EL PODER DE LA PALABRA ESCRITA

DISEÑO, HOSTING Y ADMINISTRACIÓN OFIMÁTICA PC-BERMAR MÓVIL 312 5809363 BOGOTÁ -COLOMBIA-

TRINANDO

TRINANDO

DIRECTOR: MARIO BERMÚDEZ - EDITORES: PATRICIA LARA P. (COLOMBIA)  - CARLOS AYALA (MÉXICO)

JUNIO DE 2015

NÚMERO

3

PUBLICACIONES DE ESTE NÚMERO

CONTÁCTENOS

Ana Bertha Casas Rodríguez

   

NO HAY RETORNO

Un sin fin de gente va y viene, suben y bajan. ¿Su rumbo? Nadie lo sabe, ni yo. “Quiero un boleto”, le pido a un hombre calvo que se encuentra en la taquilla, éste tira una carcajada y pregunta “¿Sólo uno?”, “Si”, respondo, “No requiero más”, vuelve a reír y afirma “Eso dicen todos, y siempre vuelven.”

Se escucha una vibración fuerte, todo retumba; majestuoso y brillante se deja ver por las vías. Es un tren,  muy futurista, muy avanzado. Abordo y tras minutos arriba, la sensación de “Déjà vu” recorre mi cuerpo; sé qué sigue, por un instante lo sé, lo supe; mi memoria es borrada, no me permite avanzar, y esa tremenda ansiedad por recordar cada espacio, cada rostro en el tren, los aromas percibidos, y el sube y baja de escaleras, me sofoca, quiero una explicación. Todo es en vano, vuelvo al mismo vagón, al mismo asiento y ventanilla. La alarma suena, cuatro treinta a.m., ¿Cuándo llegaré a mi destino final? Este tren nunca para, siempre está en constante movimiento, el andén yace ahí, inmóvil, en un espacio flotante, donde el tiempo jamás avanza; tiempo estable, que asalta ánimas y las confunde y, después, despojadas de todo recuerdo, las ensambla y vuelve a postrar en el mismo tren; no hay ruta ni regreso. ¿Destino final? Tu habitación obscura, cinco treinta de la mañana, cuerpo cansado, sin deseos de querer despertar.

 

LOS MUERTOS GOZAN

Los muertos, desvalidos, empalecidos, aburridos, salen de sus tumbas por las tardes a recorrer las calles de la ciudad. Cansados, olvidados, alejados de sus seres queridos, deciden dejar sus aposentos por un momento y lanzarse a la aventura.

Visitan, roban, se entremeten en cachivaches. Gritan, corren, saltan, juegan carreras, apuestan, ríen, beben, bailan, hacen de todo; de todo lo que en vida les fue negado. Después, llegada la media noche, ingresan de  nuevo en sus tumbas, donde sus seres queridos los hacen pasar por "muertos", guardados en mente y en corazón. Descansando siempre en paz.

 

NO

¿Santa?

No soy.

 

¿Perra?

No muerdo.

 

¿Loba?

No aúllo.

 

¿Demonio?

Tengo un ángel en mi hombro, me sigue, instruye, conduce, castiga, perdona…

 

¿Santa?

No soy.....

 

 

DEIDAD

 

Sueña con aurora boreal y esencias místicas,

Sus pies, cachemira, deslizan universos.

Yace en lecho de nardos olvidados.

 

Sola, siempre sola, intacta, inmaculada.

Tierra fértil para amores extraviados.

 

Solloza en noches de luna cosmopolita.

Mírala, ningún mortal apresa sus deseos.

 

Se postra en montes de Babil, altiva.

Mirada magma que derrite palacios.

 

Haz de luciérnaga revelando secretos.

Ella, soberana de lecho desdeñado, es mujer,

Desposada…, es deidad.

 

 

 

Garganta À la Carte

Una  de la madrugada, me alisto para salir. Clima frío, cuatro grados, llovizna, ¿Qué más puedo pedir? Retoco los últimos detalles en mi maquillaje. Traje negro en piel, pegado al cuerpo, botas altas y mi clásica capa, nadie se resistirá. Claro, un buen cuerpo en noche no es ya suficiente. El intelecto, eso es lo que muchos buscan, pero hoy llevo ambos conmigo. Subo a mi coche deportivo negro y acelero, no quiero perderme ningún detalle, más bien quiero acapararlos todos, ya me veo llegando y bajando por esa escalera del hotel. Todas las miradas sobre mí. Aunque la que me interesa es sólo una. Aquella de ojos pardos, que me devora y aniquila con un mínimo parpadeo. Y tal como lo imaginé, he allí casi media ciudad en la fiesta. Bajo triunfal de mi coche y me dirijo a la entrada, el valet parking toma mis llave y al entrar recibo una copa de vino tinto, cortesía del hotel, conforme empiezo a saborearlo, las miradas de los hombres en el lobby se vuelcan hacia mí. Vaya, ¿que no han visto a una vampira antes? ¡Por Sekhmet!, ¡qué cosas!, ¡fuera de mi camino bastardos!

La música se escucha muy bien, avanzo y tarareo, “Andy Duguid”, ¡por Sekhmet! ¡Qué bien suena!  Me apresuro, el último mensaje de Whatsapp me dice que él llegó hace veinte minutos. Abro espacio entre la multitud, ¡esos ojos, me urge encontrarlos ya! Me dirijo hacia el área lounge y ahí en un sillón blanco-púrpura por las luces del salón, está un hombre que se mueve al ritmo de la música, en cuanto me ve se pone de pie y empieza a bailar acercándose a mí. -¡Hola!-¡Hola! –respondo- se acerca y me besa la mejilla derecha, wow, ese aroma tan fuerte, me deja sin aliento, me toma de la mano y me dirige a la pista de baile. Miro mi reloj, dos treinta a.m. Me acerco a su oído y le digo que nos dirijamos a un lugar más privado. El acepta y nos vamos en mi coche. Avanzamos casi un kilómetro y pide que me detenga. Saca del bolsillo del traje aterciopelado su celular y muestra las fotos que me tomó en la última sesión. Maravillada por su buen clic fotográfico, lo beso y le doy las gracias. No puedo resistirme, ¡ese olor, ese olor tan exquisito!, tan peculiar de su piel, me ablanda hasta el último nervio de mi cuerpo. Me dice que desea hacerme otra sesión, que requiero de un buen portafolio de fotos para mi carrera de modelaje. Le digo que sí, a la hora que guste. Se acerca y me vuelve a decir -es en serio, quiero y deseo una sesión más. La proximidad es tanta, que no pude aguantar, me dirigí a sus labios, se vino un juego de besos delicados, que se fueron tornando en cada vez más candentes, el calor devoró mi cuerpo y no pude más; mis colmillos brotaron con una fuerza sorprendente, el deseo hacia él y su aroma tan placentero me aceleraron al mil por ciento. Su sangre empezó a brotar y yo como un bebé hambriento en busca de alimento, desesperada empecé a beberla. Imágenes del fotógrafo desfilaron por mi mente, desde aquel momento en que nos conocimos en una  exposición fotográfica, hasta el último baile de Halloween aquélla noche en el hotel Fiesta Americana.

Terminando mi festín alimenticio, avanzo unas cuadras y me deshago del cuerpo en un callejón abandonado, no sin antes extraerle de sus bolsillos el celular con mi última sesión fotográfica. Subo al coche y acelero. Llegando a casa, ¡todo es placer! giro de gusto hacia mi cuarto, tomo una ducha, y después me tumbo en mi cama y tomo el celular para ver las fotos.

Qué buen fotógrafo era. ¡Es una pena! Al llegar a la última foto archivada, me doy cuenta que estuve posando casi media sesión cerca de un espejo, y justo la última foto, justo en esa última, estuve más cerca del espejo de lo que pensé. Y como era de esperarse, no logré reflejarme. Inmutada, solté el celular, pensé quién más podría haberlas visto. Hoy en día un fotógrafo hace todo desde casa, así que cabe la remota posibilidad de que nadie se pudo haber dado cuenta. Esperemos en Sekhmet que no. Casi cinco de  la mañana, el sueño terminó por vencerme. Cuando estaba en lo más profundo del cansancio, el sonido de un celular empezó a incomodarme, era el mío, que al no leer los mensajes empieza como loco a despertar hasta el más temible de los vampiros. A tientas busco encontrarlo con mi mano en el buró de lado derecho. Era un mensaje de voz que el fotógrafo hizo minutos antes que lo abordara en el hotel y que no logré escuchar por el ruido fuertísimo de la música. Y decía así: -Querida mía al imprimir las fotos me di cuenta que en una de ellas tu figura no se reflejó en el espejo, el cual estaba en el estudio.  A veces las cámaras nos dan sorpresas, gajes del oficio, no te preocupes, sé que no eres ninguna vampira ni nada por el estilo, jajaja, cosas raras que pasan en las sesiones; de todas formas imprimí esa fotografía que por cierto ¡sales muy bien! nos vemos aquí en el hotel, te espero, besos, Jim.

Uf, bueno, al menos pensó que pudo haber sido error de la cámara. Ni hablar. Mañana mismo busco en el catálogo de fotógrafos otro que lo sustituya. Me urge terminar mi portafolio, pero también lo primero es alimentarse.

Descanse en paz Jim, fotógrafo. Que viva la vida nocturna y la sangre humana. Mañana será otro día, que los humanos disfruten y coman, que los vampiros lo apreciamos con amor. Mañana, siempre habrá otra garganta que devorar.

 

 

UNIVERSO

Cometa en manto de sueños,

enigmas infinitos traspasan

murallas en órbita.

 

Universos danzantes

al ritmo de música gélida.

 

Astros deseando

tiempos remotos.

 

Mi noche

plagada de planetas audaces.

Mientras, yo espero

otros trescientos sesenta y cinco días

para revelar mi enigma.

 

 

Nada de ti

 

Noches púrpura,  lagos de soledad  lloran tu ausencia.

Humo de incienso añejo habita las entrañas.

 

Roce de manos largas en la memoria de mis caderas.

Nombre en miel endulzando el café ardiente de tu mirada.

 

Ecos navegando al infinito aliento de los azahares.

Diademas de lunas en espera de las letanías de tu cuerpo.

 

¿Y yo? Condenada a la perpetua espera de la daga andante.

 

Música de los Bosques

 

Encendida la gladiola carmesí empezó el festín.

Un caracol pequeño arrastrándose por tallos erguidos.

 

El ave gris con su pico, besa el tronco postrado en el suelo

y enciende la sinfonola.

 

 Libélulas danzan, revolotean sobre alcatraces azules.

Pistilos de bombilla esparcen besos de luz y alusan la floresta.

 

Pincel incorpóreo delinea dos letras sobre lienzo, V.K.

Vladimir Kush.

 

 

 

El fuego me alcanzó

 

Sólo vi el llano, la nube blanca se acercaba cada vez más rápido surcando el cielo;

uno, dos, tres, me ha tragado…

¿Estoy muerta? Aún escucho el despertador…Creo que no, retomo mi sueño.

 

La carpa de circo yace aún en el llano; mi madre me acompaña, quiero un algodón rosado; lloro, brinco, pataleo, hago berrinche…todo ha surgido efecto. Despego del paladar el azúcar endurecido.

 

Dos horas han pasado, me deleito con los malabares y los perritos bailarines. Pero algo sucede, esto no está nada bien, las cuerdas púrpura brillante han regresado, su salto cuántico se ha repetido; flotan sobre mí, es como si nadarán en el obscuro mar de mi habitación, forman un tejido cuadriculado; pudiera tocarlas, son como una red. Quieren lanzarla sobre mi cuerpo en reposo. “Váyanse, déjenme” ¿qué quieren? Ethan, Ethan, las cuerdas han regresado, no sé qué buscan, ¿me vigilan? O ¿evitan que salga traspasando el techo?

 

Tranquila  Ly, creo según se me ha revelado, perteneces a un grupo, están aquí en la Tierra, viviendo en el anonimato, pronto se irán reencontrando y las cuerdas los vigilan; no es tiempo de salir aún. ¿Sabes? La voz volvió a hablarme, me concederá deseos, siempre son siete, te he incluido en uno. ¿Qué pediste? ¡Dime!

 

– Veo que ya se está cumpliendo, tendrás mucho conocimiento, y tal vez hasta puedas traspasar las paredes…y las púrpura flotantes no te alcanzarán.

 

-Ethan, no son sólo las flotantes, sabes que no… me visita el ojo visor, seguido viene y radiografía mi rostro, creo lee códigos genéticos, quiere saber quién más está conmigo.

 

-No te asustes, ya te hubieran hecho algo con tan frecuentes visitas. Un día de éstos, te liberarás y jamás darán con tu rastro. Ustedes se han estado encontrando, poco a poco saldrán a la luz,  y la humanidad pondrá su esperanza en los liberadores, los retantes.

 

-¿Ly?, ¡despierta!, la voz me ha concedido un deseo…

Ana Bertha Casas Rodríguez. Oriunda de Monterrey, Nuevo León, México. Es egresada de la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León (FFyL UANL). Traductora, Intérprete Bilingüe (Inglés – Español), de oficio Maestra Bicultural. Fotógrafa y Artista Visual por vocación.

Como Fashionista y Sapiofila, posee un alto sentido de la estética. Ésta orinonauta plasma y comparte sus realidades (y sus sueños) por medio de sus letras. Su obra ha sido publicada en la Revista De Ciencia Ficción Hiperespacio. Tiene un libro de bolsillo (Poetazo) en prensa llamado “Chameney, Chameneya” de la editorial Onomatopeya Producchons.

Presentó los libros Soñemos Juntos de Óscar Pedraza Martínez y Apasionada de Rita Bedia Lizcano, bajo el marco de la Primera Feria Itinerante del Libro del Doctor en Letras y Editorialista José Antonio Torres Reyes, en Mayo del 2015. Inauguró el Ciclo de Lecturas del Escritor y Maestro Eligio Coronado González, Pájaros en el Alambre en el Feel Gr@w, Barrio Antiguo, Monterrey, Mayo del 2015.

4