LORELEY MOLINELLI -URUGUAY-
PÁGINA 36
Escúchame
Déjame que te hable
en el ocaso de mi aurora,
para decirte todo
lo que nunca
quisiste escucharme,
que habrá ante tus ojos
la caja de Pandora
dando paso a mi alma
sin joyas ni ropajes.
Para que puedas ver
que aún soy la misma,
solo que no pudiste adivinarme,
que nada me ha cambiado
y que son más intensos
los amores y sueños
que he acunado.
Que tengo el mismo miedo
pero que sé vencerlo.
Que siento el mismo amor
pero que sé ocultarlo.
Que el dolor aún existe
y se ha hecho mi amigo.
Que la ausencia es un hueco
que aún no puedo llenarlo.
Déjame que te hable
que se me escurre el tiempo
y temo descubrir
que es demasiado tarde.
* * *
En mi horizonte
He pensado veleros
y canciones ocultas
brotaron de mis labios.
He recorrido orillas
con verdades de lágrimas,
con sueños de ocasos amarillos,
con un cuento de luna,
con una realidad
mordiendo mi cintura.
Y siempre los veleros
vuelven a mi memoria
y hacen brotar canciones
que nacen de mi orilla
a la orilla sin nombre.
* * *
Mi viaje
Quiero ser luz de sol
no ser más sombra.
Despertar las mañanas silenciosas,
iluminar los campos,
recorrer las ciudades
acariciando rostros,
prenderme a las sonrisas,
ir secando las lágrimas,
calentando los huesos,
germinando semillas.
Ir trepando el cenit tan lentamente
que no quede un lugar
sin que yo lo recorra.
Que mis rayos penetren
en las sombras oscuras
de los cuartos humildes,
en las cunas hambrientas
de calor y cariño,
en las manos heladas,
en las bocas sin besos,
en las almas sin sueños.
Quiero ser luz de sol
no ser más sombra.
Deslizarme tan lenta
y tibiamente, que la tarde
parezca otra jornada.
Acariciar veleros,
barcas de pescadores,
olas, gaviotas, puertos,
ríos, torrentes y cascadas.
Ser tan lenta y profunda,
ardiente y hurgadora,
que el ocaso me encuentre
tan enorme y cansada,
que al ocultarme quede
suspendida un instante
en el arrullo fresco
de un horizonte de agua.
* * *
La trampa
La guerrera levantó su fuerte,
cerró bien las entradas,
edificó más muros…
Levó todos los puentes
y con sus tres soldados
custodiaba las horas,
inventaba su historia,
se sentía segura.
La guerrera se negó al amor,
era dueña del sol,
de los atardeceres,
de su mundo a dos pasos
tan silencioso y mudo.
Tejía las mañanas
y enterraba sus días
con un veneno ácido,
disfrazado de almizcle.
La guerrera cayó en su propia trampa,
ató sus propios nudos
y se desangró lento,
viendo caer su mundo.
* * *
Eterna
Tu mano es la caricia de los tiempos,
de hacedora te visten tus misterios,
mujer de orillas, de campos o de templos,
mujer de sueños, de luchas, de lo eterno.
Tu historia se repite en los confines
de este mundo que alimentó tu pecho,
paso perdido en caminos azules
que prometían dar fin a llantos y desvelos.
Razón de vida, de fogones ardiendo
esperando que un día se termine,
que los hombres den final a sus juegos.
Y sigues rezumando dolores,
mientras cocinas, estudias, sientes miedo,
te sostienes sosteniendo a tus hijos,
cuidas de los ancianos, los enfermos,
el jardín que se agosta, la canción
y lo que no se ha hecho.
Tu historia se repite, conteniendo o huyendo,
dando todo cuando te lo piden
y colmando tus manos de flores del recuerdo.
Tu historia se repite, noria sin fin al viento,
verdad de las verdades que se callan,
valiente soledad que templa el verbo.