EL PODER DE LA PALABRA ESCRITA
Sebastián Romero Cuevas
Jesús Antonio Báez Anaya
Carlos Ayala
Mario Bermúdez
ANTOLOGÍA DE MEMORIAS A LA LUNA
Johan Bernal
Patricia Lara P.
PRINCIPALES RAÍCES GRIEGAS DEL ESPAÑOL
Mario Bermúdez
Mario Bermúdez
PUBLICACIONES
COMENTARIOS
VER COMENTARIOS
DISEÑO, HOSTING Y ADMINISTRACIÓN OFIMÁTICA PC-BERMAR MÓVIL 312 5809363 BOGOTÁ -COLOMBIA-
TRINANDO
TRINANDO
BLOGS DE LOS AUTORES
Mario Bermúdez
Patricia Lara P
Johan Bernal
Aldo Rodrigo Sánchez Tovar
MARZO DE 2015 - DIRECTOR: MARIO BERMÚDEZ - EDITORA: PATRICIA LARA P. - BOGOTÁ D. C. - COLOMBIA
Besos
Todos los besos tienen sabores distintos. Unos saben a amor y confianza, otros saben a melancolía; algunos saben a llanto y tristeza, otros más llevan veneno y lujuria. Pero los besos también guardan historias. Guardan lo que fuiste, guardan lo que eres y guardan lo que serás. Eres el beso que no das y te conviertes en un álbum miniatura de todos los que brindaste, aunque luego te arrepientas de unos cuantos que le regalaste a la persona que no los merecía.
Lo interesante que traen consigo los besos, es que casi nunca sabes cuándo darás un primero y mucho menos tendrás idea de cuando darás un último, así que aprovecha a quien tienes a tu lado mientras está contigo, pues el tiempo es algo que se va para no volver.
Un imaginario de ti
Era tan hermosa y centrada, que no la imaginaba en mi cama.
Prefería imaginarla nadando en la piscina de nuestra casona en el caribe,
prefería imaginarla amándome al despertar,
No la imaginaba mía.
La imaginaba siendo suya, pero conmigo.
La imaginaba tan libre, que ella podía seguir soñando con ser veterinaria, cantante, tal vez una enfermera o una ferviente amante de las flores. Como siempre lo quiso de niña.
Sinceramente lo único que yo quería, era tomar su mano y recibir tan siquiera uno de los consejos por los que se había vuelto famosa en el vecindario y entre sus amigos,
uno de esos consejos que se dan con el corazón.
Hoy me siento realmente privilegiado de habérmela cruzado en el camino.
Hoy sé que es recibir de lo que das,
Y hoy sí que le quiero entregar mi corazón.
Te escribía
Con todo y lo mal escritor que me considero, pensé que podría hacerte ver como un libro que todos quisieran leer; pero tus mentiras como faltas de ortografía hicieron que desistiera de esa idea tan absurda. Hoy sé que hay gente que no cambia y que como un libro impreso, ya no se puede corregir lo que está hecho.
Soy poco detallista
Te miré aquella mañana al despertar en mi domingo de descanso.
Sabía que era mucho más cómodo que cualquier otro lugar en la tierra.
Me pregunté si en realidad me amabas como yo lo hacía, pero me quedé recordando tantas memorias de 4 años, 8 meses 3 semanas y 1 día que habían pasado desde el día en que te conocí.
Ya completaba un par de meses en los que no había escrito ni siquiera dos palabras bonitas, seguidas, de corrido. No sabía si había perdido mi toque y sentía que mi esencia se iba con cada segundo que pasaba desde la última vez que agarré mi lapicero y te envié una postal de amor.
Era un día de los que me daba indicios de que se aproximaba el invierno; aunque yo sentía calor y lo único de lo que estaba consciente, era que me despertaba contigo.
No era el hecho de dormir contigo, era eso de despertarme a tu lado. En realidad hago especial énfasis porque me pueden malinterpretar. Aún no entienden que esto de los dos ha trascendido, mucho más de lo que ellos esperaban.
Tenías esa pijama azul celeste con la que tus ojos y tu cabello hacían una perfecta combinación. Era como si percibiese esa comodidad extrema que pudiste haber estado sintiendo en ese preciso momento.
Recuerdo que al encender la cafetera quedaba exactamente la cantidad perfecta de café para preparar dos cappuccinos con canela en polvo, de los que tanto disfrutamos cuando vemos películas románticas o mis programas de comedia de los viernes en la noche.
Ah, estos años han sido inolvidables; aunque me distraje de la verdadera intención de esta carta. Mi único propósito era rogar por tus sinceras disculpas. Perdón mi luz, perdón; perdón por no tener la suficiente memoria para recordar que tanto hemos vivido juntos, también te pido perdón por ser tan poco detallista...
No vale la pena
Solo quisiera decirles una cosa.
No dediquen canciones, cartas o lágrimas a una persona que se fue para no volver, que ya no siente lo mismo que ustedes.
Primero, porque esa persona no escucha las canciones, no entiende razones y mucho menos sufre como ustedes lo están haciendo. Es mucho mejor perder un amor, que la dignidad.
Esas personas ya no sienten curiosidad por escuchar sus palabras o por saber que están pensando al respecto.
Ya no les importa dejar de responder y menos se preocuparían por darle una contestación a eso que ustedes con tanto esfuerzo han escrito o han dedicado.
Señorita
Señorita, sé que solo le conozco de perfil,
Qué le espío en secreto,
Qué a veces me intimido cuando estoy cerca de usted;
Pero es que mi alma me pidió que le confesara que la quiere a su lado.
Solo dígame qué puedo decirle,
Si la pobrecita está muy ilusionada por escuchar las buenas nuevas de su parte;
Ayúdeme con este embrollo que no nos deja dormir bien de noche,
Ayúdeme a no mortificarla de a poco con una desilusión más.
Le pido por favor,
No nos deje llorando su partida,
No nos deje con ansias de un beso más;
Qué mi corazón y mi alma son muy débiles y seguro no han de aguantar.
Le prometo que si usted, hoy se va con nosotros a dar un paseo por el parque,
No se va a arrepentir de lo que viviremos.
Le prometo que si tan solo me regala 5 minutos para explicarle todo esto que siento,
Jamás querrá apartarse de mi lado y de seguro ni lo va a pensar.
Le espero con ansias, la pienso a cada instante, la sueño cada noche e igualmente la recuerdo al despertar. Solo le pido una señal.
Desempolvando los sofás de mi alma
No sé si concuerde con alguien; pero pienso que cada tanto, existen temporadas en las que se abre el corazón. Siente más, sufre más, ama más. Son épocas fuertes de superar, porque para mal o bien, el corazón siempre está sintiendo algo.
Pero, ¿Qué sucede cuando se pasa del éxtasis profundo del amor, a la decepción más grande vivida en tan solo cuestión de segundos? No puedo imaginar pensar que puedo sobrepasar estos obstáculos tan pronto y de manera tan sencilla; es más, no creo que para alguien que en realidad amó con el alma, le sea sencillo conseguirlo.
Aquí es cuando les pido asentir o disentir de lo que planteo. Sinceramente he llegado a la conclusión de que en medio del profundo cráter al que caemos cuando nos decepcionan, aún el corazón se puede sobreponer con más amor (no me refiero al de la misma persona que nos ha hecho sufrir). ¿Y qué si para mí es probable curar amor con amor?, ¿y qué si para mí, el empezar a crear algo bonito con alguien más si pudiese funcionar?
En este instante de mi vida, y después de sentir eso de no poder continuar (tantas veces antes), me pongo a pensar en si en realidad puedo amar a alguien mientras dejo de pensar en otra persona, todo eso, al tiempo; y para no dar más rodeos, esta es mi mayor duda hasta el día de hoy.
Estoy seguro de que puedo amar a alguien, mientras intento dejar de mortificarme con el recuerdo de otra persona. No considero que sea algo de un "infiel"; mucho menos cuando ese alguien del pasado fue muy importante en nuestra vida. De una u otra manera, fue importante, sin necesidad de dar explicaciones concretas del porqué.
No sé qué piensen al leer esto, no sé si piensen que es muy descabellado; o por el contrario piensen lo mismo que yo. No necesito que lo respondan, simplemente piensen un poco en ello y guárdenlo para ustedes.
Fui tuyo
Fui tuyo 366 de 365 días del año.
Fui tuyo cuando ni siquiera era mío.
Fui tuyo cuando fuiste tan tuya,
Que ni siquiera sabias que yo era tuyo.
Y fui tan tuyo que por cosas del destino,
Ya no me veías como tuyo y yo lo seguía alardeando.
Te lo juro, si fui tuyo.
Por esa razón es que para ti es tan difícil comprender este poema,
Y para mi tan difícil explicarlo.
Porque ni la vida ni el amor verdadero,
Tendrán jamás explicación alguna.
Ya no es lo mismo
Para mí, ahora los años tienen 11 meses,
los meses son de 29 días,
los días solo tienen 23 horas,
las horas tienen 59 minutos,
y cada minuto 59 segundos;
y es que sigo sin entender como después de todo,
nos seguimos sintiendo incompletos;
aunque en adelante consiguiéramos todo lo que alguna vez deseamos con el corazón.
Crayones de colores
Recuerdo que alguna vez en mi vida, escribí en un papel mi historia a tu lado. Pensé que sería imborrable porque la había escrito con unos crayones de colores que me regalaron de niño. Cuando me di cuenta que a medida que pasaba el tiempo, todo se estaba borrando. Furioso me dirigí en busca de mis crayones; resulta que no eran a prueba de agua y que yo jamás me di cuenta, que sobre ese papel ya había llorado muchas veces.
No me conocí lo suficiente
Cuando se fue, empecé a temerle a la noche, a las estrellas y hasta a la lluvia. Pero al marcharse, ella no se imaginó la falta que me iba a hacer y el vacío que iba a dejar en mi corazón; es que lo que me resulta más extraño, es saber que nunca fui capaz de saber quién era sin ella. Ni siquiera tuve el placer de conocerme lo suficiente, como para saber qué haría cuando sus manos no estuvieran junto a las mías.
Heridas de heridas
Hay heridas que tiempo después ni se notan, unas cuantas que no se cierran pronto, y hay otras que aunque se cierren por completo; definitivamente, siempre dolerá su cicatriz.
En esta oportunidad hemos invitado a participar con una selección de sus escritos en la Revista, al joven autor Johan Bernal, quien desde hace tiempo publica en su Blog "Memorias a la Luna", cuyo enlace se encuentra en la columna derecha en el apartado "Blogs de los Autores", el cual invitamos a todos nuestros lectores a visitar.
Esperamos el apoyo a nuestro autor invitado, quien nos envió la siguiente selección: