EL PODER DE LA PALABRA ESCRITA
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TRINANDO
TRINANDO
DIRECTOR: MARIO BERMÚDEZ - EDITORES: PATRICIA LARA P. (COLOMBIA) - CARLOS AYALA (MÉXICO)
JUNIO DE 2015
NÚMERO
3
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Rita Bedia Lizcano
Poesía:
Muerte lenta
Seduce
la noche el
sereno guía;
perpetúa el aire el
exquisito aroma de tu
veneno. Vuelo, tus dedos:
mi último
canto. Mis pies,
el calor de
la arena,
muero al
estruendo
de las olas.
Elevas la
frente, ese
mar que
ilumina tu
rostro, tu
mirada. Danzan mi voz te pertenece.
pasivas mariposas; Lluvia,
brisa de otoño, de tu cuerpo remembranza.
La desdicha por tu abandono.
Melancolía carcome mis entrañas; riego flores de azar
donde amapolas florecen; entre sombras
desconozco la luz.
Enero 2014- Poemario Leche de Pájaros-RBL
Leche de pájaros
El invierno me viste
de frágiles y
amarillas hojas,
ceniza que cae.
¡Me parto!
Las rosas
se volvieron espinas.
El choque de tus labios
abrió mi corazón:
floreció para morir.
De tu cuerpo el regalo
de una plateada noche:
mi boca,
el sabor de tu sexo,
el vino,
mi lengua.
Ave nocturna,
te quedas sin voz.
Leche de pájaros.
Me abandonó la primavera.
12/01/14 - Poemario Leche de Pájaros-RBL
A flor de piel
Le apasiona tenerlo desnudo
en el fuego hambriento de sus labios.
Recorrer su entrepierna,
sentirlo estremecer.
De su cuerpo la vid
tocarle y despertar
cuando sucumbe
a flor de piel.
De Venus el valle
de ébano y mármol.
Rompe el silencio la orquídea.
A su taco sensible
despierta la vulva.
Dilatan sábanas
de húmedo corazón.
La voz enciende
explosión de luz.
Suave enredadera,
cosecha de vino, labios en flor.
Confrontación de paraísos.
Exquisitos frutos
emanan sus cuerpos.
Capullo en rosa,
baño del César,
oasis de miel.
Dispersos, se aman
de norte a sur.
Lo mismo les da:
son infinito. 28/08/14-Poemario Leche de Pájaros-RBL
Lunas de estiércol
Atenea de batallas fortuitas
sin báculo ni escudo
deambula entre sueños
cabalga unicornios
guía del viento
Nunca creció
Cubierta hasta el último cabello
la pesadilla desnuda a medianoche
su voz no existe
Añejas manos arrebatan paz
y despluman gorriones
Mareas consagradas
en lunas de estiércol
De cara redonda
aroma dulce
Vino amargo
El llanto ahoga
agoniza su vientre
despojo de inocencia
02/09/14-Poemario Leche de Pájaros-RBL
Narrativa:
Oligosacáridos
Nano máquinas cardiacas transfiguradoras del señor Juárez son transportadas a través de su ex esposa, ella solicitó el divorcio. La robot alegó ante el juez incompatibilidad, de índole sumisa como fue fabricada afectó su interés en mantener la relación ya que Juárez, la trataba amorosamente y sus chips de personalidad le producían constantemente choques eléctricos lo que al momento de la felación quedaba paralizada. Ella descargó a su sistema las “cincuentas sombras de grey”, lo único que logró derramar fue una mísera cantidad de aceite y los chupones mentales de excitación de la memoria reprodujeran un olor a manteca rancia proveniente de las flatulencias del señor Juárez a causa de su alimentación rica en carbohidratos, en especial los oligosacáridos lo que terminaba por repercutir en su libido. Días antes de obtener la sentencia, el señor Juárez de 88 años murió de un ataque al corazón.
09/01/15- Experimentación, ejes cuánticos narrativos-RBL
Titiritera
¡Oh, Afrodita! ¿Es verdad? Vientre, fuerza, ¿colisión contra la rama del roble? Cual si fuese fantasma lo espera. Observa su andar. Cuenta las veces que él parpadea, cuando se mira en el reflejo y se arregla la camisa mientras hunde los dedos entre sus cabellos, sin percatarse de la intensidad de los marrones ojos que lo miran. Su cuerpo se estremece al imaginar con ansia cómo levanta su falda a cuadros, que descubra las piernas, con calcetas a los tobillos y zapatos de tacón. Traviesa; muerde sus labios salmonados, llevando un lápiz a ellos, mordisquea la punta y gira su lengua acariciando el contorno, mientras intuye que él la mira. Cree que la llama. De pie él, ella y el calor intenso que los abraza. El profesor mira el escote de la blusa, las curvas de sus senos. Ella le sonríe y de puntitas lo besa, en el justo momento que despierta. Pierde la razón al imaginarlo desnudo dando clase. Arde su piel. Ahora mismo desnuda satisface su cuerpo, pero los juguetes no controlan la demencia que él le causa. Mientras hace la tarea sus párpados caen ante la lectura que les asignó, pero entre las líneas del “El avión de la bella durmiente”, lo imagina dormido a su merced, con el deseo lascivo de sujetarlo entre sus piernas, lo monta. Todo por aquella vez que chocaron en el pasillo y le cayó encima. Sus sexos se anclaron, era absurdo realizar un plan exacto para que su miembro quedara hundido entre sus labios, sin embargo, lo escribí de tal manera que así fuera y ahora no se logra liberar de esa sensación. Desperté su sed y locura. Pretende concentrarse, pero su mente divaga con escenas donde impera la pasión. Lo desea con una lujuria pecaminosa que yo no podría.
Hoy al salir de clases notó cómo le observaba, disimuladamente soltó uno de sus libros y al levantarlo se inclinó más de la cuenta.
— ¿Está bien, señorita?
— No, profesor, tengo algunas dudas.
— Si gusta la puedo ayudar. Vamos, suba a mi auto, la llevo y si quiere le explico esta noche.
—Abrió la puerta, se sentó; antes de que subiera, rompió un botón de la blusa y sus piernas quedaron descubiertas. Al subirse él ella le miró su vientre y notó lo abultado del pantalón, humedeció las bragas—.
— Póngase el cinturón. —Maliciosa, disimuló no saber. Él se inclinó sobre ella, aspiró su aroma a gardenias. Rozó uno de los senos, así como uno de los muslos; ella tuvo su primer orgasmo—.
Suena el timbre. Corre a la puerta, abre y, luego de recibirlo con una sonrisa, lo invita a pasar. Le gustaría tenerlo ahora mismo en la cama, piensa mientras ve tras las gafas, pero cree que sus ojos la delatan.
— ¿Cómo va?
— Más mal que bien, no consigo concentrarme, estoy muy distraída… ¿Quiere tomar algo antes de comenzar? Hago un café exquisito.
Se dirige a la cocina con la intención de preparar el café. En cuanto se da la vuelta él la agarra por la cintura, aproxima su boca al cuello y humedece detrás de la oreja. Fino pétalo aterciopelado. Desnuda su hombro.
— ¿Arde, señorita?
Abre la flor que desprende rocío. La piel responde al roce de sus dedos. Palmas escurridizas exploran las dunas que despiertan vida al calor de ellas. Besa su cuello delimitando plateados surcos con su lengua hasta someterla, le arranca la blusa y ataja con impulso sus táctiles senos, mientras apoya su hombría contra su cuerpo.
Soy titiritera y muevo los hilos a mi antojo. ¿Le gusta lo que lee? Analizo realmente si la situación es posible, supongo que sí... Siente la firmeza que va tomando su verga mientras fricciona la cadera contra su pelvis.
— ¡Profesor!
Uno, dos, tres embates más y la gira apartándose. Ella se baja de la mesa, se hinca frente a él, desabrocha el pantalón y sujeta entre sus manos su sexo endurecido. Humedece los dedos hasta dejarlos empapados en saliva para masturbarle al calor de sus manos una y otra vez, sus dedos le rozan. Fusionan miradas. El profesor sonríe. La adrenalina corre por sus venas al verlo disfrutar y entregarse a su hambre, se hincha, la sube a la mesa. Levanta la falda. Le desnuda con su boca, bautiza sus dedos y los hunde dentro de la vulva. Ella abre de par en par las piernas, mira hacia el techo. Cierra los puños al sentir la carnosidad de su lengua. Somete deliberadamente las paredes fibrosas de sus labios, sale y regresa a la vulva, la mordisquea, chupa y lame. En éxtasis es atacada con perversidad; su clítoris despierta, rosado y húmedo convulsiona.
— ¡No pares! —Interrumpe mi narración—.
Levanta las piernas para apoyarlas en los hombros. Él se inclina, ella alcanza a acariciar su cabello, maúlla, respira, frenética late su vagina hinchada y todo vibra cuando él comienza a penetrarla firme y caliente. La embiste con fuerza y desenfreno, es un toro de lidia, una y otra vez hasta lo más profundo que descubre que existía. La excitación la ha trasformado, sus manos son garras de leona que arranca la carne pidiendo más; él golpea una de sus nalgas, su cuerpo lo succiona, se encorvan sus pies, estallan y sobreviene el oleaje. Hago feliz a la chica. Su corazón se fragmenta y late su piel, responde a los intensos espasmos que provocó. Los une un agudo placer orgásmico.
— ¿Entiende, señorita?
— ¿Lo puede repetir?
Después de unos minutos se levanta, aún tiene más energía; lo lleva a la habitación. Él con los pantalones abajo se queda en la puerta, mira confundido que se viste: calcetas, falda escolar y la blusa blanca sin sostén. Se acerca, le quita la camisa, toma su mano, lo empuja sobre la cama, le despoja de sus ropas y lo monta. No sabe que se quedó dormida después de utilizar su juguete.
— ¿Segura que sueño, titiritera?
La sinvergüenza me guiña.
16/06/14-Metaficción-RBL
María Guadalupe Lara Gutiérrez, mejor conocida como: Rita Bedia Lizcano. Poeta y narradora (Monterrey, Nuevo León, México). Colaboradora de: Espantapájaros (DF), La Torre del silencio (Colombia), El Humo, en 15 Diario.com., FACTUM, Cosmonautas, La otra costilla (Chile), Gealittera (Argentina), Editorial Jus y Columnista de La Llave, entre otros. Ha participado en diversos eventos literarios: V Encuentro Internacional de Escritores Sanmillanos, Encuentro de Escritores Nudistas, Escritores en su Tinta, XXIII y XXIV FIL Monterrey, Letras y Performance, Festival Miradas Paralelas, Encuentro de Carne y Verso, Maratón Literario Conarte, etc. Antologada en: 2ª Compilación Internacional de Mujeres Poetas V- II, (República Dominicana), Poética de la Fonola Cartonera: No se toca, No se viola, No se mata, (Chile). SCIFI-HAIKAI Poetazos y Las Juanas “Les Cuento” Poesía Lésbica, (DF). Cuenta con la publicación del poemario “Apasionada”. Libros inéditos: “Leche de pájaros”, Utopía de un beso”, “Noches Eternas” y “Tras los rosales”. Forma parte, también, del grupo Escritoras del Norte http://www.escritorasdelnorte.org.mx/2013/06/18/rita-bedia-lizcano/
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