque de la premura y de no haber avisado antes, cuando lo vi dentro de la sala principal, aún estaba leyendo las hojas del permiso de paso a una propiedad, que según sus palabras había conseguido un contacto en la Catedral de la Cd. esta investigación era la que había esperado desde hacía casi 10 años, tal vez era la causa por la que fundara la Sociedad, pero se le veía realmente emocionado por ello.
-La conseguimos- dijo con una sonrisa en los labios – Por fin podemos entrar a la antigua casa del Obispo, la que ha estado cerrada desde los 70, a la que nadie ha entrado desde 1982, la casa más espantada de la maldita ciudad- y cerrando el permiso me miró fijamente a los ojos –No sabes cuánto he esperado esto, dime que me acompañaras, dime que no me dejaras solo en esto, los niños de afuera apenas si tienen experiencia, te necesito allí, tu más que a nadie me ayudara a verla verdad de la casa. ¿Iras con nosotros?- y se acercó a mi tomándome de los hombros- ¿Iras a la investigación más importante para nuestra sociedad? ¿Iras Miquitzin?-
Por dentro hubiera querido negarme, no tenía toda la información, no sabía la distribución de la casa ni nada de la locación más que su ubicación, no tenía más que rumores y habladurías sobre esta dichosa casa como podía ir a una investigación así, sin herramientas… pero era muy convincente, sabía que refutaría todos mis argumentos dentro de mi conocía el resultado de esa pregunta y que se saldría con la suya. De la boca solo salieron tres preguntas para confirmar mi participación – ¿A qué hora partiremos? ¿Cuántos vamos? ¿Qué equipo llevas?- me sacudió de los hombros y me abrazo.
Dijo que partiríamos a las 9 de la noche, que seriamos 13 los integrantes del equipo, casi todos los miembros y que llevaríamos el equipo habitual y una cámara nueva que había adquirido semanas atrás que fotografiaba campos electromagnéticos, la cual era la última tecnología para estas investigaciones. Insistí que lleváramos amuletos o reliquias para la protección de nosotros ya que aunque él era ya un versado médium, los demás no y protegerles sería tan importante como la misma investigación sin ellos no valdría nada ir. Me miro como pocas veces lo hacía con una expresión de agradecimiento ya que al parecer se había olvidado completamente de los chicos nuevos que estaban empacando las cosas y subiéndolas a la furgoneta, fue al armario donde el guardaba todas esas cosas y comenzó a hablarles uno por uno para entregárselas.
Yo tome un azote de espíritus que no es otra cosa más que una rama cortada en verde del árbol y después salada y envuelta en hilo de cuero mojado con agua bendita de unos 80 cm de largo que dentro de nuestro circulo le denominábamos cariñosamente “El Santo Palo Doblado” por la vez que rescato nuestra cena de una rata enorme. Sonreí después de tomarla y camine hacia la habitación de atrás donde estaba nuestra biblioteca y tome un libro al azar y comencé a hojearlo, lenta y pausadamente, no tenía prisa por terminar ni siquiera por irme, presentía que algo no acabaría bien, era algo que me tenía intranquilo, suspiraba constantemente mientras pasaba las hojas, de pronto y sin yo darme cuenta una mano toco mi espalda suavemente.
Si me sobresalte mucho, casi suelto el libro pero en lugar de eso solo lo cerré tome mi amuleto y voltee para ver quien me había interrumpido mí no-lectura. Su mirada me decía muchas cosas, era una mirada de admiración, de ternura, de deseo y todo eso detrás de unos hermosos ojos verdes, Abigail había visto que me separaba de Julián y fue a ver si estaba bien -No entiendo porque estas tan nervioso, esto pudiera ser solo una investigación de rutina, de esas en las que empacamos todo y no pasa nada- me dijo con un aire burlón –No temas nada que yo estaré allí contigo y si estamos juntos no pasa nada- me abrazo y dio un beso en la mejilla.
Sentía que debía decirle algo mas pero lo que veía en lugar de tranquilizarme me predisponía a ver un fracaso, deje el libro y tome su mano –Abi, no estoy nervioso por esta simple investigación, estoy nervioso por la premura y porque ninguno ni siquiera yo estamos preparados espiritualmente para esta tarea- cerré su mano y la puse en su pecho –Tengo miedo y no miedo por mi o lo que vallamos a ver, temo por ustedes e incluso por Julián, esta tan apresurado y ha esperado esto desde que lo conocí hace 5 años y no está tomando todas las precauciones, él tiene el nivel, yo lo tengo, tal vez tu pero los otros 10 no y no sé qué pueda pasar-.
Abigail me veía con cierta desconfianza, casi desconcertada por mis palabras parecía que otra cosa pensó en ese momento que se lanzó a mí y con los brazos sobre mi cuello me beso en los labios, fue sorpresivo, agradable, en otras circunstancias le hubiera devuelto el beso y tal vez llegar más allá pero lo único que hice fue separarla casi aventarla, ella me miro con enojo yo le veía seriamente y movía mi cabeza negando el hecho –Vez a que me refiero, no piensas en lo que vamos a hacer y pones tus intereses sobre el grupo- deje caer el libro y salí apresuradamente dejándola sola y  fui directo hacia la calle.
Veía los chicos subiendo las cosas riéndose entre sí, todos hablaban y bromeaban sobe nuestro destino yo los vi como estúpidos y cruce la calle para encender mi primer cigarro de la noche. Apenas si puse el cigarro en mi boca mi corazón comenzaba a latir un poco más rápido, saque el encendedor y lo encendí, tome una amplia bocanada y sentí como el humo bajaba por mi garganta y lo sostuve lo más que pude antes de exhalarlo – Niños estúpidos- pensé –Si hubieran visto hace 3 años cuando salimos de “Los tubos”, no estarían tan contentos-
-Si presientes lo que va a pasar… ¿Para qué vas a ir?- dijo una voz a un lado mío voltee y vi a un hombre de no más de 40 años fumando un cigarro también –Llevo viéndolos y escuchándolos desde las 3 de la tarde y no hacen nada más que repetir que será la investigación del año… tú te vez más centrado que todos ellos. ¿Qué haces allí con ellos? A poco también eres paranormalista- y sonrió burlonamente.
Lo mire y sonreí no quería responder que sí, era obvio que sabía que estaba con ellos pero el solo negó de nuevo con la cabeza y dijo –Correr no siempre es la opción, pero hay veces que es lo más necesario para librarte del mal, confía en tus instintos y no seas idiota ni pendejo como ellos- apago su cigarro con el pie y entro en la casa. Le mire con desconfianza mientras entraba en la casa, pero el no miro hacia atrás, termine mi cigarro y volví a cruzar la calle.
Camine hacia el deposito que había en la esquina, compre 3 paquetes de cigarros, dos de mi marca y uno de la más barata que había así como una anforita de mezcal del “barato” que todo alguna vez en apuros llegamos a tomar “por si las trampas” pensé indiscriminadamente en el soborno barato.
-¡Mi! ¡Mi!- gritaba Abi desde un lado de la furgoneta mientras yo salía del tendajo –Apúrate que ya no vamos- me dijo al acercarme. Subí a la pare de delante de la furgoneta del lado del copiloto Julián conduciría y los demás irían atrás, detrás de mi Abi quien apenas si me puse el cinturón de seguridad me tomó el hombro y me dijo suavemente –Discúlpame, espero y me des otra oportunidad- y se sentó.
El trayecto era corto apenas unos 10 minutos de la sede a la locación, los muchachos atrás, Abi, Pedro y Pablo hermanos y con tres años en la sede, Maray, Vanessa, Liliana y Emilio con 2 años entre nosotros y los más jóvenes del grupo Ricardo, Santos, Hugo y su hermanita a Sofía a la que de cariño le decían “la Nena” con apenas menos de un año trabajando en las investigaciones venían callados y serenos. Yo veía hacia afuera intentando aclarar y despejar mis miedos porque mientras más nos acercábamos menos tiempo tendría de hacerlo ya que una vez en “modo científico” no tendríamos descanso hasta terminar nuestra encomienda.
Llegamos y nos estacionamos frente al portón de forja de la casa, por fuera era impresionante, grande, de tres pisos o más, larga como de unos 30 o 40 metros y otros tanto hacia lo profundo con un jardín cochera al frente de 10 a 12 metros, bajamos todos y lo primero que hice fue encender mi segundo cigarro de la noche, la oscuridad ya era suficiente como para solo ver siluetas de la casa y la luz mercurial aunque ayudaba no daba abasto para mirar detalles en la casa. Julián comenzó a golpear el portón con una moneda varias y repetidas veces, cada vez más fuertes para ver si alguien salía a recibirnos, pero no había respuesta, los chicos bajaban el equipo y yo solo estaba recargado en la furgoneta esperando que se cansara de tocar.
-No creo que nos abran, no se ve nadie- Dijo Abi –Estas seguro de que es para el día de hoy- replicaba, yo sonreí burlonamente, si Julián había cometido un error en la fecha esta sería la primera vez, Hugo y la Nena caminaban junto a la barda de la propiedad esperando encontrar un escalón o algo que los ayudara a saltarla, pero la barda de 2.30 mts. de alto y los arbustos de arrayanes que estaban frente a ella no les facilitaba la tarea, Maray se acercó a mí y me pidió un cigarro yo se lo di y encendí cuando ella me pregunto -¿Y si no nos abren nos vamos a ir?- yo me reí antes de irnos de allí agotaríamos todas las posibilidades le dijo, con un permiso de Catedral para entrar nada impediría nuestro acceso según nuestro líder, le conteste burlonamente, me acercó al portón y le dije seriamente –Este portón no será impedimento para entrar- y vi a Julián asentir con la cabeza.
Mire hacia el jardín y vi una silueta acercarse, con paso lento y pesado encorvado y con sombrero era lo que la tenue luz me permitía ver, conforme se acercaba su rostro moreno, cabello cano, barba blanca, nos daba cuenta que el velador por fin había escuchado nuestro replicar y cuando por fin llego al portón con una voz grave y vieja nos preguntó que hacíamos allí y porque veníamos tan tarde a tocar esa puerta. Julián dijo que teníamos permiso de entrar y filmar el interior de la casa para un proyecto de la Universidad, era obvio que no le diríamos que investigamos casos paranormales.
-No los voy a dejar entrar- dijo con su voz grave –Siempre que entran dejan mucho mugrero y rayan las paredes- replico en tono un poco más severo –Ustedes siempre quieren entrar y yo soy el que limpia y pinta después, y así no me conviene- dijo mientras sus temblorosas manos se ponían en su cintura y no veía con aire estricto y firme.
-Mire Don… yo sé qué hace frio en las noches y que un cigarrito no está de más, mire le traigo una anforita y unos cigarros, no venimos en mal somos estudiantes no malandros, déjenos entrar que luego se nos hace más tarde si- le dije al tiempo que media la mano por entre la forja y le extendía el mezcal y cigarros baratos. Su mirada cambio, sus manos temblorosas se acercaron para tomar los presentes, temblaban mucho como la enfermedad de Parkinson pero al tocar los regalos su pulso fue firme como una roca y su sonrisa amarillenta grande y amplia.
-Muy bien así si, tu si sabes mijo- y saco de la bolsa de su pantalón un llavero con más de 20 llaves en el dejo la anforita en el suelo y los cigarros al bolsillo de su camisa, busco una llave grande y abrió un candado viejo –los voy a dejar pasar y les voy a prender la luz porque el contacto principal esta abajo y me voy a fumar mi cigarrito allá atrás a mi cuarto, espero que no me molesten ya cuando se vallan me avisan y yo les abro el candado otra vez ta´güeno mijos y gracias patrón por la cobija- eso ultimo me lo dijo directamente a mí, le quito las tres vueltas de la cadena y abrió la reja –pásenle, pásenle a lo barrido-
Pasamos las mochilas con el equipo y sacamos las lámparas para iluminar la entrada cuando cerramos la furgoneta y el velador termino su primer cigarro entramos a la casa mientras escuchábamos como el portón se cerraba de nuevo y la cadena giraba en torno de él y así la puerta de la antigua casa del obispo se abrió revelándonos años de polvo y gran humedad en el ambiente. La casa estaba semi amueblada, la mayoría de los muebles estaba tapado con sábanas blancas o de texturas floreadas, pero había sillones mohosos y un par de sillas casi al punto del colapso por la termita que tenían, pero por lo demás era una casa vieja como todas, grande más grande aun de lo que aparentaba en su exterior.
Saque una chamarra ligera de mi mochila porque el frio de afuera y la humedad de adentro bajaban la temperatura gradualmente, nada raro y menos en esta época del año, le sugerí a los demás que hicieran lo mismo solo Pedro y la Nena no traían nada abrigador así que a ella le preste una sudadera extra que traía por si ensuciaba mucho la que yo traía y al pobre de Pedro no hubo quien lo socorriera por lo que solo con lo que traía puesto comenzaría y terminaría. Encendí mi tercer cigarro mientras Julián preparaba un circulo de protección en el recibidor de la casa, primero la tierra negra, después la sal en grano, el agua bendita, las cenizas y la cera, por último la tiza para marcar nuestros lugares dentro del mismo con él en la parte más cercana a la casa y mi lugar lo más cercano a la salida, como siempre.
Antes de encender mi cuarto cigarro Julián hizo una oración para nuestra protección y le dio una reliquia extra a Maray y a Nena, a mí me quería dar también una extra pero yo se la pase a Abi porque yo traía 3, digo el miedo no anda en burro le dije con una sonrisa y después de encender y dar mi primera calada al cigarrillo comenzamos a explorar la casa.
Subimos la escalera en espiral frente a nosotros, recorrimos los 2 pasillos del primer piso donde todas las puertas de ocho de las nueve habitaciones estaban abiertas, las lámparas aun eran nuestra única fuente de luz y a los más nuevos les jugaba bromas pesadas el juego de sombras que se hacían con ellas, Hugo en más de una ocasión brinco del susto cuando al voltearse había alguien del equipo detrás de él, Emilio volteaba estrepitosamente de un lado a otro con su lámpara, cuando le pregunté qué era lo que pasaba decía que veía a alguien junto a él, lo tranquilicé y le dije que no se preocupara que las cosas así eran en estas casas, le dije que recordara la vez que exploramos el panteón en la sierra y que al final no era nada ni nadie. Sonrió y continuamos, al tiempo Julián señalo que había una escalera hacia un ático o algo parecido, él junto con Abi, Pedro y Pablo subirían primero, yo y Maray, Emilio y Hugo después dejando al resto al último ya que quería probar la nueva cámara.
Al llegar al ático que no tenía nada más que su sonoro piso de madera y unos vitrales en las 4 ventanas que tenía con las representaciones de los arcángeles mayores, yo caminaba entre todos me acercaba al centro de la habitación cuando Pedro que era quien cargaba el DAT y al sostenerse los audífonos temblaba mientras podría ver como las lágrimas le recorrían las mejillas y sus ojos muy abiertos revelaban una expresión de pánico. Me acerque de frente a el para no sobre saltarlo pero al mirarme con esos ojos casi desorbitados se quitó los audífonos y me agarro fuerte por la chamarra acercándome rápidamente, me abrazo y dijo al oído susurrando –Quieren que nos vallamos de aquí… dile a Julián que eso dicen todos- lo mire asombrado y no le respondí, solo negué con la cabeza y le susurre que se tranquilizara, tome los audífonos y al ponérmelos pude entender de que estaba hablando.
De fondo al ruido que causábamos mientras caminábamos se podía escuchar claramente a través de él voces en la lejanía, voces que no estaban presentes físicamente allí y que nadie escuchaba, solo yo por esos audífonos –Váyanse hijos- era el mensaje, largo, seseante, apagado, agonizante y con las características de una psicofonía solo que esta la podías escuchar en vivo. Mire a Pedro y este no me quitaba la vista, le tome el hombro y devolví sus audífonos que no se puso de nuevo y camine hacia Julián, mientras hacía esto comenzó a escucharse mucho ruido de pasos en nuestra locación, alrededor de nosotros, yo mire a nuestro líder y le hice una seña para dejar de movernos a lo cual todos reaccionaron al quedarse inmóviles en el acto, sin nadie que caminara aún se escuchaba ruido de pasos alrededor nuestro como si nos estuvieran viendo en un zoológico, la sensación era tan extraña como desconcertante, no era miedo ni pánico lo que había dentro de mí era tal vez una fascinación a lo que sentí, me estudiaban, me observaban, me admiraban entre tantos sentimientos solo aclare mis pensamientos para decir –Julián, la campana-
Este me vio y sonrió de manera maliciosa, saco su cuenco tibetano le puso un poco de agua y lo golpeo su sonido provoco una estampida de pasos que corrían lejos de nosotros y hacia abajo y como si pasaran todos frente de la Kirlan esta comenzó a tomar fotos seguidas, al paso de casi 5 en menos de un minuto lo que nos decía que frente a ella los campos magnéticos delante de esta se disparaban o dispersaban, sentía como el sonido del cuenco armonizaba nuestro entorno pero también podía observar como Julián disfrutaba el poder contra todos esas manifestaciones, como se llenaba de orgullo y soberbia al ver como todos asombrados lo miraban, sabía que eso no era bueno, nada bueno pero él era el médium, el número uno, el líder.
Todo se interrumpió cuando del piso de abajo se escuchaba un golear de puertas, abriéndose y cerrándose, corrimos hacia las escaleras para tan solo ver que era cierto todas y cada una de las 8 puertas abiertas estaba azotándose contra sus marcos en un ruidoso concierto que comenzaba a dañar el valor de los más nuevos en la sede, podía ver como Nena abrazaba a su hermano, Ricardo hacia un esfuerzo por no temblar pero las piernas le traicionaban su razón y Santos por su parte se tapaba los oídos y agachaba su cabeza, le toque el hombro a Abi y a Maray para que ayudaran a estos dos yo fui con Hugo y su hermana para decirles que a veces eso pasa que la casa no nos quiere aquí y hace lo imposible por corrernos pero que no pasaba nada más que ruidos y visiones, que así era el trabajo y que no tuvieran miedo.
Que culpable me sentía al decirles eso, si no fuera por mi experiencia estaría igual o más aterrado pero hasta ahora podía controlar ese sentimiento y enfocarme a lo que la razón me dictaba, continuar recabando datos, continuar enfocado en las posibilidades, continuar investigando. El golpeteo ceso al mismo tiempo que todos saltamos de susto cuando las luces se encendieron de pronto en la casa, ahora teníamos luz, el velador al fin había repuesto la energía eléctrica en la casa. Todos nos reímos por el incidente pero esa risa se interrumpió cuando de la última puerta del pasillo, la que estaba cerrada, la que en ningún momento se había abierto, lentamente hacia rechinar sus bisagras develando que la luz en esa habitación seguía apagada. Todos veíamos mientras lentamente su puerta doble se abría de par en par invitándonos a entrar allí y esa invitación seria aceptada por la sede.
Encendí mi cuarto cigarro mientras Julián decía y decidía quien entrarían con él en esa habitación, sabía que me pediría entrar y lo bloquee, yo no entraría allí por ningún motivo mientras le avisaba a Pedro, Abi y Pablo yo le dije que me quedaría afuera con los demás, que no me necesitaba y que ellos aquí afuera podrían cometer o un error o una equivocación en la toma de datos afuera; me vio convencido de mis palabras y eligió a Emilio y a Maray para que pasaran con el me sentí aliviado, la negrura de la recamara desde afuera era mucha, la luz del pasillo era tenue por lo focos empolvados y al ser incandescentes de pocos watts hacia que su amarillento resplandor fuera poco para iluminar dentro de esa negrura. Y así sin más que llevar que el equipo de grabación, el DAT sus lámparas y su valentía entraron al cuarto.
Fumaba mientras veía como entraban y cuando el último entro las puertas se cerraron detrás de ellos, sin que nadie las tocara ni se acercara, Nena grito del susto y Santos se dirigía a abrirla cuando lo detuve le dije que todo eso era parte de la investigación que registrara los cambios en el ambiente y no paso mucho para registrar un descenso en la temperatura, hacían 10 grados ahora de los 15 en los que habíamos entrado, les decía que el descenso de la temperatura era algo normal de las casas con espíritus en ella, se sorprendían por las cosas que les platicaba sobre estos lugares, era mucho lo que había aprendido en los años en la Sociedad, ellos escuchaban atentamente cuando los gritos provenientes del cuarto comenzaron.
-¡Ábranme!- decían los gritos desde el interior, las voces de Maray y Abi eran las que reconocíamos -¡Abran por favor quiero salir ya!- Abi suplicaba pero no sabía porque no podíamos abrir la puerta, ellos empujaban y la puerta se habría hacia dentro nosotros teníamos que empujar para abrirla así que ellas nos bloqueaban la entrada –Abi deja de empujar!!!- le grite pude abrir la puerta y salió Abi primero corriendo y se tropezó con una mochila cuando cayó al piso pude ver como parte de su pelo cambiaba de color, de negro a blanco en segundos, Maray estaba tirada en el piso llorando descontroladamente balbuceando –Ella bajaba, ella bajaba- mire hacia dentro y Pedro seguido de su hermano salían rápido del cuarto mientras me pedían que me preparara para sellarlo cuando el ‘ultimo saliera; Julián venia caminando de espaldas tocando el cuenco tibetano y diciendo un rezo en latín cuando salió cerré la puerta, recite el hechizo de sello y puse la cuerda roja alrededor de las perillas de la puerta y todo termino.
Mire al equipo y todos estaban de alguna manera desconcentrados, asustados y a punto de rendirse a la casa. Encendí mi quinto cigarro y lo fume rápido mientras bajábamos al primer piso, me acerque a Julián y le sugerí irnos de una vez antes de la hora muerta pero el confiado decía que ya que habíamos sellado al ente en su habitación el resto sería fácil, no tenía nada con que argumentar ni discutir solo que la temperatura había bajado un par de grados más, dejamos a Abi y a Maray en el interior del circulo de protección, Nena, Emilio y Hugo esperarían con ellas, el resto explorarían el piso, el salón de fiestas, el comedor, la cocina, algo más “tranquilo” a palabras de nuestro líder, pero el sótano estaba reservado a nosotros dos, Julián y yo entraríamos e investigaríamos. Ya no podía reusarme, Abi estaba tirada llorando en el círculo, sabía que era la hora de hacer lo que venía a hacer, darle perspectiva a nuestro líder.
Le insistí que nos fuéramos de ese lugar y que volviéramos después que teníamos los datos para verificar que la casa estaba realmente embrujada, que con más tiempo y preparación podríamos volver y quitar el embrujo o liberarla, pero él no me quería escuchar, él sabía que debía de derrotar esa casa o jamás podría volver, yo no quería estar allí, pero dejar a todos no era parte del plan. Camine con él hasta la cocina, la vimos sucia y llena de humedad, el olor de la cocina era malo, pero no tan asqueroso como para revolver el estómago, se escuchaban muchas conversaciones en el aire, pero ninguna que pudiera distinguir, no eran las voces de nuestros compañeros tampoco voces desconocidas, porque a mi oído resultaban familiares, pero sin lograr encontrar alguna.
Cuando llegamos a la puerta del sótano el frio me calo en los huesos, mentiría si digo que traía un termómetro conmigo pero mi piel sentía que debajo de los 5 grados centígrados si estábamos, mi cuerpo temblaba y mi aliento se hacía visible delante de esa entrada, Julián padecía de mí mismo mal, antes de siquiera tocar la perilla le pedí que volviéramos al grupo, que el sótano seria después pero el sin escucharme abrió la puerta y una ráfaga de viento helado hizo que contuviéramos el aliento, la oscuridad reinaba allí abajo, se sentía que algo nos esperaba, quería detenerlo pero antes de siquiera tocarlo Julián bajó por las escaleras rápidamente.
Las manos me temblaban mientras encendía mi lámpara, el olor, cada peldaño que bajaba era como si más excremento, sangre, piel y otras cosas estuvieran pudriéndose alrededor mío, mi estómago revuelto, la oscuridad y ese aroma me indicaban que ese sitio era al corazón del embrujo o el nido donde se escondía el ente que habitaba esa casa desolada. Yo sentía miedo, más miedo del que nunca había sentido en mi vida, las sensaciones que llenaban mis sentidos eran tan desagradables que solo la luz de mi lámpara me recordaba y daba esperanza, iluminaba las paredes y solo habían los restos de una cava grande, ninguna botella ni algo en el suelo de aquella madriguera, el piso era mitad de cemento y mitad de tierra y allí me percate que la luz que emitían nuestras lámparas solo iluminaban donde había piso de concreto, mas allá la luz parecía desaparecer o desvanecerse ya que ninguno de los dos podíamos hacer esto.
-Aquí esta, estoy seguro- decía Julián al momento que señalaba un punto en la negrura de la habitación –está esperando algo- continuo sin voltear a mirarme.-La hora muerta… debe de ser la hora muerta- conteste sin más, cuando vi el reloj de mi muñeca me di cuenta que eran las 2:48 am faltaban solo 2 minutos para dicha hora, pero aquello era imposible para nosotros no habían pasado más de 2 horas dentro de la casa, tal vez tres con los ánimos, pero de 10 de la noche a casi las tres de la madrugada era imposible. Vi a Julián y comenzamos a correr hacia el circulo de protección, al momento comenzamos a sentir y escuchar como si botellas fueran aventadas hacia el piso y estrelladas cerca de nuestros pies tanto así, que sentíamos los fragmentos de vidrio golpear la parte baja de nuestros pantalones aumentando el miedo en mi corazón y casi dejando escapar la poca cordura que aún se negaba a desaparecer de mi mente.
Salimos a toda prisa del sótano cuando escuchamos los gritos de los demás viniendo del recibidor, gritando nuestros nombres y pidiendo auxilio, llegamos con ellos y los rostros de terror, sus gritos y balbuceos inundaban ese pequeño recinto, todos adentro del círculo, todos habían corrido a resguardarse y nos habían gritado por horas. La Nena, Emilio, Santos, Vanessa y Hugo estaban sentados temblando en el piso, Liliana lloraba en los brazos de Ricardo, Abi y Maray seguían igual de como las habíamos dejado, solo los hermanos estaban más enteros en comparación a los demás, ambos se encontraban fumando volteando a todos lados. Nos dijeron que de improviso las luces se apagaron, que un olor fétido inundo el ambiente, las risas y los llantos se escuchaban por doquier, la música de fiesta y los gritos desgarradores provenientes de arriba no dejaban que nadie se relajara, pero que lo más fuerte eran las sombras que los rodeaban, referían que en la oscuridad se veía vívidamente que había alguien fuera del circulo pero que al iluminarlo desaparecía, nos comentaron que la puerta estaba atrancada y que el tiempo había pasado lento como si la casa les quisiera dar más miedo y sufrimiento cada minuto.
2:58 am, advertí a Julián sobre la hora y este ordeno a todos ponernos de pie dentro del círculo, que lo habían visto era nada porque llegando la hora sería peor, encendí mi cigarro, mi razón me dictaba salir de esa casa lo antes posible, pero ver a mis compañeros, a Abi, Maray y la Nena en las condiciones que estaban me ataban a ese lugar, tenía que pasar la hora, faltaban segundo para la hora más intensa que pudiera vivir y tenía que ser fuerte. ¡Un grito interrumpió mi pensamiento –No! ¡No más! ¡Nunca más!- era el grito que se escuchaba por la casa, tome el azote y me prepare, pero mis manos torpes por el frio lo dejaron caer fuera del circulo, después un silencio casi mortal, no se escuchaba nada, ni siquiera nuestras voces, podía ver a Maray y Liliana gritar a toda su capacidad pero no emitir ningún sonido, veía los labios de Julián moviéndose, como los hermanos hacían ademanes de no escucharse, yo tome mi mochila y mientras esos minutos pasaban en total desesperación un grito de dolor rompió ese silencio, era tan desgarrador tan largo y tan fuerte que tuve que tapar mis oídos para no volverme loco, una vez que termino nos volvimos a escuchar, comenzamos a tranquilizarnos y a tranquilizar a los demás cuando un llanto se escuchó desde el piso de arriba, un llanto como de un niño pequeño no era el de un bebé sino de un niño, no un infante un pequeño niño, mirábamos hacia las escaleras cuando una figura de piel azul apareció por estas bajándolas con paso torpe cada uno de los peldaños.
Se detuvo en medio de su trayecto y tomo el barandal, una mano y después se giró hasta pasar su cabeza en medio de los barrotes, el terror se apodero de todos, si rostro infantil carecía de ojos su piel sebosa brillaba con la luz de las linternas, con las cuencas de sus ojos parecía mirarnos y una sonrisa malvada, como de travesura se dibujó en su rostro. Trepo el barandal y se dejó caer unos 3 metros hacia el piso, Abi se intentaba levantar y se topó conmigo al momento en que el cuerpo del niño golpeaba el piso, este vibro como si en realidad estuviera allí levante a la Nena mientras el cuerpo desnudo de la infante se levantaba y abría sus brazos para que alguno la cargáramos, camino hacia nosotros, dentro de mí, la adrenalina comenzaba a fluir llenando mi cuerpo de energía y dando detalles de la escena, cada paso disparaba un solo pensamiento “corre” y cuando esa figurita piso el circulo y toco a Julián, la última barrera de mi psique callo –Aquí no!- grite y salí corriendo hacia la puerta, esta se abrió sin siquiera tocarla, de un par de pasos atravesé el jardín y salte la barda apoyando un pie en ella, para salir corriendo de la locación.
Mi mente y cuerpo solo se concentraron en una sola cosa correr y después de 2 kilómetros el dolor en mi costado y rodillas hizo que bajara el ritmo hasta detenerme, las lágrimas salían de mi rostro y el miedo aun hacían temblar mi ser, al mirar hacia atrás de mi Ricardo, Santos, Liliana, Maray, Emilio, Hugo y la Nena me seguían el paso, todos temblaban y gritaban insultos, me hacían preguntas que no contestaba porque mi cabeza no daba explicaciones a lo que pasaba, los mire y solo les dije –Voy a volver por los demás, vienen?- Solo Santos y Liliana me siguieron, caminamos en silencio mientras fumábamos un cigarro tras otro hasta volver a estar casi frente a la casa donde Pedro y Pablo estaba con Abi en estado de shock dentro de la furgoneta y Julián salía de la casa con pasos vacilantes.
Subí a nuestro líder que se desplomo dentro de la camioneta y conduje hacia donde estaban los demás, fuimos directo a la sede donde se terminaron los cigarros y el silencio reino por el resto de la madrugada.
Serían las 9 de la mañana cuando casi todos se estaban marchando, le dije a los hermanos que me acompañaran a la locación a recoger el equipo que se había quedado, de mala gana me acompañaron ¿Quién en su sano juicio regresaría? Pero el equipo era valioso y cuando despertara Julián nos pediría explicaciones. Llegamos de nuevo y entre los arbustos de arrayanes encontramos acomodadas nuestras cosas, lo más seguro es que el velador las hubiera puesto allí para recogerlas después, le tocamos sin respuesta de un lado de la casa a unos 30 metros un señor de avanzada edad vino hacia nosotros y nos preguntó por qué tocábamos esa reja, le respondimos para darle una gratificación al velador y su rostro se empalideció al momento que nos decía –No, no puede ser en esta casa desde hace 15 años que no hay velador, el ultimo murió allí en su cuarto y desde entonces nadie ha cuidado la casa- nos miramos, veíamos la cadena y el candado, le dimos las gracias y nos fuimos de allí sin decir nada más.
Es por eso que te digo hoy lo que paso hace 15 años, Julián no volvió a despertar, está en catatonia desde entonces, Abi se fue de la ciudad y se suicidó 3 semanas después, la Nena y Hugo jamás volvieron a pararse en la sede, Emilio y Santos fueron 2 semanas más y murieron 1 año después en un accidente de tránsito, Maray se casó con Ricardo y su casa se incendió con ellos dentro mientras esperaban un hijo, Liliana se hizo bibliotecaria y una noche alguien entro a su casa a robar y ella del susto murió de un infarto, Pedro y Pablo se fueron de México hacia Estados Unidos donde trabajaban de investigadores de lo paranormal, pero mientras investigaban una casa desaparecieron sin dejar rastro alguno, no sé qué le paso a Vanessa después de ese día, sus padres jamás me permitieron hablar con ella y luego cambiaron de domicilio.
Mire al espejo y vi su rostro una vez más –Por eso te dije corre, pero el muchacho quería ver más, te dije que no fueras pendejo y aquí estas solo conmigo para siempre- encendimos un cigarro –con todos ellos y con el también-
 
Mejor conocido como Lemus en el mundo de los cómics y juegos de rol, es uno de los legendarios jugadores y Game Masters de la primera generación en México. Nacido en Monterrey, Nuevo León, México.
Estudió Técnico en Terapia Física y Rehabilitación en la Preparatoria Técnica Medica y es Licenciado en Educación Secundaria con la Especialidad de Historia en la Escuela Normal Superior Moisés Sáenz Garza de Monterrey. Tomó cursos de Teatro y Oratoria y cuidado de Pacientes con Sida. Asistió a congresos de educación por parte de las Normales de Saltillo y Guanajuato. Imparte cursos de Desarrollo Humano en la Secundaria donde labora para los padres de familia enfocándose en las necesidades de los adolescentes y su trato.
Juega Rol (RPG, Roll Playing Games) desde los 15 años y ha estado inmerso en ese mundo fantástico desde ese tiempo y, hasta ahora, ha diseñado 2 juegos. A su vez, también es conocido por su maravilloso modo de desarrollo de historia como personaje y como Historyteller (cuenta cuento / desarrollador de historia). Ha sido publicado en la Revista Literaria Trinando, Revista Literaria de Horror y Terror Giallo y la Revista Literaria Infinitus. En octubre del 2016 se presentó en la 26ª Feria Internacional del Libro Monterrey (FIL). Nos comparte parte de la chispa de su ingenio con un cuento de su autoría.

 

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