EL PODER DE LA PALABRA ESCRITA

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TRINANDO

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DIRECTOR: MARIO BERMÚDEZ - EDITORES: PATRICIA LARA P. (COLOMBIA)  - CARLOS AYALA (MÉXICO)

AGOSTO DE 2015

NÚMERO

5

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Las Chivas. JesúsAntonio Báez Anaya (Colombia)

Réplicas de Madera

Gilda Valdez


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PÁGINA 8

 

La Venta

Eran tantas, taaantas las cosas que habían quedado en esa casa inmensa después de la partida de la abuela, que no sabía qué haría con ellas. Esos muebles hermosos, pero demasiado enormes para llevarlos a su casa (demasiado pequeña, incluso para sus propios muebles) y ese sinfín de recuerdos guardados durante más de un siglo ¡¡más!!

Con el dolor de su alma, tuvo que empezar a organizar la venta de jardín. Pero cómo se le podía poner precio a cada objeto de esa casa donde había pasado sus veranos, donde había dado su primer beso (con ese niño tan lindo de la casa de enfrente) escondida en el altillo que había al fondo del patio, donde lloró sus amores fallidos de adolescencia y la separación de sus padres, con la cara enterrada en el sillón del living... ¡¡¿¿¿Cómo!!!???

Y empezó el inventario:

- Jarrón de loza con flores azules... que la abuela llenaba de esas horrendas flores de género y escondite perfecto para su primera cajetilla de cigarrillos. ¿Cuánto costaba eso? El florero, no más de 5.000 pesos ¿pero la emoción de casi ser descubierta tratando de sacar los "Derby" de ahí adentro?

- Juguetes varios ... ¡¡¡la pepona que le regalaron a Martita cuando cumplió 1 año!!! Era más grande que ella y hubo que esconderla, porque le daba pánico... jajjaja... Todavía recordaba la cara de Martita cuando la vio.

¡¡¡Ahhh!!! El camión de madera de Juan Pablo... Él se subía dentro del "pick up" y había que llevarlo por todo el jardín (o los pasillos de la casa, si llovía) para que dejara de llorar.

¡¡¡Nooooooo!!!!!!!!! Su primera Barbie... con el pelo recortado de cualquier manera... jajajja

- Andador... el andador de la Martina. Cómo disfrutaron ese tiempo bisnieta y bisabuela.

- Mesita ratona

- Lámpara de madera (que hizo José Miguel el último año de colegio. Hizo saltar los automáticos como 10 veces, mientras probaba la instalación eléctrica... )

- Pañitos de hilo "para que no se rayen los muebles, Josefina. Siempre hay que poner un pañito debajo de los adornos" ¡y vamos dándole al crochet!

- Historietas... esas que la abuela les pasaba "con las manos limpias y sin tirarlas" para que mataran las tardes frías de julio.

- Discos de vinilo (Aún recordaba algunos "fox trot" y algunos rock and roll. ¡Cómo se entretenían con Arturo, acelerando o retardando la velocidad y lo chistosas que sonaban las voces de los cantantes)

 

¡¡¡Pufff!!! Noooo. Ella no podía hacer esto. No podía ponerle precio a los recuerdos y dejarlos en el jardín para que gente que no sabía cuánto habían deseado una piscina inflable o un cochecito de muñecas, se los llevara.

Definitivamente, iba a tener que convocar a la tribu y que alguien, menos sentimental que ella, se hiciera cargo de esta venta de jardín.

 

 

No es lo que parece

 

¡¡¡Esto no es lo que parece, papá!!!!

El pobrecito alternaba una mirada anonadada entre su "Meche" nuevecito y yo. Bueno, nuevecito era antes de que se me ocurriera la muy poco inteligente idea de subirme a él... de subirme y sentarme frente al volante... de subirme, sentarme frente al volante y encenderlo...

¡¡¡Pero cómo se le ocurre dejar las llaves puestas sabiendo, como sabe, lo mucho que deseaba yo poder conducirlo!!!!

Eso fue una prueba, estoy seguro. Y, mientras tanto, sigue ahí con cara de ido mirándonos alternativamente al auto y a mí.

Papá, traté de explicarle... ¡¡¡te juro que no fue mi culpa!!! Lo que pasa es que yo lo encendí y el auto salió disparado hacia atrás y ¡¡¡si apenas alcanzo a ver para adelante...!!! Es que JUSTO iba pasando ese señor en su auto y... papá... de verdad papá ¡¡esto no es lo que parece!!

 

El mantel

 

Desocupó prolijamente la mesa de la cocina. Puso ese mantel precioso que había heredado de ya ni se acordaba que abuela, de la abuela, de la abuela y que su mamá le había encargado encarecidamente que cuidara "como hueso santo". Hizo la mezcla y la puso al fuego. Sacó las tacitas de porcelana, esas que habían llegado en una cajita llena "pops" (como llamaba ella a esas bolsitas con pelotitas de aire) y que jamás se sacaban de la vidriera, porque "no eran para diario". Tomó del cajón del mueble de cocina unas cucharitas primorosas, chiquitas y labradas ¡bellas! y las puso en la mesa. Azúcar, endulzante (por si acaso) e invitó a su visita a sentarse.

Parsimoniosamente quitó la cafetera del fuego y la llevó a la mesa. Vertió el fragante aroma en la primera tacita y, cuando estaba inclinándola para llenar la segunda ¡¡Zas!! que con el codo da vuelta la que ya estaba llena. El café, con rapidez y avaricia, empezó a avanzar sobre el mantel de la abuela, de la abuela, de la abuela, dejando a su paso una enooorme mancha.

Ella, con los ojos redondos, miraba el desastre universal. Justo antes de que pudiera mover una mano para intentar la limpieza, entró su madre quien, con mirada desorbitada, observaba la mesa... No hubo tiempo para explicar ni decir que ahora los detergentes sacaban cualquier mancha... sólo se escuchó una risa histérica y una voz que murmuraba alguna cosa, que hasta el día de hoy nadie ha podido descifrar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El Deseo

 

Estaba asomada a la ventana del segundo piso, cuando vio una estrella fugaz surcar el espacio infinito y desaparecer en ¡pop! silencioso a mitad de camino entre el cielo y la Tierra.

Cerró los ojos y los apretó con fuerza. Le dolieron un poco los párpados, por que los tenía hinchados de tanto llorar... seguramente se veía terrible, qué bueno que a esa hora no había nadie para verla. Cerró los ojos y deseó. Deseó con todas sus fuerzas que ese hijo de la gran p... desapareciera de su vida para siempre.

Ya estaba cansada de ese círculo eterno, de esa cadena infinita de dolorenelcentrodelpecho-ándatedondeyanovuelvas-porfavorperdóname-teamotantoyvueltaacomenzar. ¡Así que lo deseó!

-¡¡Qué desaparezca!!-

Por la ventana abierta entró una brisa helada, así que la cerró y se metió a la cama.

Al día siguiente se levantó a duras penas. Se arrastró hasta la ducha, se puso KILOSSS de corrector de ojeras. Pensó que debió haberse levantado a medianoche para hacerse unas compresas de manzanilla, así no se vería como recién atropellada por un expreso... Cuando estaba a punto de salir rumbo a su trabajo, tocaron la puerta

¡¡¡Quién, por Dios santo, podía ir a esa hora de la mañana a tocar la puerta!!! La abrió de mala gana y lo vio a él. Por lo visto, su deseo no se había cumplido... pero... algo raro había. "Él" estaba como ¿¿transparente??

Lo miró fijo, lo miró asustada, lo miró curiosa y mientras lo miraba y miraba y miraba, empezó a ver a través de él. Luego desapareció la parte de abajo, disolviéndose en el aire, luego el tórax, la mano derecha, la izquierda, un brazo, el otro... el cuello, las orejas, el pelo, los ojos!!!!!! hasta que finalmente sólo quedó la boca flotando y, mientras le decía "perdóname, por favor" hubo un leve ¡¡pop!! y la frase quedó inconclusa.

Y así fue como, aunque de una manera extraña y no pensada, el grandísimo hijo de la gran... desapareció de su vida para siempre.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Como el gato y el perro

 

A veces es un poco despistado... tenemos la misma edad, pero él es un poco menso... mmm... le gusta hacer unas cosas rarísimas. En las noches pesca las bolsas de basura y las tironea hasta que logra sacar todo lo que tienen dentro y salta sobre los pañales, las cáscaras de papa y cualquier otra cosa que pudiese haber contenido. La verdad es que eso a mí no me gusta, después uno queda pegoteado y de mal olor y hay que volver a bañarse entero (eso y que la mamá de mi humano, si me ve en esas, no me deja dormir en su cama) Es mucho más alto que yo, blanco a manchas negras. Por eso le pusieron manchitas ¡¡Qué originales!! jajajja. Pero es simpático... y hasta obediente... A veces me acompaña a dar una vuelta a la manzana y entre los dos espantamos a los perros que viven en la avenida, pero después, cuando yo ya quiero irme a casa, no hay caso que él entienda que ya se acabó el juego y que tiene que volver a la suya. Incluso he tenido que lanzarle algún pequeño arañazo... sólo para que capte la idea, claro está. Lo más gracioso, es que cuando está muy contento por algo o entusiasmado con alguna idea, la oreja izquierda le cae sobre el ojo y casi, casi se ve tierno. Creo que hoy iré a buscarlo para jugar un rato... es que con esto de que hace tanto frío, mis humanos me dejan salir poco, les da miedo que me enferme.

 

Es un tipo simpático... y rudo. Nadie se mete con él en el barrio. Yo sí, por que es mi amigo... salimos juntos a molestar a los perros de la avenida y tooodos le tienen miedo a sus garras. Yo no sé cómo algo tan chico puede meter tanto susto... Al principio no quería ser mi amigo, pero como lo seguía por todos lados, al final se acostumbró a mí... claro que cuando quiere estar solo, no hay manera de convencerlo de lo contrario. Dice que es un gato romano y que su familia lo eligió así por que son descendientes de italianos... pero yo creo que son puros aires que se da, no más. Hay cosas que no podemos hacer juntos, eso sí. Le molesta el olor a las bolsas de basura ¡¡¡y a mí que me gusta tanto desarmarlas!!! Se llama Mordelón ¡¡y vaya nombre bien puesto!!! además de tener unas garras temibles, muerde duro cuando se enoja de verdad. Hace unos meses quedó bastante herido y tuvieron que llevarlo al médico.. pobre... estuvo encerrado como un mes. ¡¡Ah!! ahí viene así que después seguimos conversando... ¡¡adiós!!

 

Nacida un lluvioso 24 de febrero, en Santiago de Chile.
Con dos hijos que han sido la aventura más maravillosa de la vida y algunos amores dejados por el camino y otros en progreso.